
Una tarde senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. (A. Rimbaud)
domingo, 31 de enero de 2010
Defensa, defensa, defensa (Servando Gotor)

sábado, 30 de enero de 2010
Nora y el cubo mágico de Rubik (Servando Gotor)

-Y tu viaje a Europa, la coartada, ¿verdad?.
-No, idiota: la trampa. Para sorprenderos juntos.
Norton es un enfermo: disfruta acusando. En cambio, Nora tiembla con cada condena que firma.
Atrapado, sólo tengo una salida: despertar. Pues no todo resulta verosímil: Nora, jueza, sí, pero con el cubo rubik entre sus nerviosos dedos… (me encanta verlos juguetear, pero no en pleno juicio). Yo, acusado y defensor (torpe mago). Y Norton, espectro, acusando.
Concentro la mirada en los deditos de Nora… fundido encadenado: imágenes absurdas me arrastran a la vigilia: una Colt 45 (“el muy imbécil sólo piensa en la absolución…”); dos orquídeas (”sociedad perversa que cuestiona defensas celebrando acusaciones: ‘¿usted defendería a…?’”), y un anónimo ataúd.
Despierto, al fin, en una celda. No está Nora. Sobre una mesita, el cubo mágico y el último señalamiento. ¿Por qué le disparé a ella en vez de al imbécil de Norton?
jueves, 28 de enero de 2010
¿Tan malo es hablar? (Servando Gotor)

Quiero hablar de la fiesta y sus detractores activos y organizados advirtiendo que ni soy aficionado ni tengo interés en su defensa y que no habré visto en mi vida más de cuatro festejos y por compromiso. No soy, pues, aficionado, si bien reconozco toda una cultura alrededor de esa fiesta que, en cuanto tal manifestación cultural, la considero tan digna de atención como cualquier otra.
Quiero hablar de la fiesta y para ello he de constatar que en su propia denominación ya hay algo que daña a sus detractores: el apelativo “nacional” referido a España.
Quiero hablar de la fiesta y para ello me remonto a la ancestral distinción objeto/sujeto, tan enraizada en nuestra estructura mental que hasta se halla en los cimientos del idealismo, cuando Berkeley (siglo XVIII) expresó aquello de “ningún objeto sin sujeto”. Es decir, que existen las cosas en la medida en que hay alguien (“sujeto”) capaz de contemplarlas u observarlas; sin ese “sujeto” carecerían de existencia (o de sentido, añado). Pues bien, estos detractores han llegado a proclamar que el medio ambiente es “sujeto” y no sólo eso, sino –además- “sujeto de derechos”.
Quiero hablar de la fiesta nacional y me remonto al concepto “sujeto de derecho”, que hace referencia exclusiva a las personas. Y “persona” es todo “ser humano” con “forma humana” que ha vivido independientemente del seno materno veinticuatro horas. También es “persona”, en potencia y para cuanto le beneficie, el “nasciturus (concebido no nacido). No es, jurídicamente, “persona” pero sí “ser humano”.
Quiero hablar de la fiesta y sus detractores organizados resaltando las grotescas sensibilidades que proclaman “derechos” de “animales” (que por tanto NO son seres humanos), de “objetos” o de “fenómenos” que ni siquiera alcanzan el grado de “objeto”, como el medio ambiente o… el idioma (se habla de los “derechos” del catalán o del euskera), negando todo “derecho” al nasciturus, que es un “sujeto” (no un “objeto” ni menos un “fenómeno”) y, sobre todo, un “ser humano”. Sí, noten bien: “ser humano” (concepto material, real, natural), no “persona” (concepto formal, jurídico).
Quiero hablar del ser humano y sus detractores que, en su manida consigna intolerante (“Tolerancia 0”) rechazan todo debate sobre el aborto por considerarlo superado, olvidando que cuando se supone quedó superado se desconocían datos hoy tan esenciales y elementales como el ADN. En Derecho existe una antiquísima máxima que permite incumplir el “pacto” (y ley democrática lo es) cuando el contexto en que se acordó se ha visto alterado. Pues bien, hoy las cosas han cambiado. No pasa nada, pues, por reabrir el debate. En todo caso, sí lo creo esencialmente preferente al de la prohibición de festejos taurinos.
Llegados aquí, no se engañen: relean lo expuesto. Verán ideas y argumentos, pero ni una conclusión “a favor” de la fiesta ni “en contra” del aborto. Ataco la intolerancia irracional y huérfana de argumentos. Simplemente. Además: ¿es tan malo hablar?
miércoles, 27 de enero de 2010
EN LA TRASNOCHADA 5 (María Jesús Mayoral Roche)

Como decía aquel, hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad; yo diría que han dado un vuelco trascendental: no sé si para bien o para mal, en cualquier caso, mejor no entrar en valoraciones. En mi paso de adolescente a joven, recuerdo que las chicas de aquella época admirábamos a los hombres inteligentes. Ya podía ser el muchacho gordo, feo, con gafas de culo vaso; pero si era inteligente la cosa cambiaba considerablemente. Y es que en aquellos años el coeficiente intelectual plantaba bandera. En cierta ocasión una amiga me comentó:
- ¿Te has fijado en las gafas que lleva Fulanito? Es de tanto leer. El tío es un fenómeno. ¡Menuda cabeza!
Sin embargo las chicas de hoy, lejos de aplicar a los hombres el baremo intelectual, prefieren valorarlos por las chocolatinas; esos músculos abdominales que a base de horas de gimnasio y alimentación especial semejan una tableta de chocolate. Vamos, que prefieren el músculo abdominal al cerebral.
Otro de los gustos de mi época en cuestión de hombres era lo de llevar pelo en pecho; todavía están decepcionadas las seguidoras de Poldark -el héroe de una serie estrella de los años ochenta- cuando lo vieron descamisado y sin rastro de pelo en el pecho. Ahora los hombres se depilan de arriba abajo y para algunos los pelos se convierten en una obsesión.
Han cambiado tanto las cosas, que ahora el que sale de las aguas marinas luciendo palmito en las películas del Agente 007 es el propio protagonista, emulando así a la gloriosa Ursula Andress, quien rompiendo todos los cánones de estética femenina, emergió de las aguas mostrando un cuerpo de mujer atlético. Pero eso ya es historia: ahora el protagonista es el hombre. Y es que en otra época los hombres iban al cine para admirar a Sofía Loren y ahora somos las mujeres las que acudimos a ver Daniel Craig.
Repasando y observando el día a día, hay que reconocer que hoy por hoy es el hombre el que ocupa y manda en el escenario cotidiano, el que se ha convertido en objeto de deseo. Tal ha sido la liberación de la mujer en los últimos tiempos, que ahora ya no importa ni musculatura cerebral ni la talla humana; eso ya no se lleva, incluso puede ser una pega a la hora de ligar. Para ser un triunfador hoy en día, un hombre que se precie de ser moderno, debe ostentar un cuerpo de dos o tres horas diarias de gimnasio por lo menos, llevar las cejas hechas, depilarse el cuerpo, vestir marcando, no llevar gafas y hablar sin mostrar ápice alguno de talento. Esto es, ni más ni menos, el perfil del triunfador de Gran Hermano, ese programa de TV que aporta al telespectador las vidas edificantes de algunos jóvenes.
No pretendo polemizar con estas líneas que se me escapan en la trasnochada, sólo es una reflexión de las mías. Además mi opinión tiene escaso valor porque a mí nunca me han gustado ni los hombres inteligentes ni los hombres guapos; los primeros siempre me han resultado aburridos y los segundos empalagosos. Como no soy madre no sé lo que recomendarán las madres de hoy en día a sus hijas. A mí la mía me repetía: búscate un buen chico, que sea trabajador. Pero claro, me estoy remontando a la prehistoria. En cierta ocasión, no hace mucho, un joven de treinta años -en otra época a esa edad hubiera sido un señor de treinta años- me comentó:
- Nos ha tocado a los hombres la liberación de la mujer, así que nos aprovecharemos de ella todo lo que podamos.
martes, 26 de enero de 2010
CRÓNICA MUERTA (Por Azulenca)

Otro espécimen de cuidado es nuestro Pepiño Blanco. ¡Vaya solución para los controladores! Bajarles el sueldo. Toda una solución y encima argumenta que sería un ahorro. Yo propondría mejor que se baje el sueldo a todos los políticos: total, para lo que hacen y los problemas que crean, mejor que se bajen el sueldo. A los políticos se les paga y se les vota para que gestionen bien, para que solucionen problemas: ni gestionan bien y encima crean más problemas. Creo que habría que pedir responsabilidades a todos estos que han llegado a ministro sin tener estudios, algunos incluso hasta han pasado por el fracaso escolar. ¡Menuda carrera la política! Cómo le explicaríamos a Pepiño que para ser controlador aéreo se requieren estudios, hablar idiomas y una capacidad especial, que no todo el mundo tiene. Añadir también que hacen más horas que el reloj y que están sometidos a un estrés continuo. Claro, como Pepiño Blanco ha llegado a la categoría de ministro sin estudios, luego pasa lo que pasa... Y es que no se puede ser jefe tonto de empleados capacitados. Al menos los controladores hacen bien su trabajo. ¿Y Pepiño? ¿Cumple con su cometido? ¿Lo sabe desempeñar? ¿Está capacitado para ello? Lo único que se puede criticar en el tema controladores es su sistema de casta, de coto cerrado. Quizá debería cambiar el sistema a la hora de entrar. En lo del sueldo, yo propondría que se bajará el sueldo Pepiño el tanto pon ciento que dice quiere bajar a los controladores.
El régimen Zp cada día se acerca más al régimen del general Franco. Durante algún tiempo el dictador se dedicó a promocionar inventos que no sirvieran para nada, a financiar ideas peregrinas sin futuro. Nuestro Zapatero hace ahora lo mismo: su única propuesta en Estrasburgo ha sido el coche eléctrico.
Y mientras España se pone a la cabeza en paro, el Caso Faisán se levanta y la batalla idiomática se desata… ¿La oposición qué? La oposición a lo suyo, o sea, nada. ¿Y qué se puede esperar si ni siquiera hay acuerdo entre ellos? En referencia a los cementerios nucleares, la Cospedal dice una cosa y Arenas otra. Estas dos solistas de cafetín, María Dolores y Soraya, que se ha echado Mariano para hacer la oposición no sirven para nada. Soraya cuando interviene pone ojos de espantada, gesticula afectadamente y la verbigracia brilla por su ausencia. La Cospedal muy envarada, muy estudiada toda ella, pero sin argumentos contundentes, sin ataque. Y es que hasta la oposición sufre los efectos Zp: tenemos una oposición idiotizada.
La Ley de la Memoria Histórica sigue haciendo estragos. Esto de remover a los muertos no es buena cosa. Ahora remueven el pozo de Camuñas, los que yacen en él fueron asesinados por los republicanos. Todo esto nos va a llevar al ensañamiento, que es lo que más ni menos está promoviendo Zp; llegados a este punto yo lo calificaría de “moñaco diabólico”. Me explicaré mejor. Si removemos el oscuro pasado de la Guerra Civil levantado a los muertos de las fosas comunes, si dejamos España como un solar (sin trabajo ni empresas), si echamos la culpa a los empresarios y al capital de la situación, si promovemos el caos, si el dinero empieza a escasear y a la gente de a pie le faltan recursos… ¿Qué pasará? Que el pobre se volverá contra el rico. ¿De qué forma? La respuesta la tiene el “moñaco diabólico”.
sábado, 23 de enero de 2010
Entrevista a Roberto Plural por Stefan Gautier para D.M.S.
Han traído putas para Eleusis

Hemos conseguido rescatar la entrevista a Roberto Plural por Stefan Gautier para el suplemento dominical del D.M.S. en octubre del 2007 y la hemos colgado en la página que le dedicamos en nuestra web.
A la momia de Jeremy Benthan (Roberto Plural)

seso de digesto y cuerpo vigente,
corona legal de epígrafes inmensos
y placeres con dolores de dolores desiertos.
Querías inventar la rueda
y la rueda ya existía.
Pero útil fuiste,
a tu manera,
sin patentes ni aspirinas.
Sorteaste los dominios de Stanted
y bogaste por las aguas de Uqab
alcanzando estepas rusas
con hechuras de pandectas.
Precursor astral de los Curie
y abuelo virtual de Marconi
tentaste la verdad con violín turbado.
Y hasta ideaste el panóptico,
avant la lettre,
Brother Big enclaustrado.
En lo jugoso empeñado,
la fórmula felicítica atinaste.
Rocero, mordaz, inalámbrico.
Te mofaste de Rousseau
y mediste el placer
asemejando lo bueno a lo útil,
lo útil a lo mozo.
Qué hermoso, de haber descubierto el fuego,
el tomate o la patata.
Y una mañana de espejos,
-neblina londinense, rayo del Egeo-,
un código ilustrado
idearon tus entrañas.
Oh, Jeremy, Jeremy,
seso de digesto y cuerpo vigente,
bajo tu cabeza de ociosas cuencas
y de reglamento balón rodando,
piel de tambor late
vistiendo linda momia,
y un bolsillo con ojos de cristal
indaga dichas practicables.
Hombre, visto así,
desde tu sepulcro-armario
junto a un Támesis pasmado,
besando la dudosa luz del día,
visto así, querido Benthan…
útil fuiste, útil eres y útil duermes.
viernes, 22 de enero de 2010
Hacia la Certeza (Vladimira Pund)

hacia el País de la Certeza.
-
En la frontera tienen que engañar al superyó
algunas no tienen suerte:
ese aduanero cruel
les arranca sus precisos interrogantes
para confeccionar garfios
con los que seguir desnudando preguntas
-con garras siempre nuevas-.
-
¡Las deja cautivas de su cuerpo desnudo!
¡Les roba su salvoconducto!
¡Su nacimiento al mundo!
Si salen será con fatalismo:
es fácil que los robots, desnudas, las mancillen.
-
Esta es la historia de cómo me he convertido en refugio
de preguntas amputadas
transformadas en lamentos.
-
¿Soy incapaz de comprender?
Soy incapaz de comprender.
-
Con sus garfios
arrebata a mi alma su arma más veloz:
la curiosidad.
-
-
Vladimira Pund
(con la ayuda de Loqasto)
Sin título, version 1
Balconcillos, 17 de enero de 2010
miércoles, 20 de enero de 2010
EN LA TRASNOCHADA 4 (María Jesús Mayoral Roche)
En la trasnochada, con un libro de Camilleri entre las manos repaso la última conversación telefónica del día. Elena, una amiga de Madrid, leyendo las noticias atrasadas del fallido atentado aéreo contra USA se ha acordado de mí en cuanto ha leído Yemen.
Y en esta trasnochada cierro los ojos y me transporto al viaje más fascinante de mi vida. El avión sobrevolaba la ciudad de Sana’a y la Aurora tendía su manto de rosa entre la somnolencia del pasaje; una pantalla central indicaba la trayectoria del vuelo respecto a la Kaaba. De repente, el aparato hizo un extraño viraje e inició el descenso, mostrándome la vasta imagen cenital de verdes terrazas con forma de media luna. El primer rayo de sol se coló con fuerza por la ventanilla y una música plañidera llamó a la oración. Lo que yo sentí en aquel momento no sabría expresarlo.
Sanna’a se despertaba en medio del caos; una hermosa ciudad de barro en medio de una polvareda apestando a gasolina. No pretendo contar mi viaje; pero necesito decir que los yemeníes son gente muy hospitalaria y que en ningún momento viví una situación de peligro, a pesar de que 1998 fue un año muy conflictivo en aquellas tierras. Los habitantes de la región de Mareb estaban dedicados al secuestro de extranjeros para reivindicar sus privilegios de tribu disidente, una vez conseguidas sus pretensiones liberaban al secuestrado, al que habían tratado a cuerpo de rey. Aquel año secuestraron hasta el mismísimo ministro del interior yemení. Yo viajé a la región de Mareb (antiguo reino de Saba) detrás de una tanqueta y escoltada por unos adolescentes cubiertos de roña con Kalashnikov a la espalda. No tuve problemas; sin embargo meses más tarde fue secuestrado un grupo de europeos y el desenlace culminó en matanza. En la liberación murieron algunos secuestrados, secuestradores y varios policías yemeníes. Después de conocer aquellas tierras el resultado me pareció inexplicable; aunque puedo imaginarme lo que pudo pasar. Los gobiernos europeos presionaron más de lo debido al gobierno yemení y éste, sin cabeza ni medios, decidió entrar a saco ocasionando el fatal desenlace.
¿A cuento de qué viene todo esto? Pues viene a cuento de que acusan a Yemen de ser un nido de terroristas. No seré yo quien defienda a los terroristas islámicos. Yemen es un territorio de difícil acceso donde el todoterreno se hace indispensable y los yemeníes armados con Kalashnikov forman parte del paisaje. Por otra parte la sociedad yemení es tribal y portar armas allí es como portar joyas aquí: las armas dan estatus. Resulta natural también ver como malgastan la munición haciendo tiros al aire, aunque a veces también los utilizan como lenguaje. Esto es lo que yo viví en 1998.
Estamos en el 2010 y las cosas han cambiado a raíz de los atentados terroristas: auténticas matanzas cometidas por gente que no debería pertenecer a la especie humana. Pero inevitablemente me remonto a Yemen y es hablar del país de los Reyes Magos, es hablar del antiguo reino de Saba, es abrir la puerta de la Arabia Feliz, es hablar del Kat (hierba alucinógena que los hombres consumen habitualmente), de los halcones, en definitiva, del mundo árabe en su estado más puro. ¿Y ahora qué toca? Entrar allí a saco. Yemen es un país sin frontera porque se la arrebata continuamente Arabia Saudí, y es que la marca viene impuesta por el oro negro, la frontera de Yemen es el petróleo. Quizá Yemen sea un nido de terroristas, desde luego allí hay mucho campo y muchas cabezas huecas fáciles de adocenar. En España también padecemos el terrorismo ¿y…? Cuando se habla de petróleo, USA y terrorismo islámico se comprende todo mucho mejor. Yemen todavía vive en el Medievo y su población tiene más de salvaje que de analfabeta.
Rememorando todo esto, cierro los ojos y me transporto al mágico atardecer en Sana’a. En el último piso de una casa típica yemení reconvertida en hotel, abrimos el gran ventanal desde el que se podía contemplar toda la ciudad; tendidos en el suelo con un té en la mano permanecíamos atentos a que el almuédano llamara de un momento a otro a la oración, allí el canto del muecín es como una llamada a la guerra. Desfalleció el último rayo de sol dejando caer sus matices más rosados y carmines sobre las casas, tiñendo de dorado la antiquísima ciudad de barro hasta dejarla cubierta de destellos; en ese preciso instante todos los muecines desde los minaretes de las mezquitas lanzaron la llamada a la oración como si llamaran al combate. Nunca había visto nada tan hermoso en un estado tan puro. Siempre que recuerdo este instante no dejo de estremecerme. Salam Sana’a.
Foto.- Vendedores de jambias (puñal que llevan al cinto los yemeníes) y reparto del kat.
lunes, 18 de enero de 2010
CRÓNICA ESPIRITUAL (Por Azulenca)

Haití: destrucción y muerte. Las imágenes y las noticias que nos llegan del Caribe son desoladoras; aunque no nos llegasen las imágenes nos las podríamos figurar. Lo que no me parece ético ni profesional es que los periodistas se ceben y llenen de morbo las portadas de los periódicos con fotografías de muertos, de pobres muertos. Parece ser que toda esta gente desgraciada ni en la muerte se merece respeto. ¡Basta ya de fotos macabras! ¡Por favor, dejen de fotografiar a los muertos y ayuden a los vivos!
La Gripe-A no ha venido y nadie sabe como ha sido. Tanto alboroto para nada, tanto arreglo de la señora ministra para combatir el virus y resulta que nos hemos quedado compuestos y con el Tamiflú y las vacunas en los almacenes.
Nuestro vicepresidente más palmero, Chaves, parece ser que soltó una pasta gansa a una empresa en suspensión de pagos cuando era presidente de la Comunidad Autónoma Andaluza: la justificación que se la pregunten a su hija, trabajadora de dicha empresa. No hay como la política padre y la juerga madre.
Pagamos impuestos para que se hagan obras tendentes al bien común, pero lo cierto es que nuestros politicastros hacen obras sin sentido común. La última en Zaragoza es conectar un servicio de autobús-lanzadera para todos los pueblos y barrios del extrarradio. Y yo me pregunto, quién habrá sido el “celebro privilegiado” de dicho invento. Con el nuevo servicio, caro por cierto: 1 euro por trayecto; lejos de animar a la gente a tomar el servicio público la van someter a coger el vehículo privado. Por otra parte ya veo lo que han pensando en los ancianos, discapacitados y madres con carrito; vamos, genial lo del servicio-lanzadera. Pagamos impuestos y votamos a los políticos para que nos traten como borregos, para que nos creen obstáculos y para hacer sus negocietes con los amiguetes. El verdadero sentido común sería hacer un tren de cercanías y rehabilitar la Estación del Norte y la del Portillo; segundo hacer un abono transporte mensual y tercero destituir a todos estos que manejan el Consorcio del Transporte, que lejos de facilitar el transporte público lo van a hacer inasequible de todas, todas.
sábado, 16 de enero de 2010
Valentín el Roto (Paula Parcial)

Valentín el Roto
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Perdió la cara al sentir de pronto el vacío,
todo el vacío ecuestre que llevaba dentro:
grande como una catedral de papel y
doloroso como un rincón clavando las espuelas.
“Cuánto daño me has hecho, mamá”,
pensó en voz baja.
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Despojado de flores, con las alas rotas
y sin cucharaditas de miel en el desayuno,
enseguida supo que estar vivo o muerto
no le importaba demasiado.
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Él ya no era él, sino un desgarrón del universo,
un agujero más de la capa de ozono,
una masiva inundación de crueldad y crimen.
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Necesitaba unos dientes de hombre,
una dentadura de armador: había aprendido
que lo que hagamos con nuestras vidas
depende de ciertos mordiscos.
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Se hizo dolido y duro: engendrando la cabeza
pensaba eléctricamente en hacer el mal sin pausas
y con estilo. Fue extraño, extraordinario y feroz.
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Los niños del barrio le cantaban a coro
una hermosísima canción con música del Fari:
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“El hombre exacto no tiene fantasías
el hombre feliz no tiene camisas
el hombre puro no tiene sombra”.
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Valentín el Roto
De Cazador de faisanes, R. y P. Parcial, ‘Las Parcialas’
Ediciones Inéditos Definitivos, Zaragoza, 2008
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El sexto sentido (Servando Gotor)

Mi amigo Pepe, mi peluquero, anda preocupado. Tanto que de repente cesa el chas-chas-chas, suspende tijera y mirada en el aire y dice con gravedad: ‘a veces veo muertos’. Y a mí me da un escalofrío. Luego, como si nada, vuelve al chas-chas-chas y sigue tan normal: pero no alarmarse, que ya han dado con el problema. Con qué problema. Coño, la crisis, qué problema va a ser. ¿La crisis?, ¿que han dado con la solución? No, con la solución no; han encontrado la causa, sí, la causa: resulta que la culpa de todo debía tenerla la COJA, al menos aquí en Aragón, y si no, mira –me acerca un periódico- lee, lee esto:
ZARAGOZA, 26 Mar. (EUROPA PRESS) - El Pleno de las Cortes de Aragón aprobó el proyecto de ley de creación del Consejo Consultivo de la Comunidad Autónoma, órgano que asesorará al Ejecutivo regional en materia jurídica y que supondrá la puesta en marcha del desarrollo legislativo del Estatuto de Autonomía de 2007. La mayoría parlamentaria aprobó la iniciativa legislativa, aunque la oposición se opuso parcialmente. IU se abstuvo en la mayoría de los artículos y votó en contra de alguno. El vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Ángel Biel, presentó el contenido del proyecto de ley, del que dijo que regula la creación de este órgano, que sustituye a la Comisión Jurídica Asesora (COJA) y que, por tanto, será el órgano consultivo supremo de la Comunidad Autónoma.
Lo raro, sigue, lo raro es que la crisis no hubiera llegado antes; figúrate, tantos años asesorados por la mierda la COJA, chas-chas-chas… no me lo puedo creer: con la que está cayendo y en lugar de recortar cargos generan más cados. Y lo mejor el desarrollo legislativo del Estatuto, mira no tenemos otra preocupación ni otra necesidad que esa… ¿sabes que es lo que necesita este país?, se pregunta y concluye: un buen corte de pelo, eso es lo que necesita. Un cambio de ‘look’.
Y de nuevo, mirada y tijeras suspendidas en el aire. De nuevo, el trance, el último trance: a veces veo muertos, sigue, muchos muertos, chas-chas-chas, fantasmas de otros mundos, tantos que parece que ‘los otros’ seamos nosotros y ellos los únicos vivos que andan sueltos habitando palacios, paraísos y castillos; los veo, puedo verlos; y para eso, para verlos, no hace falta un sexto sentido. Y yo asustado, anda, Pepe, la cuenta, que me das miedo. Pero si estás sin peinar, replica. Da lo mismo, ahora se llevan los pelos de punta, trae la cuenta.
(El Comarcal del Jiloca, 03/04/09)
Eva infinita (Roberto Plural)

Eva, amor mío, aura del universo, hálito celeste y nocturno, llevo cientos de días, cada uno de ellos con su mañana, su tarde y su noche, pensando en ti, en tus párpados helados, tus ojos rutilantes y todos tus labios. En vela. Los mismos cientos de lunas transcurridas desde que te soñé por vez primera en un atardecer sin noche. Ese primer atardecer que imaginó y casi dibujó el segundo; aquel segundo atardecer que, cuando llegó, aún me reservaba mucho más que lo soñado.
Eva infinita, eterna aurora mía, petunia nebulosa del alba… jamás me saciaré de ti.
Eva infinita
Roberto Plural, "Deshielo, 2009"
jueves, 14 de enero de 2010
¡Qué mal enterramos a los muertos en este bendito país! (Antonio Envid)

Sin haberse acallado los lamentos por los lúgubres sucesos del ataúd volante, que fue el Yak 42, andan por ahí, armadas de palas y azadones, brigadas justicieras desenterrando cadáveres de todo tipo y alcurnia. Una vez le toca a Pedro III, que él mismo se desconoce con el nuevo título de rey catalanoaragonés que le han enjaretado y que, si pudiera, arreara algún guantazo por haberle arrebatado su antigua condición de conde de Barcelona, mientras otras, se turba el descanso de un oscuro maestro de un olvidado pueblo, hoy despoblado, asesinado por el furor nacional-católico.
En extremo curioso es el asunto de los reyes aragoneses, por cuyos huesos andamos a la greña aragoneses y catalanes. Resulta que Jaime El Conquistador tenía dos cabezas, el Príncipe de Viana fue hechura de un Frankenstein local, pues está compuesto por tres trozos de cadáveres distintos, y algún infante podría no ser hijo de su augusto padre (análisis del ADN dixit). Mientras, aragoneses y catalanes se hallan ocupados en vaciar sepulcros y pelearse por un quítame allá este húmero y trae para acá esas canillas y esas tabas, que son mías.
¿Qué decir del malogrado García Lorca? El pobre cadáver de Federico se ha hecho nómada. Cuando oye cavar en un sitio, él se muda a otro, en inútil búsqueda de la tranquilidad, dentro de un macabro juego de esconde cucas. ¿Por qué ese acendrado amor al muerto y menosprecio del vivo, que tan fervientemente cultivamos en España? Y, es que seguimos afanados “con ese quehacer tan español: que es morirse y estar muerto”, cómo le escribía Fina García a Antonio Machado.
En fin ¡qué mal enterramos a los muertos en este bendito país!
martes, 12 de enero de 2010
Desde mi infierno (Servando Gotor)

CRÓNICA CON MOVIMIENTO (Por Azulenca)

Siguiendo con toda esta gente del capullo que se enorgullece de ser de izquierdas, quiero decir que ha nacido una nueva clase política, mejor dicho, ha resurgido un régimen político: el Nuevo Movimiento. La izquierda actual se ha debido hacer el siguiente propósito: si la derechona estuvo cuarenta años mandando, ahora nos toca a nosotros. Hay una frase magistral de un escritor italiano que esconde mucho más de lo que dice: “Si queremos que todo siga como está es necesario que todo cambie”. ¿Qué quiero decir con esto? Muy sencillo, si miramos con lupa a todos los políticos de izquierda que ahora están sentados en un sillón con cargo, nos daremos cuenta de que la mayor parte son hijos de padres que pertenecieron al Movimiento, al Movimiento del Régimen anterior, al franquismo. Y es que para permanecer en el poder es necesario cambiar, que se lo pregunten a todos estos hijos de falangistas instalados actualmente en el poder. Y lo del nuevo Movimiento no sólo lo digo por los actuales ocupas del Régimen anterior, sino porque ahora nos adentramos en las profundidades de la prohibición. Se prohíbe fumar, se prohíben las descargas de internet, se prohíbe el crucifijo, se prohíbe la Fiesta Nacional… Y después de las prohibiciones qué se puede esperar, pues bien fácil, la persecución. Ha nacido un nuevo Régimen, un régimen a la medida de los hijos del talante y lo titularemos como merece: la represión del capullo. Ha llegado una nueva era, la era del calentamiento mental. Que Dios nos pille confesados.
lunes, 11 de enero de 2010
EN LA TRASNOCHADA 3 (María Jesús Mayoral Roche)

Cuando tengo demasiados ruidos en la cabeza me transporto mentalmente a la tranquilidad del monte de mi pueblo, un paisaje monegrino donde sólo se oye el zumbido de los cables de alta tensión en invierno; y en verano se le suman las serenatas de grillos y chicharras, que al más puro calor desértico, afinan los instrumentos de maravilla. Ser pastor de ovejas en estos tiempos que corren debe ser una dicha completa. No tener que escuchar diariamente a todos esos catedráticos sin estudios que hablan de oído sin haber cogido un libro en su vida debe ser una bendición; nada debe ser tan gratificante como cuidar ovejas: un animal tan bondadoso, con esa sonrisa permanente en continuo movimiento y esa tierna mirada miope. ¿Y el cordero? Un animal que no ofrece resistencia y que resulta delicioso cuando lo metemos al horno, suculento al estilo segoviano. Tender una manta en el suelo y tumbarse mirando como pasan las nubes pasando a son de los pensamientos es mejor que ir a clase yoga. Y lo mejor de todo es no estar sometido a un jefe trepa o al clásico idiota que se inventa trabajo y te echa la bulla; al pastor sólo lo somete el horario de las ovejas. Hora punta en Los Monegros, silencio, calma y el son de alguna esquila. ¡Qué suerte la del pastor rodeado de sus ovejas, su asno y su perro! Y qué decir de la visión del pastor; ese horizonte de luces naturales coreado por el rumor silencioso del canto de las aves que se pierde en la inmensidad de ese paisaje lunar que semeja Los Monegros. Nada hay tan grande como un cielo con una nube y alguna golondrina alzándose como una flecha o algún milano merodeando hasta dejarse caer. Y en la trasnochada, pensando en ello, me dejo caer abatida por el sueño. ¡Qué dicha ser pastor en estos tiempos!
Foto.- Monte de Villamayor de Gállego
domingo, 10 de enero de 2010
AVISO NAVEGANTES: Sobre la expulsión de los judíos.

sábado, 9 de enero de 2010
viernes, 8 de enero de 2010
Turbio (Rebeca Parcial Parcial)

Con su chándal descolorido,
la gorra del Konga con la visera hacia atrás y, en la muñeca izquierda,
un nomeolvides de plata con la inscripción ‘soy casi eterno’,
yo tuve un novio que era un hombre antipático y trabajador,
dedicado por entero al comercio del corcho.
-
Tenía un aire fatigado o falso
y parecía, tal vez, más mortal que los demás mortales.
Son tan limitados, los seres humanos:
una lengua, unos labios, unas manos, una mirada. Ya está.
-
Él vivía en la casita del autismo: libre de impuestos, politécnico
y merodeador. Dijeron que estábamos enamorados como quien
dice Mozart, cuando éramos solamente un poco de agua en el agua del mar.
-
Ay, Turbio.
Todavía hoy, a veces, mientras lavo y deshojo la lechuga, me acuerdo
de aquellos atardeceres en el rompeolas, de las verbenas en la playa,
del aroma redondo de su cabeza.
-
Con su aire antiguo o remoto, Turbio murió de viruela o me dejó por otra,
no sé, quién sabe: todo, casi todo muere o desaparece o se va.
Ahora, cuando paseo junto al río, pienso en la luna y en el tiempo
de la vida y en el color del mar.
-
Ay, yo tenía un pan, pero lo perdí entre las piedras un día de marzo.
Ay, yo tenía un plato de sopa de cebolla, pero lo arrastró la lluvia
un domingo de tormenta. Ay, yo tenía un novio que no era guapo,
pero a veces parecía guapo, resultaba guapo, se ponía guapo.
Qué grandes eran sus manos, qué largos eran sus dedos.
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Yo tenía unos guantes de boxeo que habían sido de Primo Carnera:
estaban manchados de sangre y de betún y olían a ajo y a polvos de talco.
Yo tenía un botecito lleno de arena del desierto de Atacama,
con una etiqueta escrita a mano con tinta azul en la que decía:
Arena del desierto de Atacama.
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Yo tenía un pedazo de papel en el que alguien había escrito:
no vale nada la vida
la vida no vale nada.
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Ediciones Inéditos Definitivos, Zaragoza, 2008
Asclepio lumbar, boticario. (Servando Gotor)

Bien, ¿y los anticonceptivos? ¿son fármacos? Asclepio Lumbar mira al vacío, suspira, y arremete: veamos, sentencia, porque ahí puede estar la clave: un fármaco es un medicamento y sirve para sanar; sanar es tanto como salvar, curar o aliviar. Todo aquello que no apunte a estos fines no es un fármaco y, por tanto, yo no tengo o no debería tener obligación de despacharlo. Ni aunque lo bendigan con un papelito disfrazado de receta. Porque una receta es sólo la que contiene una indicación medico-farmacéutica, y te lo digo yo que también estudié Medicina. Toda receta que no contenga esa indicación no es una “receta”, será una nota de un médico, un documento, una esquela, todo lo que quieras, pero no una receta. Ya está bien de adulterar las palabras cuando estas son claras. Porque con los médicos pasa lo mismo: tampoco están obligados a llevar a cabo actuaciones que no vayan encaminadas única y exclusivamente a curar, como por ejemplo una cirugía estética, puramente estética. Y no estoy diciendo que deban prohibirse estas intervenciones (que el adversario siempre acaba pervirtiendo el argumento), no; yo no exijo prohibir nada, ¡nada!, al contrario, es el poder quien –preocupantemente- camina hacia un sistema agobiante y absorbente, que todo lo controla y lo prohíbe. No, yo no aplaudo prohibiciones, yo abogo por la libertad: quien quiera vender chupetes y sonajeros, como quien quiera arrodillarse ante las multinacionales o vestirse de payaso, que lo haga, que haga lo que le venga en gana; y el médico que quiera “recetar” anticonceptivos, que los recete, allá cada cual. Yo exijo libertad para no hacer, si no quiero, cosas ajenas a mi profesión. Los demás, que hagan lo que quieran. Nada más. Y ello aunque pasemos de las inyecciones de los barberos, como en tiempos, a que los AA.TT.SS. corten el pelo.
Entonces, Asclepio, por esa regla de tres, sólo acataríamos la ley que nos interesara. Mira, concluye, todo esto está muy estudiado: ya en el siglo XIX un tal Thoureau, instauró el concepto “desobediencia civil”, del que deriva la objeción de conciencia. Yo no digo que pueda incumplirse la ley a nuestro arbitrio, lo que reivindico es que nadie puede obligarme a hacer algo ajeno a mi estatuto personal o profesional. Y en el estatuto del personal sanitario todo se centra en salvar, curar y aliviar. Todo lo demás es, o debe, ser libre. Repasa si no el juramento hipocrático de hace dos mil quinientos años, actualizado por la Asociación Médica Mundial en la Declaración de Ginebra de septiembre de 1948 (fecha significativa). Insisto: no estoy a favor de prohibiciones: cada farmacéutico, cubiertos los mínimos de su profesión, que haga lo que quiera. Lo que no pueden es obligarnos a prestar servicios ajenos, o incluso contrarios, a nuestra profesión. Esto se llama “libertad” y “objeción de conciencia”. Punto. Y que no me vengan con la cantinela de la sanidad pública: si se quieren ampliar coberturas amplíense y dótense de presupuesto y profesionales adecuados. Pero un sanitario es sólo (y nada más y nada menos que) eso: un sanitario.
Palabra de Asclepio. Boticario.
(El Comarcal del Jiloca, 08/01/10)
martes, 5 de enero de 2010
Infinito (Roberto Plural)

Percibir el instante,
constatar el momento,
la casualidad de que ahora,
precisamente ahora,
la lluvia que golpea al otro lado de la ventana
está siendo, como yo soy.
Sentir conscientemente el acto absoluto y
fugaz del ser
en medio de un océano de infinita eternidad,
de perenne silencio…
Y todo ahora,
casualmente ahora,
precisamente ahora…
Lo juzgo tan imposible
que beso la eternidad .
El verdadero gol de Marcelino (Antonio Envid)

El periodista daba cuenta de cómo uno de los acontecimientos más celebrados en la España de su infancia, repetido hasta la saciedad en todos los medios de comunicación, uno de los mayores logros de la España franquista, una de las mayores ocasiones que viera la historia, la derrota del comunismo ateo por el nacional-catolicismo, hubo de ser amañado para poder ser transmitido por el NO-DO, aquel tedioso noticiario que había que tragarse previamente a la proyección de la película en los cines.
El hecho fue que el 21 de junio de 1964 se disputó el campeonato de Europa de fútbol, en el estadio “Santiago Bernabeu”, entre los equipos de España y la U.R.S.S. Cuando Marcelino marcó el segundo gol, asegurando la victoria para el equipo español, todo el estadio y todo el país se elevó a la más alta cima de su historia. El NO-DO ofreció un reportaje, que se emitió durante meses en todos los cines españoles. En él, Amancio lanzaba el balón desde la banda y lo recogía Marcelino con la cabeza marcando el gol. Cuarenta y cuatro años más tarde se confesaba el amaño chapucero que suponía tal reportaje. Quien despejó desde la banda fue Pereda, pero como no se había grabado ese despeje, se hizo un montaje con otra jugada de Amancio y así quedó inmortalizado para la historia.
No es que le sorprendiera conocer semejante grosero chanchullo en aquella España de burdas mentiras y que se le hurtara al pobre Pereda, que se guardaría muy bien de protestar, la parte alícuota que en la hazaña le correspondía, sino que el secreto fuera guardado durante tanto tiempo y que su país escondiera tantos cadáveres (no solamente morales) en su sentina.
No pudo por menos que evocar aquellas tediosas tardes de domingo releyendo viejos tebeos de El Jabato, mientras su padre, con la oreja pegada en el aparato de radio, lápiz y quiniela en mano, seguía, por aquél programa de radio “Carrusel deportivo”, los avatares de los distintos partidos que se jugaban, con la vana esperanza de acertar los catorce resultados, que le sacaran de la pobreza y le catapultaran, a él y a su familia, a una vida feliz y desahogada, para terminar el día con la amarga decepción de que la suerte había pasado otra vez de largo y volver al domingo siguiente con renovada ilusión.
lunes, 4 de enero de 2010
Vladimira

Mi vida es una habitación a oscuras.
Sin luz no veo.
Aún así me oriento:
Grito
y cuando rebota sé que puedo avanzar.
Y si algún lugar lo absorbe
No me dirijo a ese Agujero Negro lleno de gritos que no
vuelven.
Porque ya estoy allí.
Huyo de ese Vacío que soy yo.
Si enciendo la luz
No veré Nada.
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sin título 29/12/2009
sábado, 2 de enero de 2010
O tal vez ayer (Paula Parcial)

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Hoy ha muerto mamá, o tal vez ayer. No lo sé.
Me costó más de diez años darme cuenta de que realmente era estúpida.
Y papá ha elegido uno de los ataúdes más baratos.
Cuando íbamos a patinar, ella siempre se quedaba sentada
fuera de la pista: ‘A mí me gusta mucho patinar, pero por el otro lado
del hielo’, ¡dios mío, lo decía de veras!
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La echo tanto de menos.
Y aquella navidad en la que me regaló papel de regalo
envuelto en papel de regalo envuelto en papel de regalo.
‘Sorpresa de Moscú’, me dijo. Estuve varias semanas intentando
averiguar el presunto mensaje profundo del fascinante obsequio.
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Después del funeral, al salir de la iglesia, el ataúd se ha desfondado:
y mamá rodando por las escaleras, con los muslos a aire
y un crisantemo en la boca.
Ella, que no soportaba que la vieran despeinada.
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Se sentaba en su sillón preferido, mirando al jardín, y así se pasaba
toda la tarde, sin moverse, sin parpadear: ‘Me gusta ver cómo crecen
las rosas’, decía siempre: ¡y hablaba en serio!
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Cuando vio el tatuaje que Lorna se había hecho en la nalga izquierda,
mamá se empeñó en que quería un tatuaje ¡de sí misma! y de cuerpo
entero, pero ¡siete centímetros más alto que ella!
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La echo tanto de menos, la odio tanto.
Cada cierto tiempo nos contaba la anécdota del coche de su padre,
del abuelo: decía que le puso un motor nuevo, pero olvidó sacarle
el viejo y… desde entonces corría a más de trescientos por hora:
¡para mamá no era ninguna broma!
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Le gustaba tanto la historia de aquel vecino que le había puesto
a su perro una lentilla en el ojo derecho con la silueta de un gato,
¡y se pasaba el día entero corriendo en círculos!
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Mamá, mamaíta, te odio tanto, te hecho tanto de menos.
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Paula Parcial
De Cazador de faisanes, R. y P. Parcial, ‘Las Parcialas’
Ediciones Inéditos Definitivos, Zaragoza, 2008