Componer una antología
de poemas, bien propios, bien ajenos, tiene algo de inventario de objetos
evanescentes. Es un oficio próximo al registrador de nubes. Compruebas que el
poeta se ha erigido en notario de sí mismo y ha tratado de aprisionar y
preservar una sensación, un sentimiento, un momento, doliéndose, quizá, de su
efímera vida, como el notario registra y conserva un contrato, para el que no
se cree que sea suficiente un simple apretón de manos.
El poeta ha tenido el humor de titular su libro
“A beneficio de inventario”, él sabrá por qué, quizá sugiera al lector que tome
de él lo que le interese y obvie el resto, pero, también cabe la posibilidad de
que haya desempeñado su oficio sabiendo de antemano que al trabajar con tan
frágil mercancía, poco será, de todo lo acarreado, aquello que pueda, por fin,
ser desembarcado en el puerto, y, aún de este resto, solo una mínima parte será
apreciada en el mercado. Yerra en esto el poeta, si bien son difícilmente
transferibles a los demás las sensaciones íntimas, de esto se encarga
precisamente la poesía, y en el caso presente, que podríamos enmarcar dentro de
lo que se ha venido a denominar “poesía de la experiencia”, su autor logra
introducirnos en un mundo muy personal, mostrando sin pudor sus zozobras, sus
miedos, sus anhelos, sus sueños. Hay en esto de la poesía un desnudar el alma
ante los demás en un acto de valentía pocas veces valorado, pues ¿qué es un
libro, sino la pérdida de la inocencia?, se preguntaba Cioran. En todo
caso el poeta ha sabido conservar la fragancia de los trabajos y los días. Él lo
expresa acudiendo al símil del frasco de esencia cuyo contenido ha desparecido
hace largo tiempo, pero que conserva un resto de aroma, al menos, para una
nariz delicada. La mayor parte de sus poemas tratan de aprisionar un instante
para convertirlo en ofrenda, o se internan por el palacio de la memoria que
cada uno de nosotros construimos. Sin embargo, tomar la vida –¿qué otra cosa es
la poesía?- a beneficio de inventario es una manera muy sensata de encarar este
sistema de ecuaciones sin solución única que es el vivir.
Roberto Plural
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