Una tarde senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. (A. Rimbaud)
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miércoles, 1 de septiembre de 2010
CATULO, POEMA 5, en la versión de Mariano Berdusán
SGS
Vivamos, querida Lesbia y amémonos y que los comentarios de los viejos intransigentes nos importen todos un comino. El sol puede salir, ponerse y volver a salir, pero nosotros, en cuanto acabe nuestra efímera vida, tendremos que dormir una noche sin fin. Dame, pues, ahora mil besos, después cien, luego otros mil, después otros cien y luego hasta dos mil, después otros cien. y cuando hayamos llegado a muchos miles y hayamos perdido la cuenta de todos ellos, ningún malévolo podrá ya hacernos daño si alguna vez se entera del total de nuestos besos. -
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