tag:blogger.com,1999:blog-91062116667484037452024-03-16T02:10:26.681+01:00Desde mi barricadaUna tarde senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. (A. Rimbaud)Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.comBlogger1951125tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-2567874606354287132024-01-13T14:23:00.002+01:002024-01-13T14:24:45.237+01:00URBANÍCOLAS (Ortega y Gasset)<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifMllBMRv-3Dv32Kmsn8ctjVZ4LecOgraXbQGU_MDcjdh9Dd3wEyGmdan0JupqUlRaC6QszThSU1zv58OSYUdqS30ULNFlNAUaYBXzeWekpFVsDFbx_GBtUm2W4nVAzW3IBjI-7Yuww_1n7UjE8XiCmlL59GHm8A6z28otJ82UiWGAlmcUy399ALPSrUY/s1600/DSC_0147.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="972" data-original-width="1600" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifMllBMRv-3Dv32Kmsn8ctjVZ4LecOgraXbQGU_MDcjdh9Dd3wEyGmdan0JupqUlRaC6QszThSU1zv58OSYUdqS30ULNFlNAUaYBXzeWekpFVsDFbx_GBtUm2W4nVAzW3IBjI-7Yuww_1n7UjE8XiCmlL59GHm8A6z28otJ82UiWGAlmcUy399ALPSrUY/w503-h305/DSC_0147.jpg" width="503" /></a></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Griegos y latinos aparecen en la historia alojados, como abejas en su colmena, dentro de urbes, de <i>poleis</i>. (...) El caso es que la excavación y la arqueología nos permiten ver algo de lo que había en el suelo de Atenas y en el de Roma antes de que Atenas y Roma existiesen. Pero el tránsito de esta prehistoria, puramente rural y sin carácter específico, al brote de la ciudad, fruta de nueva especie que da el suelo de ambas penínsulas, queda arcano: ni siquiera está claro el nexo étnico entre aquellos pueblos protohistóricos y estas extrañas comunidades, que aportan al repertorio humano <b>una gran innovación</b>: la de <b>construir una plaza pública, y en torno una ciudad cerrada al campo.</b> (...) La urbe o<i> polis</i> comienza por ser un hueco: el foro, el ágora; y todo lo demás es pretexto para asegurar este hueco, para delimitar su dintorno. La polis no es, primordialmente, un conjunto de casas habitables, sino un<b> </b>lugar de ayuntamiento civil, un espacio acotado para funciones públicas. <b>La urbe no está hecha, como la cabaña o el <i>domus</i>, para cobijarse de la intemperie y engendrar, que son menesteres privados y familiares, sino para discutir sobre la cosa pública</b>. Nótese que esto significa nada menos que la <b>invención de una nueva clase de espacio,</b> mucho más nueva que el espacio de Einstein. Hasta entonces sólo existía un espacio: el campo, y en él se vivía con todas las consecuencias que esto trae para el ser del hombre. El hombre campesino es todavía un vegetal. Su existencia, cuanto piensa, siente y quiere, conserva la modorra inconsciente en que vive la planta. Las grandes civilizaciones asiáticas y africanas fueron en este sentido grandes vegetaciones antropomorfas. Pero <b>el grecorromano decide separarse del campo, de la «naturaleza»</b>, del cosmos geobotánico. <b>¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede el hombre retraerse del campo?</b> ¿Dónde irá, si el campo es toda la tierra, si es lo ilimitado? <b>Muy sencillo: limitando un trozo de campo mediante unos muros</b> <b>que opongan el espacio incluso y finito al espacio amorfo y sin fin. He aquí la plaza</b>. No es, como la casa, un «interior» cerrado por arriba, igual que las cuevas que existen en el campo, sino que <b>es pura y simplemente la negación del campo</b>. La plaza, merced a los muros que la acotan, es un pedazo de campo que se vuelve de espaldas al resto, que prescinde del resto y se opone a él. Este campo menor y rebelde, que practica secesión del campo infinito y se reserva a sí mismo frente a él, es <b>campo abolido</b> y, por lo tanto, un espacio <i>sui generis</i>, novísimo, en que <b>el hombre se liberta de toda comunidad con la planta y el animal, deja a éstos fuera y crea un ámbito aparte, puramente humano. Es el espacio civil</b>. Por eso <b>Sócrates,</b> el gran urbano, triple extracto del jugo que rezuma la polis, dirá: «<b>Yo no tengo que ver con los árboles en el campo; yo sólo tengo que ver con los hombres en la ciudad</b>.» ¿Qué han sabido nunca de esto el hindú, ni el persa, ni el chino, ni el egipcio?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Hasta Alejandro y César, respectivamente, la historia de Grecia y de Roma consiste en la lucha incesante entre esos dos espacios: entre <b>la ciudad racional y el campo vegetal,</b> entre el jurista y el labriego, entre el <i>ius</i> y el <i>rus</i>. (...)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">La urbe es la supercasa, la superación de la casa o nido infrahumano, la creación de una entidad más abstracta, y más alta que el <i>oikos</i> familiar. Es la república, la <i>politeia</i>, que <b>no se compone de hombres y mujeres, sino de ciudadanos.</b> Una dimensión nueva, irreductible a las primigenias y más próximas al animal, se ofrece al existir humano, y en ella van a poner los que antes sólo eran hombres sus mejores energías. De esta manera nace la urbe, desde luego como Estado.</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">José Ortega y Gasset</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><i><a href="https://ministeriodeeducacion.gob.do/docs/biblioteca-virtual/qNth-ortega-y-gasset-la-rebelion-de-las-masaspdf.pdf" target="_blank">La rebelión de las masas</a></i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">2ª Parte, XIV, VI</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-46948314923727605332023-09-19T20:37:00.000+02:002023-09-19T20:37:04.853+02:00AL ABRIGO DE MOEBIUS (Antonio Envid)<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7K9wzlwk708nVbZkKzGl9XCxR2d6twBcs0JUsLuUcUgyd9_pEpZ0XLZaIAo5d2iyeY0YUVX5rzKbDJ0L1_VWAPY0_HIfYIG4AHgSgyfYu1soiDHoSNUZ1V3uJKNwtYZtipEZ4UWO15Vw54SuIDVpPg99tQ0CYbrFQa7zJUargt8rhPhBBTc8phXjTGQA/s800/_103593745_es-1035001674.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7K9wzlwk708nVbZkKzGl9XCxR2d6twBcs0JUsLuUcUgyd9_pEpZ0XLZaIAo5d2iyeY0YUVX5rzKbDJ0L1_VWAPY0_HIfYIG4AHgSgyfYu1soiDHoSNUZ1V3uJKNwtYZtipEZ4UWO15Vw54SuIDVpPg99tQ0CYbrFQa7zJUargt8rhPhBBTc8phXjTGQA/w394-h222/_103593745_es-1035001674.jpg" width="394" /></a></div><p></p><br /><div style="text-align: justify;">Manolo vuelve a contarme su “aventura”. Me la ha contado varias veces, pero no quiero herir su sensibilidad, algo excitable tras ese suceso, y lo escucho como si fuera una novedad para mí.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Esa mañana de principios de agosto – me dice – salí al campo con el perro convenientemente atado con la correa, para no molestar la caza. El perro iba de mal talante, como me veía sin escopeta sabía que era una caminata inútil. Yo más bien salí por no quedarme en el pueblo, que ya sabes, terminas en el bar escuchando las mismas cosas de siempre y las bromas sin gracia, aunque la excusa era que iba a comprobar cuántas codornices habían llegado ese año, y cuando comenzaría la media veda. Una excusa como otra cualquiera, porque soy cazador por rutina, por seguir la costumbre, por los almuerzos con la cuadrilla, a ver si me entiendes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Habíamos salido tarde y el sol comenzaba a caer de plano cuando llegamos al barranco. Es un barranco seco, por estas tierras monegrinas no llueve nunca, pero cuando lo hace, en media hora cae lo de todo el año y entonces el barranco parece el Nilo. Yo, estaba agobiado por el justiciero sol, caía a plomo, como si un puño cruel nos aplastara contra la tierra. El perro me lanzaba miradas suplicantes. Sobre el barranco hay un puentecillo para pasar a la paridera del otro lado cuando el barranco lleva agua, traspasamos el puente y el perro se lanzó debajo de él en busca de algún frescor y una sombra piadosa. Total, que pasamos el puente, descendimos por debajo de él y lo volvimos a traspasar. Recalco esto porque es importante, ya lo verás.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No le interrumpo, me sé de memoria el suceso, sólo cabeceo de vez en cuando en señal de asentimiento y para que crea que lo escucho con atención, ya dije que últimamente Manolo está muy susceptible.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De codornices, no vimos ni una, estarían cobijadas en los tomillares, por la alta temperatura. El perro echaba el bofe, pobrecico, y yo, agobiado por el sol y el calor. Nos dimos la vuelta y para casa.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Hace una pausa, me mira con fijeza para resaltar la importancia de lo que viene a continuación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- Cuando llego a casa me doy cuenta de que uso la mano izquierda en lugar de la derecha, como si fuera cucho ¿entiendes? ¡Mi mano izquierda es ahora mi mano derecha! El perro, igual, le digo que tire por la izquierda y echa por la derecha, y al revés.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ahora viene la explicación, me contará lo del maestro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- Un maestro que estuvo en el pueblo y que era muy leído, me explicó que me había ocurrido el fenómeno de Moebius. Sí, Moebius, me apunté el nombre para que no se me olvidara. El sol nos había aplanado a los dos, al perro y a mí, nos convirtió en seres bidimensionales y transitamos por un mundo de sólo dos dimensiones, como el anillo de Moebius, en el que arriba y abajo, derecha e izquierda carecen de sentido. Si caminas por este mundo, me dijo, terminas por llegar al punto de partida, pero invertido, tu izquierda ahora es tu derecha. Al pasar y traspasar el puente habíamos transformado nuestro espacio en una cinta de Moebius, y al volver a casa, nuestro punto de partida, se había transformado nuestro cuerpo sin nosotros darnos cuenta, y nuestra parte derecha ahora era la izquierda, En fin, un lío. Desde entonces ya no sé qué votar, porque no distingo a los partidos de derechas de los de izquierdas, me parecen lo mismo, no los entiendo. ¡Ahora! Me tranquiliza algo ver que muchos de mis paisanos han debido sufrir el mismo fenómeno de Moebius, ya no se reconocen con estas derechas ni con estas izquierdas, que no son como las de siempre, y votan al buen tun tun.</div><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-30037490265881522602023-05-28T08:37:00.001+02:002023-05-28T08:38:25.164+02:00LA ESPAÑA REVOLUCIONARIA (Artículo de una célebre pluma publicado en 1854 en el New York Daily Tribune)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheMC8JeCApdk4U8dYIby97yOWTjQArJvpP69oS7wBxLiQPHF8V_v47O0CLU9uNrdFgMZiKhPigsW--OXP4XnP7oO_jBs2j3NhaiQtqzkqB4HDqcZEb8yoaLJBSKAC10jWOY80_6xK0Q7BbuqxvNehxneJ68PSZ94uyTjZoUpBiz2DpW-FuKbX_uC8q/s1280/Marx_and_Engels_at_the_Rheinische_Zeitung.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="898" data-original-width="1280" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheMC8JeCApdk4U8dYIby97yOWTjQArJvpP69oS7wBxLiQPHF8V_v47O0CLU9uNrdFgMZiKhPigsW--OXP4XnP7oO_jBs2j3NhaiQtqzkqB4HDqcZEb8yoaLJBSKAC10jWOY80_6xK0Q7BbuqxvNehxneJ68PSZ94uyTjZoUpBiz2DpW-FuKbX_uC8q/w447-h314/Marx_and_Engels_at_the_Rheinische_Zeitung.jpg" width="447" /></a></div><div style="text-align: center;">Marx y Engels en el Rheinische Zeitung</div><div><div style="text-align: center;">(E. Capiro, 1849)</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">... Para nuestro actual propósito basta con recordar simplemente el hecho. <b>A medida que la vida comercial e industrial de las ciudades declinó, los intercambios internos se hicieron más raros, la interrelación entre los habitantes de diferentes provincias menos frecuente, los medios de comunicación fueron descuidados y las grandes carreteras gradualmente abandonadas. Así, la vida local de España, la independencia de sus provincias y de sus municipios,</b> la diversidad de su configuración social, basada originalmente en la configuración física del país y desarrollada históricamente en función de las formas diferentes en que las diversas provincias se emanciparon de la dominación mora y crearon pequeñas comunidades independientes, <b>se afianzaron y acentuaron</b> finalmente<b> a causa de la revolución económica que secó las fuentes de la actividad nacional.</b> Y como<b> la monarquía absoluta</b> encontró en España elementos que por su misma naturaleza repugnaban a la centralización, <b>hizo todo lo que estaba en su poder para impedir el crecimiento de intereses comunes derivados de la división nacional del trabajo y de la multiplicidad de los intercambios internos, única base sobre la que se puede crear un sistema uniforme de administración y de aplicación de leyes generales.</b> La monarquía absoluta en España, que solo se parece superficialmente a las monarquías absolutas europeas en general, debe ser clasificada más bien al lado de las formas asiáticas de gobierno. España, como Turquía, siguió siendo una aglomeración de repúblicas mal administradas con un soberano nominal a su cabeza.</span></div><br />(...)<br /><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;">El despotismo oriental sólo ataca la autonomía municipal cuando ésta se opone a sus intereses directos, pero permite con satisfacción la supervivencia de dichas instituciones en tanto que éstas lo descargan del deber de cumplir determinadas tareas y le evitan la molestia de una administración regular.</span></span></div><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: georgia;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Así ocurrió que <b>Napoleón,</b> que, como todos sus contemporáneos, consideraba a España como un cadáver exánime, <b>tuvo una sorpresa fatal al descubrir que, si el Estado español estaba muerto, la sociedad española estaba llena de vida</b> y repleta, en todas sus partes, de fuerza de resistencia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span style="font-family: georgia;"><div style="text-align: justify;">(...)</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><b>De esta forma se encontraba España preparada para su reciente actuación revolucionaria,</b> y lanzada a las luchas que han marcado su desarrollo en el presente siglo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><b>Los hechos e influencias que hemos indicado sucintamente actúan aún en la creación de sus destinos y en la orientación de los impulsos de su pueblo. </b>Los hemos presentado porque son necesarios, no sólo para apreciar la crisis actual, sino todo lo que ha hecho y sufrido España desde la usurpación napoleónica: un período de cerca de cincuenta años, no carente de episodios trágicos y de esfuerzos heroicos, y sin duda uno de los capítulos más emocionantes e instructivos de toda la historia moderna.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;">Karl Marx</div><div><div style="text-align: right;">New York Daily Tribune</div><div style="text-align: right;">9 de septiembre de 1854</div></div><div style="text-align: right;"><span style="background-color: white; text-align: start;">(Marxists Internet Archive, - <a href="https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/9-ix-54.htm" target="_blank">MIA</a> - noviembre de 2000).</span></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-83878098247571397642023-04-24T21:34:00.007+02:002023-04-25T07:37:23.092+02:00RETROMUERTE (Antonio Envid)<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPi2Tpi4rAvICYK4Tq3_lae8-8Vml_gDg43CS-bXq0UGKb4KB5_xbUDJFCsCOgo-g1j-7KIvMoVge5jxCbK_Cd8Q8mPmC46_jhQ5PBM9FEpLmHxFu5p_1OcPt_awvSOJ1_fhNkBB9dQ6sfOqSA9l1cJ3asPhKdnbay2NZIB612SS1V88n1MuAF7U_U/s655/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="634" data-original-width="655" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPi2Tpi4rAvICYK4Tq3_lae8-8Vml_gDg43CS-bXq0UGKb4KB5_xbUDJFCsCOgo-g1j-7KIvMoVge5jxCbK_Cd8Q8mPmC46_jhQ5PBM9FEpLmHxFu5p_1OcPt_awvSOJ1_fhNkBB9dQ6sfOqSA9l1cJ3asPhKdnbay2NZIB612SS1V88n1MuAF7U_U/s320/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px;"><span style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">El policía, con cara de aburrimiento por esa labor mecánica de preguntar siempre lo mismo y obtener vaguedades, en un asunto que, por otra parte, carece de cualquier interés.</span></span></p><div><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Veamos señora, con respecto a su vecino ¿conoce usted su identidad, en qué se ocupaba, que parientes tenía?</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- ¿Ha sido un crimen? ¿lo están investigando?</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Mire señora, quien hace las preguntas soy yo, pero para satisfacer su curiosidad, no creemos que fuera un crimen, el forense dice que murió de un infarto, pero tenemos que hacer una encuesta para conocer las circunstancias y le agradezco su colaboración. La suya y la del resto de vecinos de la casa.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- ¡Ah, me alegro! Entiéndame, señor inspector, no me alegro de que haya muerto, ¡pobre señor!, sino de que no fuera un crimen. Hay tantos delitos según los telediarios, y tantas habladurías por la vecindad, que yo estaba con algo de miedo. Una señora mayor, cualquiera sabe lo que le podrían hacer esos desalmados….</span></p><p class="MsoNormal" style="color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><span style="background-color: white;">El agente muestra cierta impaciencia. La señora es de esas que pueden pegarse toda la mañana de cháchara insulsa para no sacar nada en limpio, y él tiene que salir con un compañero a tomar el café. </span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Un moscardón tontaina da vueltas por la habitación pegándose golpes contra las paredes</span><span style="background-color: white;">.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Bueno, bueno. Centrémonos en lo que interesa, que usted tendrá cosas que hacer, y yo, también. ¿Conoció a alguna de sus amistades, algún pariente, alguien que pudiera identificarlo?</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Pues, no, no señor, no vi nunca a nadie que viniera a visitarlo. Nunca me tropecé con nadie que fuera a su piso. Eso no quiere decir que nunca fuera nadie, que una no es una fisgona, que una no está espiando lo que hacen los vecinos. Como decía mi madre, cada uno en su casa y Dios en la de todos…</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Pero sabrá algo de él, algo que él mismo le dijera o comentara, entre vecinos siempre hay conversaciones.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Pues mire señor inspector…</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Llámeme, agente, por favor…</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Bien, señor agente. Este señor era muy atento y muy educado, siempre te cedía el paso, te abría la puerta, y siempre saludaba. Que hoy, eso no se ve con tanta frecuencia, sobre todo en los jóvenes, que no sé que educación les hemos dado. Yo se lo digo a mi marido, Manolo…</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- ¿Pero le contaba algo o no?</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Contar, lo que se dice contar, no, era muy reservado. Siempre, buenos días, buenas tardes, y eso, como mucho si hacía calor o frío o habían dicho que iba a llover. Nada, lo que se dice cunado no se quiere decir nada.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Bien, ya está, hemos terminado. Muchas gracias, ha sido muy valiosa su colaboración. Buenas tardes.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">El agente mete con fastidio la declaración en el expediente, mientras, llega el compañero que esperaba.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><span style="background-color: white;">- </span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">¿Qué hay, Matías</span><span style="background-color: white; color: #222222;">? ¿Has sacado algo en limpio?</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- En el Registro Civil insisten en que es imposible de que se trate de este sujeto, a pesar de la documentación que encontramos en su apartamento que acredita que es él. Les he enseñado el DNI, extractos de la cuenta bancaria, en fin, los documentos personales, pero nada, que no puede ser, que ese individuo murió hace siete años, que ahí está la inscripción de fallecimiento, y la causa, infarto, y la filiación coincide, pero de eso hace siete años.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Pues, asunto concluido, lo mandaremos todo al fiscal y que haga lo que tenga que hacer, nosotros hemos terminado. Anda, que se nos hace tarde para tomar café.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">- Hay quien se muere y no se entera, ni él ni los demás, y lo entierran siete años más tarde.</span></p></div><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><u></u> </p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: right;">Antonio Envid</p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-20781218390103731062023-04-21T13:23:00.000+02:002023-04-21T13:23:08.662+02:00FALLECIÓ CARLOS DE FRANCIA, ABOGADO Y LITERATO<div class="separator" style="clear: both;"><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhErxHLs44KStLXl0VSKb0Im8eAWGzt1k3Sux8J-wUWiwcMq8eaQ-pju1cuBwBXVKtBGDuXDn78wQ3cN_bei1zTixSAH6Bxyb7VPEVPdqqBJMapxyOWixnVj46D738NVKfzBOqvNAVV3HpyBr-_IJSjbU9OlaezSJ2sJksJfr5DLrq0BAOLkmy8VL9N/s466/PASARELA%20autor%20bn.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-indent: 28.4px;"><img border="0" data-original-height="466" data-original-width="457" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhErxHLs44KStLXl0VSKb0Im8eAWGzt1k3Sux8J-wUWiwcMq8eaQ-pju1cuBwBXVKtBGDuXDn78wQ3cN_bei1zTixSAH6Bxyb7VPEVPdqqBJMapxyOWixnVj46D738NVKfzBOqvNAVV3HpyBr-_IJSjbU9OlaezSJ2sJksJfr5DLrq0BAOLkmy8VL9N/w206-h210/PASARELA%20autor%20bn.jpg" width="206" /></a></div></div><p> </p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Bien está, Carlos de Francia, lo bien hecho.</i></span></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Placer de dioses cuando, como Vos,</i></span></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>El Bien se hace en Leyes y en Derecho,</i></span></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Con esa sencillez de cada día</i></span></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Donde pone, la lírica de Dios,</i></span></div></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Cotidiana y perfecta poesía.</i></span></div></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">(De un poeta a otro) </div></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"> José Manuel Lozano Gracián, diciembre 1981</div></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-size: medium;"></span><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><span style="font-family: times;"><div style="text-align: justify;">Tuve el honor de compartir con Carlos de Francia la misma profesión y la misma vocación. En ambas fue un hombre ejemplar y la ejemplaridad es la que eleva a la persona al grado de maestro, con lo que huelga expresar que él lo fue para mí. Además, la fortuna y él me honraron con editar dos obras suyas: la novela de juventud "<a href="https://www.amazon.es/Pasarela-Carlos-Francia/dp/1523393750/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=1682068800&sr=1-1-fkmr0" target="_blank">Pasarela</a>", bosquejo del ambiente estudiantil de la Zaragoza de mitad del pasado siglo, y una extraordinaria recopilación de reflexiones bajo el título "<a href="https://www.amazon.es/Cuarto-mitad-Carlos-Francia-Blazquez/dp/1519758707/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=1452752315&sr=1-2" target="_blank">Cuarto y mitad</a>", cuya portada contiene un dibujo de su propia pluma, lo que demuestra, como suele ocurrir, que la de artista no es una profesión sino una condición humana caracterizada por la plenitud que confiere una mirada asombrada, atenta al todo, y que fatalmente culmina con la explosiva manifestación que todo poema encierra, da igual que el poema sea escrito, gráfico o sonoro, en él se sintetiza siempre todo un universo personal.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times;">Desde aquí mi pequeño y cariñoso homenaje, recordando esas palabras que le dedicó José Manuel Lozano, otro letrado, también poeta, y que él rememora en "<a href="https://www.amazon.es/Cuarto-mitad-Carlos-Francia-Blazquez/dp/1519758707/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=1452752315&sr=1-2">Cuarto y mitad</a>". </span></div><div><br /></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor" target="_blank">Servando Gotor</a></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><span style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><a href="https://www.amazon.es/Cuarto-mitad-Carlos-Francia-Blazquez/dp/1519758707/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=1452752315&sr=1-2" target="_blank"><img border="0" data-original-height="2850" data-original-width="1875" height="361" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjr1_tatqTgKQ6de5trJZRm6VtYw9YNpVvDUxVQAt1FX4dpUXT9ZxB6nx2LORN_aopVGCjdD1ONC6glwERRzbnRxiEQp-H4FYJw3pngF2dPigxhDN1a0gdpcKTYWonkRRyQEBhNh19PufbufdANylo8agyjhRuXiUB4-fIgdLCRy8HqFT-uDuhe6EC/w238-h361/CUARTO%20Y%20MITAD%20c.jpg" width="238" /></a></span></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://www.amazon.es/Cuarto-mitad-Carlos-Francia-Blazquez/dp/1519758707/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=1452752315&sr=1-2" target="_blank">Cubierta de la citada recopilación de reflexiones.</a></td></tr></tbody></table><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><div><br /></div><div><br /><h2>En memoria de los abogados y literatos Eduardo Valdivia y José Manuel
Lozano (Carlos de Francia) </h2>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element-anchor-horizontal: column; mso-element-anchor-vertical: paragraph; mso-element-frame-hspace: 2.85pt; mso-element-linespan: 3; mso-element-wrap: around; mso-element: dropcap-dropped; mso-height-rule: exactly;">
<table align="left" cellpadding="0" cellspacing="0" hspace="0" vspace="0">
<tbody><tr>
<td align="left" style="padding-bottom: 0cm; padding-left: 2.85pt; padding-right: 2.85pt; padding-top: 0cm; padding: 0cm 2.85pt;" valign="top">
<p class="MsoNormal" style="break-after: avoid; line-height: 47.25pt; margin-bottom: 0cm; mso-element-anchor-horizontal: column; mso-element-anchor-vertical: paragraph; mso-element-frame-hspace: 2.85pt; mso-element-linespan: 3; mso-element-wrap: around; mso-element: dropcap-dropped; mso-height-rule: exactly; mso-line-height-rule: exactly; page-break-after: avoid; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Garamond","serif"; font-size: 66.5pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-text-raise: -5.5pt; mso-themecolor: text1; mso-themetint: 128;">E<o:p></o:p></span></p>
</td>
</tr>
</tbody></table>
</div>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">n alguno de mis encuentros con nuestro ilustre
compañero José Mª Valdivia, ya fallecido, cuando a primeras horas de la tarde
coincidíamos camino de nuestros respectivos despachos, le prometí o quizás le
comenté simplemente que un día trataría de publicar la reseña de la obra de su
hermano Eduardo, abogado ejerciente durante una década, cuyo quehacer
primordial, no obstante, fue la docencia como catedrático de Enseñanza Media y
su pasión por la literatura.</span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; mso-tab-count: 1; text-indent: 21.3pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; text-indent: 21.3pt;">Licenciado
en Filosofía y Letras y Derecho, una vez ganó la correspondiente oposición, fue
destinado al Instituto de Teruel como profesor de geografía e historia,
impartiendo después y sucesivamente esa materia, entre otros en los Institutos
de Santa Cruz de Tenerife y Soria, hasta su muerte ocurrida en el año 1972.</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Durante su
etapa universitaria en Zaragoza, formó parte de la tertulia del CAFÉ NIKE, sede
de la Oficina Poética que había fundado e impulsaba Miguel Labordeta, sucesora
de la que fundara Santiago Lagunas años antes en los Nuevos Espumosos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cofundador
de la editorial Javalambre, Eduardo Valdivia colaboró en varias revistas literarias,
y en 1966 fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de San
Fernando, recibiendo en el año siguiente la Encomienda de la Orden de Alfonso X
El Sabio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>A la vez
dedicó sus esfuerzos, entre los años 1950 y 1960, aproximadamente, a la gestoría
administrativa y al asesoramiento y defensa jurídicos como Letrado inscrito en
nuestro Colegio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; text-indent: 21.3pt;">En este
punto quiero expresar mi agradecimiento a su sobrino y compañero Juan Pedro
Valdivia Ramiro por la localización de referencias y artículos que me han
servido de estimable orientación.</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Conocí a
Eduardo Valdivia, el mayor de los hermanos de CASA PARDO, de Robres (Huesca), a
través de su esposa, la bilbilitana Inmaculada Pablo, aunque no establecí con
él relación profesional ni amistosa. Pero después de su fallecimiento, ocurrido
a la temprana edad de 43 años, tuve oportunidad de entrar en conocimiento de
sus obras literarias y quedé impresionado por sus excepcionales dotes de
narrador.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Con José
Manuel Lozano Gracián, oriundo de Sabiñan (Zaragoza), mantuve una larga amistad
de la que guardo grato recuerdo. Tengo dedicados todos los libros de poemas que
publicó y que me hizo llegar puntualmente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Los lazos
de esa amistad se extendían a sus hermanos, José Luis y José Alfonso, abogado y
procurador de los Tribunales, con quienes colaboré durante muchos años. En la
actualidad, ejerce la abogacía como miembro del Colegio de Zaragoza su hijo
José Manuel Lozano Martín, a quien expreso mi reconocimiento por los datos
biográficos y de todo tipo que me ha proporcionado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>José Manuel
Lozano compartía sus dos grandes quehaceres, la abogacía y la poesía con
envidiable armonía, ejercitando ambas brillantemente hasta su fallecimiento en
el año 1992.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>José Manuel
empieza a escribir poesía en el año 1979, cuando publica <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Perdonadme por haberos olvidado”</i>. En años sucesivos van
apareciendo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Varado en ti cigarra”</i>
(1982), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El esfuerzo final de la palabra”</i>
(1985), etc; con las que consigue el primer premio del V Concurso Nacional
Poético Montler, el premio Biblioteca Atlántica de Poesía, el II Premio de
Poesía Ciudad de Calatayud, un Accésit del Premio Isabel de Portugal de Poesía,
etc.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Tanto en la
obra de Eduardo como de José Manuel quedó plasmada la huella de su formación
jurídica, y particularmente la de aquellas instituciones en las que el Derecho
afecta más directamente al individuo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ambos se
sintieron atraídos por la voz de la Tierra, entendida esta como valor esencial
conseguido con el esfuerzo del hombre y que el hombre defiende en todos los
ámbitos con la emoción de haberla heredado de sus padres, o ganado con su
esfuerzo, y la ilusión de mantenerla para sus hijos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Los
personajes de sus creaciones literarias se inspiran en ese mundo elemental de
sentimientos de justicia y propiedad, que albergaba el campesino, de ser dueño
sin límites no sólo del terreno de sus fincas, sino también de todo lo que
había por encima del suelo, hasta el cielo, y por debajo del suelo, hasta el
infierno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>No en vano
estaban influenciados por el paisaje, las costumbres y las tradiciones, el
primero de ellos de la estepa monegrina y el segundo de los feraces huertos por
los que serpentea el río Jalón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El relato
corto fue la especialidad de Eduardo Valdivia. Entre sus títulos merecen
destacarse <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El espantapájaros y otros
cuentos”</i>, primera de sus publicaciones, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Cuentos
de Navidad”, “Noche de Velatorio”, “Los peces de Colores y el pisador de
sombras”</i>, pero sobre todo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Las cuatro
estaciones”,</i> que forman un conjunto de narraciones cuyo principal personaje
es el campo, transcendiendo a los demás personajes el alma de los secanos
aragoneses.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En estos
relatos se defiende la vida frente a la coacción para el aborto, el amor por
los animales que son compañía y parte esencial en la vida del agricultor, la
vida de quien muere con honor, frente a la muerte de quien vive sin soñar, y la
esperanza de la primavera a pesar de las desgracias presentes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En su
faceta de narrador es más conocido, no obstante, por su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Arre Moisés”,</i> una visión tierna y
humorística de nuestra Guerra Civil de 1936-1939, obra finalista del Premio
Alfaguara de Novela del año 1972 y en la que los críticos encuentran
desarrollado el estilo de realismo mágico o fantástico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Efectivamente,
el protagonista de la citada novela, Mosén Alberto, cura de aldea ―debilitado
sin duda por el hambre y la miseria de la guerra― una veces ve prodigios, que
son auténticas alucinaciones, como por ejemplo florecer un zarzal o volar un
cuervo verde, y otras veces profiere cantos a la naturaleza o muestra el
sentimiento del paisaje cuando exclama<i style="mso-bidi-font-style: normal;">:
“Despuntó el alba, el horizonte fue tiñéndose de rosa, cantó la primera
alondra, despertaron miles de pájaros alborotados, chirriaron cigarras, y el
disco de la mañana apareció en el horizonte pintando los campos de amarillo”</i>.</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En su obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Las cuatro estaciones”</i> escribe: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“En el centro de Aragón hay una estepa, seca
y asolada en el verano, de invierno frío y triste, donde apenas ríe la
primavera y escasamente humedece el aire las nubes. Son estériles labrantíos
para hombres duros como la vida misma, que miran al cielo y esperan casi
siempre en vano; hombres resignados con la suerte porque ignoran la causa de su
desdicha y han perdido hasta el recuerdo de otras épocas de mayor ventura. Pero
son los hijos de los hijos de otros hombres, que tal vez, si pudiesen hablar,
contarían el origen de tanta miseria”.</i> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En cuanto a
José Manuel Lozano, sus poemas muestran la influencia en él de la naturaleza y
sus fenómenos. Canta a la lluvia, a la semilla en tierra, al aire, a las
estaciones, etc.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y además,
se atisba en sus palabras el presentimiento y significado de la muerte.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Al igual
que el epigramista Marcial, de suyo próximo y comarcano, bajo los mismos
destellos de Bilbilis, siente asombro de la infinita belleza del Moncayo y
escribe: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Surge Moncayo, intacto, de las
sombras, coronadas tus sienes por el día, el sol es, en el párpado del alba,
una pupila inmensa que te mira”.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En otra
ocasión sueña con el río y en uno de sus más logrados poemas exclama<i style="mso-bidi-font-style: normal;">: “Yo sueño un río azul ―río entre ríos―
para hacerlo palabra de mis palabras; y me sueño en azul y me hago río, y sueño
con hacerme verso azul en los versos azules de sus aguas”.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Refiriéndose
a la presentida muerte escribe: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Ven
muerte a conseguirme, no me temas, yo te espero a pie firme, sujetando la pluma
que suspira, que rebosa sangre de poemas…”</i> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y dedica a
la playa de Zarauz, donde veraneaba, el siguiente poema: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Ha granado mi avena, al caminar, y es tuyo el tiempo virgen que perdí,
playa serena. Cuando me haya cansado de llorar los versos de mi pena, vendré de
nuevo a ti, balcón del mar, para escuchar tu recital de arena”.<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero lo más
gratificante para mi respecto a José Manuel Lozano fue la dedicatoria de su
libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Perdonadme por haberos olvidado”</i>
que reproduzco mediante fotocopia del original.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Carlos de Francia</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span></p><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhePAHR0XyagcWrQ4rW463S_nGmv03kh3J5JdegbCcZxxOsHuyB_n7Edq1naLLzKiut-Bif830-KbFq0ra9IyKVJQfeXX3ttEXRI94NixYW436ktuxrjEduWfhU5_SNGwpI-BJRO6A9kvKRCSmqOmrz00K_zj4jrp2Znv8XhcGSggqmD2VH9EghuuF/s543/DE%20POETA%20A%20POETA.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="543" data-original-width="375" height="350" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhePAHR0XyagcWrQ4rW463S_nGmv03kh3J5JdegbCcZxxOsHuyB_n7Edq1naLLzKiut-Bif830-KbFq0ra9IyKVJQfeXX3ttEXRI94NixYW436ktuxrjEduWfhU5_SNGwpI-BJRO6A9kvKRCSmqOmrz00K_zj4jrp2Znv8XhcGSggqmD2VH9EghuuF/w242-h350/DE%20POETA%20A%20POETA.jpg" width="242" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dedicatoria de José Manuel Lozano a Carlos de Francia.<br /><br /></td></tr></tbody></table></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-7619583697179617572023-04-21T13:12:00.002+02:002023-04-21T13:24:56.072+02:00CONFUSIÓN DE CONFUSIONES. EL PRIMER LIBRO SOBRE LA BOLSA (S.XVII) Edición de lecturas-hispanicas.com, adaptada al español actual, con introducción, notas, vocabulario esencial y bibliografía.<p> </p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116149926"></a><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a name="_Toc116149926"></a><a href="https://www.amazon.es/Confusi%C3%B3n-confusiones-actualizado-introducci%C3%B3n-bibliograf%C3%ADa/dp/B0BHKV24XG/ref=sr_1_1?crid=1YUI23WBA3FIO&keywords=servando+gotor%2C+confusi%C3%B3n+de+confusiones&qid=1667674736&qu=eyJxc2MiOiIxLjIyIiwicXNhIjoiMC4wMCIsInFzcCI6IjAuMDAifQ%3D%3D&s=books&sprefix=Servando+Gotor%2C+Confusi%C3%B3n+de%2Cstripbooks%2C109&sr=1-1" style="color: #ff9900; margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="3199" data-original-width="2227" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8Pnvz6p1AsLy8MalbaaHTwGrBVcvgffF2hBFadinNRydu12fccUL-3lZepwVldooezrJsL_nnoKDBgWcac8ho7wulD7ulMk6RVzcyV13sDWEL8DpURsAXgpEYVu-WQSpJP6yFdvnaeME2kZQ7mD24l32wkuREHVcxzveu7AfzQ42rBtQLNoSoyzq0/w266-h382/CONFUSI%C3%93N%202022%20OK%2016-99%20-%2024-4.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="266" /></a></div></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></i></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209713"></a><a name="_Toc116149926"><span lang="ES-TRAD">EL JUEGO DEL HOMBRE. RAZÓN Y CORAZÓN. SUPERVIVENCIA. ‘NADA NUEVO BAJO EL SOL’</span></a><i style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></i><i style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;"> </span></i></h2><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Confusión de confusiones</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">, además de ser el primer trabajo sobre la Bolsa nos implica -sobre todo- en un apasionante viaje por el pensamiento, la historia y la historiografía occidental desde Heráclito hasta nuestros días. Hasta nuestros días, no tanto porque se adelante a su época sino porque el comportamiento y el pensamiento humanos, la naturaleza humana, es universal en el espacio y en el tiempo. Reímos y lloramos hoy por los mismos motivos que reían y lloraban nuestros antepasados desde que tenemos testimonio de ellos. Así que, como leemos al inicio del <i>Diálogo Cuarto</i>, en ese mercado no había Fonciones inmunes a la risa y el llanto, como aquel excepcional militar romano así llamado. Al contrario, seguimos llorando y riendo como lloraba Heráclito, el filósofo llorón, o reía Demócrito, el filósofo risueño.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Verdad es que muchos analistas coinciden en mostrar su asombro porque las operaciones bursátiles de hoy ya existían en la Ámsterdam del siglo XVII. Más aún, que los comportamientos hoy descritos y analizados por las finanzas conductuales (<i>behavioral economics</i>), racionales o pasionales, son los mismos de entonces. Pero a poco que reflexionemos, uno <i>se asombrará de aquellos asombros</i> porque, en definitiva, siempre topamos con los mismos perros aun con distintos collares, pues toda actuación humana, toda toma de decisiones está, y siempre lo ha estado, presidida por la razón o la intuición, o por ambas a un tiempo. Y en toda época y en todo lugar, el ser humano - en general - ha venido actuando si no igual, sí de forma similar ante circunstancias parecidas. Evidentemente, el tiempo, la geografía, el progreso, y en general todo lo accidental, añaden matices. Pero solo matices. Y, sobre todo, lo que añaden son etiquetas y clasificaciones, poniendo nombre a las diversas conductas y ordenándolas; en definitiva, clasificando, sistematizando, con arreglo - todavía hoy en esencia - a aquellas pautas y categorías (<i>predicamenta</i>) marcadas por Aristóteles, quien tampoco inventó nada sino que se limitó a analizar, descubrir, poner nombres y organizar no solo la conducta humana sino todo el Universo. Nada más y nada menos. Añadió, eso sí, y esta será su más revolucionaria aportación, una herramienta (<i>órganon</i>) esencial para el progreso: el <i>silogismo</i>, instrumento que posibilita (o lo intenta) la verificación humanamente objetiva de todo argumento. Ahí nace la ciencia, algo a lo que enseguida volveremos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Lo cierto es que ni las conductas de aquellos mediadores o corredores (así llamados porque <i>corrían </i>con información o en busca de información de un lado a otro, o de un <i>corro</i> a otro), ni las de aquellos jugadores de Ámsterdam, ni las descripciones que de ellas hizo De la Vega, constituían, ya entonces, novedad alguna. Y él lo sabía, y no hace más que repetirlo. Cambiaba el contexto: aquel nuevo mercado (el de las acciones), la época, el marco geográfico y social, el idioma... Sí. Pero la naturaleza y trasfondo, las formas y contenidos de las disputas, las estrategias, los lances, los faroles y las argucias, eran y son las mismas con las que el hombre, desde que es hombre, se ha venido empleado en toda contienda (<i>agón</i>). Somos iguales cuando negociamos la compra de una mula, que la de un tractor, un smartphone, unas acciones o un bulbo de tulipán. Y somos los mismos cuando planeamos una estrategia de compra o de venta, que cuando discutimos sobre cualquier cosa, emprendemos ciertas batallas, o tomamos determinado tipo de decisiones. Cambiarán los instrumentos, las herramientas; cambiaran ciertas formas, pero siempre nos valdremos de las mismas armas: la razón y la intuición, el cerebro y el corazón: razón y co<i>razón </i>(sin<i>razón</i>). Y con los mismos modos de siempre: la honradez y la indecencia, la lealtad y la perfidia, la astucia y la torpeza, la intriga y la probidad, la ambición desmedida y la equilibrada, la rapidez o la parsimonia. Y también, como siempre, unas veces acertaremos el tiro, y otras (las más) lo erraremos. Así, desde que el mundo es mundo. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y basten como muestra las palabras del inversor húngaro </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">André<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"> Kostolany</span> (1906-1999), referidas al célebre José bíblico (el Casto José), quien vendido por sus hermanos acabó siendo ministro del Faraón, gracias - quizá preludio de Freud - a los sueños y sus interpretaciones:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 7pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">José de Egipto (…) se dedicó a especulaciones verdaderamente arriesgadas y hasta peligrosas. Este hábil consejero de finanzas del Faraón supo sacar a tiempo las debidas consecuencias de los sueños de su señor con las siete vacas gordas y las siete vacas flacas. Durante los siete años de abundancia decidió almacenar grandes cantidades de cereales que, después, durante los siete años de escasez, volvió a poner en el mercado a un precio mucho más alto. Ciertamente que hasta hoy día no se sabe con certeza si José, hace ya cuatro mil años, fue el padre genial de la planificación económica, pues guardó los excedentes de cosecha para cubrir los posteriores déficits, o si —<i>honni soit qui mal y pense </i>[maldito el que piense mal]— fue, sencillamente, el primer especulador de la historia, que se limitó a comprar una mercancía barata para venderla más cara cuando llegó a escasear. (<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Kostolany, 2012).</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 5pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Maniobra que nuestro mercantilista José de <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Benito</span> calificó de «bella operación alcista». En efecto: ya en el <i>Génesis,</i> la primera narración del Libro de las tres religiones.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y es por todo esto que De la Vega, seguramente consciente de esta universalidad, nos invita a un viaje extraordinario por la apasionante historia y los libros de nuestra cultura occidental. Demostrándonos que siempre fue así. Y lo hace reiterada y conti-nuadamente, comparando las conductas de los inversores de su época con las de los protagonistas de las más antiguas gestas y desgracias, incluida la que nos costó la pérdida del Paraíso, cuando alude al engaño y la ambición desmedida de algunos inversores a los que,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 5pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">como a Adán, les agrada el cetro, y los tientan las serpientes para ser, también como Adán, más de lo que pueden, y acabar siendo después menos de lo que son. (1.8).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 5pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y acertadamente califica la negociación bursátil como un <i>juego</i>, y la compara con el que seguramente es el juego más antiguo de naipes en Europa, el conocido como <i>juego del hombre:</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 5pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">A este negocio se le llama generalmente juego, y yo digo que este juego es el del hombre; bien porque todos aspiran en él a ser hombres, bien porque todos entran en él, bien porque en esta baraja tiene tanto valor la espadilla, bien por lo que tienen algunos de matadores, bien por lo que se atiende a los reyes, o bien porque cada figura puede ser un tesoro y cada carta un triunfo</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">. (<i>Dedicatoria</i>).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 5pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En realidad, se trata del irremediable juego al que naturalmente todos estamos condenados: el de la supervivencia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y esa evolución social colectiva, solo en lo accidental, también se constata en el crecimiento de toda persona individualmente considerada. Porque desde niños en nuestros juegos, en nuestros retos cotidianos, <i>contra</i> nuestros propios padres, nuestros propios amigos y enemigos, <i>contra</i> nuestros propios preceptores, nos valemos de las mismas artimañas, urdimos las mismas tretas y argucias que con la edad y la experiencia iremos puliendo y perfeccionado para seguir subsistiendo. Ese es el juego del hombre. De todo hombre. <i>Nada nuevo bajo el sol:</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">¡Vanidad de vanidades!</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;"> - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad! ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol? Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece. Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir. Sopla hacia el sur el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sigue el viento y vuelve el viento a girar. Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar donde los ríos van, allá vuelven a fluir. Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el oído de oír. Lo que fue, eso será; lo que se hizo, ese se hará. <i>Nada nuevo hay bajo el sol</i>. Si algo hay de que se diga: «Mira, eso sí que es nuevo», aun eso ya sucedía en los siglos que nos precedieron.<i> </i>(<i>Eclesiastés</i>, 1, 2-10)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209714"></a><a name="_Toc116149927"></a><a name="_Toc115933632"><span lang="ES-TRAD">EUROPA: EL MATIZ</span></a></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><br /></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En sustancia, pues, siempre lo mismo. No sabemos si es que todo es eternamente <i>uno</i> (lo mismo), o es que seres y aconteceres se repiten circularmente en ese <i>eterno retorno</i> al que tantas vueltas le han dado los filósofos. En todo caso, es solo - y nada menos que - en los matices donde se expresa la diferencia. Y esos sí los aporta el paso del tiempo y la cultura. Esa cultura occidental por la que <i>Confusión de confusiones</i> puede guiarnos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Europa. Siempre Europa. ¿Y por qué? Porque es aquí donde se fraguó el progreso humano hacia unas cotas de bienestar jamás alcanzadas en ninguna otra parte del orbe. Algo de todo punto indiscutible, eficazmente resumido por Max Weber ya a principios del siglo pasado, al constatar que solo en Occidente hay ciencia, ciencia racional verificada, <i>stricto sensu</i>: astronomía, geometría, ciencias naturales (química, bioquímica, etc.); historia, derecho. Y solo en Occidente ha conseguido germinar una expresión, una profundidad y un análisis y estructuras racionales sin parangón. En el arte: música (armonía, contrapunto, orquestas estructuradas racionalmente, escritura – pentagrama -, sonatas, sinfonías, ópera…), arquitectura (bóveda gótica funcional...), pintura… Solo Occidente ha concebido universidades y academias para el cultivo sistematizado y racional de las especialidades científicas, la formación del ‘especialista’… Solo en Occidente resultó factible la imprenta de tipos móviles (con todas sus consecuencias)<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn1" name="_ftnref1" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 21.4667px;">[1]</span></span></span></a>. Solo en Occidente se forjó el Estado estamental, con parlamentos de representantes del pueblo elegidos, partidos con expectativas de gobierno, y todo estructurado por una Constitución racional y una administración de funcionarios especializados. Y solo en Occidente se ha generado un sistema de capitalismo también racional que, con independencia de cómo haya podido degenerar, descansa en la expectativa de una ganancia debida al juego de recíprocas probabilidades de cambio formalmente libres (sin esclavos) y pacíficas (sin violencias).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">A todo lo cual, y desde la perspectiva de nuestros tiempos habría que añadir los progresos originados por las diversas revoluciones que Max Weber o no conoció o, si las conoció, no llegó a comprobar su ulterior y más profundo alcance.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Lo cierto es que todo ello ha servido para que, aun con abundantes corruptelas y hasta perversiones (inherentes a la naturaleza humana), haya sido Occidente el crisol donde han germinado las sociedades con mayor bienestar personal (salud y libertad) y social (una organización y una convivencia seguras y garantes). O, lo que es lo mismo, con mayor bienestar humano. Y aprovechando todo este bagaje cultural y científico, el resto de civilizaciones. Otras civilizaciones que pronto nos adelantarán si no lo han hecho ya. Superación o superaciones, en todo caso, cimentadas esencialmente en esa tradición europea a partir de la cual habrá que esperar que, tomando el testigo, continúen y mejoren nuestro legado. Algo que tampoco es nuevo: Roma acabó con Grecia, pero seducida por Grecia, al igual que los bárbaros destruyeron Roma, pero salvando y asumiendo finalmente todo el legado helenístico (incluso durante la erróneamente calificada como <i>negra</i> Edad Media).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Bien, pues uno de los recorridos que <i>Confusión de confusiones</i> nos propone discurre precisamente por los recovecos de estos cimientos hasta la época (su época) del Barroco, en lo formal. Pero - se insiste – extensible hasta nuestros días en lo estrictamente humano y universal. Y el testimonio que posibilita este maravilloso <i>grand tour</i> por el universo humano está fundamentalmente en los libros. Ellos constituyen el vehículo que nos conducirá en nuestro apasionante viaje, diestramente pilotado por un José Penso de la Vega amante del mundo, del hombre y de su expresión más característica, que como tal lo define y diferencia: la palabra, el logos, la letra. La literatura. Pero ¿cómo se las ingeniaban estos eruditos para disponer, ya en aquella época de tantos libros, de tanta información?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209715"></a><a name="_Toc116149928"></a><a name="_Toc115933633"><span lang="ES-TRAD">LIBROS, BIBLIOTECAS, UNIVERSO</span></a><span lang="ES-TRAD"></span></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 5cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";">El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas.<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 5cm; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";">(J.L. Borges: <i>La biblioteca de Babel</i>)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Andan nuestros confusos tiempos indeleblemente marcados por internet, sin duda la invención más revolucionaria de la humanidad desde la imprenta. Hoy, el curioso y estudioso dispone de una información hasta ahora solo imaginada. Puede navegar por miles de libros y documentos de cientos de archivos y bibliotecas de todos los tiempos y todos los espacios, haciendo realidad, y hasta superando, aquella biblioteca infinita de Babel ideada por Borges. Y sin moverse de su asiento, frente al ordenador, o desde su tablet o smartphone. En este último caso, acarrea su archivo infinito allá donde va, porque lo lleva en su bolsillo. Con una velocidad de búsqueda de resultados inmediatos que le transporta no a la ficha del documento sino al documento mismo. Y si el texto se visualiza con caracteres diminutos, puede ampliarlo cómodamente a su gusto o necesidad, sin valerse de lupas ni lentes. Y si se le muestra en idiomas desconocidos, incluso puede traducirlo en cuestión de segundos, mediante traductores algorítmicos que día a día se van perfeccionando, porque día a día se enriquecen con nuevos significados y sentidos, nuevas variantes y nuevos giros.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Ante semejante prodigio, aún llama más la atención saber cómo se las podían arreglar aquellos eruditos del Renacimiento o del Barroco para disponer y disfrutar de todos esos libros por los que navegaron, tan caros de conseguir no solo por su precio sino también por su escasez, y ello aun teniendo en cuenta que desde la aparición de la imprenta las publicaciones ya se habían multiplicado exponencial-mente. Cualquier drama de nuestro Siglo de Oro aparece salpicado de citas eruditas más o menos explícitas, más o menos literales. Evidentemente, la respuesta está en que contaban ya con buenas bibliotecas, públicas y privadas. Pero, sobre todo, siempre podían recurrir a obras enciclopédicas, misceláneas y polianteas, auténticos arsenales de los que echar mano y servirse. Mero recurso, en todo caso. Y abusar de él no parecía estar bien visto. De hecho, el prota-gonista de nuestra obra, el <i>Accionista</i>, amonesta al <i>Mercader</i> en estos términos:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">Leísteis dos polianteas, de las que memorizasteis tres galanterías, cuatro agudezas, seis historias. Hojeasteis como mucho el diccionario poético de Estienes, el geográfico de Ortelio, el filosófico de Géclenio, el químico de Rolando, el matemático de Dasipodio, y el etimológico de Fungero, y os permitís por ello afirmaciones como que Aristóteles no fue suficientemente profundo, ni Séneca tan moral, ni Néstor más suave, ni Isócrates más atento, ni Hipérides más agudo, ni Demóstenes más vehemente ni Tesauro más erudito. (2.12).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Pero de todo se servían aquellos sabios voraces.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Las <i>polianteas</i> (literalmente: <i>diversas flores</i>), eran colecciones misceláneas enciclopédicas para artistas y estudiosos con dichos, tópicos y los más variados materiales entresacados de las fuentes clásicas griegas y latinas, y de la Biblia. Confeccionadas especial-mente en latín entre los siglos XVI y XVIII, fueron germen de erudición para todos ellos. Y resulta en todo caso evidente que el propio De la Vega se sirvió de unas cuantas<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn2" name="_ftnref2" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 21.4667px;">[2]</span></span></span></a>. Y entre las enciclopedias en lengua castellana de su época, echó mano especialmente de las de Alessandro Tassoni (1565-1635) y Eusebio de Nieremberg (1595-1658).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Con todo, resulta evidente que De la Vega se sirve y disfruta o deleita con estas recopilaciones. Como también resulta evidente que disponía de una nutrida y variada biblioteca personal, así como que tenía acceso a otras bibliotecas de familiares y amigos que compartían con él similares motivaciones literarias. Solo así consigue hacer de <i>Confusión de confusiones</i> un magnifico catálogo de citas y referencias de lo más florido de todos los tiempos entonces conocidos. Abarcando, además, las más diversas materias: historia, geografía, física, aritmética, literatura, lógica, filosofía etc. Y todo orientado especialmente a describir y sobre todo explicar la conducta humana. Consiguiendo así ese interesante compendio de la mentalidad occidental esencialmente forjada con el hebraísmo, el helenismo y el cristianismo. Y en este último caso, a pesar de que en toda la obra, la única referencia a Jesucristo que encontramos alude a Él como Profeta (4.4), puesto que al margen de las indudables influencias de autores cristianos que se constatan en De la Vega (católicas y, sobre todo, protestantes), <i>Confusión de confusiones</i>, como él mismo expresa, pretendía tener la más amplia difusión:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.45pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">He decidido traducir estos discursos al francés, para difundir más la noticia de un juego sobre el que nadie hasta hoy ha escrito aún. (2.14).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> No llegó a traducirse, cierto. Pero la voluntad de proyección universal de nuestro autor se hacía patente en esas líneas. Por ello llama la atención en la obra esa escasez de referencias explícitas al cristianismo, otro de los pilares esenciales de la cultura occidental. Deficiencia solo comprensible bajo la presión de la fuerte censura imperante en la comunidad judía de Ámsterdam. Apremio que también explica el que la mayor parte de las publicaciones de De la Vega (como las de otros sefardíes) figuren impresas en Amberes, cuando en realidad habían sido estampadas en la capital holandesa<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn3" name="_ftnref3" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 21.4667px;">[3]</span></span></span></a>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Por lo demás, todo apunta a que la idea inicial de la obra hundiera sus raíces, como luego veremos, en una concreta ruina personal por él sufrida, una mala inversión por una decisión errónea; que tal fracaso, le moviera a trasladar al papel su experiencia, las causas y los errores cometidos. De modo que, con visos de manual o tratado, sirviera a los demás de advertencia, tal y como afirma en el <i>Prólogo</i>, pintando<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.45pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">con el pincel de la verdad las tramas con que lo ejercen los pícaros que lo mancillan, para que a unos sirva de delicia, a otros de advertencia, y a muchos de escarmiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En todo caso, por las razones que fueran, aunque muy especialmente por aquel afán divulgador y universal expresamente confesado y pretendido, De la Vega iluminó lo que inicialmente quiso ser un mero desahogo personal por su fracaso y una advertencia para los demás, con ejemplos y metáforas extraídas del inmenso arsenal de propuestas y soluciones que la cultura occidental escrita encierra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Dicho lo cual, podemos acercarnos ya a nuestro autor y a su contexto histórico, que por lo demás no deja de ser el resultado práctico hasta entonces de aquella tradición cultural europea y, especialmente, mediterránea. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209716"></a><a name="_Toc116149929"></a><a name="_Toc115933634"><span lang="ES-TRAD">EL AUTOR Y SU OBRA. BRUMA Y CONFUSIÓN</span></a></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">José de la Vega (1650-1692) es un judío sefardí con raíces en la Península Ibérica, seguramente de origen portugués o gallego. Todo él, aun a pesar de que existen numerosos testimonios escritos propios y ajenos sobre su persona, está envuelto en cierta suerte de bruma y hasta confusión, empezando por los diferentes nombres con que firma sus obras.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">A este respecto es necesario recordar que muchos hebreos españoles se veían obligados a cambiar de nombre para ocultarse de las persecuciones de que eran objeto. Pero es que, además, en el pueblo judío los nombres tienen más importancia que en otros, porque su lengua, su idioma, es para ellos una lengua santa. Con ella creó Dios el universo. Las 22 letras del <i>álef-bet</i> (su alfabeto) representan 22 formas diferentes de la energía vivificante de Dios, penetrando en el cosmos y dotándolo de vida. El <i>Génesis</i> sugiere - y hasta el evangelista Juan así lo vio - que Yahvé creó todo exclusiva-mente con su palabra: «Dijo Dios: 'Haya luz', y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó a la luz 'día', y a la oscuridad 'noche'». (<i>Génesis</i>, 1, 3-5). Primero es, pues, el nombre, la palabra, y luego el ser: «porque conforme a su nombre, así es». (<i>Samuel</i>, 25.25). Por eso hay un <i>midrash</i> (interpretación de textos sagrados) que dice que cuando completemos nuestros años en este mundo y nos enfrentemos al juicio del cielo, se nos preguntará si hicimos honor a nuestro nombre. Todo esto puede explicar, pues, esa tendencia de los hebreos a cambiarse de nombre: porque dicho cambio supone también un cambio en ellos mismos y en su fortuna. La Torá (el Pentateuco) contiene suficientes ejemplos: Abram, pasó a llamarse Abrahám (<i>Génesis </i>17:5); Sara, Sarai (<i>Génesis</i>, 17:14) Jacob, Israel (<i>Génesis</i>, 32:29) etc. No debe extrañarnos, pues, que nuestro propio autor emplee diversos nombres para firmar sus obras, aunque algunas veces, seguramente las más, también por razones de oportunidad: Joseph de la Vega; Joseph Penso; Joseph Penso de la Vega; o José Penso Félix, o Joseph de la Vega Pasariño</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Pues bien, tanto <i>Rumbos peligrosos</i> (volumen con tres novelas) como <i>Confusión de confusiones,</i> los firmó como Iosseph de la Vega, apellido español de la madre, que también se acostumbraba a poner a los hijos que como De la Vega nacían en segundo lugar. Y este apellido ya comporta por sí mismo dos referencias literarias españolas de fuste: la del príncipe de los poetas castellanos, el <i>lírico</i> Garcilaso y la del afamado dramaturgo (<i>cómico</i>) Lope, tal y como consta en la décima escrita por Simón de Barrios, en el <i>Digno elogio</i> que precede a las tres narraciones de <i>Rumbos peligrosos</i>:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 92.15pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Cómico el VEGA primero<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 92.15pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Lyrico el segundo, son<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 92.15pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Del Parnaso admiración,<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 92.15pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y maravilla el tercero.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">La segunda confusión la encontramos en el lugar de su nacimiento. La mayor parte de los autores sostienen que fue en Espejo (Córdoba), pero otras localidades como Ámsterdam y Lisboa se disputan esta procedencia que, últimamente, Fernando J. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo </span>(2019<sub>b</sub>:13)<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"> </span>sitúa en Hamburgo. Como se ha dicho, De la Vega fue el segundo de los diez hijos que tuvieron Isaac Penso Félix y Esther de la Vega, judíos conversos con un buen estatus económico. Por eso, y seguramente también por sonar más a español, firmó como De la Vega, especialmente, <i>Confusión de confusiones</i>, que pretendía ser su libro de mayor difusión y proyección geográfica. El español era su lengua y, además, estaba de moda.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">La tercera confusión se centra en el supuesto encarcelamiento de Isaac, el padre, y su ulterior salida de España con su familia. Respecto al apresamiento, no se conoce con certeza la causa. Si bien la mayoría de los autores señalan que fue por problemas económicos, otros aluden a que pudo ser acusado de falso judío converso (<i>marrano</i>), o por ambas circunstancias a la vez. Lo cierto es que, Isaac y Esther, dejaron España. Y es la datación de este preciso momento de abandono de la Península Ibérica lo que divide a historiadores y biógrafos para concretar si fue anterior o posterior al año 1650, en que nació nuestro autor. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Torrente Fortuño</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> (1980:27) afirma que Isaac «logró salir en 1650 y desde Lisboa se dirigió a Amberes, Middelburgo y Ámsterdam». Otros añaden que entre Middelburgo y Ámsterdam, vivieron en Hamburgo. Y, de hecho, en las actas de la diáspora de Hamburgo, consta que el 1 de septiembre de 1652 Isaac fue nombrado <i>Parnás </i>de la comunidad sefardí de la ciudad (algo así como administrador o gobernador), lo que acredita que difícilmente pudiera ser un recién llegado; motivo este - junto con otros argumentos - que es el que ha llevado a </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">(2019<sub>b</sub>:13) a concluir que José de la Vega pudo haber nacido en esta ciudad alemana.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Una cuarta confusión, más bien sombra, se produce durante todo ese periodo entre Amberes y el asentamiento en Ámsterdam. Apenas hay noticias de esta época, pero resulta indudable que la familia estuvo económicamente bien situada. Lo que posibilitó que José de la Vega pudiera adquirir una recia formación humanística. Incluso, quienes mantienen que nació en la Península Ibérica le atribuyen estudios en Córdoba y Alcalá de Henares.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En Ámsterdam, la familia también se integró rápidamente en la poderosa comunidad sefardí allí residente (la nueva <i>Jerusalén del norte</i>), plaza que acabaría siendo el centro mundial del intercambio comercial y en la que se creó, a principios del siglo XVII, la Compañía de las Indias Orientales, cuyo mayor accionariado estaba precisamente en manos de estos judíos procedentes de la Península Ibérica. Isaac Penso se convirtió entonces en una figura importante del mundo de las finanzas, y en un notable mecenas, llegando incluso a fundar una jeschiba o academia religioso-cultural denominada Keter Torah. Y el joven José de la Vega también escribirá en este periodo, con solo 17 años su primera obra: un drama alegórico en hebreo, titulado <i>’Asîrê ha-Tiqwâ</i> (<i>Prisioneros de la esperanza</i>).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En seguida, en 1674 o 1675, viaja a Livorno para atender negocios familiares regentados por su hermano Abraham. Tampoco son muy precisos los datos que tenemos de esta época, si bien se sabe que fue aquí, en la Toscana, donde tuvo tres hijos con su mujer, Ribca, </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">y donde adquirió una consistente experiencia como comerciante, amén de estar plenamente integrado en la comunidad hebrea, en la que - al igual que su padre en Hamburgo - llegó a ostentar el cargo de <i>Parnás </i>entre 1677 y 1682. Pero sobre todo, estos años serían cruciales «para forjar su personalidad como rétor <i>[maestro orador]</i>, fruto de las relaciones literarias y de las provechosas lecturas de los principales autores del Barroco italiano, a los cuales no solo tomó como ejemplo y modelo a la hora de escribir sus propias obras, sino que incluso los tradujo al castellano». (</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo, </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">2019<sub>b</sub>:</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">164). Siendo aquí, igualmente, donde participará en la fundación de la academia de los Sitibundos (<i>sediento</i>s), institución literaria, a imitación de las italianas, muy admirada en círculos europeos, en la que contando con el visto bueno de la comunidad hebrea se pronunciarán discursos y se debatirá sobre asuntos literarios, todo ello con vocación divulgadora y de fomento artístico e investigador. Su presencia aquí resultará decisiva para su dedicación literaria, pero siempre sobre la base económica que le proporciona su principal actividad profesional como hombre de negocios.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En 1683 se ve obligado a regresar precipitadamente a Ámsterdam, no se sabe exactamente por qué, aunque una de las razones (sin duda la fundamental) fue la grave enfermedad de su padre que a la postre acabó con su vida el 24 de marzo de aquel mismo año. Lo cierto es que va a ser aquí, en Ámsterdam, donde la carrera literaria de José de la Vega adquirirá un especial empuje. De hecho, es también en este año cuando firma su primera obra: la ya citada <i>Rumbos peligrosos</i>, resultando decisiva su participación, incluso como secretario, en la academia de los Floridos, fundada por el mecenas Manuel Belmonte, con una fuerte influencia de la academia de los Sitibundos de Livorno, en la que también había participado este último como juez literario. Y será también en esta etapa cuando publicará la mayor parte de sus obras, algunas de las cuales ya habría escrito o comenzado a escribir en la Toscana, si bien tales publicaciones - como ya se ha apuntado - tendrán un carácter clandestino, figurando falsamente como impresas en Amberes, para eludir así la recia censura de la comunidad hebrea de Ámsterdam. En este contexto se publicará, en 1688, <i>Confusión de confusiones</i>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">De la Vega fallecerá cinco años después, probablemente a causa de uno de aquellos frecuentes ataques de gota de los que se queja en el propio <i>Diálogo Cuarto</i>, con el típico sarcasmo que salpica toda la obra, «porque parece que la fortuna quiere que sepan todos de qué pie cojeo». (4.5). Tampoco la fecha exacta de su muerte es un dato pacífico, aunque todo apunta al 13 de noviembre de 1693. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Su legado literario nos deja numerosas obras, todas ellas en español (salvo la primera ya citada, <i>Asiré ha-Tikvah</i> - <i>Los prisioneros de la esperanza - </i>): unas oraciones fúnebres por la muerte de sus padres, varios discursos académicos y diversas prosas y panegíricos. Porque De la Vega era un obligado prosista dadas sus nulas dotes por él mismo reconocidas para el verso en su ‘Prólogo al lector’ de <i>Fineza de la amistad</i> (la primera de las tres novelas de <i>Rumbos</i>):<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.45pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">También te apunto que los versos (porque tengo más de Orador que de Poeta) son de mi amigo el Insigne Capitán Don Miguel de Barrios, a quien supliqué que me adornase con sus flores, los asuntos bosquejos que le di para ellos. (</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">1683<sub>b</sub></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Pero nuestro autor fue, ante todo, un inversionista. Vivió como tal, no solo por cuenta propia sino también asesorando y mediando como corredor de Bolsa. La actividad literaria, a la que por supuesto dedicó mucho tiempo, tanto como escritor como voraz lector y estudioso, no le confirió la fama que él sin duda deseó y buscó, pero sí le produjo puntuales y a veces sustanciales ganancias. También le reportó un sólido prestigio personal en la comunidad judía. Pero fueron sus ingresos como inversionista los que le proporcionaron una vida económicamente holgada, a pesar de algún importante -aunque también puntual - fracaso, que sería uno de los motivos que le llevarían a escribir <i>Confusión de confusiones</i>.</span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; text-indent: 14.2pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Por eso convendrá adentrarnos, siquiera sea someramente, en el mundo de las finanzas de aquella Ámsterdam.</span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209717"></a><a name="_Toc116149930"></a><a name="_Toc115933635"></a><a name="_Toc112565418"><span lang="ES-TRAD">LA PRIMERA BOLSA. COMPAÑÍA POR ACCIONES. </span></a><span lang="ES-TRAD">DE LA BURBUJA DE LOS TULIPANES A ‘CONFUSIÓN DE CONFUSIONES’</span></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 6cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 5cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";">Para entender mejor todo esto, debéis saber que participan en este negocio tres clases de personas, unos como <i>príncipes</i>, otros como <i>mercaderes</i>, y los últimos como jugadores. (<i>Confusión de confusiones</i>, 1.3).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En el siglo XVII se consolidan los imperios ultramarinos. Europa se convierte en una potencia colonial fruto del capitalismo comercial, que había encontrado una auténtica mina en el descubrimiento y colonización de nuevas tierras. El comercio de especias (valiosas por diversos motivos) siempre fue una actividad de gran rentabilidad. Y, dejando aparte las Indias Occidentales, monopolizadas por España y Portugal y en las que no se cultivaban especias, Ámsterdam lideró el mercado hasta entonces fundamen-talmente en manos de las repúblicas italianas de Génova y Venecia. Una de las claves del éxito neerlandés, y seguramente la principal, fue la creación de la primera compañía por acciones. Esto es fruto de una mentalidad capitalista, en cuyas raíces - según Max Weber - está el protestantismo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Este es el escenario: los grandes retos humanos, las grandes empresas, necesitan un soporte económico para el que no siempre es fácil encontrar bolsillos dispuestos a financiarlos. El Estado suele ser una posibilidad, y Cristóbal Colón, buscando una nueva ruta hacia las Indias que le llevara a las ansiadas especias había conseguido algo más de un siglo antes la colaboración de la Corona de Castilla. Otros aventureros conseguían o disponían de recursos privados. En todo caso, como resume <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Álvarez Nogal</span>,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">era imposible que una sola fortuna financiase cualquiera de estas compañías (…). La solución consistió en constituir compañías por acciones, superando las viejas fórmulas medievales (…). Las compañías por acciones eran frecuentes en el ámbito marítimo (…) pero muchas veces se limitaban a subdividir la propiedad de las embarcaciones (…) Esa multipropiedad permitía repartir beneficios (…) pero en ningún caso daba origen a compañías por acciones, ni esas participaciones se comercializaban de forma activa (…) La novedad holandesa consistió en que las empresas buscaron financiación vendiendo participaciones en el mismo mercado donde a diario también se comercializaban los títulos de deuda pública del Gobierno. (2015:77).</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Así nació la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (Verenigde Oostindische Compagnie, VOC), fundada en 1602 y disuelta en 1795. Verdadera multinacional, fue la mayor y la más imponente de las empresas comerciales europeas de la era moderna que operaron en Asia, y la primera en salir a bolsa. Sus acciones se emitieron en 1602 a un precio nominal de tres mil florines, y en 1688, año de publicación de <i>Confusión de confusiones</i>, su valor se había multiplicado por seis.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En 1621, se crearía también la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales (Geoctroyeerde West-Indische Compagnie, WIC) para el mercado norteamericano, dado que el del sur de aquel continente seguía monopolizado por España y Portugal.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Las acciones, también llamadas <i>partidas</i>, por representar una <i>parte</i> de la propiedad, proporcionan normalmente a su titular (al igual que hoy) dos clases de rendimientos. En primer lugar, y para cuyo fin fueron concebidas, los <i>dividendos</i>, que se producen cuando la sociedad obtiene beneficios y los reparte. En segundo lugar, las <i>plusvalías</i> que pueda generar la venta de tales acciones cuando su precio de venta supera al que se pagó por su adquisición. El primero de estos casos, el de los <i>dividendo</i>s, sería el que De la Vega denomina negocio de "príncipes": compran las acciones, y se limitan a esperar el cobro de tales rendimientos si es que estos se producen. El segundo (fijar la atención en una eventual <i>plusvalía</i>) es más propio de mercaderes o comerciantes. Ahora bien, cuando de este negocio centrado en la plusvalía se hace un juego, convirtiendo a los mercaderes en tahúres especuladores, estaríamos en un tercer supuesto: el de los "jugadores" (1.3); caso en el que, por la vehemencia y ambición propia del accionista, se generan normalmente mayores riesgos con las consiguientes dosis de azar, dando lugar a menudo a complejas, extrañas y aun engañosas operaciones y estrategias que, cuando las cosas vienen mal dadas, acaban con el jugador ahogado (ahorcado) en manos de desaprensivos prestamistas. De ahí que el <i>Mercader </i>acabe diciendo: "pues yo me quedo en mis sombras, sin pretender ser maravillas", y el <i>Filósofo</i>, a su vez, elija plantarse en sus "precisiones teológicas"(1.3).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Lo normal sería que el precio de las acciones estuviera en consonancia con la rentabilidad de la empresa, de modo que si esta produce abundantes beneficios, las acciones deberían aumentar su precio. Y viceversa: si el negocio o empresa va mal, las acciones deberían cotizarse a la baja. Sin embargo, la especulación hace que el valor real de la empresa, de un lado, y sus acciones, de otro, acaben por llevar caminos dispares y hasta opuestos. Ocurre así que las acciones de una empresa que va mal aumenten de precio o, al contrario, que las de una empresa que va bien, bajen. El inversor, pues, no solo piensa en el precio actual de las acciones sino sobre todo en la evolución del mismo en el futuro. Y ahí está el elemento azaroso que hace de esto un juego especulativo, en el que se puede ganar o se puede perder debido a numerosos e incontrolables motivos y circunstancias. A veces, el jugador acierta y gana. Otras, pierde.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Esta disparidad entre el coste y el valor real de las acciones, es lo que siempre ha ocurrido con el resto de las cosas: que su precio puede acabar resultando totalmente ficticio por desproporcionado respecto a su verdadero valor, algo que suele ocurrir especialmente cuando aparecen en el mercado productos innovadores que se consideran muy provechosos o ventajosos para la sociedad. Estos atraen la admiración y curiosidad general, que culmina en una fiebre compradora de los inversores provocando la consiguiente alza en los precios o cotizaciones, fruto de la inexorable ley de la oferta y la demanda. A esta sobrevaloración se la conoce como <i>burbuja</i> porque de una auténtica burbuja se trata, cuyo interior por grande que parezca desde fuera solo alberga aire. Humo. Y esta ficción se puede sostener durante cierto tiempo, pero lo normal es que, tarde o temprano, cuando los inversionistas adquieren verdadera conciencia de semejante desproporción, exageración y dislate, la fiebre compradora se convierta en vendedora y el precio de las acciones o el de cualquier otro producto se desplome (<i>crack</i>). La burbuja explota y el mercado quiebra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Eso es lo que ocurrió con la conocida como <i>tulipomanía</i> o <i>crisis de los tulipanes</i>, que acabó pinchando en el año 1637. Se trata de la primera gran burbuja económica de la historia, como consecuencia de los bulbos de tulipán. Esta exótica flor se puso de moda en Europa, y provocó tal euforia, que todo el mundo quiso enriquecerse con ella. Todos plantaban y encargaban bulbos. Muchos hasta abandonaron sus trabajos para enriquecerse con este negocio. Además, en los Países Bajos se había conseguido tal cantidad de variantes y colores por medio de cultivos experimentales, que alcanzaron precios absolutamente descabellados. Hasta que al final, impuesta la cordura y sensatez, la efervescencia amainó, a lo que ayudó la peste bubónica que asoló a la nación en 1636, y se pasó de pagar con una lujosa mansión un solo bulbo a quedar desierta la venta de un lote de medio kilo por 1250 florines. El pánico se apoderó de todo el mundo, la fiebre compradora se tornó en vendedora y la economía neerlandesa quebró.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">También De la Vega, como ya se ha dicho, fue víctima de una mala inversión. Y a ello se refiere el <i>Accionista</i> cuando el <i>Mercader,</i> en referencia a un desplome padecido en los años 1687-1688, se interesa por «los motivos por los que las acciones acabaron en tan inaudita catástrofe, cayendo en tan breve tiempo por tan lamentable precipicio». (4.6). Aunque Fernando J. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo</span> advierte que, «si se atiende a las estadísticas mercantiles de 1687 y 1688, no se deberían considerar estos dos años como los peores, puesto que la caída de los beneficios no es demasiado acusada. En realidad, <i>Confusión de confusiones</i>, en este sentido, solo retrata el varapalo que sufrió Penso como accionista a causa de una operación financiera fraudulenta». (2019<sub>b</sub>:149). Apreciación de todo punto compatible con lo expresado por <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">García de la Rasilla</span>, cuando mantiene que, en realidad, muchas de las situaciones y circunstancias de la crisis bursátil detalladas por De la Vega en <i>Confusión de confusiones</i>, las extrae precisamente de la famosa burbuja de los tulipanes de 1637, estando toda la obra impregnada de esas especulaciones, resultando curioso «que un erudito como de la Vega y en su libro tan completo sobre las operaciones de Bolsa, las maniobras y la especulación no se refiera a esta burbuja tan comentada después por otros autores». (2012:55).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Este revés económico personal de De la Vega, reiteramos, es el que está en la raíz de <i>Confusión de confusiones</i>. Algo que, por lo demás, sabe afrontar con energía, erudición, literatura y humor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> <o:p></o:p></span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209718"></a><a name="_Toc116149931"></a><a name="_Toc115933636"><span lang="ES-TRAD">GÉNERO Y ESTILO. IDIOMA Y MENTALIDAD</span></a></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">El <i>diálogo,</i> como género literario, se inicia con Platón y se revitaliza durante el Renacimiento, siendo nuestra obra un ejemplo más de dicha revitalización. Porque, aunque haya críticos que lo cuestionen, en <i>Confusión de confusiones</i> concurren los ocho elementos esenciales del género: (i) unos personajes discuten sobre el asunto elegido; en este caso el juego de la Bolsa de Ámsterdam. (ii) A diferencia del drama, el diálogo carece de toda acción que no sea el propio debate. (iii) Ni siquiera existe o se describe un espacio o escenario geográfico en que tal diálogo haya de producirse o desarrollarse, adoleciendo igualmente de (iv) una total ausencia de acotaciones o indicaciones del autor. Además, (v) los personajes son o deben ser muy pocos (en nuestro caso tres). Normalmente (vi) uno de ellos es el experto en la materia y los otros, en general, discípulos, aunque también pueden ser colegas o simplemente amigos interesados en la cuestión. (vii) El primero dirige y modera el debate, y (viii) entre todos, confrontando sus ideas, avanzan en el análisis esclareciendo cuantos detalles y dudas se suscitan, sugiriendo ideas, hipótesis y puntos de vista que enriquecen y avanzan en la visión y conocimiento del asunto. En nuestro caso, el <i>Accionista</i> sería el experto, y el <i>Mercader</i> y el <i>Filósofo</i> los discípulos que quieren conocer mejor el juego de la Bolsa y las múltiples y curiosas conductas y sensaciones humanas que en él se suscitan. Debaten sobre la conveniencia, necesidad u oportunidad del propio mercado de las acciones, su finalidad, y cómo se desarrolla en la práctica: ajustándose a dicha finalidad o adulterándola y degradándola. Evidentemente, el contenido sobre el que versa el diálogo no altera su propia naturaleza, como podría ocurrir en otros géneros. No. En el diálogo cabe todo aquello que se preste a polémica, reflexión y discusión, y que fruto de tal confrontación que sus varias perspectivas aportan consiga nuevas visiones e hipótesis que ahonden en el conocimiento de la materia tratada, su naturaleza, efectos, utilidad y necesidad. Los personajes son limitados porque limitadas han de ser las perspectivas con que se aborde el asunto, si la dialéctica pretende ser - y en el diálogo debe serlo - verdaderamente operativa y constructiva. Puesto que, además de la del perito en la materia, la visión menos experta de los profanos será también más fresca y distanciada y servirá de acicate y contrapunto a la más firme y experimentada pero también más deformada, encorsetada y amanerada del maestro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">A pesar de ello, se ha llegado a hablar de <i>Confusión de confusiones</i> como un tratado de Bolsa, género que quien más acertadamente lo ha descartado, y además de modo concluyente, ha sido Torrente <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Fortuño</span> (1980:58-59): «<i>Confusión de confusiones</i> (…) no es obra de un economista ni de un historiador ni de un mercantilista. Falta temática para ser un tratado, falta sistematización, valora de modo muy diverso los componentes de la institución bursátil, carece del menor estudio sobre fuentes, no tiene ningún aparato jurídico». También se ha dicho que es una miscelánea o un florilegio, por la enorme cantidad de autores, citas y datos históricos y hasta científicos que reseña. Y por eso acierta <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Rey Hazas</span> cuando afirma que <i>Confusión de confusiones</i> es mucho más que todo esto. Que estamos ante un <i>diálogo misceláneo enciclopédico</i>: «un diálogo y simultáneamente una miscelánea barroca, pariente por tanto de las silvas y jardines del XVI y de obras enciclopédicas más cercanas del XVII», donde tiene cabida «todo el saber universal sin problemas porque el tema era el universo mismo; si no, casi daba igual porque recurrían al tópico del pequeño mundo, del hombre como un mundo abreviado». (2015:154). Y aquí es donde radica la importancia, la trascendencia de la obra. Un tratado sería interesante, sí; especialmente dada la novedad y el momento que describe y en que se escribe. Pero no emanaría de él, como emana de nuestro diálogo, ese saber humanístico universal con que su autor lo impregna, invitándonos a un apasionante viaje por la historia occidental; especialmente de su pensamiento. Porque, con ocasión de hablar de la Bolsa, De la Vega aprovecha para introducirnos en la psicología humana.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Por lo demás, las discusiones sobre los géneros no dejan de ser vanas disputas. Primero, porque un género es solo una mera herramienta analítica o didáctica para examinar y ubicar contextualmente una obra; y, segundo, porque nunca existe una obra puramente adscrita a uno de esos géneros o categorías instrumentales. Toda obra literaria es híbrida en este sentido, porque toda obra literaria está salpicada de múltiples estilos e influencias. Por muy apartado que el autor crea estar de todo pasado cultural, el adanismo, en cuanto tal, la plena ausencia de referencias, resulta de todo punto imposible.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y, género aparte, yendo estrictamente a las formas, baste decir que en la propia <i>Dedicatoria</i> late ya el estilo barroco pretendido y conseguido por De la Vega. Un estilo afectado, retorcido, que no busca tanto la eficacia y transmisión del mensaje (que también), como una narcisista exhibición de la erudición de su autor. Y ello por mucho que intente disimularlo, como lo intenta por boca del <i>Accionista</i>, cuando afirma: «prefiero enfadaros por entenderme que desesperaros por no haberlo conseguido». (2.12). <span style="background: fuchsia;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> Mayor interés tiene la condición de judío sefardí de nuestro autor y la elección del idioma español para esta obra - y en general, para casi todas -. Y a este respecto, Jospeh <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pérez</span> nos recuerda que «en todos los ámbitos de la diáspora marrana se nota un verdadero entusiasmo por la lengua y la literatura española (…) pero donde más se aprecia la cultura española de los sefardíes es en los Países Bajos, más de un siglo después de la expulsión. Entre los marranos de Ámsterdam, el hebreo estaba reservado a la liturgia; la lengua que se usaba en la vida cotidiana - privada y pública - era el portugués; el castellano se consideraba por antonomasia como la lengua de la literatura y de los conocimientos científicos (…) Esto se ve a las claras en la familia de Spinoza: allí, se rezaba en hebreo, se hablaba portugués, pero se leía y se estudiaba en castellano». (<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pérez</span>, 2005:262-263). Sobre esta cuestión, ver también Jesús <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Gómez</span> (2018): <i>La identidad literaria del sefardí Joseph de la Vega en su diálogo 'Confusión de confusiones'</i> (1688). En última instancia, es nuestro propio autor quien considera el español como su lengua, y así lo manifiesta de modo expreso en el Prólogo al lector de <i>Rumbos peligrosos</i> (1683<sub>b</sub>).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Ahora bien, convendrá puntualizar que, sin restar ninguna importancia al idioma, este no determina necesariamente la pertenencia a una concreta cultura, como en este caso sería la española, y más concretamente la de nuestro Siglo de Oro, adscrip-ción tan a menudo reivindicada por gran parte de la crítica. Y como muestra baste recordar un dato suficientemente esclarecedor: entre las muy abundantes referencias a cuestiones de tipo histórico-religioso, en <i>Confusión de confusiones</i> no se menciona ni una sola vez el nombre de Jesucristo. Solo en una ocasión se alude a Él, y además no - por supuesto - como el Mesías esperado sino como un Profeta (4.4), algo que contrasta con las casi sesenta veces que nombra a Sansón o las cuarenta que lo hace a David. Es más, cuando en el <i>Diálogo Segundo</i> (2.12) refiere un prodigio acaecido en 1593 por el que los rayos de sol se presentaron en Viena, Praga, y Witemberg, «en formas diversas a la vista, ya de palma, ya de pilar, ya de nave, ya de obelisco, ya de espada, ya de lanza, ya de corona», omite, no creemos que ni por desconocimiento ni por desliz, la forma de la cruz, también avistada por muchos según afirma Rivadeneyra (aunque este sitúe el suceso dos años antes, en 1591). Entendemos, en definitiva, que la mentalidad y cultura de De la Vega es plenamente judía, barnizada por el puritanismo calvinista entonces imperante en Ámsterdam. Y en este sentido estamos con Carmen <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Baños Pino,</span> quien atinadamente ha analizado esta cuestión, posicionándose abierta y concluyentemente al sostener que José de la Vega ni es un autor español, ni puede considerársele como un representante del pensamiento público español: «las muestras de juicio moral que hace cuando valora el juego de las acciones están impregnadas por la ideología calvinista holandesa. Es cierto que vitupera las malas artes de los accionistas, cuando las llama la razón de la sinrazón, pero también es cierto que a él le parece muy bien el azar como parte integrante del juego de las acciones (…) José de la Vega, además, está al margen de las doctrinas económicas de los escolásticos españoles (…) La justificación moral que da de la estructura formal de la Bolsa cuyo objetivo es obtener ganancias con el capital invertido está dentro de esos moldes calvinistas que ven en la riqueza el justo premio del espíritu emprendedor. Y esto va por caminos completamente diferentes a los de la doctrina del justo precio desarrollada por la Escuela de Salamanca. En ningún momento demuestra conocimiento ni hace alusión a doctrinas económicas de autores españoles como las de Luis de Molina, como las de Tomás de Mercado, quienes habían analizado minuciosamente la vida económica de su tiempo. Si las hubiese conocido, en ellas hubiese encontrado un magnífico contrapunto para compararlas con este otro nuevo mercado de acciones». (2021 : 1:13’ss). Por eso -viene a concluir la propia autora -, tampoco puede decirse que España pecara de abandono o dejadez respecto a una obra que ni era española, ni de un autor español, ni tuvo siquiera en su época la más mínima repercusión. Saliendo así al paso de una de tantas acusaciones vertidas al abrigo de la omnipresente leyenda negra española<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn4" name="_ftnref4" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 21.4667px;">[4]</span></span></span></a>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"> </span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209719"></a><a name="_Toc116149932"></a><a name="_Toc115933637"><span lang="ES-TRAD">EL ARTE TAMBIÉN COMO TERAPIA</span></a></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Confusión de confusiones</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> ya se ha dicho que describe las operaciones y el ambiente del mercado bursátil de Ámsterdam, la Compañía Oriental de las Indias Holandesas, y un supuesto y reciente <i>crack</i> de la misma. Y lo hace con un lenguaje vivo, mordaz, barroco, irónico y brillante, trazando a la vez un auténtico retrato del alma y la psique humanas, ilustrado y sustentado por esbozos, tesis y opiniones literarias, científicas y filosóficas de los más grandes poetas, humanistas y pensadores del mundo occidental. Desde Homero a Calderón, de Demócrito o Heródoto a Francisco Hernández de Toledo o Juan Eusebio Nieremberg, de Aristóteles a Tesauro… Y, en fin, de la Torá al Quijote. Y con semejante autopsia de la entraña y psique humanas, afloran virtudes y vergüenzas, extrayendo reflexiones y conclusiones que trascienden a su propia época y a los saberes del momento, proyectándose inevitablemente sobre futuros descubri-mientos. Porque, como también ha quedado dicho - puntuales invenciones modernas aparte - el alma humana es siempre la misma, y de hecho todos aquellos autores ya lo habían dicho todo, o casi todo. Solo algún descubrimiento - o más bien matices, de nuevo matices - se echa en falta: el freudiano inconsciente, quizá. Que, por lo demás, ya se encuentra perfilado en Shakespeare, puesto que el mapa freudiano de la mente ya estaba en el dramaturgo inglés, limitándose Freud a describirlo en prosa<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn5" name="_ftnref5" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 21.4667px;">[5]</span></span></span></a>. Pero a Shakespeare -fallecido apenas cuatro décadas antes de que De la Vega viera la luz - no se le nombra en <i>Confusión de confusiones</i>… Sin embargo, cuánto Shakespeare y cuánto Freud, cuánto estudio del inconsciente, cuánto <i>ello</i> y cuánto <i>yo</i> y <i>superyó</i> hay en las </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">finanzas conductuales (<i>behavioral economics</i>), en los errores (los <i>sesgos cognitivos</i> y el <i>ruido</i>) descritos por Daniel Kahneman ya en pleno siglo XX, como también lo hubo -<i>avant la lettre -</i> en el casto José del <i>Génesis</i>, interpretando los sueños del Faraón.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En definitiva, José de la Vega, se enfrenta en <i>Confusión de confusiones</i> a todos sus fantasmas, que son los nuestros, escarbando en las bondades y miserias del ser humano: <i>El juego del hombre</i>. Y, sobre todo, lo hace - además de con toda la erudición que su sólida formación le permite - con la amargura de un puntual y particular fracaso económico suyo. Porque en realidad, según los historiadores no hubo entonces ningún <i>crack</i> en la Compañía de las Indias Orientales. Sí un importante naufragio que, junto a otras circunstancias, condujo a algunos como él a la adopción decisiones financieras erróneas. (4.6) Y eso es lo que le llevó a la descripción y disección pormenorizada del comportamiento humano y, en especial, de los mecanismos que subyacen e influyen en toda toma de decisiones. Sirviéndose, eso sí, de las conductas observadas durante en la verdadera depresión vivida años atrás: la ya comentada <i>tulipomanía</i>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Cierto que toda obra artística es como un vómito de su autor, que derrama en ella muchos de sus demonios y obsesiones. Y en este sentido, <i>Confusión de confusiones</i>, que por supuesto es una obra literaria, no deja de tener también para el propio De la Vega esa función terapéutica del médico psicoanalista al que todo se le cuenta y todo lo descubre para que, al dar con la raíz del mal, el propio paciente pueda conjurar sus frustraciones. Es por eso que nuestra obra también supuso para su autor un saludable desahogo, al analizar desde tres voces y perspectivas - las tres propias, las tres suyas - los aciertos y decisiones que le acarrearon aquel revés financiero: las voces del <i>Accionista,</i> el <i>Mercader</i> y el <i>Filósofo</i>. De la Vega todavía está muy lejos de ese análisis, ese monólogo interior del que Shakeaspeare será maestro. Tampoco es, ni pretende ser, un poeta en sentido estricto. Pero cierto es que algo de poesía emana de esa queja, de ese lamento, expresado con un peculiar humor que planea sobre la obra de principio a fin. Un humor a veces negro, pero siempre balsámico.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 18pt;"> </span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209720"></a><a name="_Toc116149933"></a><a name="_Toc115933638"><span lang="ES-TRAD">HUMOR… ¿JUDÍO? DE JOB A LOS HERMANOS COEN</span></a></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 5cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";">Yo aborrecía el instituto hebreo tanto como la escuela pública y ahora os explicaré por qué. En primer lugar, jamás acepté todo ese tema de la religión. Ni siquiera creía que hubiera Dios; tampoco pensaba que, en el caso de que sí existiera, estaría convenientemente a favor de los judíos. El cerdo me encantaba. Detestaba las barbas. Además se escribía al revés.<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 5cm; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";">(Woody Allen: <i>A propósito de nada</i>, p. 43).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Se habla y se ha escrito mucho sobre el humor judío. Y, de hecho, son numerosos los humoristas judíos, como son numerosos los artistas, economistas, músicos, arquitectos, comerciantes y albañiles hebreos. Pero lo primero que habría que preguntarse es si realmente existe un humor, un dolor, un amor, un carácter y unos sentimientos esencialmente, judíos. Y aquí volvemos forzosamente al Eclesiastés: <i>Nada nuevo bajo el sol</i>. Pero también hay o puede haber importantes variaciones de matiz, adjetivas, derivadas. No esenciales. Y son estas, o pueden ser, las que confieren unas determinadas y características peculiaridades. Pero solo de matiz. Las calificaciones, las definiciones son siempre y en todo caso peligrosas. Hablar de los españoles, como hablar de los franceses, es algo a lo que estamos acostumbrados, pero realmente ni todos los españoles son iguales ni lo son los franceses, ni los rusos, ni los chinos. Y hasta los miembros de una misma familia suelen ser muy diferentes entre ellos. Habrá, sí, algunos caracteres genéricos en cada pueblo, pero siempre serán meramente adjetivos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Un concreto sufrimiento por la muerte de un ser querido, ese punzante dolor que nos produce, nos equipara a todos los humanos sin distinción más que cualquier pertenencia a una zona geográfica o a un momento histórico concreto. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Se puede decir que la personalidad del pueblo judío, en cuanto pueblo perseguido, marginado y eternamente extranjero, tiene ciertas connotaciones muy particulares que, además, por herencia, por transmisión, suelen heredarlas ulteriores generaciones aunque no hayan vivido la experiencia del extrañamiento. Es entonces cuando concluimos que esas concretas situaciones imprimen carácter. Si uno nace en la tierra de sus padres y vive y crece en ella, vive integrado, sin problemas, sin especiales traumas. Pero aquellos que han tenido que emigrar, han padecido el reto de la integración en una sociedad a la que no pertenecen. Y según en qué sitios y en qué épocas, además, esa integración ha podido ser más o menos dificultosa, cuando no imposible, si no sangrienta. Y estas dificultades o imposibilidades activan determinados mecanismos de defensa, especialmente y en lo que aquí nos importa, psíquicos: desconfianza, ímpetu, fortaleza, empeño, astucia, tacto… Inteligencia, en suma. Y también humor. Y, por supuesto, un humor avispado, perspicaz. Porque es un humor que sirve de conjura y defensa frente a un exterior adverso que agrede y margina. Para sobrevivir socialmente. Pero también para que esas circunstancias no nos derriben interiormente. Nada nuevo. Oigamos la voz de una <i>autoridad de autoridades</i>, Sigmund<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"> Freud</span> (por cierto, también judío):<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">El humor no es resignado, es opositor; no sólo significa el triunfo del yo, sino también el del principio de placer, capaz de afirmarse aquí a pesar de lo desfavorable de las circunstancias reales. (1992:158-159).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Por eso Theodor <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Reik</span> cree descubrir</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">una triada de características esenciales de los chistes judíos, sellos de distinción que los diferencian del humorismo de otros pueblos. Reflejan una especie de intimidad humana, sus procesos mentales siguen una línea de antítesis y uno se ríe de ellos, pero no son alegres. Esta última característica es reconocida incluso por un conocido proverbio de los judíos de Europa Oriental: "El doctor también hace reír". (1994:225).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Solo en este sentido de respuesta y defensa (no precisamente alegre, pero sí cómica), parece factible hablar de un humor estrictamente judío; que será, por lo demás, igual al de todo humano que experimente ese mismo tipo de agresiones, presiones o adversidades. Y muchas de ellas, incluso, también quedarán marcadas en otras generaciones que no las padezcan, porque ese carácter impreso se habrá ido transmitiendo a otras gentes y a otras generaciones, de modo más o menos consciente. El pueblo judío, además, se caracteriza, precisamente, por esa transmisión, por esa <i>tradición</i>. Se podrá argüir por ello que los hebreos tienen más marcadas esas características porque es un pueblo más cerrado y reservado, y que ese exceso de tradición es una muestra palpable de su personalidad. Pero eso es confundir el efecto por la causa, puesto que, precisamente, esa arraigada tradición no es sino una defensa, consecuencia de las presiones y adversidades padecidas: los marginados se solidarizan (se hacen sólidos, son uno) formando una sola familia, y no solo por lazos estrictamente consanguíneos, pues la adversidad une tanto o más que la sangre. Y esa solidaridad, para que sea más fuerte, se convierte no solo en una solidaridad puntual o coyuntural, sino que se proyecta generacionalmente para no olvidar. Eso es la <i>tradición </i>(<i>traditio</i>). <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y todos estos caracteres impresos son los que pueden apreciarse con mayor o menor grado en judíos más o menos desarraigados. Los que los conserven más intactos serán los judíos más militantes, practicantes u ortodoxos. Los que no, se alejarán más pero siempre quedará un mínimo poso, ya sin resquemor, sin resentimiento, que a menudo hasta reconocerán con una sonrisa más o menos amarga.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Es por ello que el humor judío vendría a ser más bien de tipo irónico, más o menos suave, pero siempre perspicaz, siempre inteligente y, por ello, ya de entrada, comienza por reírse incluso (o sobre todo) por aquello que le es más propio.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Porque el humor más inteligente comienza haciendo broma de uno mismo. Es posible, por lo demás, que el humor occidental en general esté marcado por ese estilo judío, porque siempre ha bebido en sus fuentes. Desde el Job bíblico a los hermanos Coen. Desde la tradición literaria hasta la industria cinematográfica. Y el ejemplo cinematográfico no puede ser más representativo, no solo por su capital influencia durante todo el siglo XX, sino porque ya los grandes estudios de Hollywood eran propiedad de judíos, y muchos de los autores, actores, y directores más emblemáticos han sido judíos. Hemos mentado a los hermanos Coen, ya en el siglo XXI, pero en la pasada centuria tenemos los ejemplos que mejor demuestran esta evidencia: Adolph Zukor (fundador de la Paramount); Carl Laemmle (de la Universal);</span><span lang="ES-TRAD"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Louis B. Mayer (de la Metro); Hermanos Warner (de la Warner Brothers); y los autores y actores Elia Kazan, Charlie Chaplin, Hermanos Marx, y Woody Allen. Ejemplos que ponen de manifiesto, además, la realidad de que, si realmente existió alguna vez un humor específicamente judío, hoy día, por mor del séptimo arte, este se habría extendido y confundido con el resto de pueblos y hasta civilizaciones.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y para concluir con cierta sonrisa, extraer tres ejemplos de este especial e inteligente humor de <i>Confusión de confusiones</i>, subrayando en todo caso que no solo se detecta en determinadas y concretas anécdotas o chistes, sino que fluye por toda la obra, jugando con las palabras, las expresiones y los significados, y forzando el lenguaje de un modo verdaderamente magistral.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">El primero de ellos es una sátira sobre la inutilidad de determinados conocimientos:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 9pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">El hijo de un mísero genovés regresó de las escuelas de Pavía, y al pedirle el padre algunos indicios de lo que allí había aprendido, le respondió el joven haber conseguido tanta sutileza que hasta podía demostrarle que los dos huevos que se estaba comiendo eran en realidad cuatro. Porque siendo el dos un número binario y siendo que todo número binario se compone de dos unidades, juntando estas dos unidades al número binario harían cuatro, por ser cuatro dos veces dos. Quedó absorto el viejo de oír las sofisticadas e inútiles agudezas en que había perdido el tiempo, la meditación y el dinero; y queriéndole demostrar que valía más lo rustico de su entendimiento que lo refinado de su silogismo, sorbió los dos huevos, diciendo: «Bien, pues me como yo los dos que puso la gallina, y ahora te comes tú los otros dos que fabricó la dialéctica». (3.3.6)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 6pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">El segundo ejemplo hace referencia a <i>lo ininteligible de las acciones</i>, cuyas fluctuaciones son siempre impredecibles. Algo que compara con este aparentemente absurdo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">Areteo narra como algo extraordinario que un melancólico se cure de sus delirios al contemplar con fruición a una doncella, pareciéndole maravilloso que a un loco le sirviera para recobrar el juicio lo que a tantos cuerdos se lo hace perder. (2.4).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 6pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Por último, una escena casi cinematográfica que perfectamente podrían representarla cualquiera de los hermanos Marx (Harpo, evidentemente, comunicándose por señas): <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 6pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">Alguien quiere enterarse de lo que pasa en una rueda <i>[corro].</i> Introduce la cabeza entre los brazos de los que la forman (sufriendo ciertos olores desagradables bajo esos brazos), oye que se ofrece ocho por las acciones, sin que nadie compre; da una vuelta, y entrando por otro lado, como si no hubiera oído nada y tuviera orden de compra sin importar el precio, empieza a ofrecer ocho y medio; se animan sus secuaces, ofrecen nueve, y a veces no deja de conseguir sus satisfacciones la treta, y sus aplausos la jugada.(4.5</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 6pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Un humor crudo, real, pero sobre todo <i>humano, demasiado humano</i>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p><h2 style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 11px; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal; margin: 0px 0px 1em; position: relative; text-transform: uppercase;"><a name="_Toc116209721"></a><a name="_Toc116149934"></a><a name="_Toc115933639"><span lang="ES-TRAD">LA EDICIÓN DE ‘LECTURAS-HISPANICAS’. A MODO DE GUÍA DE LECTURA</span></a></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">La de <i>lecturas-hispanicas</i> (basada en la original de Ámsterdam de 1688) no es una edición científica sino una versión de carácter divulgativo. A tal efecto contiene determinadas adaptaciones para hacer el texto más asequible al lector medio de habla española, modificando solo lo imprescindible, y siempre respetando el original cuando el mensaje y sentido del autor así lo requieren. Algo especialmente delicado, además, cuando en una obra, como es el caso, el lenguaje, la fonética y las polisemias son esenciales. En tales supuestos, se mantiene el texto original y se aclara su sentido mediante la oportuna nota a pie de página.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Por su carácter divulgativo, además de la adaptación al español actual, también se ha pretendido enriquecer el texto con numerosas notas a pie de página (más de mil setecientas), y un breve pero esencial glosario al final que recoge los conceptos más elementales, conceptos por lo demás que ya tienen igualmente su explicación en las referidas notas. Y es que, precisamente por dicho carácter divul-gativo, no se escatiman determinadas reiteraciones y redundancias, ni explicaciones, indicaciones o referencias que pueden resultar muchas veces hasta triviales, sacrificando a menudo el laconismo del rigor erudito por la explicación extensa, de tal modo que las notas sirvan como orientación y guía de lectura para el lector profano. Algo a lo que también ayuda muy eficazmente la división de cada uno de los cuatro diálogos de que se compone la obra en varios subepígrafes temáticos. Supone esto cierto atrevimiento pero ya experimentado en <i>lecturas-hispanicas</i>, y con buenos resultados, en la edición de los <i>Diálogos del orador</i> de Cicerón (2013). Porque el título de cada epígrafe no solo ayuda a la comprensión del contenido que encierra, sino que también permite en el índice general obtener una visión esquemática y de conjunto de la obra que, además, contribuye igualmente a una cómoda navegación por la totalidad del texto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En todo caso la edición de <i>lecturas-hispanicas</i> también ha pretendido ser rigurosa, puesto que el rigor no solo no está ni debe estar reñido con la divulgación, sino que dota a esta de una férrea efectividad, si lo que se persigue es que el lector que se acerca a la obra alcance a conocerla bien y en profundidad, tanto en sus mínimos aspectos técnicos como en los estéticos o artísticos. Máxime teniendo en cuenta que al lector interesado, aun profano, se le presume un buen nivel cultural ya solo por dicho acercamiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y en esa vocación de alcanzar un exhaustivo conocimiento de estos diálogos, se ha realizado un especial esfuerzo para localizar las fuentes de las abundantísimas citas que constantemente adornan y refuerzan las explicaciones, sentidos y tesis que el autor pone en boca de sus personajes. A este respecto, la edición parte de dos capitales antecedentes que se complementan entre sí: la de </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">M. F. J. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Smith</span> de 1939, y la de Ricardo A. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Fornero</span> de 2013. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">La primera contiene numerosas referencias bibliográficas a pie de página, mientras que la segunda suele recoger el texto concreto de la cita (cosa que echa en falta en la de </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Smith</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">), pero omitiendo en general toda referencia bibliográfica. Por eso, la edición de <i>lecturas-hispanicas</i>, ha conseguido, además de localizar nuevas fuentes, reseñar textualmente las citas completas, y referenciar detalladamente la procedencia de cada una con remisión a la amplísima bibliografía contenida a lo largo de casi cincuenta páginas, al final del volumen. Solo en contadas excepciones que expresamente se mencionan, no se ha podido dar con una concreta cita.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">De modo que tanto el lector medio como el especializado cuenta también con un extraordinario arsenal de citas y fuentes, así como con abundantes explicaciones o interpretaciones que la crítica ha ido forjando sobre las mismas. Y, en algunos casos, también con una propuesta de interpretación propia, siempre con cautela y sometida a la mejor opinión de expertos y estudiosos que quieran seguir ahondando en esta interesante obra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Y en estos tiempos, lo más interesante de una bibliografía es que nos permite navegar por este enorme bagaje documental, dado que hoy día la mayor parte de las obras (muchas de ellas auténticas joyas y reliquias de la cultura occidental) pueden consultarse, leerse y estudiarse gracias a internet.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">En última instancia, la edición intenta acercar al lector actual el mensaje expresamente pretendido por De la Vega:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 5pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">Tres motivos tuvo mi ingenio para tejer estos diálogos que espero consigan el titulo de curiosos. El primero, entretener el ocio, con algún deleite que no desluzca lo modesto. El segundo, describir (para los que no lo ejercen) un negocio que es el más real y útil que se conoce hoy en Europa. Y el tercero, pintar con el pincel de la verdad las tramas con que lo ejercen los pícaros que lo mancillan, para que a unos sirva de delicia, a otros de advertencia, y a muchos de escarmiento. <i>(Prólogo).</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 5pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;">Para conseguir este último objetivo, nuestro autor, en su análisis y discusión interna, fatigado y disgustado por un descalabro econó-mico personal, se desdobla en tres personajes, tres mentalidades distintas y hasta opuestas que bullen en su propio interior. Sirviendo esta dialéctica para alumbrar algunas conclusiones operativas de las que pueda valerse el futuro inversor. Pues como tienen dicho Benjamin <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Graham</span> y Warren <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Buffett</span>, para invertir es necesaria la curiosidad natural del filósofo, la visión empresarial del mercader, y el entendimiento del mercado del accionista. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; text-align: right; text-indent: 14.2pt;"> </span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: right; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">Servando Gotor<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: right; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt;">Zaragoza, 3 de septiembre de 2022<o:p></o:p></span></p><div><br clear="all" /><hr align="left" size="1" width="33%" /><div id="ftn1"><p class="MsoFootnoteTextCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref1" name="_ftn1" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[1]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"> La imprenta de tipos móviles la conoció China mucho antes. Pero resulto inoperante porque dicho invento solo es eficaz con un alfabeto reducido como el nuestro. (Ver mi ensayo <i>Razones del progreso de Occidente y el estancamiento histórico de China,</i> en<i> ‘Homo occidentalis’)</i>. <o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn2"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref2" name="_ftn2" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[2]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"> Ver la nota introductoria de Pablo <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Gasós</span> (2015:29-30) a la edición de <i>Confusión de confusiones</i> de la CNMV.<o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn3"><p class="MsoFootnoteTextCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref3" name="_ftn3" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[3]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif";"> Sobre esta cuestión, Harm der <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Boer</span> (1995).<o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn4"><p style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref4" name="_ftn4" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[4]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;"> </span><span style="color: #222222; font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;">Sobre la leyenda negra, ver Julián <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Juderías</span>: <i>La leyenda negra: Estudios acerca del concepto de España en el extranjero</i> (2019); </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;">William <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Maltby</span>: <i>La Leyenda Negra en Inglaterra. Desarrollo del sentimiento antihispánico 1558-1660 </i>(1982); </span><span style="color: #222222; font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;">Ricardo <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">García Cárcel</span>: <i>La leyenda negra. Historia y opinión</i>. (1998), y María Elvira <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Roca Barea</span> (2021): <i>Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español</i>. (2021).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoFootnoteText"><o:p> </o:p><i style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 10pt;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref5" name="_ftn5" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none; text-indent: -14.2pt;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[5]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; text-indent: -14.2pt;"> Ver Harold <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Bloom: </span><i>El canon occidental. </i>(2005<sub>b</sub>:35 y 383).</span> </span></i></p></div></div><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-59755172049697924702023-04-15T16:36:00.000+02:002023-04-15T16:36:47.869+02:00NI SIQUIERA LLOVÍA (Servando Gotor)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.amazon.es/Intemperies-Palabras-sin-Servando-Gotor/dp/B0BS948GST/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=SRLZ3ZNQLJUR&keywords=Servando+Gotor+Intemperies&qid=1681318940&s=books&sprefix=servando+gotor+intemperies%2Cstripb" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="2850" data-original-width="1875" height="459" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9ZZEjHmXOG7b3xllctEoXSyZCOC4wtbuRPkwlS7YLjLddwtlluTE8J-kowMi9L80eLZv6DxlLqS_pL3O6Bq9ys6A7mCSeNmVizzOHmU6m74Q9UV89dd1s75QqFoy-c3yHT6TC-3-7ZxzrFd13AXK_1LHEeQdAfnPC_kVV8zcIn0q7Zsj8q6hMdfPG/w302-h459/INTEMPERIES2.jpg" width="302" /></a></div><p style="text-align: center;">Intemperies. Palabras sin voz (Servando Gotor)</p><div style="font-size: large;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><span style="font-size: large;">No me jures que este extraño invierno estallará en jades y alabastros, y menos ahora que no imagino tus ojos.</span><div><span style="font-size: large;"><br />Una jauría de palomos salvajes revienta la calle a cada verbo y yo alimento mis entrañas con brisas marchitas. <br /><br />Vivíamos como siempre, rodeados de melones, nube de pacíficos lobos asesinos de encinas. No, no eran tiempos de móviles ni ordenadores, ni había luna. Sólo sombras militares y un policía en cada esquina. <br /><br />Ni siquiera llovía. <br /></span><br /><br /><br /><br /><br /><div style="font-size: large; text-align: right;">De "Noches calladas"</div><div style="font-size: large; text-align: right;">En <a href="https://www.amazon.es/Intemperies-Palabras-sin-Servando-Gotor/dp/B0BS948GST/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=SRLZ3ZNQLJUR&keywords=Servando+Gotor+Intemperies&qid=1681318940&s=books&sprefix=servando+gotor+intemperies%2Cstripbooks%2C98&sr=1-1" target="_blank">INTEMPERIES. PALABRAS SIN VOZ</a></div><div style="font-size: large; text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor" target="_blank">Servando Gotor</a></div><div style="font-size: large; text-align: right;"><br /></div><div style="font-size: large; text-align: right;"><br /></div></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-27623977440013102022023-01-28T19:15:00.000+01:002023-01-28T19:15:04.410+01:00¿UNA TAPADERA EN PLENO COSO? (Servando Gotor)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT2PwBDIO5iuC4EjRziWs04uTE_qj7KnKVou1QM7gS3SSTqZZrKoxeZbBHuHrPw1IqoD1EcDuImBDIGSBY0-qL_TJQaRRp-FVRNOztNE8-O0D1eDO5hQvJWv1_CrLU5gTRCAnmp9f-wU-TlP4c9oZ576fh26Ba3sPyqH_B6LjKNx3nftyW-mZ6_fLq/s1516/Cary-Adr%C3%ADatica%20mezcla.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1516" data-original-width="1208" height="378" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT2PwBDIO5iuC4EjRziWs04uTE_qj7KnKVou1QM7gS3SSTqZZrKoxeZbBHuHrPw1IqoD1EcDuImBDIGSBY0-qL_TJQaRRp-FVRNOztNE8-O0D1eDO5hQvJWv1_CrLU5gTRCAnmp9f-wU-TlP4c9oZ576fh26Ba3sPyqH_B6LjKNx3nftyW-mZ6_fLq/w301-h378/Cary-Adr%C3%ADatica%20mezcla.jpg" width="301" /></a></div><p><br /></p><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Con los labios pintados, mi peinado de vidal sasoon y mi pañuelo añil partido, recorro en mi seiscientos el barrio francés de Palm City, armado con mi video digital a transistores azucarados y mi móvil vegetal de zurdos poliedros. Con gordinflonas intenciones y tres tomates clavados en la espalda, anoto los seres y las cosas que están en el lado frágil. Como la ternura del plátano gris o la inoperancia de la berenjena cabreada, igual. Pero nada hay que me enternezca más que la tienda de obleas de la calle Palomeque, a la espalda del Adrática, detrás del Coso, frente a las escolapias. He llegado allí desde Washington Square, siguiendo por la calle 23. Sin problema, giras a la derecha en la segunda avenida y enseguida das de bruces con la calle Palomeque. Una vez allí, el almacén de obleas no tiene pérdida, porque está en el número 1 de los 6 que tiene la street. Ya digo, detrás del Adriática, al pie. Entro a lo bestia, en plan reportero, sí, porque alguien me ha dicho que lo de la tienda de obleas es una tapadera, que entras por allí encogido, con tu estatura normal, normalmente baja, y tu bikini a cuadros sobre el que desborda la aureola de un ombligo hundido entre montañas de fat, y luego sales por la entrada principal del edificio, ya en el Coso, erguido y esbelto, traje cruzado de raya diplomática, casi un metro más alto y las facciones de Cary Grant, lo que te obliga a tomar un taxi amarillo y decirle al chauffeur: siga a ese coche; o bien: atraviese el Hudson y luego le diré. Pero no, es todo falso. La tienda de obleas, es eso: una tienda de obleas, sin más, con el rechoncho Cooper, todo él frente, ancha frente, voluptuosa frente, grande y alta como la de un Tiranosaurio-Rex, blanca y brillante como las nieves del Kilimanjaro. ¿Cooper? A mandar, contesta. Diez mil obleas. Y cinco que le pongo de regalo, diez mil cinco. ¿Tarjeta? Visa y master card, lo normal. Aquí va la master. Pues una firmita y a mandar. Adiós, Cooper. Adiós, amigo, y que usted lo pase bien.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor" rel="nofollow">Servando Gotor</a></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div></span>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-17131907184245581362023-01-28T13:50:00.001+01:002023-01-28T13:50:50.835+01:00LA ÚLTIMA SONRISA DEL DÍA (Antonio Envid)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/7j0gO3FZS4Q" width="320" youtube-src-id="7j0gO3FZS4Q"></iframe></div><br /><br /><div style="text-align: justify;">Inopinadamente, en estos fríos días, han vuelto a aparecer en nuestro cielo los estorninos. Al atardecer despliegan su fabulosa danza, una universal fiesta en homenaje al día que se despide. Sus locos y coordinados giros dibujan sobre el apagado celaje abstractas y fugitivas formas. Vuelan a cientos sobre los magros sotos de la ribera del Ebro a su paso por Zaragoza con un enigmático objeto cuyo secreto sólo ellos conocen. ¿Quién dirige este ballet sin coreógrafo? El espectáculo dura unos minutos para disolverse con la misma rapidez con la que se ha iniciado. Belleza de lo efímero.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Espero cada día su representación y los contemplo ensimismado como un niño. Es un último regalo del día que agoniza. La noche aguarda con su sombría presencia. Ahora que sabios japoneses dicen que el núcleo de la Tierra se ha parado y volvemos con angustia a preguntarnos si el sol volverá a salir día tras día, estos alegres heraldos nos confirman del eterno ciclo de la vida.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Con igual desaliento que Pessoa en Tabacaría miro por mi ventana una calle inaccesible a todos los pensamientos, una calle imposiblemente real, con el misterio por debajo de las piedras y las cosas.</div><br /><br /><br /><div style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-68715990995354341922023-01-07T10:53:00.001+01:002023-01-07T10:55:26.085+01:00YANQUIS EN LA DROGA ALFONSO (De cuando Platón comenzó a trabajar de aprendiz en la droga Alfonso, y las cosas raras que allí vio)<p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLyr_pri8yMku5NWbUKMjzXnCg8SwLP7O7eNQUmHnlckQajLMKlYAmcscdS5z1saVgUVtebiE8gG_Ul5Zl406Qq8OzLgciva0ZB2pxfULCCRospNbSIZ7uo4Z822na6KEgPd-MO4Wga_PklREiBhd4QBUuJlK96Ka9bQI41lGew8cKSF1Q1NPbIdl0/s604/Gilda-Drogalfonso.psd.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="496" data-original-width="604" height="329" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLyr_pri8yMku5NWbUKMjzXnCg8SwLP7O7eNQUmHnlckQajLMKlYAmcscdS5z1saVgUVtebiE8gG_Ul5Zl406Qq8OzLgciva0ZB2pxfULCCRospNbSIZ7uo4Z822na6KEgPd-MO4Wga_PklREiBhd4QBUuJlK96Ka9bQI41lGew8cKSF1Q1NPbIdl0/w400-h329/Gilda-Drogalfonso.psd.jpg" width="400" /></a></div><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><br /></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Verhuá musháshou, nesesíchou guan marchillouh, guan
berebiquíe, ¿yes?, end... end chu chsaláudruos; y unou manualh en di oder
manualh elsouh, bath de peuchou, ¿you nou, ser?, de-peu-chou. Auh, yes, end
aelsou ehhh… chambién... ¿se rhise así: "chambién"...? Chambién iuna
bareunna, ¿okey?. Iuna barheuna, yes.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Un momento por favor... ¿Y brocas? Porque imagino
que también necesitará brocas, ¿no?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Ouh, nou, nou. Nou bróukass, chénkiou. Chéngou bróukass, zank. Nou
nesesichou bróukass, gráseas, mouchsas gráseas.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Pues espere, espere un segundo por favor. Enseguida
vuelvo ¿okei?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: x-large;"><i><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, "serif";">―Oukey, oukey, mouchsas grásesas, chénkiu. </span></i><i><span style="font-family: Garamond, "serif";">Esperouh... (Dandarindon dindon dá,
dandarindodindondá, Dandarindon… Titararí tararí...: Lou quel viénchou sei
llevóu… Jé: A Rhious pongou por cheschigou… ¡A Rhious pongou por cheschigou kei
nounca másh...! Ja, quéi rhoublage! Perou ¡quéi rhoublage! .. que rhisen
aquí…).<o:p></o:p></span></i></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Mire, señor, mire, ya le traigo de todo. Taladros
por un tubo. Para dar y vender, miré... ¡Señor! ¿Señor..? Pero ¿dónde demonios
se ha metido…? ¿Señor..?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Qué pasa, Platón.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Nada, un cliente extranjero...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿Extranjero?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, uno con unas orejas tremendas y un bigote como
amariconáo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Ah, ya. Que quería taladros, un martillo y un
berbiquí, ¿no?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, eso es.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Joer pues vas dao, Platón. Ya se ha ido. Hace rato
que le he servido. <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Pero si le estaba atendiendo yo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Ya, pero si tiene que esperarte a ti... ¡Los he
visto más rápidos y los han despedido, Platón! Bueno, bueno, no te preocupes,
no te preocupes, que sólo llevas una semana. Tranquilo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―El caso es que me sonaba, don Amancio. El tío ese
me sonaba y no sé de qué, pero….<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Coño, como que era el mismísimo Clark Guéibol, ¡gilipollas!. <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Una caja de chinchetas, por favor.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Hola buenos días. Niqueladas, ¿verdad?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿Clark Gable?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, claro, niqueladas.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Clark Guéibol, el de Lo que el viento se llevó...
De cabeza blanca, imagino, ¿verdad?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Joer, ya decía yo que esa cara...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿De qué cabeza...? Ah, sí, si, las chinchetas,
claro, je. De cabeza blanca, sí.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Jé, y espera, espera que no te quedan cosas por
ver. ¿De cincuenta? ¿Va bien de cincuenta?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Ah, ya, la caja.... Sí, de cincuenta. De cincuenta
chinchetas. Sí, va bien así. <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―También tiene de veinticinco.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Hmn... Pues mejor de veinticinco, sí, de
veinticinco, por favor.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Perfecto, de veinticinco, un momento. Pues eso, Platón,
que no te quedan cosas que ver ni nada. Mira ¿ves..? Aquí tiene, señor. <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Gracias... Le va bien un billete de...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―No, en caja, en caja, el pago en caja, por favor...
Te digo, Platón, que mires allí, allí. Enfrente...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Ah, sí, pagar en caja, claro. ¡Qué cabeza! <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿No las quería blancas?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, no, jé, no me refería a la de las chinchetas,
je. Digo que qué cabeza la mía. Gracias. Adiós.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Adiós, señor, adiós.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―El edificio ése, sí.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Anda que no iba despistado ni nada el tío éste...
Eso, lo ves, ¿no?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, el edificio.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―El Adriática, exacto. Pues mira, de ahí salen cosas
muy raras, pero que muy raras, Platón. Ya verás, ya verás. Al tiempo. Y anda,
cepíllate la bata que tenemos que llevarla impecable. Venga, arréglate un poco.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Es que el azul marino este es muy sucio, don
Amancio.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Razón de más, Platón, razón de más, ¡venga!<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Oiga, don Amancio.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿Sí?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Y el Clark Gable ese...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Guéibol, Platón, Gué-i-bol.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Digo que el Clark Guéibol ese... ¿para qué coño
quería tanto taladro?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Buena pregunta, Platón, sí señor, muy buena
pregunta. Mira tú qué cojones sabré yo para qué quería el Guéibol tanto
taladro. Anda, tira, tira y cepíllate la bata de una vez.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Voy, voy.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Es que estos americanos... Estos americanos...
Hola, buenos días, en qué puedo ayudarle.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Busco escarpias...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sígame por favor. Por aquí. Estos americanos... A
saber tú para qué coño querría el orejas tanto taladro.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿Cómo dice?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―No, nada, jé, pensaba en alto, pensaba el alto...
Mire aquí. Aquí tiene escarpias de toda clase de precios y tamaños.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, ya veo... A ver...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Platón, ¡Platón!<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Diga don Amancio.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Anda corre, Platón, que acaba de entrar Eduard Jé
Robinson, atiéndele tú...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Eduard... ¿qué..?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―...Jé Robinson, Platón. El de La mujer del Cuadro.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿El de La mujer..?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Aquel, aquel de allí, míralo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Ah, sí, ¡jodo! Es verdad, sí.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Venga corre, atiéndele bien que este tiene muy mala
leche...<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, don Amancio, siempre hace de malo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Corre, atiéndele. Atiéndele y no te preocupes. Por
lo de la mala leche, digo. Para mí que es de coña. <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Voy, voy.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Seguro que quiere veinte metros de liza, siempre
compra veinte metros de liza.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Mire, estas, estas son las escarpias que quiero.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Ah, muy bien, muy bien, ¿algo más?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―No, no. Sólo esto, gracias. El pago en caja,
¿verdad?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Sí, en caja.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Gracias.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―Adiós, adiós. ... Aunque el otro día, el otro día
compró una paellera.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―¿Decía?<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, "serif";"><span style="font-size: x-large;">―No, no nada, perdone, perdone, eso: que el pago en
caja, gracias. Sí, una paellera de esas grandes. Industrial. Y es que a estos
americanos... A estos americanos, jé, cómo les va la marcha. Y, claro, como
aquí les damos tanta. Hay qué ver, hay qué ver cuánto les gustan nuestras cosas
.</span></span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 13.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 13.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><br /></span></i></p><p>
</p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 13.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor" target="_blank">Servando Gotor</a></span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 13.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;"><br />
</span><i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 13.0pt; mso-ansi-language: ES;">(De El Guacamayo Azul, </span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 13.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">2006</span><i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 13.0pt; mso-ansi-language: ES;">)<o:p></o:p></span></i></p><p><br /></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-55117272082480030012022-12-28T10:52:00.001+01:002022-12-28T10:52:22.817+01:00 EL RINCÓN DEL FILÓSOFO O EL FILÓSOFO EN SU RINCÓN (Antonio Envid)<p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRe7CvLLKAXySRePAVYNZqb1A69dKbTeQSlOyIpiHL-bhUOpfabQhOz_xfeXkyhV65XWaEWEiZ-hpRCllDmGMOO7aILnXuxoDLmonbx2EiKjOYVX0JXLBV36zvGzPgADnEL7DZZabftLWj7zyLcZns20X3u3mv1Fkn2579AA_jVDNwfjuKafQDyDAR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="863" data-original-width="1024" height="277" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRe7CvLLKAXySRePAVYNZqb1A69dKbTeQSlOyIpiHL-bhUOpfabQhOz_xfeXkyhV65XWaEWEiZ-hpRCllDmGMOO7aILnXuxoDLmonbx2EiKjOYVX0JXLBV36zvGzPgADnEL7DZZabftLWj7zyLcZns20X3u3mv1Fkn2579AA_jVDNwfjuKafQDyDAR=w329-h277" width="329" /></a></div><br /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; text-align: justify;">Al declinar su edad madura a todos los miembros varones del pueblo se les trataba de “tío”. En esa pequeña comunidad casi todos sus habitantes se hallaban emparentados en mayor o menor medida, de modo que el familiar apelativo no andaba lejos de la realidad. Sin embargo, a Andrés, no, nadie lo llamaba “tío”, era el señor Andrés, muestra del respeto y de la buena consideración que por él sentían. No muy alto de estatura, de constitución robusta sin llegar a grueso, de trato franco y amable.</span><p></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">Vamos a un sitio más tranquilo – me dijo – Antes pasaremos por casa para coger alguna cosa.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">Al rato salimos del pueblo para tomar un sendero pedregoso que ascendía por un cabezo calcáreo. Entre aliagas y ralos tomillos el sol arrancaba destellos a los cristales de yeso que afloraban en el suelo. Toda la ladera estaba horadada por cuevas cerradas con toscas puertas de madera. Era la zona de las bodegas, desde allí contemplamos el pueblo, de aspecto terroso, como todos los del secano aragonés, por los cerros y alcores que lo rodean, almendros y viñas, cerca del barranco, algo de cereal.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">- Esta es mi bodega. Aquí, con una gavilla de sarmientos y unas costillas de cordero, pasamos muy buenos ratos de vez en cuando.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">Al lado de la puerta un rudimentario hogar, cuatro piedras, mostraba restos de una fogata. Empuñando una llave propia de doña Brígida y tras algún empentón abrió la puerta de la cueva. Tomando un candilón que se encontraba colgado de un clavo en la pared, prendió la mecha.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">-Esto es más útil que una linterna. Por si hay <i>tufo. </i>¿Sabes?<i><u></u><u></u></i></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">Algo sé de bodegas y de vinos. En una bodega-cueva como esta podría, al fondo, haberse acumulado dióxido de carbono, producto de la fermentación de los vinos allí almacenados. De haber expulsado este gas al oxígeno, la llama del candil se apagaría, advirtiéndonos del peligro. Este amplio y profundo conocimiento de la naturaleza que tiene el campesino, me ha admirado siempre.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">Sentados en unos taburetes ante una simple tabla, Andrés desenvolvió y extendió el pañuelo de hierbas que había traído de su casa con algo de queso, jamón, longaniza y medio pan.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">– Nada. Para echar un bocadico y unos vasos de vino. A ver, aquí tengo vino viejo, rancio, bueno para unas laminerías, magdalenas y mantecados, pero para estas tajadas, pienso yo que estará mejor el vino del año. Bueno, es del año pasado, pero sigue siendo joven. ¿Qué te parece?</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">A la indecisa luz del candil, que expandía en las paredes de la cueva unas sombras vacilantes y danzarinas, confiriendo al lugar un ambiente fuera de la realidad, fuimos despachando la merienda, alegrada con tragos de un caldo de garnacha honrado y noble. La conversación discurría fluida y grata.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">El señor Andrés, en el ambiente de confianza creado, me explicaba que cuando tenía que resolver algo complicado, o tomar una decisión no fácil, la luz del día, esa cruda luz que hay por aquí – decía – me emborrona las cosas, me embarulla las ideas y no me deja discurrir. Entonces, me meto en la bodega, y tomando un vaso de vino, en esta oscuridad, se me enciende como una luz, una claridad con la que veo las cosas como son de verdad, comienzo a discurrir y una cosa me lleva a otra, hasta que encuentro la solución. A la luz del día las cosas no son como en realidad son.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;">Yo escuchaba con atención a este Platón rural explicándome el mito de la caverna, pero en una versión muy distinta a la del filósofo griego, tal vez, inversa, pero para mí, más sugerente.</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-78415694869284726772022-12-08T11:59:00.005+01:002023-12-07T11:49:37.006+01:00ESPAÑA, LA INMACULADA CONCEPCIÓN, Y EL SUPUESTO ERROR DE ÁNGEL GANIVET<p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.amazon.es/Idearium-espa%C3%B1ol-edici%C3%B3n-divulgativa-notas-ebook/dp/B01CLR1NMI" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="2850" data-original-width="1875" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheP3WpCTH3bXcZ9AljjqPuRgiIZ-8cFsVi7n5teIfyzMy--tDGhSuMQj0sGXhYlhvbpX6KiJYX__SboK9pSA_BmO2jDJkMvfP8Mokl8Hqepv8psaKrdTJxrOZGLMGfSmSWhCn3aU840leOY0gZZA16CHO7y_rw3yvKoqWPU5IBrWPz2e9WFd23nk78/s320/IDEARIUM.jpg" width="211" /></a></div><br /><p><br /></p><p></p><h2><a name="_Toc443737098">1. Alma nacional e Inmaculada Concepción</a><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/IDEARIUM%20ESPA%C3%91OL%20-%20Ganivet,%20%C3%81ngel.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[endif]--></span></span></a></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES;">M</span></b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">uchas veces, reflexionando sobre el apasionamiento
con que en España ha sido defendido y proclamado el dogma de la Concepción
Inmaculada, se me ha ocurrido pensar que en el fondo de ese dogma debía de
haber algún misterio que por ocultos caminos se enlazara con el misterio de
nuestra alma nacional; que acaso ese dogma era el símbolo ¡símbolo admirable!
de nuestra propia vida en la que, tras larga y penosa labor de maternidad,
venimos a hallarnos a la vejez con el espíritu virgen; como una mujer que,
atraída por irresistible vocación a la vida monástica y ascética y casada
contra su voluntad y convertida en madre por deber, llegara al cabo de sus días
a descubrir que su espíritu era ajeno a su obra, que entre los hijos de la
carne el alma continuaba sola, abierta como una rosa mística a los ideales de
la virginidad<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/IDEARIUM%20ESPA%C3%91OL%20-%20Ganivet,%20%C3%81ngel.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteTextCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/IDEARIUM%20ESPA%C3%91OL%20-%20Ganivet,%20%C3%81ngel.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Desde Azaña a Julián Marías, pasando por
Unamuno, ha sido mucho lo que se ha escrito del error del que parte Ganivet al
confundir el dogma de la virginidad de María con el de su concepción
inmaculada. Convendrá en todo caso aclarar ambos dogmas de la forma más
sencilla: el de la virginidad perpetua, alude al milagro que supone alumbrar a
Jesús sin haber tenido previo contacto carnal: María fue madre y, a la vez,
virgen. En cambio, el dogma de la Inmaculada Concepción hace referencia no a su
fecundación, de la que resultaría el nacimiento de Jesús, sino a la concepción
de la propia Virgen, la cual fue engendrada sin "mácula" alguna, y
sin mácula nacería y viviría, contrariamente al resto de los mortales, quienes
para la Iglesia Católica, nacemos con la mancha del pecado original.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El matiz (y el error, por tanto) quedan,
pues, aclarados.</span></p></div><div id="ftn2" style="mso-element: footnote;"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, "serif";">Ahora veamos cómo el propio Ganivet se
defiende de dicho error ante Unamuno: «Aun en los más altos conceptos de la
religión creo que es posible marcar el genio de cada pueblo; aun en los dogmas.
Usted me hace notar la confusión dogmática que parece desprenderse de la
primera idea de mi libro; antes que usted, me lo dijeron otros amigos, y antes
que el libro se imprimiera, alguien me aconsejó que la suprimiera, y yo estuve
casi tentado de hacerlo, más que por el error que en ella pudiera verse, por no
dar a algún lector una mala impresión en las primeras líneas. Y, sin embargo,
no la suprimí. ¿Por testarudez? —se pensará—. No fue sino porque veía en esa
idea una idea muy española. El dogma de la Inmaculada Concepción se refiere, es
cierto, al pecado original; pero al borrar este último pecado da a entender la
suma pureza y santidad. El dogma literal se presta además a esa amplia
interpretación, porque las palabras "Concebida sin mancha" dicen al alma
del pueblo dos cosas: que la Virgen fue concebida sin mancha; y que es
concebida sin mancha eternamente por el espíritu humano. Hay el hecho de la
Concepción real y el fenómeno de la concepción ideal por el hombre de una Mujer
que, no obstante haber vivido vida humana, se vio libre de la mancha que la
materia imprime a los hombres. Preguntemos uno a uno a todos los españoles y
veremos que la Purísima es siempre la Virgen ideal cuyo símbolo en el arte son
las Concepciones de Murillo. El pueblo español ve en este misterio no sólo el
de la concepción ni el de la virginidad, sino el misterio de toda una vida. Hay
un dogma escrito inmutable, y otro vivo, creado por el genio popular. También
los pueblos tienen sus dogmas, expresiones seculares de su espíritu.» (Primera
carta de Ganivet a Unamuno, publicada en </span><i style="font-family: Garamond, "serif";">El
porvenir de España. Cartas abiertas</i><span style="font-family: Garamond, "serif";">. Á. Ganivet.</span><span style="font-family: Garamond, "serif";"> </span><span style="font-family: Garamond, "serif";">Madrid, Espasa-Calpe, 1940).</span></p>
<p class="MsoFootnoteTextCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";">En todo caso, la idea de Ganivet en este
primer párrafo del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Idearium</i>, es
clara: detrás de los rasgos españoles, fruto de tanta influencia exterior
(forzosa o admitida),<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>late en el fondo,
un espíritu original propio y genuino. Y ese es el "misterio de nuestra
alma nacional": parecer una cosa y ser otra, en realidad, por haber
permanecido fiel a sí misma. Lo va a recalcar enseguida, resumiendo la doctrina
de Séneca en estas palabras:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">No te dejes vencer por nada extraño a tu
espíritu.</i></span><span style="font-family: "Garamond","serif"; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
</div>
</div><br /><p></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-44682429125025149332022-12-07T18:33:00.001+01:002022-12-07T18:36:52.300+01:00BRUJERÍA Y EXORCISMOS EN ESPAÑA. TEXTOS FUNDAMENTALES SOBRE UN FENÓMENO EN PLENO VIGOR: LA CAZA DE BRUJAS.<p style="text-align: justify;">Impresionantes textos sobre una cuestión siempre palpitante y propia de toda época y lugar, especialmente en los tiempos en que vivimos: la caza de brujas.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.amazon.es/Brujer%C3%ADa-exorcismos-Espa%C3%B1a-Textos-fundamentales-ebook/dp/B00RNLTF1E/ref=sr_1_35?qid=1670399644&refinements=p_27%3AServando++Gotor&s=digital-text&sr=1-35&text=Servando++Gotor" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1347" height="387" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7KN6pUILeCj0Mgj6dXA2OU_viYkG_3I302iQ8XLdRuNc3Mo4avkc0hsJIP1o3YKD-2aUEa6sX6QcF9gTrEheOaUusccmcUjudt_irz9D_FDNc12_ONgALLpo1BGyYdSGrtAD3H_vNRjSLNdoqyY9rrMCWLf7zANutoJ7d8Xfq9eOiGgh0nF-JXDRv/w254-h387/BRUJAS2kindle.jpg" width="254" /></a></div><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">S</span></b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">iglo IV d.C.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La Iglesia se va consolidando. Para ello y
para asentar su universalidad, se hace preciso fijar con claridad y
uniformidad<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una única doctrina, la
verdadera doctrina: la que emana de una correcta interpretación de los Textos Sagrados.
Las distintas heterodoxias empañan esta labor minando la autoridad heredera de san
Pedro y del legado ideológico, hermenéutico y estructural, de san Pablo. Es el
momento de los Padres de la Iglesia, el de los concilios y el del juicio y las
condenas a las sectas heréticas. De uno de esos concilios, el celebrado en 315 en
Ancyra o Angora, hoy Ankara, capital de Tur-quía, se dice que surgirá el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canon Episcopi,</i> con una primera
referencia al fenómeno de las brujas</span></p><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 2cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">algunas mujeres depravadas se convirtieron a
Satanás; y, dejándose engañar por las ilusiones y las seducciones del mal,
creen y afirman montar de noche sobre bestias, como Diana, la diosa de los
paganos, o como Herodías, y atraviesan grandes extensiones de tierra a través
del silencio de la noche oscura, obedeciendo sus órdenes como a un amante que
requiere sus servicios nocturnos.</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Leído con atención, este antiquísimo texto no
condena a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">quienes vuelan</i> sobre
bestias sino a quienes "dejándose <i style="mso-bidi-font-style: normal;">engañar
por las ilusiones y las seducciones del mal</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">creen </i>y afirman montar de noche sobre bestias como Diana, la diosa
de los paganos, como Herodias"<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Más adelante, se insiste en que</span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 2cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">es por ello que los sacerdotes deben predicar en
sus iglesias, con toda vehemencia <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dejando
claro que todas estas cosas son completamente falsas</i> y que tales <i style="mso-bidi-font-style: normal;">representaciones imaginarias</i> son obra de
un espíritu maligno, no del Espíritu Santo</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Se trata por tanto de meras "representaciones
imaginarias", eso sí: "obra de un espíritu maligno".</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">De lo que se concluye:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 35.45pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">1º<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Que, por supuesto, la Iglesia, creía en la existencia del demonio o
espíritu maligno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 35.45pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">2º<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Que, no obstante, los actos y propiedades sobrenaturales que las
brujas se atribuyen o se les atribuye, no serían reales sino solo producto de
su propia imaginación. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 35.45pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">3º<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Que semejantes ficciones, eso sí, estarían promovidas por el
demonio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">La verdad es que no está claro que el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canon Episcopi</i> fuera aprobado realmente,
ni en el Concilio de Ancyra ni en ningún otro. Pero lo que resulta incuestionable
es, de un lado, su plena vigencia a lo largo de toda la Edad Media; y, de otro,
su semejanza con las tesis de San Agustín en esta materia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Por lo demás, y esto es crucial, la diferencia entre
mantener que los hechizos sean reales o, por lo contrario, meramente imaginarios,
no es en absoluto baladí. Porque si provienen de un sueño o de una fantasía,
resultarían inocuos y no podrían ser condenados. Así, si las artes empleadas
por una bruja para que un niño muera o una tormenta de pedrisco acabe con la
cosecha del vecino son pura fantasía, la bruja no podría ser acusada aunque
luego falleciera de verdad el niño o se frustrara la cosecha del vecino. Por
tanto, el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canon Espiscopi </i>y, en
consecuencia, la visión de San Agustín sirvieron de protección durante muchos
siglos a brujas y hechiceras, librándoles de las torturas y condenas que padecían
los acusados de herejía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Esta visión, no obstante, empieza a cuestionarse a
partir del siglo XIII, cuando la autoridad de santo Tomás se va imponiendo a
las tesis de san Agustín, manteniéndose ahora que la magia y lo hechizos no son
en absoluto mera fantasía y, por tanto, deben ser perseguidos quienes crean lo
contrario y, por supuesto, las brujas o brujos de cuyas artes se deriven daños.
Los vuelos y hechizos pasan así a convertirse en auténticos y, en este caldo de
cultivo se gestará la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">caza de brujas</i>,
cuyas bases teóricas culminan con un texto publicado en Alemania en 1487: el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Malleus maleficarum</i>, o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Martillo de las brujas</i>, verdadero manual
de inquisición y tormento, obra de dos experimentados inquisidores dominicos:</span><span style="mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Heinrich
Institoris, y Jacob Sprenger. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Evidentemente, el verdadero y grave problema con
estas prácticas mágicas no estaba en España, sino en Francia y el norte de
Europa, como bien ha destacado Caro Baroja: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 2cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Por una paradoja de las que se dan a menudo en la
Historia, Francia, país de gente razonadora y crítica por excelencia, se vio
plagada acaso más que ningún otro de Europa de esta clase de libros (…) Ninguna
parte del hermoso suelo francés se vio libre de averiguaciones sobre delitos de
Brujería y es difícil hallar debajo de las apariencias monótonas, algo que
pueda distinguir al brujo del Norte del de el Sur, y al de Occidente del de
Poniente, porque gracias a hombres como Bodín, Grégoire, Rémy, Boguet, De
Lancre y otros menos conocidos, se llegó a dar una forma definitiva al delito
de Brujería.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">En
todo caso, la preocupación de la Iglesia y de la sociedad civil, no era tanto
condenar a unas pobres hechiceras o a unas peligrosas brujas (y enseguida veremos
la diferencia entre unas y otras) como evitar que la pretendida unidad
doctrinal y sus creencias ortodoxas se vieran minadas en una época en que la
pobreza, las pestes y la corrupción, generaban enardecidas sectas que ponían en
peligro la paz social y, sobre todo, cuestionaban las propias estructuras del
poder establecido.</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">¿Y
qué diferencia a las brujas de las hechiceras? <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para Caro Baroja, en términos generales, las
primeras formarían parte de un fenómeno colectivo y organizado y con reminiscencias
paganas que, por tanto, atentarían contra el orden social; mientras que las
hechiceras actuarían por su cuenta, de forma aislada e independiente y con fines
meramente privados. El antropólogo norteamericano Marvin Harris añade que el
fenómeno brujeril podría estar provocado por el poder establecido como un
mecanismo de defensa del propio sistema: primero, para desplazar la atención y
responsabilidades de las penurias económicas del poder a las propias brujas,
agentes inmediatos de todos los males del vecino (enfermedades, malas cosechas,
pobreza y muertes); y, segundo, y precisamente por ello y por el propio sistema
de denuncias y delaciones, para mantener al pueblo llano enfrentado y, por
tanto, segregado, al contrario de las verdaderas sectas religiosas que
enfrentadas abiertamente al poder fomentaban la unidad interna y hasta la
fraternidad entre sus miembros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">Sea
por lo que fuere, es cierto que este fenómeno brujeril, y por tanto colectivo,
apenas tiene presencia en España, donde eso sí, abundan las hechiceras
confundidas con pícaros y alcahuetas y otras gentes de malvivir. De hecho,
nuestra literatura es rica en este tipo de personajes y hasta en ridiculizar
las artes mágicas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">No
debe por ello extrañar que sea aquí precisamente donde se geste, incluso medio
siglo después de la publicación del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Malleus</i>,
un texto con iguales dosis de racionalidad que la mantenida en el viejo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canon Episcopi</i>. Nos referimos al<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tratado
por el cual se reprueban las supersticiones y supercherías</i>, escrito en 1538
por el aragonés Pedro Ciruelo, egregio matemático y filósofo ―en palabras de
Menéndez Pelayo―, autor del primer curso de ciencias exactas que poseyó España,
y lumbrera de las Universidades de París y Alcalá: hombre de espíritu claro y
limpio de preocupaciones, a la vez que de natural cándido y de piedad sincera y
acrisolada. Con él vamos a conocer, en una relación amena y directa, el estado
de las supersticiones en la España de su época, definiendo y constatando las
artes adivinatorias propiamente dichas (falsa astrología,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>geomancia,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>agüeros, sueños, salvas, desafíos, etc.) así como las prácticas supersticiosas
para conseguir bienes o evitar males mediante conjuros, ensalmos y hechicerías,
y el fenómeno de los poseídos por el demonio y las fórmulas detalladas para su
liberación mediante exorcismos debidamente establecidos y regulados por la
autoridad eclesiástica. Un texto, que, citando de nuevo al erudito cántabro, tiene
para nosotros gran interés por referirse exclusivamente a las cosas de
España, materia sobre la que no existe ningún otro con tanto valor histórico. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Lo cierto es que, en 1586, a solo cincuenta años de
la publicación del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Malleus</i> y su
vigencia teórica y práctica, Sixto VI prohibirá oficialmente la astrología y
otras formas de adivinación, mediante la bula</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-weight: bold;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">Coello et terree
Creador</span></i><span lang="ES-TRAD">, que no se publicaría en España hasta el
año 1612, a partir del cual se perseguirían ya de forma sistemática este tipo
de prácticas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-weight: bold;">Y es en este contexto que se incoa el famoso</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"> proceso contra las brujas de Zugarramurdi, que
culminará con el Auto de fe celebrado en la Ciudad de Logroño</span><span style="mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">los días 7 y
8 de noviembre del año de<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>1610.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></i>"Hoy
sabemos —dice<span style="font-variant: small-caps;"> </span>Caro Baroja— que la
Inquisición, en este como en otros casos, fue arrastrada a actuar por el celo
de la justicia secular y por una ola de pánico de las que periódicamente
dominaban al País Vasco y que esta vez se extendió sobre la zona del extremo
noroeste de Navarra, lindante con el Labourd. Las autoridades civiles habían
realizado ya muchos arrestos e incluso habían ejecutado a varias personas
cuando la Suprema dio orden al tribunal de Logroño para que realizara una
inspección en aquella zona."<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Ya en 1628, al calor todavía de este célebre Auto de
fe, será el jurista catalán Antonio Iofreo (glosador y discípulo ferviente de
Pedro Ciruelo) quien apostará abierta y directamente por las tesis de San
Agustín en su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Defensa del Canon Episcopi</i>.
Texto humano y entrañable, tan rebosante de erudición y fundamentación textual
como de falta de claridad. Deficiencia que hemos intentado paliar en nuestra
edición. Pero, qué más se le puede pedir a un también entrañable Iofreo tras la
maravillosa perla exculpatoria que nos brinda al final:</span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 8pt; text-indent: 21.3pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 2cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Y no se admire algún pescador
de sílabas, si estas adiciones no van con más alto y primo lenguaje castellano,
que como el que las hizo es catalán (que es lo mejor que tiene) y el lenguaje
castellano no lo tiene por naturaleza sino por arte, y este nunca iguala a
aquella, disculpa tendrá la impropiedad e incongruencia de mis escritos.
Solamente me deje entender en lo sustancial pensando que, de la benignidad del
lector, ha de recibir (y será cosa maravillosa) pulimiento esta piedra tosca.
Y, pues fuera de las divinas letras no hay cosa tan bien escrita que no tenga
necesidad de censura y lima, remítola a quien mejor lo sintiere, pues la pasión
no deja la vista clara.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Leandro Fernández de Moratín, que desempolvó el
texto del Auto de fe de Logroño dos siglos más tarde, editándolo con una
presentación y notas propias, ironizó sobre este procedimiento y hasta
ridiculizó a sus tres jueces. Desconocía nuestro gran dramaturgo, u olvidaba
conscientemente, demasiados detalles de aquello de lo que hablaba. Entre otros,
que aquel juicio fue, con mucho, menos cruento que cualesquiera de los que con
mayor frecuencia se celebraban en Europa. O que, precisamente, uno de aquellos
tres magistrados Alonso de Salazar y Frías, participando de las tesis de San
Agustín y, por tanto, de las recogidas en el </span><i style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Canon Episcopi</i><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">, disintió de sus otros dos colegas y elaboró un
profundo análisis de lo ocurrido en Logroño, aportando nuevas ideas para evitar
futuros desatinos, adelantándose así a lo que otras voces de eminentes europeos
mantendrían dos siglos más tarde, como restar valor a las declaraciones obtenidas
bajo tormento, no dar crédito procesal a la opinión pública ("pública voz
y fama"), ratificar con pruebas los meros testimonios o denuncias,
etc.</span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Aportaciones todas ellas que serían
asumidas oficialmente por la Inquisición, tras los memoriales y edictos de
gracia por él mismo interesados.</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Y en la misma línea, en un plano más teórico,
aparece la voz del gran humanista Pedro de Valencia, volcada en su</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-ansi-language: ES;"> </span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Discurso
acerca de los cuentos de las brujas y cosas tocantes a magia</span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"> (1610).</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"> <span lang="ES-TRAD">"Opina
allí —nos recuerda Menéndez Pelayo— que se debe examinar primero si los reos
están en su juicio, o si, por demoniacos, melancólicos o desesperados, han
salido de él. Parécenle los brujos más mentecatos que herejes, y opina que se
les debe curar con azotes y palos, mas no con infamias ni sambenitos. Puede ser,
añade, que el pacto sea entre ellos (los brujos y las brujas) y que estén de
acuerdo en confesar tales disparates antes que lo cierto. En su opinión, los
tales <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hechiceros</i> (la cursiva es
nuestra) no son otra cosa que gentes de mal vivir, que buscaban la soledad y el
misterio para ocultar sus maleficios. Concluye Pedro de Valencia rogando que se
examinen las causas despacio y que se trate con blandura a los reos, en lugar
de exasperarlos para que confiesen desatinos y necedades. Nunca se ha impreso
este tratado -sigue Menéndez Pelayo-, y ciertamente que lo merecía. Escrito con
gran despreocupación y libertad de ánimo, era el mejor correctivo que entonces
podía oponerse a las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Disquisiciones
mágicas</i>, del P. Martín del Río, y otros libros <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ejusdem furfuris</i>, que han costado más sangre a la humanidad que
todas las invasiones de los bárbaros." <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">En
1799 se editan los caprichos de Goya, y entre ellos, uno de los más conocidos:
el aguafuerte en el que él mismo se nos presenta durmiendo, con la siguiente
leyenda al pie: "El sueño de la razón produce monstruos". Dos años antes,
él mismo lo había descrito en estos términos: «El autor, soñando. Su yntento
solo es desterrar bulgaridades perjudiciales, y perpetuar con esta obra de
caprichos el testimonio sólido de la verdad».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y así entramos en el siglo XIX, en que se impone ya el racionalismo y
las brujas dejan de ser un problema grave en Europa (en España ya hemos dicho
que nunca llegó a serlo). Existirán, como siguen existiendo, pero de otra
forma, participando así en la protesta de otro tipo de movimientos que achacan
la mayor parte de los males de occidente al imperio de la lógica y la razón.</span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </span></p>
<p align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">* * *</span></b><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En definitiva, a poco que el lector se acerque a las fuentes observará
una realidad muy distinta a la conferida por los habituales tópicos vertidos
sobre tan este triste y lamentable asunto de las brujas y los poseídos. Y, en nuestro
afán divulgador, compilamos en la presente edición ocho textos esenciales para
una cabal inmersión en el mundo de las artes mágicas, las brujas, los hechizos,
las posesiones y los exorcismos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Intentando respetar en lo posible su tenor literal, nos hemos
permitido algunas alteraciones para acercar su lenguaje al español contemporáneo.
Han sido mínimas y, en los casos más forzados reseñamos a pie de página la
palabra u oración original que hemos modificado. Y con el mismo afán de aportar
claridad y comprensión para el lector actual no ducho en la materia, casi medio
millar de notas aportan claridad, comprensión e incluso amplían los textos aquí
reproducidos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El primero de ellos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Artes
mágicas, hechicerías y supersticiones en los siglos XVI y VII</i>, es la mejor
introducción para adentrarnos en los siete restantes. Se trata de un capítulo
extraído de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de los
heterodoxos españoles</i> de Marcelino Menéndez Pelayo, en el que se nos invita
a un apasionante recorrido sobre la materia, repasando las obras de sus
impugnadores, Francisco de Vitoria, Pedro Ciruelo, Benito Pererio y Martín del
Río; los principales procesos de hechicería; los nigromantes sabios: el Dr.
Torralba, las brujas de Navarra y el auto de Logroño, para culminar con un interesante
comentario sobre la hechicería en nuestra "amena literatura". Sin
duda el mejor punto de partida, como hemos dicho, para abordar los siete textos
restantes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El segundo es uno de los dos documentos capitales que motivan nuestra
edición:</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Tratado por el cual se reprueban las supersticiones
y super-cherías</span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">, escrito por Pedro Ciruelo en
1538. Ya lo hemos dicho: una relación directa y atractiva acerca del estado de
las supersticiones en aquella España, definiendo y constatando las artes
adivinatorias pro-piamente dichas (falsa astrología,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>geomancia,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>agüeros, sueños, salvas, desafíos, etc.) así como las prácticas
supersticiosas para conse-guir bienes o evitar males, mediante conjuros,
ensalmos y hechicerías, y el fenómeno de los poseídos por el demonio y las
fórmulas deta-lladas para su liberación mediante exorcismos debidamente estable-cidos
y regulados por la autoridad eclesiástica. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">El
otro texto capital de nuestra edición es el <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Auto de fe celebrado en la Ciudad de Logroño</span></i></span><span style="mso-ansi-language: ES;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">en los días 7 y 8 de noviembre del año de 1610 siendo
Inquisidor General el Cardenal, Arzobispo de Toledo, don Bernardo de Sandobal y
Rojas</span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">, publicado por Juan de
Mongastón y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Seguido de una relación para
que se tenga noticia de las grandes maldades que se cometen en la secta de los
brujos</i>, así como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de algunas de las
cosas más notables que apuntamos algunos curiosos, que con cuidado las íbamos
escribiendo en el tablado.</i> "Iluminado", como también se ha dicho,
con la presentación y notas de Leandro Fernández de Moratín, oculto bajo el
seudónimo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El bachi-ller</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ginés de Posadilla, natural de Yébenes</i>,
el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>texto es lo suficientemente
interesante para todo lector curioso, y poco hay que añadir a los protocolos,
testimonios y opiniones que recoge y a la relación que contiene del propio Juan
de Mongastón, para tener una idea suficien-temente precisa de lo que eran este
tipo de procesos y, en concreto, de los hechos sobre los que este versó: las
horribles prácticas y los aquelarres de la secta de Zugarramurdi. En todo caso,
a las propias notas de Moratín hemos añadido otras de nuestra cosecha que hemos
creído necesarias para aclarar algunos conceptos y términos o, sim-plemente,
para constatar determinadas curiosidades que nos han pa-recido pertinentes.</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES;">Reproducimos
íntegramente, en cuarto lugar, el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canon
Espiscopi</i>, tanto en latín como traducido al castellano, seguido del texto
de Pedro Antonio Iofreu: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Defensa del
Canon Episcopi</i>, en el que en un interesante alarde de erudición con
profusión de citas y autores trata de utilizarlo como herramienta de
interpretación nada menos que de la bula </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-weight: bold;">Coeli et terrae Creator</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">de Sixto V,
por la que se prohíbe oficialmente la astrología y, en lo que más afecta a
nuestro propósito, las otras formas de adivinación.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; mso-pagination: widow-orphan; text-align: justify; text-indent: 42.55pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Finalmente, concluimos con dos
interesantísimos documen-tos que cronológicamente podríamos considerar como el
primero y el último sobre la cuestión que nos ocupa. En primer lugar la referencia
de San Agustín en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lo que hay de cierto
en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las transformaciones de los hombres
por arte de los demonios, </i>donde el lector comprobará que ya en el siglo IV
dejaba claro que las experiencias sobrenaturales de las brujas no son reales
sino solo fruto de su imaginación. Texto en el que, como ya se ha dicho, podría
haberse inspirado el supuesto <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canon
Episcopi</i>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y, por último, ya casi en
el umbral de nuestro milenio, la presentación oficial del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nuevo rito de los exorcismos,</i> por el cardenal Medina Estévez, prefecto
de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Congregación para el culto divino y
la disciplina de los sacramentos,</i> en la sala de Prensa de la Santa Sede, el
martes, 26 de enero de 1999, texto que recoge la visión oficial de la Iglesia
actualmente sobre la presencia del mal en nuestras vidas, detallando las formas
de detectarlo y de liberarnos </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Times; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">a través del servicio de la Iglesia y de sus ministros ordenados, delegados
por el obispo para cumplir los ritos sagrados dirigidos a librar a los hombres
de la posesión del maligno</span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Times; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">.</span><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;"><i><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor" target="_blank">Servando Gotor</a></i></span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;"><i><br /></i></span></p><br /><p></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-11473890312857658952022-11-06T18:22:00.009+01:002023-04-11T21:34:53.608+02:00CONFUSIÓN DE CONFUSIONES. EL PRIMER LIBRO SOBRE LA BOLSA (S.XVII) Edición de lecturas-hispanicas.com, adaptada al español actual, con introducción, notas, vocabulario esencial y bibliografía.<p> </p><h2><a name="_Toc116149926"><span style="mso-bookmark: _Toc116209713;"></span></a><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a name="_Toc116149926"></a><a href="https://www.amazon.es/Confusi%C3%B3n-confusiones-actualizado-introducci%C3%B3n-bibliograf%C3%ADa/dp/B0BHKV24XG/ref=sr_1_1?crid=1YUI23WBA3FIO&keywords=servando+gotor%2C+confusi%C3%B3n+de+confusiones&qid=1667674736&qu=eyJxc2MiOiIxLjIyIiwicXNhIjoiMC4wMCIsInFzcCI6IjAuMDAifQ%3D%3D&s=books&sprefix=Servando+Gotor%2C+Confusi%C3%B3n+de%2Cstripbooks%2C109&sr=1-1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="3199" data-original-width="2227" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8Pnvz6p1AsLy8MalbaaHTwGrBVcvgffF2hBFadinNRydu12fccUL-3lZepwVldooezrJsL_nnoKDBgWcac8ho7wulD7ulMk6RVzcyV13sDWEL8DpURsAXgpEYVu-WQSpJP6yFdvnaeME2kZQ7mD24l32wkuREHVcxzveu7AfzQ42rBtQLNoSoyzq0/w266-h382/CONFUSI%C3%93N%202022%20OK%2016-99%20-%2024-4.jpg" width="266" /></a></div></h2><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></i></p>
<h2><a name="_Toc116209713"></a><a name="_Toc116149926"><span lang="ES-TRAD">El juego del hombre. Razón y corazón.
Supervivencia. ‘Nada nuevo bajo el sol’</span></a><i style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i><i style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></i></h2>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Confusión
de confusiones</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">, además de ser el primer trabajo sobre la Bolsa nos implica
-sobre todo- en un apasionante viaje por el pensamiento, la historia y la
historiografía occidental desde Heráclito hasta nuestros días. Hasta nuestros
días, no tanto porque se adelante a su época sino porque el comportamiento y el
pensamiento humanos, la naturaleza humana, es universal en el espacio y en el
tiempo. Reímos y lloramos hoy por los mismos motivos que reían y lloraban
nuestros antepasados desde que tenemos testimonio de ellos. Así que, como
leemos al inicio del <i>Diálogo Cuarto</i>,
en ese mercado no había Fonciones inmunes a la risa y el llanto, como aquel excepcional
militar romano así llamado. Al contrario, seguimos llorando y riendo como
lloraba Heráclito, el filósofo llorón, o reía Demócrito, el filósofo risueño. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Verdad es
que muchos analistas coinciden en mostrar su asombro porque las operaciones
bursátiles de hoy ya existían en la Ámsterdam del siglo XVII. Más aún, que los
comportamientos hoy descritos y analizados por las finanzas conductuales (<i>behavioral
economics</i>), racionales o pasionales, son los mismos de entonces. Pero a
poco que reflexionemos, uno <i>se asombrará
de aquellos asombros</i> porque, en definitiva, siempre topamos con los mismos
perros aun con distintos collares, pues toda actuación humana, toda toma de
decisiones está, y siempre lo ha estado, presidida por la razón o la intuición,
o por ambas a un tiempo. Y en toda época y en todo lugar, el ser humano - en general - ha venido actuando si no
igual, sí de forma similar ante circunstancias parecidas. Evidentemente, el
tiempo, la geografía, el progreso, y en general todo lo accidental, añaden
matices. Pero solo matices. Y, sobre todo, lo que añaden son etiquetas y
clasificaciones, poniendo nombre a las diversas conductas y ordenándolas; en
definitiva, clasificando, sistematizando, con arreglo - todavía hoy en esencia -
a aquellas pautas y categorías (<i>predicamenta</i>) marcadas por Aristóteles, quien tampoco
inventó nada sino que se limitó a analizar, descubrir, poner nombres y
organizar no solo la conducta humana sino todo el Universo. Nada más y nada
menos. Añadió, eso sí, y esta será su más revolucionaria aportación, una
herramienta (<i>órganon</i>) esencial para
el progreso: el <i>silogismo</i>,
instrumento que posibilita (o lo intenta) la verificación humanamente objetiva
de todo argumento. Ahí nace la ciencia, algo a lo que enseguida volveremos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Lo cierto
es que ni las conductas de aquellos mediadores o corredores (así llamados
porque <i>corrían </i>con información o en
busca de información de un lado a otro, o de un <i>corro</i> a otro), ni las de aquellos jugadores de Ámsterdam, ni las
descripciones que de ellas hizo De la Vega, constituían, ya entonces, novedad
alguna. Y él lo sabía, y no hace más que repetirlo. Cambiaba el contexto: aquel
nuevo mercado (el de las acciones), la época, el marco geográfico y social, el
idioma... Sí. Pero la naturaleza y trasfondo, las formas y contenidos de las
disputas, las estrategias, los lances, los faroles y las argucias, eran y son
las mismas con las que el hombre, desde que es hombre, se ha venido empleado en
toda contienda (<i>agón</i>). Somos iguales
cuando negociamos la compra de una mula, que la de un tractor, un smartphone,
unas acciones o un bulbo de tulipán. Y somos los mismos cuando planeamos una
estrategia de compra o de venta, que cuando discutimos sobre cualquier cosa,
emprendemos ciertas batallas, o tomamos determinado tipo de decisiones.
Cambiarán los instrumentos, las herramientas; cambiaran ciertas formas, pero
siempre nos valdremos de las mismas armas: la razón y la intuición, el cerebro
y el corazón: razón y co<i>razón </i>(sin<i>razón</i>). Y con los mismos modos de
siempre: la honradez y la indecencia, la lealtad y la perfidia, la astucia y la
torpeza, la intriga y la probidad, la ambición desmedida y la equilibrada, la
rapidez o la parsimonia. Y también, como siempre, unas veces acertaremos el
tiro, y otras (las más) lo erraremos. Así, desde que el mundo es mundo. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Y basten como muestra las palabras del inversor húngaro </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">André<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"> Kostolany</span> (1906-1999), referidas al
célebre José bíblico (el Casto José), quien vendido por sus hermanos acabó
siendo ministro del Faraón, gracias - quizá preludio de Freud - a los sueños y
sus interpretaciones: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 7.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">José de Egipto (…) se dedicó a especulaciones
verdaderamente arriesgadas y hasta peligrosas. Este hábil consejero de finanzas
del Faraón supo sacar a tiempo las debidas consecuencias de los sueños de su
señor con las siete vacas gordas y las siete vacas flacas. Durante los siete
años de abundancia decidió almacenar grandes cantidades de cereales que,
después, durante los siete años de escasez, volvió a poner en el mercado a un
precio mucho más alto. Ciertamente que hasta hoy día no se sabe con certeza si
José, hace ya cuatro mil años, fue el padre genial de la planificación
económica, pues guardó los excedentes de cosecha para cubrir los posteriores
déficits, o si —<i>honni soit qui mal y
pense </i>[maldito el que piense mal]— fue, sencillamente, el primer
especulador de la historia, que se limitó a comprar una mercancía barata para
venderla más cara cuando llegó a escasear. (<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Kostolany,
2012).</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 5.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Maniobra
que nuestro mercantilista José de <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Benito</span>
calificó de «bella operación alcista». En efecto: ya en el <i>Génesis,</i> la primera narración del Libro de las tres religiones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y es por todo
esto que De la Vega, seguramente consciente de esta universalidad, nos invita a
un viaje extraordinario por la apasionante historia y los libros de nuestra
cultura occidental. Demostrándonos que siempre fue así. Y lo hace reiterada y
conti-nuadamente, comparando las conductas de los inversores de su época con
las de los protagonistas de las más antiguas gestas y desgracias, incluida la
que nos costó la pérdida del Paraíso, cuando alude al engaño y la ambición
desmedida de algunos inversores a los que,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 5.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">como a Adán, les agrada el cetro, y los tientan
las serpientes para ser, también como Adán, más de lo que pueden, y acabar
siendo después menos de lo que son. (1.8).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 5.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y
acertadamente califica la negociación bursátil como un <i>juego</i>, y la compara con el que seguramente es el juego más antiguo
de naipes en Europa, el conocido como <i>juego del hombre:</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 5.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">A este negocio se le
llama generalmente juego, y yo digo que este juego es el del hombre; bien
porque todos aspiran en él a ser hombres, bien porque todos entran en él, bien
porque en esta baraja tiene tanto valor la espadilla, bien por lo que tienen
algunos de matadores, bien por lo que se atiende a los reyes, o bien porque
cada figura puede ser un tesoro y cada carta un triunfo</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">. (<i>Dedicatoria</i>).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 5.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En
realidad, se trata del irremediable juego al que naturalmente todos estamos
condenados: el de la supervivencia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y esa
evolución social colectiva, solo en lo accidental, también se constata en el
crecimiento de toda persona individualmente considerada. Porque desde niños en
nuestros juegos, en nuestros retos cotidianos, <i>contra</i> nuestros propios padres, nuestros propios amigos y enemigos,
<i>contra</i> nuestros propios preceptores, nos
valemos de las mismas artimañas, urdimos las mismas tretas y argucias que con
la edad y la experiencia iremos puliendo y perfeccionado para seguir
subsistiendo. Ese es el juego del hombre. De todo hombre. <i>Nada nuevo bajo el sol:</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">¡Vanidad de
vanidades!</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;"> - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad! ¿Qué
saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol? Una generación
va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece. Sale el sol y
el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir. Sopla hacia el sur
el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sigue el viento y vuelve el
viento a girar. Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar
donde los ríos van, allá vuelven a fluir. Todas las cosas dan fastidio. Nadie
puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el oído de oír. Lo que fue, eso
será; lo que se hizo, ese se hará. <i>Nada
nuevo hay bajo el sol</i>. Si algo hay de que se diga: «Mira, eso sí que es
nuevo», aun eso ya sucedía en los siglos que nos precedieron.<i> </i>(<i>Eclesiastés</i>,
1, 2-10)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<h2><a name="_Toc116209714"></a><a name="_Toc116149927"></a><a name="_Toc115933632"><span lang="ES-TRAD">Europa: el matiz</span></a></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><br /></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En sustancia, pues,
siempre lo mismo. No sabemos si es que todo es eternamente <i>uno</i> (lo mismo), o es que seres y aconteceres se repiten
circularmente en ese <i>eterno retorno</i>
al que tantas vueltas le han dado los filósofos. En todo caso, es solo - y nada
menos que - en los matices donde se
expresa la diferencia. Y esos sí los aporta el paso del tiempo y la
cultura. Esa cultura occidental por la
que <i>Confusión de confusiones</i> puede
guiarnos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Europa.
Siempre Europa. ¿Y por qué? Porque es aquí donde se fraguó el progreso humano
hacia unas cotas de bienestar jamás alcanzadas en ninguna otra parte del orbe. Algo
de todo punto indiscutible, eficazmente resumido por Max Weber ya a principios
del siglo pasado, al constatar que solo en Occidente hay ciencia, ciencia
racional verificada, <i>stricto sensu</i>:
astronomía, geometría, ciencias naturales (química, bioquímica, etc.);
historia, derecho. Y solo en Occidente ha conseguido germinar una expresión,
una profundidad y un análisis y estructuras racionales sin parangón. En el
arte: música (armonía, contrapunto, orquestas estructuradas racionalmente,
escritura – pentagrama -, sonatas, sinfonías, ópera…), arquitectura (bóveda
gótica funcional...), pintura… Solo Occidente ha concebido universidades y
academias para el cultivo sistematizado y racional de las especialidades
científicas, la formación del ‘especialista’… Solo en Occidente resultó
factible la imprenta de tipos móviles (con todas sus consecuencias)<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a>. Solo
en Occidente se forjó el Estado estamental, con parlamentos de representantes
del pueblo elegidos, partidos con expectativas de gobierno, y todo estructurado
por una Constitución racional y una administración de funcionarios
especializados. Y solo en Occidente se ha generado un sistema de capitalismo
también racional que, con independencia de cómo haya podido degenerar, descansa
en la expectativa de una ganancia debida al juego de recíprocas probabilidades
de cambio formalmente libres (sin esclavos) y pacíficas (sin violencias).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">A todo lo
cual, y desde la perspectiva de nuestros tiempos habría que añadir los
progresos originados por las diversas revoluciones que Max Weber o no conoció o,
si las conoció, no llegó a comprobar su ulterior y más profundo alcance. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Lo cierto
es que todo ello ha servido para que, aun con abundantes corruptelas y hasta
perversiones (inherentes a la naturaleza humana), haya sido Occidente el crisol
donde han germinado las sociedades con mayor bienestar personal (salud y
libertad) y social (una organización y una convivencia seguras y garantes). O,
lo que es lo mismo, con mayor bienestar humano. Y aprovechando todo este bagaje
cultural y científico, el resto de civilizaciones. Otras civilizaciones que
pronto nos adelantarán si no lo han hecho ya. Superación o superaciones, en
todo caso, cimentadas esencialmente en esa tradición europea a partir de la
cual habrá que esperar que, tomando el testigo, continúen y mejoren nuestro legado.
Algo que tampoco es nuevo: Roma acabó con Grecia, pero seducida por Grecia, al
igual que los bárbaros destruyeron Roma, pero salvando y asumiendo finalmente
todo el legado helenístico (incluso durante la erróneamente calificada como <i>negra</i> Edad Media).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Bien, pues
uno de los recorridos que <i>Confusión de
confusiones</i> nos propone discurre precisamente por los recovecos de estos
cimientos hasta la época (su época) del Barroco, en lo formal. Pero - se
insiste – extensible hasta nuestros días en lo estrictamente humano y universal.
Y el testimonio que posibilita este maravilloso <i>grand tour</i> por el universo humano está fundamentalmente en los
libros. Ellos constituyen el vehículo que nos conducirá en nuestro apasionante viaje,
diestramente pilotado por un José Penso
de la Vega amante del mundo, del hombre y de su expresión más característica,
que como tal lo define y diferencia: la palabra, el logos, la letra. La
literatura. Pero ¿cómo se las ingeniaban estos eruditos para disponer, ya en
aquella época de tantos libros, de tanta información? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<h2><a name="_Toc116209715"></a><a name="_Toc116149928"></a><a name="_Toc115933633"><span lang="ES-TRAD">Libros, bibliotecas, universo</span></a><span lang="ES-TRAD"> </span></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 5.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";">El
universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y
tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en
el medio, cercados por barandas bajísimas. <o:p></o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 5.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";">(J.L. Borges: <i>La
biblioteca de Babel</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Andan nuestros confusos
tiempos indeleblemente marcados por internet, sin duda la invención más
revolucionaria de la humanidad desde la imprenta. Hoy, el curioso y estudioso
dispone de una información hasta ahora solo imaginada. Puede navegar por miles
de libros y documentos de cientos de archivos y bibliotecas de todos los
tiempos y todos los espacios, haciendo realidad, y hasta superando, aquella
biblioteca infinita de Babel ideada por Borges. Y sin moverse de su asiento,
frente al ordenador, o desde su tablet o smartphone. En este último caso,
acarrea su archivo infinito allá donde va, porque lo lleva en su bolsillo. Con
una velocidad de búsqueda de resultados inmediatos que le transporta no a la
ficha del documento sino al documento mismo. Y si el texto se visualiza con
caracteres diminutos, puede ampliarlo cómodamente a su gusto o necesidad, sin
valerse de lupas ni lentes. Y si se le muestra en idiomas desconocidos, incluso
puede traducirlo en cuestión de segundos, mediante traductores algorítmicos que
día a día se van perfeccionando, porque día a día se enriquecen con nuevos
significados y sentidos, nuevas variantes y nuevos giros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Ante semejante
prodigio, aún llama más la atención saber cómo se las podían arreglar aquellos
eruditos del Renacimiento o del Barroco para disponer y disfrutar de todos esos
libros por los que navegaron, tan caros de conseguir no solo por su precio sino
también por su escasez, y ello aun teniendo en cuenta que desde la aparición de
la imprenta las publicaciones ya se habían multiplicado exponencial-mente.
Cualquier drama de nuestro Siglo de Oro aparece salpicado de citas eruditas más
o menos explícitas, más o menos literales. Evidentemente, la respuesta está en
que contaban ya con buenas bibliotecas, públicas y privadas. Pero, sobre todo, siempre
podían recurrir a obras enciclopédicas, misceláneas y polianteas, auténticos
arsenales de los que echar mano y servirse. Mero recurso, en todo caso. Y
abusar de él no parecía estar bien visto. De hecho, el prota-gonista de nuestra
obra, el <i>Accionista</i>, amonesta al <i>Mercader</i> en estos términos:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">Leísteis dos polianteas, de las que
memorizasteis tres galanterías, cuatro agudezas, seis historias. Hojeasteis
como mucho el diccionario poético de Estienes, el geográfico de Ortelio, el
filosófico de Géclenio, el químico de Rolando, el matemático de Dasipodio, y el
etimológico de Fungero, y os permitís por ello afirmaciones como que
Aristóteles no fue suficientemente profundo, ni Séneca tan moral, ni Néstor más
suave, ni Isócrates más atento, ni Hipérides más agudo, ni Demóstenes más
vehemente ni Tesauro más erudito. (2.12).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Pero de
todo se servían aquellos sabios voraces.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Las <i>polianteas</i>
(literalmente: <i>diversas flores</i>), eran colecciones misceláneas
enciclopédicas para artistas y estudiosos con dichos, tópicos y los más
variados materiales entresacados de las fuentes clásicas griegas y latinas, y
de la Biblia. Confeccionadas especial-mente en latín entre los siglos XVI y
XVIII, fueron germen de erudición para todos ellos. Y resulta en todo caso evidente
que el propio De la Vega se sirvió de unas cuantas<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a>. Y
entre las enciclopedias en lengua castellana de su época, echó mano
especialmente de las de Alessandro Tassoni (1565-1635) y Eusebio de Nieremberg
(1595-1658).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Con todo,
resulta evidente que De la Vega se sirve y disfruta o deleita con estas recopilaciones. Como
también resulta evidente que disponía de una nutrida y variada biblioteca
personal, así como que tenía acceso a otras bibliotecas de familiares y amigos
que compartían con él similares motivaciones literarias. Solo así consigue
hacer de <i>Confusión de confusiones</i> un magnifico
catálogo de citas y referencias de lo más florido de todos los tiempos entonces
conocidos. Abarcando, además, las más
diversas materias: historia, geografía, física, aritmética, literatura, lógica,
filosofía etc. Y todo orientado
especialmente a describir y sobre todo explicar la conducta humana. Consiguiendo
así ese interesante compendio de la mentalidad occidental esencialmente forjada
con el hebraísmo, el helenismo y el cristianismo. Y en este último caso, a
pesar de que en toda la obra, la única referencia a Jesucristo que encontramos
alude a Él como Profeta (4.4), puesto que al margen de las indudables
influencias de autores cristianos que se constatan en De la Vega (católicas y,
sobre todo, protestantes), <i>Confusión de
confusiones</i>, como él mismo expresa, pretendía tener la más amplia difusión:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.45pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">He decidido traducir estos discursos al
francés, para difundir más la noticia de un juego sobre el que nadie hasta hoy
ha escrito aún. (2.14).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> No llegó a traducirse, cierto. Pero la
voluntad de proyección universal de nuestro autor se hacía patente en esas
líneas. Por ello llama la atención en la obra esa escasez de referencias
explícitas al cristianismo, otro de los pilares esenciales de la cultura
occidental. Deficiencia solo comprensible bajo la presión de la fuerte censura
imperante en la comunidad judía de Ámsterdam. Apremio que también explica el
que la mayor parte de las publicaciones de De la Vega (como las de otros sefardíes)
figuren impresas en Amberes, cuando en realidad habían sido estampadas en la
capital holandesa<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Por lo
demás, todo apunta a que la idea inicial de la obra hundiera sus raíces, como
luego veremos, en una concreta ruina personal por él sufrida, una mala
inversión por una decisión errónea; que tal fracaso, le moviera a trasladar al
papel su experiencia, las causas y los errores cometidos. De modo que, con
visos de manual o tratado, sirviera a los demás de advertencia, tal y como
afirma en el <i>Prólogo</i>, pintando <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.45pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">con el pincel de la verdad las tramas con que
lo ejercen los pícaros que lo mancillan, para que a unos sirva de delicia, a
otros de advertencia, y a muchos de escarmiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En todo
caso, por las razones que fueran, aunque muy especialmente por aquel afán
divulgador y universal expresamente confesado y pretendido, De la Vega iluminó
lo que inicialmente quiso ser un mero desahogo personal por su fracaso y una
advertencia para los demás, con ejemplos y metáforas extraídas del inmenso
arsenal de propuestas y soluciones que la cultura occidental escrita encierra. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Dicho lo
cual, podemos acercarnos ya a nuestro autor y a su contexto histórico, que por
lo demás no deja de ser el resultado práctico hasta entonces de aquella
tradición cultural europea y, especialmente, mediterránea. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<h2><a name="_Toc116209716"></a><a name="_Toc116149929"></a><a name="_Toc115933634"><span lang="ES-TRAD">El autor y su obra. Bruma
y confusión</span></a></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></i></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">José de la Vega (1650-1692)
es un judío sefardí con raíces en la Península Ibérica, seguramente de origen portugués o gallego.
Todo él, aun a pesar de que existen numerosos testimonios escritos propios y
ajenos sobre su persona, está envuelto en cierta suerte de bruma y hasta
confusión, empezando por los diferentes nombres con que firma sus obras. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">A este
respecto es necesario recordar que muchos hebreos españoles se veían obligados
a cambiar de nombre para ocultarse de las persecuciones de que eran
objeto. Pero es que, además, en el
pueblo judío los nombres tienen más importancia que en otros, porque su lengua,
su idioma, es para ellos una lengua santa. Con ella creó Dios el universo. Las
22 letras del <i>álef-bet</i> (su alfabeto) representan 22 formas diferentes de
la energía vivificante de Dios, penetrando en el cosmos y dotándolo de vida. El
<i>Génesis</i> sugiere - y hasta el
evangelista Juan así lo vio - que Yahvé creó todo exclusiva-mente con su
palabra: «Dijo Dios: 'Haya luz', y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y
apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó a la luz 'día', y a la oscuridad
'noche'». (<i>Génesis</i>, 1, 3-5). Primero es, pues, el nombre, la palabra, y
luego el ser: «porque conforme a su nombre, así es». (<i>Samuel</i>, 25.25).
Por eso hay un <i>midrash</i> (interpretación de textos sagrados) que dice que
cuando completemos nuestros años en este mundo y nos enfrentemos al juicio del
cielo, se nos preguntará si hicimos honor a nuestro nombre. Todo esto puede
explicar, pues, esa tendencia de los hebreos a cambiarse de nombre: porque dicho
cambio supone también un cambio en ellos mismos y en su fortuna. La Torá (el
Pentateuco) contiene suficientes ejemplos: Abram, pasó a llamarse Abrahám (<i>Génesis
</i>17:5); Sara, Sarai (<i>Génesis</i>, 17:14) Jacob, Israel (<i>Génesis</i>,
32:29) etc. No debe extrañarnos, pues, que nuestro propio autor emplee diversos
nombres para firmar sus obras, aunque algunas veces, seguramente las más,
también por razones de oportunidad: Joseph de la Vega; Joseph Penso; Joseph
Penso de la Vega; o José Penso Félix, o Joseph de la Vega Pasariño</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Pues
bien, tanto <i>Rumbos peligrosos</i> (volumen
con tres novelas) como <i>Confusión de
confusiones,</i> los firmó como Iosseph de la Vega, apellido español de la madre,
que también se acostumbraba a poner a los hijos que como De la Vega nacían en
segundo lugar. Y este apellido ya comporta por sí mismo dos referencias
literarias españolas de fuste: la del príncipe de los poetas castellanos, el <i>lírico</i> Garcilaso y la del afamado
dramaturgo (<i>cómico</i>) Lope, tal y como
consta en la décima escrita por Simón de Barrios, en el <i>Digno elogio</i> que precede a las tres narraciones de <i>Rumbos peligrosos</i>:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 92.15pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Cómico el
VEGA primero<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 92.15pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Lyrico el
segundo, son<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 92.15pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Del
Parnaso admiración,<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 92.15pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y
maravilla el tercero.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">La segunda
confusión la encontramos en el lugar de su nacimiento. La mayor parte de los
autores sostienen que fue en Espejo (Córdoba), pero otras localidades como
Ámsterdam y Lisboa se disputan esta procedencia que, últimamente, Fernando J. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo </span>(2019<sub>b</sub>:13)<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"> </span>sitúa en Hamburgo. Como se ha dicho, De
la Vega fue el segundo de los diez hijos que tuvieron Isaac Penso Félix y
Esther de la Vega, judíos conversos con un buen estatus económico. Por eso, y
seguramente también por sonar más a español, firmó como De la Vega,
especialmente, <i>Confusión de confusiones</i>,
que pretendía ser su libro de mayor difusión y proyección geográfica. El
español era su lengua y, además, estaba de moda.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">La tercera
confusión se centra en el supuesto encarcelamiento de Isaac, el padre, y su
ulterior salida de España con su familia. Respecto al apresamiento, no se
conoce con certeza la causa. Si bien la mayoría de los autores señalan que fue por
problemas económicos, otros aluden a que pudo ser acusado de falso judío
converso (<i>marrano</i>), o por ambas
circunstancias a la vez. Lo cierto es
que, Isaac y Esther, dejaron España. Y es la datación de este preciso momento
de abandono de la Península Ibérica lo que divide a historiadores y biógrafos
para concretar si fue anterior o posterior al año 1650, en que nació nuestro
autor. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Torrente Fortuño</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> (1980:27) afirma que Isaac «logró salir en 1650 y desde Lisboa se
dirigió a Amberes, Middelburgo y Ámsterdam». Otros añaden que entre Middelburgo
y Ámsterdam, vivieron en Hamburgo. Y, de hecho, en las actas de la diáspora de
Hamburgo, consta que el 1 de septiembre de 1652 Isaac fue nombrado <i>Parnás </i>de la comunidad sefardí de la
ciudad (algo así como administrador o gobernador), lo que acredita que
difícilmente pudiera ser un recién llegado; motivo este - junto con otros
argumentos - que es el que ha llevado a </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo
</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">(2019<sub>b</sub>:13)
a concluir que José de la Vega pudo haber nacido en esta ciudad alemana.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Una cuarta
confusión, más bien sombra, se produce durante todo ese periodo entre Amberes y
el asentamiento en Ámsterdam. Apenas hay noticias de esta época, pero resulta
indudable que la familia estuvo económicamente bien situada. Lo que posibilitó
que José de la Vega pudiera adquirir una recia formación humanística. Incluso,
quienes mantienen que nació en la Península Ibérica le atribuyen estudios en
Córdoba y Alcalá de Henares. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En
Ámsterdam, la familia también se integró rápidamente en la poderosa comunidad
sefardí allí residente (la nueva <i>Jerusalén
del norte</i>), plaza que acabaría siendo el centro mundial del intercambio
comercial y en la que se creó, a principios del siglo XVII, la Compañía de las
Indias Orientales, cuyo mayor accionariado estaba precisamente en manos de
estos judíos procedentes de la Península Ibérica. Isaac Penso se convirtió
entonces en una figura importante del mundo de las finanzas, y en un notable
mecenas, llegando incluso a fundar una jeschiba o academia religioso-cultural
denominada Keter Torah. Y el joven José de la Vega también escribirá en este
periodo, con solo 17 años su primera obra: un drama alegórico en hebreo,
titulado <i>’Asîrê ha-Tiqwâ</i> (<i>Prisioneros de la esperanza</i>).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En
seguida, en 1674 o 1675, viaja a Livorno para atender negocios familiares
regentados por su hermano Abraham. Tampoco son muy precisos los datos que tenemos
de esta época, si bien se sabe que fue aquí, en la Toscana, donde tuvo tres
hijos con su mujer, Ribca, </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">y donde adquirió
una consistente experiencia como comerciante, amén de estar plenamente
integrado en la comunidad hebrea, en la que - al igual que su padre en Hamburgo
- llegó a ostentar el cargo de <i>Parnás </i>entre
1677 y 1682. Pero sobre todo, estos años serían cruciales «para forjar su
personalidad como rétor <i>[maestro orador]</i>,
fruto de las relaciones literarias y de las provechosas lecturas de los principales
autores del Barroco italiano, a los cuales no solo tomó como ejemplo y modelo a
la hora de escribir sus propias obras, sino que incluso los tradujo al
castellano». (</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo, </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">2019<sub>b</sub>:</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">164). Siendo aquí, igualmente, donde participará en la fundación de la
academia de los Sitibundos (<i>sediento</i>s),
institución literaria, a imitación de las italianas, muy admirada en círculos
europeos, en la que contando con el visto bueno de la comunidad hebrea se
pronunciarán discursos y se debatirá sobre asuntos literarios, todo ello con
vocación divulgadora y de fomento artístico e investigador. Su presencia aquí
resultará decisiva para su dedicación literaria, pero siempre sobre la base
económica que le proporciona su principal actividad profesional como hombre de
negocios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">En 1683 se ve obligado a regresar precipitadamente a Ámsterdam, no se sabe
exactamente por qué, aunque una de las razones (sin duda la fundamental) fue la
grave enfermedad de su padre que a la postre acabó con su vida el 24 de marzo
de aquel mismo año. Lo cierto es que va a
ser aquí, en Ámsterdam, donde la carrera literaria de José de la Vega adquirirá
un especial empuje. De hecho, es también en este año cuando firma su primera
obra: la ya citada <i>Rumbos peligrosos</i>,
resultando decisiva su participación, incluso como secretario, en la academia
de los Floridos, fundada por el mecenas Manuel Belmonte, con una fuerte
influencia de la academia de los Sitibundos de Livorno, en la que también había
participado este último como juez literario.
Y será también en esta etapa cuando publicará la mayor parte de sus
obras, algunas de las cuales ya habría escrito o comenzado a escribir en la
Toscana, si bien tales publicaciones - como ya se ha apuntado - tendrán un
carácter clandestino, figurando falsamente como impresas en Amberes, para
eludir así la recia censura de la comunidad hebrea de Ámsterdam. En este
contexto se publicará, en 1688, <i>Confusión
de confusiones</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">De la Vega fallecerá cinco años después, probablemente a causa de uno
de aquellos frecuentes ataques de gota de los que se queja en el propio <i>Diálogo Cuarto</i>, con el típico sarcasmo
que salpica toda la obra, «porque parece que la fortuna quiere que sepan todos
de qué pie cojeo». (4.5). Tampoco la fecha exacta de su muerte es un dato
pacífico, aunque todo apunta al 13 de noviembre de 1693. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Su legado literario nos deja numerosas obras, todas ellas en español (salvo
la primera ya citada, <i>Asiré ha-Tikvah</i>
- <i>Los prisioneros de la esperanza - </i>):
unas oraciones fúnebres por la muerte de sus padres, varios discursos académicos
y diversas prosas y panegíricos. Porque De la Vega era un obligado prosista
dadas sus nulas dotes por él mismo reconocidas para el verso en su ‘Prólogo al
lector’ de <i>Fineza de la amistad</i> (la
primera de las tres novelas de <i>Rumbos</i>):
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.45pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">También te apunto que los versos (porque tengo
más de Orador que de Poeta) son de mi amigo el Insigne Capitán Don Miguel de
Barrios, a quien supliqué que me adornase con sus flores, los asuntos bosquejos
que le di para ellos. (</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">1683<sub>b</sub></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Pero nuestro autor fue, ante todo, un inversionista. Vivió como tal, no solo por cuenta propia
sino también asesorando y mediando como corredor de Bolsa. La actividad
literaria, a la que por supuesto dedicó mucho tiempo, tanto como escritor como
voraz lector y estudioso, no le confirió la fama que él sin duda deseó y buscó,
pero sí le produjo puntuales y a veces sustanciales ganancias. También le reportó un sólido prestigio
personal en la comunidad judía. Pero
fueron sus ingresos como inversionista los que le proporcionaron una vida económicamente
holgada, a pesar de algún importante -aunque también puntual - fracaso, que
sería uno de los motivos que le llevarían a escribir <i>Confusión de confusiones</i>.</span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; text-indent: 14.2pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Por eso convendrá adentrarnos, siquiera sea someramente, en el mundo
de las finanzas de aquella Ámsterdam.</span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<h2><a name="_Toc116209717"></a><a name="_Toc116149930"></a><a name="_Toc115933635"></a><a name="_Toc112565418"><span lang="ES-TRAD">La primera Bolsa. Compañía por acciones. </span></a><span lang="ES-TRAD">De la burbuja de los
tulipanes a ‘Confusión de confusiones’</span></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 6.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 5.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";">Para
entender mejor todo esto, debéis saber que participan en este negocio tres
clases de personas, unos como <i>príncipes</i>,
otros como <i>mercaderes</i>, y los últimos
como jugadores. (<i>Confusión de confusiones</i>,
1.3). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En el siglo XVII se
consolidan los imperios ultramarinos. Europa se convierte en una potencia
colonial fruto del capitalismo comercial, que había encontrado una auténtica
mina en el descubrimiento y colonización de nuevas tierras. El comercio de especias (valiosas por
diversos motivos) siempre fue una actividad de gran rentabilidad. Y, dejando
aparte las Indias Occidentales, monopolizadas por España y Portugal y en las
que no se cultivaban especias, Ámsterdam lideró el mercado hasta entonces
fundamen-talmente en manos de las repúblicas italianas de Génova y
Venecia. Una de las claves del éxito
neerlandés, y seguramente la principal, fue la creación de la primera compañía
por acciones. Esto es fruto de una mentalidad capitalista, en cuyas raíces - según
Max Weber - está el protestantismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Este es el
escenario: los grandes retos humanos, las grandes empresas, necesitan un
soporte económico para el que no siempre es fácil encontrar bolsillos
dispuestos a financiarlos. El Estado suele ser una posibilidad, y Cristóbal
Colón, buscando una nueva ruta hacia las Indias que le llevara a las ansiadas
especias había conseguido algo más de un siglo antes la colaboración de la
Corona de Castilla. Otros aventureros conseguían
o disponían de recursos privados. En todo caso, como resume <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Álvarez Nogal</span>,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 8.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">era imposible que una sola fortuna financiase
cualquiera de estas compañías (…). La solución consistió en constituir
compañías por acciones, superando las viejas fórmulas medievales (…). Las
compañías por acciones eran frecuentes en el ámbito marítimo (…) pero muchas
veces se limitaban a subdividir la propiedad de las embarcaciones (…) Esa
multipropiedad permitía repartir beneficios (…) pero en ningún caso daba origen
a compañías por acciones, ni esas participaciones se comercializaban de forma
activa (…) La novedad holandesa consistió en que las empresas buscaron
financiación vendiendo participaciones en el mismo mercado donde a diario
también se comercializaban los títulos de deuda pública del Gobierno.
(2015:77).</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Así nació
la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (Verenigde Oostindische
Compagnie, VOC), fundada en 1602 y disuelta en 1795. Verdadera multinacional,
fue la mayor y la más imponente de las empresas comerciales europeas de la era
moderna que operaron en Asia, y la primera en salir a bolsa. Sus acciones se emitieron en
1602 a un precio nominal de tres mil florines, y en 1688, año de publicación de <i>Confusión de confusiones</i>, su valor se
había multiplicado por seis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En 1621,
se crearía también la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales
(Geoctroyeerde West-Indische Compagnie, WIC) para el mercado norteamericano,
dado que el del sur de aquel continente seguía monopolizado por España y
Portugal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Las
acciones, también llamadas <i>partidas</i>,
por representar una <i>parte</i> de la
propiedad, proporcionan normalmente a su titular (al igual que hoy) dos clases de
rendimientos. En primer lugar, y para cuyo fin fueron concebidas, los <i>dividendos</i>,
que se producen cuando la sociedad obtiene beneficios y los reparte. En segundo
lugar, las <i>plusvalías</i> que pueda generar la venta de tales acciones
cuando su precio de venta supera al que se pagó por su adquisición. El primero de estos casos, el de los <i>dividendo</i>s,
sería el que De la Vega denomina negocio de "príncipes": compran las
acciones, y se limitan a esperar el cobro de tales rendimientos si es que estos
se producen. El segundo (fijar la atención en una eventual <i>plusvalía</i>) es
más propio de mercaderes o comerciantes. Ahora bien, cuando de este negocio
centrado en la plusvalía se hace un juego, convirtiendo a los mercaderes en
tahúres especuladores, estaríamos en un tercer supuesto: el de los
"jugadores" (1.3); caso en el que, por la vehemencia y ambición propia
del accionista, se generan normalmente mayores riesgos con las consiguientes
dosis de azar, dando lugar a menudo a complejas, extrañas y aun engañosas operaciones
y estrategias que, cuando las cosas vienen mal dadas, acaban con el jugador
ahogado (ahorcado) en manos de desaprensivos prestamistas. De ahí que el <i>Mercader </i>acabe diciendo: "pues yo
me quedo en mis sombras, sin pretender ser maravillas", y el <i>Filósofo</i>, a su vez, elija plantarse en
sus "precisiones teológicas"(1.3).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Lo normal
sería que el precio de las acciones estuviera en consonancia con la
rentabilidad de la empresa, de modo que si esta produce abundantes beneficios,
las acciones deberían aumentar su precio. Y viceversa: si el negocio o empresa
va mal, las acciones deberían cotizarse a la baja. Sin embargo, la especulación hace que el
valor real de la empresa, de un lado, y
sus acciones, de otro, acaben por llevar caminos dispares y hasta opuestos. Ocurre así que las acciones de una empresa
que va mal aumenten de precio o, al contrario, que las de una empresa que va
bien, bajen. El inversor, pues, no solo piensa en el precio actual de las
acciones sino sobre todo en la evolución del mismo en el futuro. Y ahí está el
elemento azaroso que hace de esto un juego especulativo, en el que se puede
ganar o se puede perder debido a numerosos e incontrolables motivos y
circunstancias. A veces, el jugador acierta y gana. Otras, pierde. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Esta disparidad
entre el coste y el valor real de las acciones, es lo que siempre ha ocurrido
con el resto de las cosas: que su precio puede acabar resultando totalmente
ficticio por desproporcionado respecto a su verdadero valor, algo que suele
ocurrir especialmente cuando aparecen en el mercado productos innovadores que
se consideran muy provechosos o ventajosos para la sociedad. Estos atraen la
admiración y curiosidad general, que culmina en una fiebre compradora de los
inversores provocando la consiguiente alza en los precios o cotizaciones, fruto
de la inexorable ley de la oferta y la demanda. A esta sobrevaloración se la
conoce como <i>burbuja</i> porque de una
auténtica burbuja se trata, cuyo interior por grande que parezca desde fuera
solo alberga aire. Humo. Y esta ficción se puede sostener durante cierto
tiempo, pero lo normal es que, tarde o temprano, cuando los inversionistas
adquieren verdadera conciencia de semejante desproporción, exageración y
dislate, la fiebre compradora se convierta en vendedora y el precio de las
acciones o el de cualquier otro producto se desplome (<i>crack</i>). La burbuja explota y el mercado quiebra. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Eso es lo
que ocurrió con la conocida como <i>tulipomanía</i>
o <i>crisis de los tulipanes</i>, que acabó
pinchando en el año 1637. Se trata de la primera gran burbuja económica de la
historia, como consecuencia de los bulbos de tulipán. Esta exótica flor se puso
de moda en Europa, y provocó tal euforia, que todo el mundo quiso enriquecerse
con ella. Todos plantaban y encargaban
bulbos. Muchos hasta abandonaron sus trabajos para enriquecerse con este
negocio. Además, en los Países Bajos se había conseguido tal cantidad de
variantes y colores por medio de cultivos experimentales, que alcanzaron
precios absolutamente descabellados. Hasta que al final, impuesta la cordura y
sensatez, la efervescencia amainó, a lo que ayudó la peste bubónica que asoló a
la nación en 1636, y se pasó de pagar con una lujosa mansión un solo bulbo a
quedar desierta la venta de un lote de medio kilo por 1250 florines. El pánico
se apoderó de todo el mundo, la fiebre compradora se tornó en vendedora y la
economía neerlandesa quebró.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">También De
la Vega, como ya se ha dicho, fue víctima de una mala inversión. Y a ello se refiere
el <i>Accionista</i> cuando el <i>Mercader,</i> en referencia a un desplome
padecido en los años 1687-1688, se interesa por «los motivos por los que las acciones acabaron en tan inaudita
catástrofe, cayendo en tan breve tiempo por tan lamentable precipicio». (4.6).
Aunque Fernando J. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pancorbo</span>
advierte que, «si se atiende a las estadísticas mercantiles de 1687 y 1688, no
se deberían considerar estos dos años como los peores, puesto que la caída de
los beneficios no es demasiado acusada. En realidad, <i>Confusión de confusiones</i>, en este sentido, solo retrata el varapalo
que sufrió Penso como accionista a causa de una operación financiera
fraudulenta». (2019<sub>b</sub>:149). Apreciación de todo punto compatible con
lo expresado por <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">García de la Rasilla</span>,
cuando mantiene que, en realidad, muchas de las situaciones y circunstancias de
la crisis bursátil detalladas por De la Vega en <i>Confusión de confusiones</i>, las extrae precisamente de la famosa
burbuja de los tulipanes de 1637, estando toda la obra impregnada de esas
especulaciones, resultando curioso «que un erudito como de la Vega y en su
libro tan completo sobre las operaciones de Bolsa, las maniobras y la
especulación no se refiera a esta burbuja tan comentada después por otros
autores». (2012:55).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Este revés
económico personal de De la Vega, reiteramos, es el que está en la raíz de <i>Confusión de confusiones</i>. Algo que, por
lo demás, sabe afrontar con energía, erudición, literatura y humor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></p>
<h2><a name="_Toc116209718"></a><a name="_Toc116149931"></a><a name="_Toc115933636"><span lang="ES-TRAD">Género y estilo. Idioma y
mentalidad</span></a></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">El <i>diálogo,</i> como
género literario, se inicia con Platón y se revitaliza durante el Renacimiento,
siendo nuestra obra un ejemplo más de dicha revitalización. Porque, aunque haya
críticos que lo cuestionen, en <i>Confusión
de confusiones</i> concurren los ocho elementos esenciales del género: (i) unos
personajes discuten sobre el asunto elegido; en este caso el juego de la Bolsa
de Ámsterdam. (ii) A diferencia del drama, el diálogo carece de toda acción que
no sea el propio debate. (iii) Ni siquiera existe o se describe un espacio o
escenario geográfico en que tal diálogo haya de producirse o desarrollarse,
adoleciendo igualmente de (iv) una total ausencia de acotaciones o indicaciones
del autor. Además, (v) los personajes son o deben ser muy pocos (en nuestro
caso tres). Normalmente (vi) uno de ellos es el experto en la materia y los
otros, en general, discípulos, aunque también pueden ser colegas o simplemente
amigos interesados en la cuestión. (vii) El primero dirige y modera el debate,
y (viii) entre todos, confrontando sus ideas, avanzan en el análisis
esclareciendo cuantos detalles y dudas se suscitan, sugiriendo ideas, hipótesis y puntos de vista
que enriquecen y avanzan en la visión y conocimiento del asunto. En nuestro
caso, el <i>Accionista</i> sería el experto,
y el <i>Mercader</i> y el <i>Filósofo</i> los discípulos que quieren
conocer mejor el juego de la Bolsa y las múltiples y curiosas conductas y
sensaciones humanas que en él se suscitan. Debaten sobre la conveniencia,
necesidad u oportunidad del propio mercado de las acciones, su finalidad, y
cómo se desarrolla en la práctica: ajustándose a dicha finalidad o
adulterándola y degradándola. Evidentemente, el contenido sobre el que versa el
diálogo no altera su propia naturaleza, como podría ocurrir en otros géneros.
No. En el diálogo cabe todo aquello que se preste a polémica, reflexión y
discusión, y que fruto de tal confrontación que sus varias perspectivas aportan
consiga nuevas visiones e hipótesis que ahonden en el conocimiento de la
materia tratada, su naturaleza, efectos, utilidad y necesidad. Los personajes
son limitados porque limitadas han de ser las perspectivas con que se aborde el
asunto, si la dialéctica pretende ser - y en el diálogo debe serlo - verdaderamente
operativa y constructiva. Puesto que, además de la del perito en la materia, la
visión menos experta de los profanos será también más fresca y distanciada y
servirá de acicate y contrapunto a la más firme y experimentada pero también más
deformada, encorsetada y amanerada del maestro. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">A pesar de
ello, se ha llegado a hablar de <i>Confusión
de confusiones</i> como un tratado de Bolsa, género que quien más acertadamente
lo ha descartado, y además de modo concluyente, ha sido Torrente <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Fortuño</span> (1980:58-59): «<i>Confusión de confusiones</i> (…) no es obra
de un economista ni de un historiador ni de un mercantilista. Falta temática
para ser un tratado, falta sistematización, valora de modo muy diverso los
componentes de la institución bursátil, carece del menor estudio sobre fuentes,
no tiene ningún aparato jurídico». También se ha dicho que es una miscelánea o
un florilegio, por la enorme cantidad de autores, citas y datos históricos y
hasta científicos que reseña. Y por eso acierta <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Rey
Hazas</span> cuando afirma que <i>Confusión
de confusiones</i> es mucho más que todo esto. Que estamos ante un <i>diálogo misceláneo enciclopédico</i>: «un
diálogo y simultáneamente una miscelánea barroca, pariente por tanto de las
silvas y jardines del XVI y de obras enciclopédicas más cercanas del XVII», donde
tiene cabida «todo el saber universal sin problemas porque el tema era el
universo mismo; si no, casi daba igual porque recurrían al tópico del pequeño
mundo, del hombre como un mundo abreviado». (2015:154). Y aquí es donde radica la importancia, la
trascendencia de la obra. Un tratado sería interesante, sí; especialmente dada
la novedad y el momento que describe y en que se escribe. Pero no emanaría de
él, como emana de nuestro diálogo, ese saber humanístico universal con que su
autor lo impregna, invitándonos a un apasionante viaje por la historia occidental;
especialmente de su pensamiento. Porque, con ocasión de hablar de la Bolsa, De
la Vega aprovecha para introducirnos en la psicología humana. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Por lo
demás, las discusiones sobre los géneros no dejan de ser vanas disputas. Primero,
porque un género es solo una mera herramienta analítica o didáctica para
examinar y ubicar contextualmente una obra; y, segundo, porque nunca existe una
obra puramente adscrita a uno de esos géneros o categorías instrumentales. Toda
obra literaria es híbrida en este sentido, porque toda obra literaria está
salpicada de múltiples estilos e influencias. Por muy apartado que el autor
crea estar de todo pasado cultural, el adanismo, en cuanto tal, la plena
ausencia de referencias, resulta de todo
punto imposible. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y, género
aparte, yendo estrictamente a las formas, baste decir que en la propia <i>Dedicatoria</i> late ya el estilo barroco
pretendido y conseguido por De la Vega. Un estilo afectado, retorcido, que no
busca tanto la eficacia y transmisión del mensaje (que también), como una
narcisista exhibición de la erudición de su autor. Y ello por mucho que intente
disimularlo, como lo intenta por boca del <i>Accionista</i>,
cuando afirma: «prefiero enfadaros por
entenderme que desesperaros por no haberlo conseguido». (2.12). <span style="background: fuchsia; mso-highlight: fuchsia;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> Mayor interés tiene la condición de judío
sefardí de nuestro autor y la elección del idioma español para esta obra - y en
general, para casi todas -. Y a este respecto, Jospeh <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pérez</span> nos recuerda que «en todos los ámbitos de la diáspora
marrana se nota un verdadero entusiasmo por la lengua y la literatura española
(…) pero donde más se aprecia la cultura española de los sefardíes es en los
Países Bajos, más de un siglo después de la expulsión. Entre los marranos de
Ámsterdam, el hebreo estaba reservado a la liturgia; la lengua que se usaba en
la vida cotidiana - privada y pública - era el portugués; el castellano se
consideraba por antonomasia como la lengua de la literatura y de los
conocimientos científicos (…) Esto se ve a las claras en la familia de Spinoza:
allí, se rezaba en hebreo, se hablaba portugués, pero se leía y se estudiaba en
castellano». (<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Pérez</span>,
2005:262-263). Sobre esta cuestión, ver también Jesús <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Gómez</span> (2018): <i>La identidad literaria del sefardí Joseph
de la Vega en su diálogo 'Confusión de confusiones'</i> (1688). En última
instancia, es nuestro propio autor quien considera el español como su lengua, y
así lo manifiesta de modo expreso en el Prólogo al lector de <i>Rumbos peligrosos</i> (1683<sub>b</sub>). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Ahora
bien, convendrá puntualizar que, sin restar ninguna importancia al idioma, este
no determina necesariamente la pertenencia a una concreta cultura, como en este
caso sería la española, y más concretamente la de nuestro Siglo de Oro, adscrip-ción
tan a menudo reivindicada por gran parte de la crítica. Y como muestra baste recordar
un dato suficientemente esclarecedor: entre las muy abundantes referencias a
cuestiones de tipo histórico-religioso, en <i>Confusión
de confusiones</i> no se menciona ni una sola vez el nombre de Jesucristo. Solo
en una ocasión se alude a Él, y además no - por supuesto - como el Mesías
esperado sino como un Profeta (4.4), algo que contrasta con las casi sesenta
veces que nombra a Sansón o las cuarenta que lo hace a David. Es más, cuando en el <i>Diálogo Segundo</i> (2.12) refiere un prodigio acaecido en 1593 por el que los rayos de sol se
presentaron en Viena, Praga, y Witemberg, «en formas diversas a la vista, ya de
palma, ya de pilar, ya de nave, ya de obelisco, ya de espada, ya de lanza, ya
de corona», omite, no creemos que ni por desconocimiento ni por desliz, la
forma de la cruz, también avistada por muchos según afirma Rivadeneyra (aunque
este sitúe el suceso dos años antes, en 1591). Entendemos, en
definitiva, que la mentalidad y cultura de De la Vega es plenamente judía, barnizada
por el puritanismo calvinista entonces imperante en Ámsterdam. Y en este
sentido estamos con Carmen <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Baños Pino,</span>
quien atinadamente ha analizado esta cuestión, posicionándose abierta y
concluyentemente al sostener que José de la Vega ni es un autor español, ni
puede considerársele como un representante del pensamiento público español:
«las muestras de juicio moral que hace cuando valora el juego de las acciones
están impregnadas por la ideología calvinista holandesa. Es cierto que vitupera
las malas artes de los accionistas, cuando las llama la razón de la sinrazón,
pero también es cierto que a él le parece muy bien el azar como parte
integrante del juego de las acciones (…) José de la Vega, además, está al
margen de las doctrinas económicas de los escolásticos españoles (…) La
justificación moral que da de la estructura formal de la Bolsa cuyo objetivo es
obtener ganancias con el capital invertido está dentro de esos moldes
calvinistas que ven en la riqueza el justo premio del espíritu emprendedor. Y
esto va por caminos completamente diferentes a los de la doctrina del justo
precio desarrollada por la Escuela de Salamanca. En ningún momento demuestra
conocimiento ni hace alusión a doctrinas económicas de autores españoles como
las de Luis de Molina, como las de Tomás de Mercado, quienes habían analizado
minuciosamente la vida económica de su tiempo. Si las hubiese conocido, en
ellas hubiese encontrado un magnífico contrapunto para compararlas con este
otro nuevo mercado de acciones». (2021 : 1:13’ss). Por eso -viene a concluir la
propia autora -, tampoco puede decirse que España pecara de abandono o dejadez
respecto a una obra que ni era española, ni de un autor español, ni tuvo
siquiera en su época la más mínima repercusión. Saliendo así al paso de una de
tantas acusaciones vertidas al abrigo de la omnipresente leyenda negra española<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<h2><a name="_Toc116209719"></a><a name="_Toc116149932"></a><a name="_Toc115933637"><span lang="ES-TRAD">El arte también como
terapia</span></a></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Confusión de confusiones</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> ya se ha dicho que describe las operaciones y el ambiente del mercado
bursátil de Ámsterdam, la Compañía Oriental de las Indias Holandesas, y un
supuesto y reciente <i>crack</i> de la misma.
Y lo hace con un lenguaje vivo, mordaz, barroco, irónico y brillante, trazando
a la vez un auténtico retrato del alma y la psique humanas, ilustrado y
sustentado por esbozos, tesis y opiniones literarias, científicas y filosóficas
de los más grandes poetas, humanistas y pensadores del mundo occidental. Desde
Homero a Calderón, de Demócrito o
Heródoto a Francisco Hernández de Toledo o Juan Eusebio Nieremberg, de
Aristóteles a Tesauro… Y, en fin, de la Torá al Quijote. Y con semejante
autopsia de la entraña y psique humanas, afloran virtudes y vergüenzas,
extrayendo reflexiones y conclusiones que trascienden a su propia época y a los
saberes del momento, proyectándose inevitablemente sobre futuros descubri-mientos.
Porque, como también ha quedado dicho - puntuales invenciones modernas aparte -
el alma humana es siempre la misma, y de hecho todos aquellos autores ya lo
habían dicho todo, o casi todo. Solo algún descubrimiento - o más bien matices,
de nuevo matices - se echa en falta: el freudiano inconsciente, quizá. Que, por
lo demás, ya se encuentra perfilado en Shakespeare, puesto que el mapa
freudiano de la mente ya estaba en el dramaturgo inglés, limitándose Freud a
describirlo en prosa<a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftn5" name="_ftnref5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></a>. Pero a Shakespeare -fallecido apenas cuatro
décadas antes de que De la Vega viera la luz - no se le nombra en <i>Confusión de confusiones</i>… Sin embargo,
cuánto Shakespeare y cuánto Freud, cuánto estudio del inconsciente, cuánto <i>ello</i> y cuánto <i>yo</i> y <i>superyó</i> hay en las </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">finanzas
conductuales (<i>behavioral economics</i>),
en los errores (los <i>sesgos cognitivos</i>
y el <i>ruido</i>) descritos por Daniel Kahneman
ya en pleno siglo XX, como también lo hubo -<i>avant
la lettre -</i> en el casto José del <i>Génesis</i>,
interpretando los sueños del Faraón.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">En definitiva, José de la Vega, se enfrenta en <i>Confusión de confusiones</i> a todos sus fantasmas, que son los
nuestros, escarbando en las bondades y miserias del ser humano: <i>El juego del hombre</i>. Y, sobre todo, lo
hace - además de con toda la erudición que su sólida formación le permite - con
la amargura de un puntual y particular fracaso económico suyo. Porque en
realidad, según los historiadores no hubo entonces ningún <i>crack</i> en la Compañía de las Indias Orientales. Sí un importante
naufragio que, junto a otras circunstancias, condujo a algunos como él a la
adopción decisiones financieras erróneas. (4.6) Y eso es lo que le llevó a la
descripción y disección pormenorizada del comportamiento humano y, en especial,
de los mecanismos que subyacen e influyen en toda toma de decisiones.
Sirviéndose, eso sí, de las conductas observadas durante en la verdadera
depresión vivida años atrás: la ya comentada <i>tulipomanía</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Cierto que toda obra artística es como un vómito de su autor, que
derrama en ella muchos de sus demonios y obsesiones. Y en este sentido, <i>Confusión de confusiones</i>, que por
supuesto es una obra literaria, no deja de tener también para el propio De la
Vega esa función terapéutica del médico psicoanalista al que todo se le cuenta
y todo lo descubre para que, al dar con la raíz del mal, el propio paciente
pueda conjurar sus frustraciones. Es por eso que nuestra obra también supuso
para su autor un saludable desahogo, al analizar desde tres voces y
perspectivas - las tres propias, las tres suyas - los aciertos y decisiones que
le acarrearon aquel revés financiero: las voces del <i>Accionista,</i> el <i>Mercader</i> y
el <i>Filósofo</i>. De la Vega todavía está muy lejos de ese
análisis, ese monólogo interior del que Shakeaspeare será maestro. Tampoco es,
ni pretende ser, un poeta en sentido estricto. Pero cierto es que algo de
poesía emana de esa queja, de ese lamento, expresado con un peculiar humor que
planea sobre la obra de principio a fin. Un humor a veces negro, pero siempre
balsámico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 18.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<h2><a name="_Toc116209720"></a><a name="_Toc116149933"></a><a name="_Toc115933638"><span lang="ES-TRAD">Humor… ¿judío? De Job a
los hermanos Coen</span></a></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 5.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";">Yo
aborrecía el instituto hebreo tanto como la escuela pública y ahora os
explicaré por qué. En primer lugar, jamás acepté todo ese tema de la religión.
Ni siquiera creía que hubiera Dios;
tampoco pensaba que, en el caso de que sí existiera, estaría convenientemente
a favor de los judíos. El cerdo me encantaba. Detestaba las barbas. Además se
escribía al revés. <o:p></o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 5.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";">(Woody Allen: <i>A
propósito de nada</i>, p. 43).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Se habla y se ha
escrito mucho sobre el humor judío. Y, de hecho, son numerosos los humoristas
judíos, como son numerosos los artistas, economistas, músicos, arquitectos,
comerciantes y albañiles hebreos. Pero lo primero que habría que preguntarse es
si realmente existe un humor, un dolor, un amor, un carácter y unos
sentimientos esencialmente, judíos. Y aquí volvemos forzosamente al
Eclesiastés: <i>Nada nuevo bajo el sol</i>.
Pero también hay o puede haber importantes variaciones de matiz, adjetivas,
derivadas. No esenciales. Y son estas, o pueden ser, las que confieren unas
determinadas y características peculiaridades. Pero solo de matiz. Las
calificaciones, las definiciones son siempre y en todo caso peligrosas. Hablar de los españoles, como hablar de los
franceses, es algo a lo que estamos acostumbrados, pero realmente ni todos los
españoles son iguales ni lo son los franceses, ni los rusos, ni los chinos. Y
hasta los miembros de una misma familia suelen ser muy diferentes entre ellos.
Habrá, sí, algunos caracteres genéricos en cada pueblo, pero siempre serán meramente
adjetivos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Un
concreto sufrimiento por la muerte de un ser querido, ese punzante dolor que
nos produce, nos equipara a todos los humanos sin distinción más que cualquier
pertenencia a una zona geográfica o a un momento histórico concreto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Se puede
decir que la personalidad del pueblo judío, en cuanto pueblo perseguido,
marginado y eternamente extranjero, tiene ciertas connotaciones muy
particulares que, además, por herencia, por transmisión, suelen heredarlas
ulteriores generaciones aunque no hayan vivido la experiencia del extrañamiento.
Es entonces cuando concluimos que esas concretas situaciones imprimen carácter.
Si uno nace en la tierra de sus padres y vive y crece en ella, vive integrado,
sin problemas, sin especiales traumas. Pero aquellos que han tenido que
emigrar, han padecido el reto de la integración en una sociedad a la que no
pertenecen. Y según en qué sitios y en qué épocas, además, esa integración ha
podido ser más o menos dificultosa, cuando no imposible, si no sangrienta. Y
estas dificultades o imposibilidades activan determinados mecanismos de
defensa, especialmente y en lo que aquí nos importa, psíquicos: desconfianza,
ímpetu, fortaleza, empeño, astucia, tacto… Inteligencia, en suma. Y también humor. Y, por supuesto, un humor
avispado, perspicaz. Porque es un humor que sirve de conjura y defensa frente a
un exterior adverso que agrede y margina. Para sobrevivir socialmente. Pero
también para que esas circunstancias no nos derriben interiormente. Nada nuevo.
Oigamos la voz de una <i>autoridad de
autoridades</i>, Sigmund<span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"> Freud</span> (por
cierto, también judío):<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">El humor no es resignado, es opositor; no sólo
significa el triunfo del yo, sino también el del principio de placer, capaz de
afirmarse aquí a pesar de lo desfavorable de las circunstancias reales.
(1992:158-159).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;">Por eso Theodor <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Reik</span> cree descubrir</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">una triada de características esenciales de los
chistes judíos, sellos de distinción que los diferencian del humorismo de otros
pueblos. Reflejan una especie de intimidad humana, sus procesos mentales siguen
una línea de antítesis y uno se ríe de ellos, pero no son alegres. Esta última
característica es reconocida incluso por un conocido proverbio de los judíos de
Europa Oriental: "El doctor también hace reír". (1994:225). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Solo en
este sentido de respuesta y defensa (no precisamente alegre, pero sí cómica),
parece factible hablar de un humor estrictamente judío; que será, por lo demás,
igual al de todo humano que experimente ese mismo tipo de agresiones, presiones
o adversidades. Y muchas de ellas, incluso, también quedarán marcadas en otras
generaciones que no las padezcan, porque ese carácter impreso se habrá ido
transmitiendo a otras gentes y a otras generaciones, de modo más o menos
consciente. El pueblo judío, además, se caracteriza, precisamente, por esa
transmisión, por esa <i>tradición</i>. Se
podrá argüir por ello que los hebreos tienen más marcadas esas características
porque es un pueblo más cerrado y reservado, y que ese exceso de tradición es
una muestra palpable de su personalidad. Pero eso es confundir el efecto por la
causa, puesto que, precisamente, esa arraigada tradición no es sino una
defensa, consecuencia de las presiones y adversidades padecidas: los marginados
se solidarizan (se hacen sólidos, son uno) formando una sola familia, y no solo
por lazos estrictamente consanguíneos, pues la adversidad une tanto o más que
la sangre. Y esa solidaridad, para que sea más fuerte, se convierte no solo en
una solidaridad puntual o coyuntural, sino que se proyecta generacionalmente
para no olvidar. Eso es la <i>tradición </i>(<i>traditio</i>). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y todos
estos caracteres impresos son los que pueden apreciarse con mayor o menor grado
en judíos más o menos desarraigados. Los
que los conserven más intactos serán los judíos más militantes, practicantes u
ortodoxos. Los que no, se alejarán más pero siempre quedará un mínimo poso, ya
sin resquemor, sin resentimiento, que a menudo hasta reconocerán con una
sonrisa más o menos amarga.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Es por
ello que el humor judío vendría a ser más bien de tipo irónico, más o menos
suave, pero siempre perspicaz, siempre inteligente y, por ello, ya de entrada,
comienza por reírse incluso (o sobre todo) por aquello que le es más propio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Porque el
humor más inteligente comienza haciendo broma de uno mismo. Es posible, por lo
demás, que el humor occidental en general esté marcado por ese estilo judío, porque
siempre ha bebido en sus fuentes. Desde el Job bíblico a los hermanos Coen.
Desde la tradición literaria hasta la industria cinematográfica. Y el ejemplo
cinematográfico no puede ser más representativo, no solo por su capital influencia
durante todo el siglo XX, sino porque ya los grandes estudios de Hollywood eran
propiedad de judíos, y muchos de los autores, actores, y directores más
emblemáticos han sido judíos. Hemos mentado a los hermanos Coen, ya en el siglo
XXI, pero en la pasada centuria tenemos los ejemplos que mejor demuestran esta
evidencia: Adolph Zukor (fundador de la Paramount); Carl Laemmle (de la
Universal);</span><span lang="ES-TRAD"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Louis B. Mayer (de la
Metro); Hermanos Warner (de la Warner Brothers); y los autores y actores Elia
Kazan, Charlie Chaplin, Hermanos Marx, y Woody Allen. Ejemplos que ponen de
manifiesto, además, la realidad de que, si realmente existió alguna vez un
humor específicamente judío, hoy día, por mor del séptimo arte, este se habría
extendido y confundido con el resto de pueblos y hasta civilizaciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y para
concluir con cierta sonrisa, extraer tres ejemplos de este especial e
inteligente humor de <i>Confusión de
confusiones</i>, subrayando en todo caso que no solo se detecta en determinadas
y concretas anécdotas o chistes, sino que fluye por toda la obra, jugando con
las palabras, las expresiones y los significados, y forzando el lenguaje de un
modo verdaderamente magistral. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">El primero
de ellos es una sátira sobre la inutilidad de determinados conocimientos:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 9.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">El hijo de un mísero genovés regresó de las
escuelas de Pavía, y al pedirle el padre algunos indicios de lo que allí había
aprendido, le respondió el joven haber conseguido tanta sutileza que hasta podía demostrarle que los dos huevos que se
estaba comiendo eran en realidad cuatro. Porque siendo el dos un número binario
y siendo que todo número binario se compone de dos unidades, juntando estas dos
unidades al número binario harían cuatro, por ser cuatro dos veces dos. Quedó
absorto el viejo de oír las sofisticadas e inútiles agudezas en que había
perdido el tiempo, la meditación y el dinero; y queriéndole demostrar que valía
más lo rustico de su entendimiento que lo refinado de su silogismo, sorbió los
dos huevos, diciendo: «Bien, pues me como yo los dos que puso la gallina, y
ahora te comes tú los otros dos que fabricó la dialéctica». (3.3.6)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 6.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">El segundo
ejemplo hace referencia a <i>lo
ininteligible de las acciones</i>, cuyas fluctuaciones son siempre
impredecibles. Algo que compara con este aparentemente absurdo: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">Areteo narra como algo extraordinario que un
melancólico se cure de sus delirios al contemplar con fruición a una doncella,
pareciéndole maravilloso que a un loco le sirviera para recobrar el juicio lo
que a tantos cuerdos se lo hace perder. (2.4).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 6.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Por último,
una escena casi cinematográfica que perfectamente podrían representarla cualquiera
de los hermanos Marx (Harpo, evidentemente, comunicándose por señas): <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 6.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Alguien quiere
enterarse de lo que pasa en una rueda <i>[corro].</i> Introduce la cabeza entre los brazos de los
que la forman (sufriendo ciertos olores desagradables bajo esos brazos), oye
que se ofrece ocho por las acciones, sin que nadie compre; da una vuelta, y
entrando por otro lado, como si no hubiera oído nada y tuviera orden de compra
sin importar el precio, empieza a ofrecer ocho y medio; se animan sus secuaces,
ofrecen nueve, y a veces no deja de conseguir sus satisfacciones la treta, y
sus aplausos la jugada.(4.5</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 6.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Un humor
crudo, real, pero sobre todo <i>humano,
demasiado humano</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<h2><a name="_Toc116209721"></a><a name="_Toc116149934"></a><a name="_Toc115933639"><span lang="ES-TRAD">La edición de ‘lecturas-hispanicas’.
A modo de guía de lectura</span></a></h2>
<p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">La de <i>lecturas-hispanicas</i> (basada en la
original de Ámsterdam de 1688) no es una edición científica sino una versión de
carácter divulgativo. A tal efecto contiene determinadas adaptaciones para
hacer el texto más asequible al lector medio de habla española, modificando
solo lo imprescindible, y siempre respetando el original cuando el mensaje y
sentido del autor así lo requieren. Algo especialmente delicado, además, cuando
en una obra, como es el caso, el lenguaje, la fonética y las polisemias son
esenciales. En tales supuestos, se mantiene el texto original y se aclara su
sentido mediante la oportuna nota a pie de página.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Por su
carácter divulgativo, además de la adaptación al español actual, también se ha
pretendido enriquecer el texto con numerosas notas a pie de página (más de mil
setecientas), y un breve pero esencial glosario al final que recoge los
conceptos más elementales, conceptos por lo demás que ya tienen igualmente su
explicación en las referidas notas. Y es que, precisamente por dicho carácter
divul-gativo, no se escatiman determinadas reiteraciones y redundancias, ni
explicaciones, indicaciones o referencias que pueden resultar muchas veces
hasta triviales, sacrificando a menudo el laconismo del rigor erudito por la
explicación extensa, de tal modo que las notas sirvan como orientación y guía
de lectura para el lector profano. Algo
a lo que también ayuda muy eficazmente la división de cada uno de los cuatro
diálogos de que se compone la obra en varios subepígrafes temáticos. Supone
esto cierto atrevimiento pero ya experimentado en <i>lecturas-hispanicas</i>, y con buenos resultados, en la edición de los <i>Diálogos del orador</i> de Cicerón (2013).
Porque el título de cada epígrafe no solo ayuda a la comprensión del contenido
que encierra, sino que también permite en el índice general obtener una visión
esquemática y de conjunto de la obra que, además, contribuye igualmente a una
cómoda navegación por la totalidad del texto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En todo
caso la edición de <i>lecturas-hispanicas</i>
también ha pretendido ser rigurosa, puesto que el rigor no solo no está ni debe
estar reñido con la divulgación, sino que dota a esta de una férrea efectividad,
si lo que se persigue es que el lector que se acerca a la obra alcance a
conocerla bien y en profundidad, tanto en sus mínimos aspectos técnicos como en
los estéticos o artísticos. Máxime teniendo en cuenta que al lector interesado,
aun profano, se le presume un buen nivel cultural ya solo por dicho
acercamiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y en esa vocación de alcanzar un exhaustivo conocimiento de
estos diálogos, se ha realizado un especial esfuerzo para localizar las fuentes
de las abundantísimas citas que constantemente adornan y refuerzan las
explicaciones, sentidos y tesis que el autor pone en boca de sus personajes. A este respecto, la edición parte de dos
capitales antecedentes que se complementan entre sí: la de </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt; mso-fareast-language: ES;">M. F. J. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Smith</span> de 1939, y la
de Ricardo A. <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Fornero</span> de 2013. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">La primera
contiene numerosas referencias bibliográficas a pie de página, mientras que la
segunda suele recoger el texto concreto de la cita (cosa que echa en falta en
la de </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Smith</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">), pero omitiendo
en general toda referencia bibliográfica. Por eso, la edición de <i>lecturas-hispanicas</i>, ha conseguido,
además de localizar nuevas fuentes, reseñar textualmente las citas completas, y
referenciar detalladamente la procedencia de cada una con remisión a la
amplísima bibliografía contenida a lo largo de casi cincuenta páginas, al final
del volumen. Solo en contadas excepciones que expresamente se mencionan, no se
ha podido dar con una concreta cita.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">De modo que tanto el lector medio como el especializado
cuenta también con un extraordinario arsenal de citas y fuentes, así como con
abundantes explicaciones o interpretaciones que la crítica ha ido forjando sobre las mismas. Y, en algunos
casos, también con una propuesta de interpretación propia, siempre con cautela
y sometida a la mejor opinión de expertos y estudiosos que quieran seguir
ahondando en esta interesante obra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Y en estos tiempos, lo más interesante de una bibliografía
es que nos permite navegar por este enorme bagaje documental, dado que hoy día
la mayor parte de las obras (muchas de ellas auténticas joyas y reliquias de la
cultura occidental) pueden consultarse, leerse y estudiarse gracias a internet.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">En última instancia, la edición intenta acercar al lector
actual el mensaje expresamente pretendido por De la Vega:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 5.0pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">Tres motivos tuvo mi ingenio para tejer estos
diálogos que espero consigan el titulo de curiosos. El primero, entretener el
ocio, con algún deleite que no desluzca lo modesto. El segundo, describir (para
los que no lo ejercen) un negocio que es el más real y útil que se conoce hoy
en Europa. Y el tercero, pintar con el pincel de la verdad las tramas con que
lo ejercen los pícaros que lo mancillan, para que a unos sirva de delicia, a
otros de advertencia, y a muchos de escarmiento. <i>(Prólogo).</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 5.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-fareast-language: ES;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-language: ES;"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;">Para conseguir este último objetivo, nuestro
autor, en su análisis y discusión interna, fatigado y disgustado por un
descalabro econó-mico personal, se desdobla en tres personajes, tres
mentalidades distintas y hasta opuestas que bullen en su propio interior.
Sirviendo esta dialéctica para alumbrar algunas conclusiones operativas de las
que pueda valerse el futuro inversor. Pues como tienen dicho Benjamin <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Graham</span> y Warren <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Buffett</span>, para invertir es necesaria la curiosidad natural
del filósofo, la visión empresarial del mercader, y el entendimiento del
mercado del accionista. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, "serif"; font-size: 14pt; text-align: right; text-indent: 14.2pt;"> </span></p>
<p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">Servando
Gotor<o:p></o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt;">Zaragoza,
3 de septiembre de 2022<o:p></o:p></span></p>
<div><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<p class="MsoFootnoteTextCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"> La imprenta de tipos
móviles la conoció China mucho antes. Pero resulto inoperante porque dicho
invento solo es eficaz con un alfabeto reducido como el nuestro. (Ver mi ensayo
<i>Razones del progreso de Occidente y el
estancamiento histórico de China,</i> en<i>
‘Homo occidentalis’)</i>. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="ftn2">
<p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"> Ver la nota introductoria de Pablo <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Gasós</span> (2015:29-30) a la edición de <i>Confusión de
confusiones</i> de la CNMV.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="ftn3">
<p class="MsoFootnoteTextCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif";"> Sobre esta cuestión, Harm
der <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Boer</span> (1995).<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="ftn4">
<p style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt;"> </span><span style="color: #222222; font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">Sobre la leyenda negra, ver Julián <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Juderías</span>: <i>La leyenda negra: Estudios acerca del
concepto de España en el extranjero</i> (2019); </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">William <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Maltby</span>: <i>La Leyenda Negra en
Inglaterra. Desarrollo del sentimiento antihispánico 1558-1660 </i>(1982); </span><span style="color: #222222; font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-family: Arial;">Ricardo <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">García
Cárcel</span>: <i>La leyenda negra. Historia y opinión</i>. (1998), y
María Elvira <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Roca Barea</span>
(2021): <i>Imperiofobia y leyenda
negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español</i>. (2021).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoFootnoteText"><o:p> </o:p><i style="mso-bidi-font-style: normal; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 14.0pt;"><o:p><a href="file:///C:/Users/Usuario/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/CONFUSI%C3%93N%20DE%20CONFUSIONES%20de%20Jos%C3%A9%20de%20la%20Vega.doc#_ftnref5" name="_ftn5" style="text-indent: -14.2pt;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[5]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; text-indent: -14.2pt;"> Ver
Harold <span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Bloom: </span><i>El canon
occidental. </i>(2005<sub>b</sub>:35 y 383).</span> </o:p></span></i></p></div></div>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><br /></p><div style="mso-element: footnote-list;"><div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
</div>
</div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-66352229840486712702022-09-25T18:15:00.003+02:002022-09-25T18:17:06.022+02:00UN DOLOR EN EL PIE... (Antonio Envid)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5-Jw8bAKGIfTGBaWj4juSfe2Uv4ArNQnB4ShuJcLVaOrNXq5JXtHiMVyKT8erTl42Dn_nwd_Nk3fiqr9ma3UIoEUgLPAtPf-EKuE9GiXD-q34QKwqPkfD9zXOAcRB_K5ILXZaEcsMlBtJNQICT6bZ6iQvrny8NWFGrfkQLo91F_a51YUrFpaQp-AA/s500/tumblr_mwfez5l5zO1sl7dkbo4_500.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="375" data-original-width="500" height="344" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5-Jw8bAKGIfTGBaWj4juSfe2Uv4ArNQnB4ShuJcLVaOrNXq5JXtHiMVyKT8erTl42Dn_nwd_Nk3fiqr9ma3UIoEUgLPAtPf-EKuE9GiXD-q34QKwqPkfD9zXOAcRB_K5ILXZaEcsMlBtJNQICT6bZ6iQvrny8NWFGrfkQLo91F_a51YUrFpaQp-AA/w458-h344/tumblr_mwfez5l5zO1sl7dkbo4_500.jpg" width="458" /></a></div><span style="font-family: georgia;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Me estaba incomodando un dolor en el pie, tenía que descansar un rato. El único lugar libre en la plazuela estaba en un banco parcialmente ocupado por una señora. De acuerdo con la cortesía hipócrita que solemos usar los ciudadanos le pedí permiso para ocupar el lugar libre, con la seguridad de que lo concedería. En caso contrario, me sentaría igualmente, el pie me molestaba realmente.</div><div style="text-align: justify;">- Desde luego, caballero, puede sentarse aquí, pero cuide en no pisar a mi marido.</div></span><span style="font-family: georgia;"><div style="text-align: justify;">Eché un vistazo a mi alrededor y no vi a ningún marido a quien pudiera pisar. Ante mi gesto de asombro, ella señaló con un ademán de cabeza hacia sus pies, y allí estaba, quieto y acurrucado, un pato.</div><div style="text-align: justify;">- Es Manolo, mi marido, aunque parezca un pato no lo es. Le explicaré, porque el caso es un poco extraño. Resulta que yo soy muy aficionada a los trucos de magia, y en el teatro anunciaron la actuación de un afamado mago. A mi marido le aburren esas cosas, pero por complacerme acudimos a verlo. Uno de los números consistía en hacer desaparecer a una persona, que luego aparecía en un palco o en otro lugar de la sala. El mago anunció que el experimento – así lo denomino, experimento – se combinaría con un fenómeno de transformismo, y pidió la presencia de un voluntario. Manolo se prestó de inmediato como voluntario. Yo le tiré del faldón de la chaqueta para que se sentara. No hagas el ridículo, Manolo – le dije – Déjame, así descubriré el truco – replicó.</div><div style="text-align: justify;">En fin, subió al escenario, el mago pidió un aplauso para el valiente voluntario que se prestaba a tan peligroso experimento y lo introdujo en una especie de armario. A los pocos segundos, abrió el armario y de allí salió un pato caminando con esos pasos tan graciosos que tienen. Luego introdujo el pato en el armario y en aquel momento, el mago llevó sus manos al pecho y cayó redondo al suelo. La gente no se movía esperando que continuara el número, pero pasaba el tiempo y nada sucedía, hasta que unos empleados llegaron, y tras observar y auscultar al mago, se lo llevaron en una camilla. En la sala se escuchaba un creciente rumor. Alguien desde el escenario anunció que lamentablemente el mago había sufrido un percance y rogaban que se abandonara la sala con tranquilidad y orden, quien quisiera recobrar el dinero de la entrada que pasara por la taquilla. Nada se dijo de recobrar a un marido. Fui a la contaduría y me entregaron el pato pidiéndome mil disculpas y explicaciones, que tuviera algo de paciencia que cuando el mago se repusiera arreglaría el desaguisado. Y aquí estamos, esperando que el señor mago deshaga lo que hizo. Aquí está acurrucado y deprimido, yo lo saco a pasear para ver si se anima algo.</div><div style="text-align: justify;">Ante mi manifestación de que pudieran acudir a un médico, acercándose un poco y en voz baja, me aseguró que esos trucos de magia solo los conoce el mago que los practica, que además no se revelan a nadie, y que, por otra parte, no había prisa, nunca se había llevado tan bien la pareja como ahora, desde que ocurrió el accidente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p style="text-align: justify;"><br /></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-69809391773290121642022-08-04T22:27:00.003+02:002022-08-04T22:27:34.624+02:00LA “POLITICAL CORRECTNESS” O LA INQUISICIÓN MODERNA (Reflexiones de don Cleofás. Antonio Envid)<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEira8AuK2htK-qCdoR_0pquxAjn5Z6o-dJiX81LI1--Xm13FqxFxxrWa2EQJBHeJHO1Rxo4Zk5ayNNUv6jPPKXuv-ALId4KRqdgOZI-D71zjWVY2un4HRT0Oapbk3KqBL11npz8-Cvj20arsbichjP-OxgePJ_m--w22htblNJ9Jqbo11o3Rwaduq_N/s940/48687634_403.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="529" data-original-width="940" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEira8AuK2htK-qCdoR_0pquxAjn5Z6o-dJiX81LI1--Xm13FqxFxxrWa2EQJBHeJHO1Rxo4Zk5ayNNUv6jPPKXuv-ALId4KRqdgOZI-D71zjWVY2un4HRT0Oapbk3KqBL11npz8-Cvj20arsbichjP-OxgePJ_m--w22htblNJ9Jqbo11o3Rwaduq_N/w412-h232/48687634_403.jpg" width="412" /></a></div><p></p><p style="text-align: center;"><br /></p><span style="font-family: georgia;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El Buscón don Pablos, maquinando para hacerse con un pollo, amenaza a su hospedera, “¿No os acordáis que dijisteis a los pollos, pío, pío, y es Pío nombre de los papas, vicarios de Dios y cabezas de la Iglesia?”. La pobre mujer asustada por lo que pudiera derivarse de una denuncia a la Inquisición le entrega al bribón Pablos los dos pollos para que los lleve a un familiar de la Santa y los queme. El pícaro y sus amigos hacen con ellos una buena merienda. Con esta sátira Quevedo evidencia el pánico que provocaba en la gente de su tiempo cualquier mínima incorrección que pudiera echarles a la Inquisición encima.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Los que vivimos la excitante época de los ochenta en nuestro país sabemos lo que es la verdadera libertad. Fue la fiesta de la democracia, los periódicos vertían todo tipo de opiniones, desde las de la izquierda extrema, pasando por el centro, hasta las de la derecha más montaraz; se produjo una explosión de literatura, Muñoz Molina, Llamazares, Almudena Grandes, Vargas Llosa, por citar algunos de los muchos escritores que florecieron; la movida madrileña era referente de creatividad; en las Cortes escuchábamos intervenciones, a menudo, llenas de mala uva, pero ingeniosas, que nunca alcanzaban el exabrupto ni el insulto grosero. Todos expresando su opinión sobre todos los temas, la gran gala de la libertad de expresión.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ese estallido de luz se fue oscureciendo poco a poco, fue emergiendo la “political correctness”, que aquí llamamos lo políticamente correcto, para ir poniendo orden en tanta conciencia extraviada, y, sobre todo, vigilar en lo que se decía y como se decía, hasta llegar a la asfixiante situación actual. Cuidado con lo que se dice – no, con lo que se hace, eso importa menos – si no se ajusta a lo políticamente correcto. El escritor, el autor, el dicente en cualquier medio, todos han de escoger muy bien los temas sobre los que hablan, sin traspasar las numerosas líneas rojas que ha trazado la sociedad actual. Ojo con los temas ecologistas, feministas, de diversidad sexual, las minorías étnicas o confesionales, o el trato a los animales, son terrenos muy resbaladizos en los que una contradicción con los dogmas impuestos por los popes de cada una de estas religiones puede hacerle a uno perder pie con facilidad y caer en el abismo, empujado por hordas mediáticas sin piedad. De hecho, algunas de las obras literarias de la década de los ochenta del pasado siglo no se habrían producido hoy, bien por medrosidad de sus autores, bien porque habrían sido calificadas como inadecuadas y condenadas al ostracismo de inmediato. Una pregunta que no he podido responderme: ¿quién dicta los dogmas sobre estas cuestiones que parecen intocables? ¿qué anónimos Moisés han traído desde las alturas estas nuevas tablas de la ley? Dogmas que luego se repetirán machaconamente por los medios de comunicación de masas hasta que queden incrustadas en la conciencia de los ciudadanos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">También hay que tener cuidado de cómo se dice, no me refiero a defectos de ortografía o de sintaxis, que estos ni serán apreciados en la mayoría de los casos, y de ser observados serán disculpados con facilidad, si no por el uso inadecuado del lenguaje inclusivo y del elusivo, esos que están destrozando el español llevándolo a situaciones lamentables, llenando el vacuo discurso con inútiles repeticiones de género cuando se refieren a colectivos, a pesar de que es obvio que en esos colectivos conviven personas de los dos sexos – y aún de tres o cuatro, según las modas actuales – o con enfadosas perífrasis, o dotando de género a los tiempos verbales. En fin, para qué seguir, un español medianamente leído puede leer “El Quijote” tal y como lo escribió Cervantes, el del mañana quizá tenga que leerlo traducido a un extraño idioma inclusivo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Hemos pasado de la época de la ética a la condenable etapa de la moral. No es que en la época de los ochenta aceptáramos todo lo que se decía, yo no estaba de acuerdo con mucho de ello, pero imperaba un ambiente de tolerancia, de verdadera igualdad, cada uno tenía su criterio y cuando escuchaba algo discordante, o bien lo atribuía a ignorancia de quien lo profería y trataba de sacarlo del pretendido error, o bien continuaba su camino sin hacer caso. Hoy no, hoy contra el discordante, sobre todo si se sale de lo políticamente correcto, se lanza la jauría de oponentes con una crueldad que llega hasta el linchamiento moral. Estamos, como digo, en una época dominada por la moral social. Cualquier moral adoptada por una sociedad, la victoriana, la puritana, la luterana, la islámica, cualquier otra, es opresora del individuo, exige que este se disuelva en la comunidad, la moral se convierte en norma de obligado cumplimiento, su vulneración está castigada con la exclusión social, convierte al quebrantador en un paria social, y, desde luego, es frustrante para el creador artístico. Por eso también afirmo que hemos abandonado la época de la ética, las normas éticas son recomendables, es una aspiración a vivir en un mundo mejor, alcanzar un ideal aristotélico, pero no serán nunca coercitivas, el castigo se lo infiere el propio infractor, que se priva de vivir de manera más saludable para su conciencia. Paul Ricoeur nos lo ha explicado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">¡Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!, exclamaba Manon Roland ofreciendo su cuello a la guillotina.</span></div></span><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"> </p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-75750027362745738512022-07-04T13:19:00.001+02:002022-07-04T13:19:33.173+02:00¿TENEMOS UNA POLÍTICA ECONÓMICA? (Antonio Envid Miñana)<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKorxd8wfv3zasnO_r2tSIyf6PGDwIBKt67QW6p2GytgUic2jcViQVKd_AocwuaY14xyWzn3eOYOX43b_2nM-3CRmVrY7Mz2X8MLO9nnJu4Mjcf8XVI7yC1D92tCuvDvKVFryx0XEMokc_Fy8dSrLq_N0AX4IVXGGFAI8AMUIMpZZ9n0ORQZI_wsMd/s2048/DSC_0039s.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1300" data-original-width="2048" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKorxd8wfv3zasnO_r2tSIyf6PGDwIBKt67QW6p2GytgUic2jcViQVKd_AocwuaY14xyWzn3eOYOX43b_2nM-3CRmVrY7Mz2X8MLO9nnJu4Mjcf8XVI7yC1D92tCuvDvKVFryx0XEMokc_Fy8dSrLq_N0AX4IVXGGFAI8AMUIMpZZ9n0ORQZI_wsMd/w460-h292/DSC_0039s.jpg" width="460" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">(Fotografía: sgs)</td></tr></tbody></table><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">La lectura del cacareado decreto anticrisis aprobado por el gobierno el pasado sábado me hizo rememorar la imagen del emperador romano repartiendo trigo al pueblo para ver de acallar su descontento. Según ha dicho el presidente, el decreto representa un gasto de nueve mil millones, cantidad nada despreciable con la que se podrían levantar muchos proyectos creadores de riqueza y empleo. No ignoro que hay muchas personas en España a quienes no les llegan los dineros a fin de mes y es obligación ayudarles, pero como dice el conocido dicho: dale un pez a un hambriento y le resuelves una comida; dale una caña y enséñale a pescar, comerá todos los días. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">Escucho a la ministra Calviño y lamento no participar de su optimismo cuando asegura que nuestra economía es sólida y su crecimiento firme. Veamos, la economía española apenas creció un anémico 0,2% entre enero y marzo, según el dato revisado INE, publicado cuando escribo esta nota, y la inflación en mayo se situó en 8,7 % interanual, aunque llegó al 9,8% en marzo; si esto no es una estanflación se le parece mucho. El consumo de los hogares, uno de los factores que estaba tirando de nuestra economía, descendió un 2% entre enero y marzo, y las exportaciones, que en la anterior crisis fueron las que nos sacaron del atolladero, sólo crecieron 1,1% en el primer trimestre del año. Como cosa positiva se destaca la creación de casi un millón de puestos de trabajo en el último año, pero, paradójicamente, aunque se trabajaron más horas, su productividad cayó 1,1%, o sea, que se produce menos con más trabajadores, clara muestra del deterioro de nuestra competitividad. Quizá, la explicación la encontremos en el destacado protagonismo que el aumento del empleo público ha tenido en esa creación de puestos de trabajo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">Aunque todo el mundo espera que en el segundo trimestre mejoren esas cifras, no lo harán de modo suficiente para que se cumplan las previsiones del gobierno. La situación económica es muy preocupante, pero todavía lo es más ver como se carece de una política económica, de una hoja de ruta clara. Se gobierna improvisando, a golpe de decreto según digan las tendencias electorales, buscando remedios de corto plazo a problemas que requieren proyectos serios y de largo alcance. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">En estos momentos, con una inflación fuera de control, aumentar el gasto público en donativos es pan para hoy y hambre para mañana. Las doctrinas clásicas keynesianas aconsejan combatir la recesión con presupuestos expansivos, pero no incrementar cualquier gasto público, sino inversiones que multipliquen su efecto, creando empleos y riqueza futura. Por otra parte, si se aumenta el gasto público se aumenta la demanda y se anima la economía, pero al aumentar la demanda suben los precios de los artículos, o sea, se crea inflación. Por eso es tan temido por los economistas el estado de estanflación, estancamiento económico con inflación, porque los remedios para un mal perjudican al otro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">Es urgente trazar una política económica para el presente y los próximos años para nuestro país y para ello no hay otro medio que crear una concertación entre todas las fuerzas sociales y políticas. Un pacto de rentas que reparta los sacrificios entre la Administración, las empresas y los trabajadores. Meto a la Administración porque es quien administra, en estos momentos, el cincuenta por ciento del gasto nacional y son varios los estudios que afirman que el presupuesto contiene gastos totalmente improductivos y perfectamente prescindibles, que pueden ir desde los 14.000 millones que dice la AIREF hasta los 60.000 millones que sostiene el Instituto de Estudios Económicos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">El gobierno gasta sus esfuerzos en leyes que reclaman tan poca urgencia como la de dar más facilidades para abortar o la que regula los cambios de género (¿o de sexo?, que ya no sabemos distinguir uno de otro) mientras hay asuntos que piden urgente atención. Como ejemplos, el 30 de junio vencen dos de las medidas que se pusieron en marcha para salvaguardar las empresas: finaliza la moratoria concursal, que obligará a muchas empresas a solicitar el concurso, sin que esté a punto la nueva ley concursal; y acaba el periodo de carencia negociado con las entidades para aquellos que han solicitado créditos avalados por el ICO. También desaparece el fondo de COFIDES destinado a recapitalizar empresas con problemas financieros.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;"> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid Miñana</a> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;">20 de junio de 2022</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;"><a href="https://www.envidasociados.com/" target="_blank">Envid & Asociados</a></span></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-10152515026191958412022-03-31T18:29:00.000+02:002022-03-31T18:29:01.811+02:00PARAGUAS DE RONDA (Reflexiones de don Cleofás. Antonio Envid)<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjwyPgLKoGHdd6D2A_tQxHyPf2uFm9EXIQYFyMPYtxzFiDA9ZqiH0Geo53mPb1pw3B98NhI5RE3EIMyslFtdq4aqer2_8BxKbJJXjfAPptiMWqocjQ0BCt1NpsJQy2RX3iXLSdsxPZfIr1ho5iAZg8YAhMbZApmGh80zvZoQUyJ5Z44lkvf9eGg15l/s382/81qRql9XBaL._AC_SY355_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="355" data-original-width="382" height="364" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjwyPgLKoGHdd6D2A_tQxHyPf2uFm9EXIQYFyMPYtxzFiDA9ZqiH0Geo53mPb1pw3B98NhI5RE3EIMyslFtdq4aqer2_8BxKbJJXjfAPptiMWqocjQ0BCt1NpsJQy2RX3iXLSdsxPZfIr1ho5iAZg8YAhMbZApmGh80zvZoQUyJ5Z44lkvf9eGg15l/w393-h364/81qRql9XBaL._AC_SY355_.jpg" width="393" /></a></div><span style="font-family: georgia; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Que los objetos tienen una vida secreta independiente de sus dueños ha sido motivo de cuentos infantiles y muchos otros relatos, pero don Cleofás ha podido comprobar que esto no es sólo producto de la imaginación de los artistas, sino que se trata de una realidad contrastable, su paraguas se lo ha mostrado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El paraguas de don Cleofás es un buen ejemplar, es un clásico inglés, con mango de <i>whangee</i> y tela de seda, propio de un gentleman de la city tocado con bombín y armado de portafolio de cuero. Aunque el paraguas en cuestión pueda parecerle al no avisado un tanto trasnochado, cualquier persona de buen gusto sabrá apreciar su buena calidad y valía.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pues bien, este paraguas es un objeto de lo más rebelde que podamos pensar, es caprichoso y amante de su libertad y gusta de tener una vida propia, de modo que nunca está en su sitio. Saca de sus cabales a su dueño cuando lo precisa y no lo encuentra. Al principio cuando notaba su falta se afanaba en buscarlo por toda la vivienda, pues su pérdida suponía un auténtico disgusto, el recuerdo de tiempos mejores, cuando encargaba en Londres sus camisas y sombreros, pero con el tiempo ha comprendido que cuando no se encuentra en el paragüero es que el tipo se ha largado a una de sus correrías.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Habitualmente lo halla en la cafetería de su propia calle, pues el paraguas gusta de visitarla y hasta se ha hecho amigo de los camareros, así que cuando don Cleofás llega un tanto azorado le guiñan un ojo con una sonrisa cómplice diciendo: “Aquí está, don Cleofás, no se preocupe, aquí lo hemos recogido”. Pero otras veces sus aventuras son de más alcance, así lo ha encontrado viendo una película en un cine cercano, en el restaurante que suele frecuentar, en la farmacia, incluso en la consulta de algún médico. Este artilugio trotacalles ya es conocido en todo el barrio y los vecinos acostumbrar a ver a don Cleofás visitando los más variados lugares preguntando por él para volverlo a casa. En una ocasión se le oyó decir, advirtiendo a su paraguas con enfado: “Si no cesas en tus aventuras terminarás teniendo un fortuito encuentro con alguna máquina de coser en una mesa de disección. Allá tú”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><u></u> </p></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-57731353439081062942022-03-07T22:12:00.001+01:002022-03-07T22:12:24.316+01:00POEMATEMÁTICO (Antonio Envid)<p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; font-size: small; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj6oXw547XV7g9hYNybqKmE_NXByKVRb7uibLHXbupWZv9nZk398E9sQynOBHh5UNC_dRKUgaAU7fRgMB2xNo8jU5G-LZAav9SFXDYGmGz7TCVl3VrKnGo9RVYz2X9SNIVInPr1N1BeopB83wSmFLo0-fDitssEsbP-l1eUwV7XpeucdrlIJfp-6aLM" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="465" data-original-width="948" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj6oXw547XV7g9hYNybqKmE_NXByKVRb7uibLHXbupWZv9nZk398E9sQynOBHh5UNC_dRKUgaAU7fRgMB2xNo8jU5G-LZAav9SFXDYGmGz7TCVl3VrKnGo9RVYz2X9SNIVInPr1N1BeopB83wSmFLo0-fDitssEsbP-l1eUwV7XpeucdrlIJfp-6aLM=w498-h244" width="498" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Los números, ¡ah!, los números.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Llegan en bandadas sobre mí</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Revolotean, se posan en mi cabeza,</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">en los hombros</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Me abruman con su cuchicheo</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">de vieja máquina de calcular.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Hormiguean sus negros cuerpecillos</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">por mi cerebro.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Se sacuden la tiza de mi pizarra infantil</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Danzan a mi alrededor</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">formando cadenetas</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Me traen fechas,</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">fechas de acontecimientos</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Unos felices, dolorosos otros,</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">que el tiempo ha borrado,</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">pero los números recuerdan</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Evocan cifras de deudas</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">por pagar y por cobrar,</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">de facturas de escondidas claves.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Sumas y restas del balance de mi vida.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-40227667083595622912022-02-19T13:23:00.000+01:002022-02-19T13:23:02.214+01:00EN COVID... NI BEBAS, NI VIVAS (Cuentos para después de una pandemia, Antonio Envid)<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.artistasdelatierra.com/obra/13215-Borrachos-ellos.html" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="354" data-original-width="550" height="291" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiXca46c5SzM60iyvlOO09WzVf_XYJcTGp3n93iV-9g8gWRe5-DGJZUsi8wLH_ZQAYKahU-GmOeehsqwSYnHz6BJJani7NkOBIO-8ZSjI-Qmv9Z8T4W_WW-0A1l9M9N5fzOFXY8ZixqGE7BySkHlKVvavQrCFCSRJexXhZBNPa-n1xNR97LY56siFzO=w452-h291" width="452" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><i>Borrachos ellos</i> (<a href="https://www.artistasdelatierra.com/obra/13215-Borrachos-ellos.html" target="_blank">José Ramón Costa</a>)</span></div><p></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Ponme otra, Tomás, que me estoy quedando seco.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Comenzaba uno de esos episodios que más fastidiaban a Tomás, cuando el cliente se pone molesto y soporífero y tiene que tratar de echarlo sin que se organice ningún follón.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Es que hay que cerrar, que es la hora.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Entonces otro de los que no se sueltan de la barra para no caer, interviene.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Cagaus, que sois unos cagaus, con la hora de cierre, que ya no hay ley para cerrar, que se han terminau las restricciones.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Los ojos se le iluminan al primero, ha encontrado un aliado, un colega.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Tiene razón aquí el amigo, unos lacayos del gobierno. Anda, ponle aquí al señor también otra, que lo convido.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Finalmente, Tomás puede sacarlos de la tasca y echar el cierre, se muere de sueño y de cansancio.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Vámonos a lo del Manolo, que ese es un tío legal, y no atiende a leyes y horarios. Vamos, que es amigo mío y nos servirá las últimas.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">También el tal Manolo, tras aguantarlos un rato, los pone en la calle. Son altas horas de la noche, todo desierto, solo se escucha la risita triste de los dos beodos y sus vacilantes pasos.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-¿Por qué el ayuntamiento hará las calles tan estrechas? Pudiéndolas hacer anchas para que dos ciudadanos puedan pasar por ellas tranquilamente. ¡Eh!, la puerta, que te la cargas. Ves, todo cerrado, con lo temprano que es. Anda, vamos a mi hotel a dormir, no vayas a tu casa.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Gracias, hermano, porque ya no me acuerdo donde está mi casa, y si me despego de ti, igual me caigo, que esta calle está muy empinada.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Al día siguiente se encontró en una extraña habitación, parecía una clínica, su amigo de circunstancias, que lo había invitado a su hotel, dormía pesadamente a su lado. Le dolía terriblemente la cabeza y sentía la lengua saburral y gruesa y las heces del alcohol revolviendo todavía en el estómago. Se vistió rápidamente para abandonar esa ajena habitación.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-¡Oiga usted! ¿Dónde va? No se puede salir sin autorización del doctor.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Lo pararon en seco cuando iba a ganar la salida.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Pepe, ayúdame con este interno, para devolverlo a la habitación. Esto no parece un psiquiátrico, si no un hotel de cinco estrellas. Aquí los internos hacen lo que les da la gana. Ayer se escapó uno y no sabemos dónde se habrá metido.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">-Me dicen que está durmiendo en su cama echando un pestazo a alcohol. Debió entrar anoche por una puerta de emergencia, que no se sabe cómo estaba abierta. Cuando venga el director nos espera un buen broncazo. ¡Ah, oye, si se resiste ponle un calmante!</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; text-align: right;"><span style="font-size: x-small;">Relatos para después de una pandemia</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; margin: 0px; text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a>, 2022</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"> </p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-87078303798755335882022-02-10T19:20:00.002+01:002022-02-10T19:20:36.741+01:00EL PAYASO LICUADO (Babiluno)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjeg8KNCc99ihi7CWb3OF0ASxQ1UoPBRDGTqBd2Qe-wcLPizx9fd1Vb2Lfn0kZ9iQ5jdmo0zr_SuxzMjTnSpyaDAeQhpfKdOb-CQmMXAJ3si2pkUTLdsIbpFYU_sULSOMg61XXZudKIKmmZahgJGwTm2yrXw7Lgwr4nMuZZ5MyYnFemCrqq_ffEPZdp=s367" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="367" data-original-width="330" height="419" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjeg8KNCc99ihi7CWb3OF0ASxQ1UoPBRDGTqBd2Qe-wcLPizx9fd1Vb2Lfn0kZ9iQ5jdmo0zr_SuxzMjTnSpyaDAeQhpfKdOb-CQmMXAJ3si2pkUTLdsIbpFYU_sULSOMg61XXZudKIKmmZahgJGwTm2yrXw7Lgwr4nMuZZ5MyYnFemCrqq_ffEPZdp=w377-h419" width="377" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Todas las tardes desde que se produjo el accidente del payaso Panocha, la niña del circo se adentraba en el monte cercano a nuestra comunidad de unifamiliares y se echaba larga sobre la hierba para mirar las nubes. Desde su refugio, se entretenía reconociendo las figuras que el aire iba modelando de forma caprichosa. Por mitad del cielo, igual podía pasar un camello andando, que un mono saltando, que un león corriendo. O incluso un caballo trotando, que cualquier soplido antojadizo podía convertir en un bonito unicornio. Bajo ese cielo tan animado, podía distinguirse la carpa roja y blanca del circo de donde parecían haberse escapado todos sus animales. En un instante, la brisa y la calma combinadas en su justa medida, formaron una nueva nube que la niña reconoció perfectamente. Levantó la mano para tocar la cara del payaso que aguantó sonriendo hasta que otro soplo de aire la descompuso en varias pelotas de malabares y sombrillas japonesas. Esa tarde, la niña del circo volvió al unifamiliar sabiendo que su padre la estaba esperando en el cielo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Para aclarar el desgraciado caso del payaso licuado, la policía había precintado el circo y reubicado a sus extravagantes habitantes en la comunidad del Energúmeno. Desde ese momento, no pasó ni un solo día sin que mi despacho de Administración de Fincas recibiera alguna llamada de los vecinos mosqueados por el alboroto que organizaban los cirqueros. No me quedó otra que acudir al unifamiliar 30 para apercibir a sus residentes. Llamé a la puerta y me abrió el ventrílocuo del circo. El artista puso su mano delante de mi cara y empezó a moverla como si fuera una boca. La mano dijo que nadie me podía atender porque todos estaban ensayando. Y lo dijo la mano, sí, porque la boca del ventrílocuo solo sonreía para confirmar lo que la mano decía. Y cuando acabó de hablar, la misma mano cerró la puerta de golpe. Dicho y hecho.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El ventrílocuo me había dejado plantado y volví a llamar con decisión. Esta vez, me abrió el tragasables con el mango de la espada saliendo de su boca. El tipo iba tan estirado, que dudo mucho que pudiera ni verme, así que me colé dentro del unifamiliar sin decir aquí estoy yo. En la planta baja, el despiporre era total. Un grupo de monociclistas y zanqueros se pasaban pelotas de malabares en mitad del salón mientras los trapecistas se balanceaban por las lámparas de un lado para otro. Una bella equilibrista en tutú subía y bajaba por el fino pasamanos de la escalera del unifamiliar sujetando una sombrilla japonesa con la mano. En una esquina del salón, una caja cerrada se balanceaba sin importarle a nadie si el escapista se encontraba en dificultades. Y también había un hombre bala, que iba de aquí para allá dándose cabezazos por las paredes con un casco y unas gafas de aviador que decía que habían pertenecido al mismísimo Barón Rojo. Y cómo no, un forzudo, que era el único virtuoso que estaba descansando en un sillón, convencido de haber doblado todo lo que se podía doblar. Para acabar el jolgorio, los leones cabreados por los latigazos del domador, no paraban de rugir como si la puerta del sótano diera acceso directo a la sabana africana. La verdad es que cuando el lanzador de cuchillos me echó fuera del unifamiliar metiéndome la punta de una daga en el costillar, no pude sentir otra cosa que alivio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Estaba en la puerta cavilando sobre lo difícil que me resultaría adaptarme a la loca vida de un circo, cuando apareció una chiquilla preciosa jugando con un diábolo. Se había maquillado como un payaso, pero su apariencia no podía ser más triste. Mucho. De hecho, me pareció la niña más desgraciada de la tierra. Intenté ser amable y con una sonrisa, le pregunté si ella, tan pequeñita y tan guapa, era la payasa de ese circo tan bonito que estaba montado junto a los unifamiliares. Dijo que no, que el payaso del circo era su padre, el muerto. Me quedé tan desconcertado que no pude articular palabra y empecé a mover la mano como el ventrílocuo de la puerta, pero tampoco mis tripas pudieron disculparse. La niña me sobrepasó lentamente y entró dentro del unifamiliar de los cirqueros. Por la ventana del baño de la planta primera, la mujer barbuda nos había estado observando mientras decidía si, esta vez, meaba sentada o de pie. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: right;">Fragmento de </div><div style="text-align: right;"><i>La comunidad del Energúmeno</i></div><div style="text-align: right;">(Babiluno)</div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;">(Pronto en<i> <a href="https://www.lecturas-hispanicas.com/" target="_blank">Lecturas hispánicas</a></i>)</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-15598884466143502892022-01-20T13:31:00.002+01:002022-01-20T13:33:09.421+01:00HEIDEGGER: EL SER ENTRE LA NADA Y EL INFINITO (Don Cleofás)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://photos.google.com/share/AF1QipM9FICcTcUfp42XmQihLyJl9aQ4BaSCzmt-GfiSGTQdioD6hMYEXc9C4XUOxX-eMw/photo/AF1QipOoS2fONYx1MYvfmdJT6gkIe-O74saFq4zmhg3d?key=bFhNNUtjejhnbTRRTThDb0dHQzV5Y29XSFFmYkJn" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="3315" data-original-width="2611" height="417" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjyVpyrCMZG2gNOw9mIPbjt2HfJS5Oi8U8O3gH95CuLAVODR6bDz8eVGiDczGRtSznFLaW3GCxvqlPDsT14rrUw92OOCRgAk_d8lX4-n_URKMPXD9BoJHz0a-ElME1gV4T0IInCotFuLVTZPT_Z3ZF1qHFrJe7vxQfN_vXCJc3cAVrfDkbzEGeAxaUu=w328-h417" width="328" /></a></div><div style="text-align: center;">La Belle Société. René Magritte, 1965-1966</div><div style="text-align: center;">(Fotografía: SGS).</div><p><br /></p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Martín Heidegger en un artículo publicado por “Cruz y Raya” en 1933 se pregunta por la nada. Mientras en Alemania el partido nazi asaltaba el poder, suplantaba al Parlamento y clausuraba la democracia, Heidegger en su gabinete de la universidad de Friburgo se preguntaba por la nada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El artículo, en versión de Zubiri, es un inteligente y delicado recorrido por el camino del razonamiento lógico hacia el reino de la nada, territorio incognito tras las fronteras de la divinidad, para responder: “La nada es la posibilitación de la patiencia del ente, como tal ente, para la existencia humana”. Advirtamos que la palabra que utiliza Zubiri, patiencia, procede de patente, o sea, lo que es manifiesto, eso es, hacerse patente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">He dicho más allá de la frontera de la divinidad porque para Heidegger el Dios cristiano es un ens increatur, negando la proposición de la antigua metafísica, “de la nada nada adviene”, ex nihilo nihil fit.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El filósofo alemán nos dice que al hacernos la pregunta ¿qué es la nada? partimos de la base de “la nada” como algo que “es” de algún modo, es decir, como un “ente”, con lo cual la pregunta se despoja de su propio objeto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Si no he entendido mal al filósofo, cosa harto probable, que lo haya entendido mal, quiero decir, el ente está como flotando en la nada, y nosotros formamos parte del ente, pero, tal vez, escapemos del ente cuando alcanzamos un grado de indeterminación tal que nos conduzca a la angustia creada por la imposibilidad de ser determinado, y esa angustia se halla penetrada por una especial tranquilidad. ¿No es esto, precisamente, lo que decía el Maestro Eckhard de la divinidad? Que se hallaba en un retiro eterno e inconmovible, pues en el acto de creación ya estaba todo creado y todo previsto, todo lo que sucedería y surgiría. Hay que recordar que Eckhard vivió a caballo entre los siglos trece y catorce.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Seguir los razonamientos de Heidegger es un bello ejercicio acompañándolo por los vericuetos del razonamiento nada fáciles de seguir, pero aunque nos perdamos en esa intrincada selva no por eso pierde su belleza. Es como contemplar sentados en la grada las hábiles cabriolas y corbetas de un experimentado jinete, más bellos aún porque nos sabemos incapaces de imitarle.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No cabe sino rememorar a Descartes en la obligada, por el invierno, tregua de la guerra de treinta años, sentado junto a la estufa en su refugio, tratando de encontrar un punto de arranque que lo llevara a comprender el mundo y en último término la existencia de Dios.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pudiera ser que los verdaderos sabios fueran aquellos capaces, aún en el fragor de los cantos guerreros, de mantener la calma y discurrir serenamente sobre el ser y la nada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Don Cleofás</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-58184659437686555312021-11-09T07:38:00.003+01:002021-11-09T07:46:46.340+01:00UN DÍA DE ÁNIMAS (Antonio Envid)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoBHbeo2TdpLC_xfANAyCIBz9dAaWW9-frNGPGVLHcaoYKiJEP0D74SvsrRoinFN4ZTADQsXB0qcsgN6nF4zM3MLGpIR_atHGNQdyjWUnaz-BaHU28bX1IkxWkL4D1XPnkgnuO2xs2DfE/s2048/DSC_0077.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1527" height="439" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoBHbeo2TdpLC_xfANAyCIBz9dAaWW9-frNGPGVLHcaoYKiJEP0D74SvsrRoinFN4ZTADQsXB0qcsgN6nF4zM3MLGpIR_atHGNQdyjWUnaz-BaHU28bX1IkxWkL4D1XPnkgnuO2xs2DfE/w328-h439/DSC_0077.jpg" width="328" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ese día me encontraba circunstancialmente en Londres y no teniendo mejor cosa que hacer deambulaba por Islington donde se encuentran algunas de las librerías de viejo más tradicionales de Londres. Me decidí a entrar en una que tenía todo el aspecto de ser de las viejas librería de viejo – la enfadosa reiteración aquí resulta pertinente – londinenses. No sólo su imagen recordaba tiempos dickensianos, si no que el librero que regentaba el local parecía arrancado de los mismos papeles del Club Pickwick.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Me hizo acompañarle, su rechoncho cuerpo se movía con parsimonia, mientras con cierta ironía respondía a mi demanda.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- ¿Unas comedias de Shakespeare? Desde luego, hay por aquí algunos títulos. Vea, vea.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mostrándome tres cuerpos de estanterías atestadas de volúmenes de obras del afamado autor. Para añadir:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- Si no encuentra lo que busca, no desespere, tengo en el almacén bastantes más. Ocurre como con los quijotes, cada editor se ha creído en la obligación de hacer una edición, pensando inmortalizarse junto a los dos grandes hombres, para consternación de los pobres libreros. Aunque si busca una edición en especial dígamelo, que la encontraremos de inmediato.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Me disculpé con cierto azoramiento asegurando que solo quería una edición para guardarla como recuerdo de mi visita. – Un souvenir, ¡eh! Entiendo – me contestó con retintín. Nada más entrar me había calado, yo no era ningún estudioso de la obra del comediógrafo más famoso de todos los siglos, se trataba del típico turista, que después alardea ante los amigos de sus hallazgos por una second hand bookstore. Tampoco era necesario ser muy perspicaz, mi elemental inglés no me acreditaba precisamente como un erudito sobre la época isabelina.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Sobrecogido ante tamaña montaña de libros quedé paralizado durante unos minutos. Había textos de todos los siglos desde su temprana publicaron. Unos contenían las obras completas, otros, solamente una selección de sus comedias, las había encuadernados en piel, en tela, en cartoné, y muchas en rústica. Al cabo de un rato me decidí por un volumen que recogía tres de las más populares comedias. Era una edición de principios del siglo pasado encuadernada artísticamente en tela, con letras y dibujo de estilo modernista en bajo relieve, ilustrada con deliciosos grabados que a mí me recordaban a los prerrafaelistas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El precio me pareció barato, y aunque el trato que me dispensó el librero fue en todo tiempo amable y correcto, yo notaba que en su interior, con algún desdén, se repetía algo así cómo, “Lo que me dije, un turista. Ha escogido una edición bonita. Si abre el libro será sólo para mirar los grabados”. No andaba desencaminado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ya en el hotel, aburrido, me entretuve en contemplar los grabados del libro. En ello, me topé con una tarjeta de visita de una editorial, con sorpresa leí el nombre, ¡Elizabeth! como asesora literaria de una editorial londinense. Qué casualidad. No había duda, era Liz, aquella joven con quien mantuve una relación, hacía demasiado tiempo ¡ay!, en Salamanca, tan breve como apasionada. Yo estaba terminando mis estudios y ella asistía a un curso de literatura española. La cosa duró unos meses, un día me dijo que regresaba a su país y algo así como it was nice to meet you. No volví a saber nada más de ella. Sería buena idea ir a visitarla a la dirección de la editorial.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- ¿Elizabeth? Sí, claro que la conocía, éramos compañeras de trabajo y buenas amigas. Pobrecilla, qué pena, por qué hubo de morir tan joven.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El día de las ánimas en Londres no es como aquí, no se siente ese religioso respeto por los muertos, no se cree que ese día puedan comunicarse con nosotros, es más bien de celebración bullanguera y, sobre todo, infantil. Tal vez estén equivocados.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; margin: 0px; text-align: justify;"><u></u> </p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-59521938271860688912021-10-29T11:46:00.005+02:002021-10-29T11:46:42.985+02:00UNAS GAFAS PARA EL SOL (Antonio Envid)<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs3ZGlQwzZfTogLFb9vrC4mfIKWmcDDek9kEMniq_fPqjwth-U4h51t1X0_GQDPDnMavAL_QVhd1ghwQVwUv4akS24pobefBHpOSdW7BXPhPQWClBCWXeOUUee6StqwMxdTI-sPyXiahQ/s1600/BERLIN+Puerta+Brandemburgo+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1100" data-original-width="1600" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs3ZGlQwzZfTogLFb9vrC4mfIKWmcDDek9kEMniq_fPqjwth-U4h51t1X0_GQDPDnMavAL_QVhd1ghwQVwUv4akS24pobefBHpOSdW7BXPhPQWClBCWXeOUUee6StqwMxdTI-sPyXiahQ/w414-h285/BERLIN+Puerta+Brandemburgo+1.jpg" width="414" /></a></div><div style="text-align: center;">Foto: sgs</div></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Era el último día de estancia en Berlín, un domingo por la mañana, casi todos los congresistas habían marchado ya. Tras las intensas sesiones del congreso de optometría decidimos pasar unos días de estancia en la capital sin tener especiales ocupaciones. Esa mañana la empleábamos en curiosear por el mercado de pulgas de Mauerpark, nos habían dicho que allí podríamos encontrar verdaderas gangas. En uno de los puestos se vendían gafas de todos los precios, épocas y estilos, desde ejemplares del siglo diecinueve, incluso anteriores, hasta modelos de ayer, todo un paraíso para un óptico profesional, de modo que olvidando al grupo me sumergí rebuscando en ese maravilloso universo. Una tentación ineludible, poder contemplar y manosear tantos artilugios y comprobar como un simple instrumento para corregir un defecto de visión había adoptado, en el trascurso del tiempo, formas tan variadas, monóculos, quevedos aprieta narices, lentes que se plegaban ingeniosamente para ocupar un espacio increíblemente reducido, sencillas y funcionales gafas, otras, en cambio, escandalosamente lujosas luciendo piedras preciosas incrustadas en monturas de metales nobles.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Desgraciadamente mi presupuesto era limitado, pero de pronto me llamaron la atención unas viejas gafas de la casa Zeiss. Para el profano no aparentaban tener especial interés, pero para un experto se revelaban como unos ejemplares de los años treinta del siglo pasado cuando esa era la mejor marca de lentes del mundo. Unos espejuelos tintados sobre una montura de concha, se hallaban en muy buen estado y hasta conservaban el estuche original con los anagramas del fabricante. Un breve regateo con el vendedor y las lentes eran mías por un precio muy razonable.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De vuelta a casa me faltó el tiempo para contemplar mi hallazgo, aprecié detenidamente el estuche de suave y excelente piel y observé con detenimiento la montura de carey, no presentaba grietas ni escoriaciones, hoy es difícil encontrar monturas de carey auténtico, han sido sustituidas por las de pasta sintética, que aunque logran un gran parecido y son más prácticas y resistentes al paso del tiempo no son del material orgánico original.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Cuando salí a la calle mostrando cierta coquetería de proteger mis ojos con una pieza de colección observé atónito como el paisaje cambiaba, a través del tinte de estos anteojos la calle aparecía como en una película en blanco y negro, algo sepia, pero, además, mi conocida avenida se había trastocado en una calle totalmente ignorada por la que transitaban una multitud de personas de triste aspecto y desanimados movimientos en un ambiente angustioso, algunas eran apaleadas por quienes parecían guardias del orden, que con garrotes trataban violentamente que aligeraran el paso, se veían cuerpos de enfermos o moribundos en el suelo ante la indiferencia de los concurrentes, seres famélicos, niños solitarios que lloraban desconsoladamente, un ominoso paisaje urbano. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Antonio%20Envid%20Mi%C3%B1ana" target="_blank">Antonio Envid</a></div></span>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9106211666748403745.post-91587426421681776172021-10-27T21:02:00.002+02:002021-10-27T21:03:32.907+02:00"SHAKESPEARE". Un imponente ensayo de Victor Hugo sobre Occidente (Servando Gotor)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.amazon.es/Shakespeare-Victor-Hugo/dp/1500207721/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="1360" data-original-width="907" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHtQi3h9Vkvxzhbs8cAh5j0qhyTIurAbEeSiZhDyTUc4KC3dZHgVeWUEqRv377nheSdZF9vrRuLUhmNBig90x-Z3SpP1iLpgD1sAkE7-d5BFqEqFvAlGgW3rwalms7ZasqhN04bmSkI3U/w288-h432/Shakespeare.jpg" width="288" /></a></div><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><br /><i>De pronto el hijo, elevando la voz, preguntó al padre:<br />―¿Qué piensas de este destierro?<br />―Que será largo.<br />―¿Qué vas a hacer mientras dure?<br />El padre contestó:<br />―Miraré al Océano.<br />Hubo un momento de silencio. El padre replicó:<br />―¿Y tú?<br />―Yo ―repuso el hijo― traduciré a Shakespeare</i><i style="text-indent: 21.25pt;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES;">.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><b>D</b>urante
el exilio de Victor Hugo en la isla de Jersey, el cuarto de sus cinco hijos, François,
se dedicó a traducir al francés las obras completas de Shakespeare. Y lo que
para el padre comenzó como un prólogo a dicha traducción acabó en el monumental
ensayo sobre nuestra cultura occidental que aquí presentamos. Porque la obra de
Shakespeare representa, junto con la Biblia y pocos libros más, <i>el canon de Occidente</i> (Harold Bloom),
nuestra mentalidad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;">En esta época nuestra en
que abundan los escritos científicos en el marco de una metódica y quizá tan
excesiva como necesaria especialización, el ensayo parece un género desprestigiado
por esa falta de rigor de que a veces puede adolecer comparado con la obra
estrictamente científica, tiranizada, en ocasiones hasta el absurdo, por un
culto sacralizado al dato. Y es cierto que no puede compararse el rigor del
trabajo científico con la libertad e imaginación destilada en los mejores
ensayos, por supuesto. Pero eso y no otra cosa es el ensayo: la libre reflexión
del pensador, del filósofo, del intelectual, sobre los asuntos cardinales de
nuestra existencia: desde Platón a Derrida, pasando por Montaigne quien, con
sus <i>Essais</i>, asentó el nombre y las bases
de este género literario.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;">En todo caso no debe
olvidarse, y los científicos deberían también reflexionar sobre esto, que
muchos de los mejores hallazgos de nuestra civilización son y han sido fruto de
imaginaciones y fantasías, y de hipótesis, pruebas o <i>ensayos</i> muchas veces extravagantes cuando no verdaderamente
absurdos. O fruto de mentalidades o mentalizaciones a menudo más propias del
artista que del científico. Y valga como muestra la figura de Ramón y Cajal,
uno de nuestros grandes científicos: hombre de verdadero talento creativo, a la
par que riguroso. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;">Pues bien, el lector se va
a encontrar aquí con la reflexión en voz alta hecha, no sólo por un gran
pensador, no sólo por un hombre sabio, sino, sobre todo, por un genio. Esto es el <i>Shakespeare </i>que presentamos: la reflexión de un genio sobre otro y
otros genios, el análisis y disección de lo que el genio es y representa en
nuestra civilización. No espere, pues,
una biografía detallada y científica del gran dramaturgo inglés: confórmese y
disfrute de una profunda reflexión sobre nuestra cultura occidental, hecha por
un genio. Y un genio, es o suele ser un
entusiasta, a quien todo le provoca. Él mismo nos lo dice:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 49.65pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: inherit;">Por esta razón he escrito el presente
libro. Admiro y soy entusiasta. Antójaseme que en nuestro siglo no está de más este
ejemplo de estupidez.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 49.65pt; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><i>No esperéis, por lo tanto, crítica
alguna. Admiro a Esquilo, y a Juvenal, y al Dante, en masa, en conjunto, en una
pieza. No me burlo de los grandes bienhechores de la humanidad. Lo que vosotros
decís que es defecto, yo digo que es acento. Me enseñan, y pago con la
gratitud. No heredo las maravillas del espíritu humano a beneficio de
inventario. Al Pegaso regalado no le miro las bridas. Una obra maestra es la
hospitalidad, y cuando me refugio en ella, entro con la cabeza descubierta y
encuentro hermosa la fisonomía del que me ofrece abrigo. Por ejemplo, en
Guilles Shakespeare, admiro a Shakespeare y admiro a Gilles. Acepto a Falstaff
y admiro el </i>vierte el orinal<i> </i>(empty
the jordan).<i> Admiro el grito insensato,
¡una rata! Admiro los juegos de palabras de Hamlet, admiro las crueldades de
Macbeth, admiro las brujas, «el espectáculo ridículo», admiro the buttock of
the night, y admiro el ojo saltado a Glocéster. Así soy yo de simple.<o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;"> </span><span style="font-family: inherit; text-indent: 21.3pt;">Prepárese, pues, el lector
para este viaje hacia las entrañas de Europa. Disfrute escuchando y aprendiendo
y, sobre todo, motivándose para ampliar conocimientos nuevos sobre el núcleo
del que dimana ese esquema mental que, sin darnos cuenta, impregna y preside la
mayor parte de nuestra forma de ser y de estar.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;">Es toda una satisfacción presentar este imponente trabajo de Victor Hugo, el intelectual francés que,
después del propio Shakespeare, <i>ha
generado</i> ―en palabras de Mario Vargas Llosa― <i>más estudios literarios, análisis filológicos, ediciones críticas,
biografías, traducciones y adaptaciones de sus obras en los cinco continentes.</i>
Estudio que editamos en la traducción de otro entusiasta: Antonio Aura
Boronat. Y baste leer su propia introducción, <i>Al lector</i>, para contagiarnos también de su pasión.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;">Además, y para hacerlo más
asequible, hemos añadido de nuestra propia cosecha un centenar y medio de
apuntes curiosos o anotaciones aclaratorias. Por supuesto hemos puesto a pie de
página la traducción de todas las citas en latín, además de alguna en inglés.
Esperamos finalmente haber conseguido una edición digna de tamaña obra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: inherit;"> </span></p><p>
</p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: inherit;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor" target="_blank">Servando Gotor</a><o:p></o:p></span></i></p><p><br /></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0