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Una tarde senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. (A. Rimbaud)
sábado, 31 de mayo de 2014
FERIA DEL LIBRO: HOY Y MAÑANA SIETELIBROS DE REGALO
martes, 27 de mayo de 2014
MUJER Y POBREZA: BENEFICENCIA v. INDEPENDENCIA (John Stuart Mill)
Pero la mujer que se limita a repartir socorros y no se para a examinar los efectos que producen, ¿cómo ha de precaverlos? Una mujer nacida en la actual situación femenina y que no aspira a más, ¿cómo ha de poder estimar el valor moral de la independencia? Ni es independiente ni aprendió a serlo; su destino es esperarlo todo de los demás; ¿por qué, pues, lo que es bueno para ella no lo ha de ser para los pobres? A la mujer se la aparece el bien bajo una sola forma, la de un beneficio que otorga un superior. Ella olvida que no es libre y que los pobres lo son; que si se les da lo que necesitan sin que lo ganen, no están obligados a ganarlo; que todos no pueden ser objeto de los cuidados de todos, antes es preciso que las gentes cuiden de sí mismas, y que sólo una caridad es caridad de veras y es digna por sus resultados de este nombre sublime: la que ayuda a las gentes a ayudarse ellas, si no están físicamente impedidas para valerse y salir del atolladero.
John Stuart Mill
(Traducción: Emilia Pardo Bazán)
Lecturas hispánicas, 2014
Lecturas hispánicas, 2014
sábado, 17 de mayo de 2014
INTERINO, UNA NOVELA QUE ES LA AUTOBIOGRAFÍA DE MUCHOS (J.R. Chaves García)
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Por el libro desfilan las historias paralelas de todo aspirante a funcionario de carrera: su relación de pareja, con sus amigos y con sus padres. De hecho, su tira y afloja con su adorada Alba corre vicisitudes paralelas a su cortejo con las oposiciones ( algo así como el clásico, “ni contigo ni sin tí tienen mis males remedio, contigo porque me matas, y sin tí porque me muero”) También asistimos a sus dudas y cavilaciones, y al análisis de sus experiencias, particularmente de las aventuras laborales fallidas en Londres ( donde la diestra pluma de Javier demuestra un cronista de lujo de lo que es sobrevivir en la gran ciudad) o de sus inicios como opositor ( admitiendo finalmente que “tampoco respondía yo al estereotipo del opositor clásico, ese ser meditabundo sin ingresos ni trabajo, ni actualización de vestuario”).
En el libro resulta memorable la magnífica exposición del primer día como funcionario interino, como también lo es el relato de la zozobra ante los exámenes para funcionario de carrera, su relación con el preparador o la actitud hacia sus competidores por las ansiadas plazas. El autor, utilizando la visión global e inmediata de la primera persona, nos ofrece lo que ve y lo que siente el protagonista “en tiempo real”, con sus pensamientos y dudas, dejándonos a los lectores como cómodos observadores de un pececillo inocente en la pecera de la Administración, donde el pez grande se come al chico y el permanente al interino.
Es un libro fresco, divertido, ambientado en Navarra, y que me recordó prontamente a los amenos escritores de mi juventud, dos Martines, a Martín Casariego (“Qué te voy a contar”, Anagrama,1989) y a Martin Amis (“El Libro de Rachel”, Anagrama, 1973), aunque también a David Lodge ( “¡Buen trabajo”!) y a nuestro castizo Sosa Wagner (“Es indiferente llamarse Ernesto”,1992). Estamos ante un tema que se prestaba al estilo melancólico y tenebrista propio de “Oliver Twist” ( Dickens) y que se ofrece bajo una luz gozosa y de aceptación positiva.
J.R. Chaves García
Del blog Contencioso
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Esta reseña es
un extracto de un artículo más amplio.
Para leerlo completo
martes, 13 de mayo de 2014
EL TRIBUNAL DE JUSTICIA ES CLARO: GOOGLE DEBE BORRAR CONTENIDO DE TERCEROS EN SU BUSCADOR (Carlos Rubio)
Imaginaos por un momento que una mañana al despertar ponéis vuestro nombre y apellidos en el buscador de Google, en ese momento aparecen un gran número de referencias a enlaces de noticias que perjudican a vuestra persona. ¿Qué pensarías a este respecto? ¿Está la libertad de expresión por encima del derecho de la intimidad?...
Carlos Rubio
(leer más,
pinchando aquí)
lunes, 12 de mayo de 2014
ESTA SOMBRA NO ES MÍA, de Juan Serrano en Librario íntimo.
Durante algún tiempo se ha querido ofrecer en la literatura española la imagen absurda de que los autores, cuanto más jóvenes, más admirables resultaban: la adolescente que publicaba su primer volumen a los catorce años (Violeta Hernando, se llamaba la criatura); el chico desgarrado que le ofrecía al mundo su imprescindible narración llena de garitos, cerveza y eructos verbales (José Ángel Mañas, Ray Loriga y cualquiera que ustedes deseen añadir); o el prometedor zagalote que nos entrega su primera novela histórica antes de llegar a la mayoría de edad (Javier Rivas). Como contrapeso, las figuras de Alberto Méndez o Gonzalo Hidalgo Bayal, que no se han hecho presentes en las librerías hasta rozar las fronteras de la senectud, después de que la vida haya decantado su prosa.
Juan Serrano (Yecla, 1943) nos ofrece hoy, desde el sello zaragozano Lecturas Hispánicas, su amplia colección de relatos Esta sombra no es mía, compuesta por más de un centenar de narraciones. En ellas se observa que el autor, usando un lenguaje sencillo (no desprovisto de carga simbólica en algunas ocasiones), es capaz de construir un buen número de fabulaciones que giran alrededor de varios temas básicos: el amor, el paso del tiempo, el azar, las injusticias de la vida…
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Seguir leyendo
(merece la pena)
sábado, 10 de mayo de 2014
ARCADIO CUMPLE 60 AÑOS
Arcadio, uno de los nuestros… ¡Se habla tanto de él! Se dice que es el hombre capicúa: MNM, todo
Manos, Nariz y Mirada. Que nunca sabes si está de frente o de perfil. Que Matt
Groening se basó en él para el personaje de Homer Simpson, y sobre todo para el
de su jefe: Charles Monty Burns. Que no
es dueño de sus Manos… ni de su Nariz ni de su Mirada.
Que contribuyó a la ruina de muchos cines por los costosísimos pases exclusivos que exigió ticket en mano. Que su afición a la gran pantalla le vino de identificar a su padre Cástulo con Lawrence de Arabia, cuando aquél en sus enfados, cogía la moto y se lanzaba a todo gas por los interminables caminos de Liestos. Y, en fin, también se dice que cuando su hija vino al mundo (ha nacido un ángel) sintió que había nacido una estrella: la fiera de su niña. Por eso le puso Marta, además de Viridiana, para no dejarle salida: una de dos, o como la Pinal o, peor aún, como la Stanwyck en El extraño amor de Martha Ivers.
Que contribuyó a la ruina de muchos cines por los costosísimos pases exclusivos que exigió ticket en mano. Que su afición a la gran pantalla le vino de identificar a su padre Cástulo con Lawrence de Arabia, cuando aquél en sus enfados, cogía la moto y se lanzaba a todo gas por los interminables caminos de Liestos. Y, en fin, también se dice que cuando su hija vino al mundo (ha nacido un ángel) sintió que había nacido una estrella: la fiera de su niña. Por eso le puso Marta, además de Viridiana, para no dejarle salida: una de dos, o como la Pinal o, peor aún, como la Stanwyck en El extraño amor de Martha Ivers.
Sangre y arena. Arcadio
es taurino, pero un taurino especial, con un sexto sentido, con cierta sed
de mal: de esos taurinos furtivos que
acuden al coso esperando con vértigo
que sea el toro, un toro salvaje,
quien mate al torero, ser o no ser, sangre y arena, tener o no tener… Sí, que lo otro ya está muy visto. Pero no es la sangre lo que le asusta: son los
muertos. Y no cualquier cadáver a los
postres ni de entremés, sino auténticos
muertos vivientes, de esos que vienen del más allá. Porque Arcadio, en
trance, a veces… ve muertos. Y cuando los ve, sale pitando con la muerte en los talones, como Cástulo en
su moto por los caminos de Liestos, y se sumerge en un viaje a ninguna parte. Hasta que anochece y de entre los muertos nace un extraño resplandor, una especial luz de
luna que le habla y le exhorta: … ¿Quo
Vadis, Arcadio? Y entonces, tras ese breve
encuentro, cuenta, uno, dos y tres,
se libera, y afloran en él grandes
esperanzas, y ve las cadenas rotas
y se repite a sí mismo: ¡Qué bello es
vivir! Mira luego al horizonte y grita: ¡Esta
tierra es mía! Y se cree el amo del
mundo, Espartaco, el Cid y hasta el Rick Blane de Casablanca, aquel hombre que sabía demasiado.
Arcadio es también funcionario, político y sindicalista (nadie es perfecto), aunque le hubiera
gustado ser el padre Brown y hasta
calzar las sandalias del pescador
(secreta vocación a voces), repartiendo cachetes y peladillas a los niños. Y
aun así se le quiere. ¡La quimera del
oro! Pero como hay amores que matan y Toñi, hasta con su más básico instinto, lo sabe, ha montado este
guateque lejos de las luces de la ciudad y de nosotros, los doce hombres sin piedad de cinezeta,
evitando así que un día como este pueda acabar como el de la bestia o se imponga el
silencio de los corderos.
Pero esto, queridos míos, corderitos, ¡oh, capitán, mi
capitán…!, esto no quedará así: ¡aquí
está Jack!
Servando Gotor
viernes, 9 de mayo de 2014
POR FIN SE PRESENTÓ EN MURCIA EL LIBRO DE NUESTRO AMIGO Y ADMIRADO JUAN SERRANO. PARA LOS QUE NO PUDIMOS ESTAR ALLÍ, ESTAS FUERON SUS PALABRAS (AH, Y EL LIBRO SIGUE GRATIS TODO EL FIN DE SEMANA EN VERSIÓN DIGITAL)
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Cuatro cosas
con motivo de la Presentación del Libro
Esta sombra no
es mía
Me vais a permitir cuatro cosas. Y digo permitir, a
conciencia. Pues estas cuatro cosas, traídas aquí a contrapelo, son más bien
retales de ideas, exabruptos nada claros, pues como mi sombra, en mi cabeza
andan confusas y enmarañadas.
Primera cosa
Nunca mi agradecimiento estará a la altura de vuestra
honrosa presencia con motivo de la presentación de estas dos fanegas de
cuentos. Exactamente 112. Como el número del teléfono de emergencia. Como
ciento doce son las casas de un pueblo de no sé donde, o los ciento doce saltos
que tuvo que dar la zorra de Esopo hasta autoengañarse de que las uvas estaban
verdes. No es mía la iniciativa de la presentación de este libro, sino de un grupo
de amigos. Entre la generosidad adelantada de este grupo de compañeros y mi
correspondencia debida, un gran trecho me separa, una deuda difícil de saldar.
No es este 112 un número intencionado, misterioso, sino
fruto de la casualidad, como la vida misma, como un arroz con leche a punto, o
los 23 pares de cromosomas de nuestro cuerpo. Sólo a partir de su existencia es
cuando las cosas recuperan el misterio. Lo invisible a través de lo visible es
perceptible al ojo.
La
segunda cosa
Una cita de Ciorán: Un libro, no es sino la pérdida de la
inocencia. Y este indecente atrevimiento, tampoco es de mi incumbencia, que
se lo debo a Servando Gotor. Como editor de Lecturas Hispánicas, este hombre
fue el que me propuso desnudarme delante de cualquier lector que osara fijar
sus ojos en la sombra de estos cuentos, aún a riesgo de quedar ciego.
Este libro tiene las letras muy grandes. Y la vista, digo yo, sufrirá más por
tanto. Que entre grande y pequeño malo, me quedo con el mal menor.
Y digo sombra. Hubiera dicho mejor luz, pero es lo mismo. A
estas alturas del cuento de mi vida confundo tanto estos dos conceptos, que ya
no sé lo que es blanco ni negro. Que tanto monta. La sombra siempre lleva el
sol a cuesta. Y lleva razón Ciorán. Escribir es despelotarse, perder la
vergüenza, querer tanto que a uno lo vean vestido de letras que prefiere ser
uve o zeta más que él mismo en persona. ¡Que ya es decir!
Tercera
cosa
El por qué del título del Libro: Esta sombra no es mía.
¡Ay si yo supiera analizar el sentido de: Esta sombra no es mía! Frase
que ni siquiera es mía que se la cogí a rodeón a Miguel Hernández de su Elegía
Primera con motivo del asesinato de García Lorca:
Como si paseara con tu sombra,
paseo con la mía
por una tierra que el silencio alfombra
paseo con la mía
por una tierra que el silencio alfombra
que el ciprés apetece más sombría.
A lo largo de la literatura, por no decir de la historia,
todos aquellos que abominaron de su sombra se vieron privados de su
luminosidad. Fausto, Jekyll y Hyde, Dorian Gray. Y por no caer en sus errores,
quise con estos cuentos hacer las paces con la piara de yoes que llevo dentro.
Y quise a través de la escritura sacarlos a flote. Hice un pacto con los dioses
de la escritura. Ellos me ayudarían a perpetuarme en otras historias, y a
cambio yo les entregaría mi vida ya vivida. En un principio disfruté con nuevas
y estrenadas existencias. Y así mientras que jugaba en estos cuentos a ser Paco
Pijo, María del Olvido, Akhenaton, Cordelio Caprino, Percherito, Doña Celsa...
fui feliz.
Pero el otro día, en las fiestas de primavera fui con
Maricarmen a tomar unas tapas a la barraca del Azahar. Y allí, junto a nuestra
mesa, dos muchachas hacían tiempo esperando a otra persona. Y de pronto
apareció un joven fornido, de mentón pronunciado, brazos desnudos, nariz
perfecta, ojos gitanos. Este muchacho ceñía el tronco de su hermoso cuerpo con
una vistosa camisa de superman. Y me resultó tan ridícula su atrevida
vestimenta, que de pronto toda su belleza se me vino abajo. Basta colocar
encima de nuestra natural hechura cualquier disfraz para afear toda nuestra
fisonomía.
Y fue a partir de este incidente, cuando me pregunté si el
pacto hecho con aquel Mefistos de la creación literaria, acaso no fuera un
timo. Y el jueguecito del vamos a contar mentiras de los cuentos, también lo
puse en entredicho. Las liebres no corrían por el mar, ni por el monte las
sardinas. Así que me dije: Virgencica mejor que me quede como estoy.
Y para aclarar esta tercera cosa aquí traigo el relato de
una experiencia de la que un día fui testigo.
Última
y cuarta cosa
Era muy mayor, y estaba ya muy enferma. Tan sólo le faltaban
dos meses para morir. Una tarde, una joven amiga fue a visitar a esta anciana.
La joven atravesaba momentos difíciles, hastiada estaba de su vida. De pronto
vi como la muchacha se acostó junto a la mujer. Y casi con unción divina la
muchacha empezó a acariciarle la cara. Desplegaba una de sus manos por su
frente como absorbiendo sus pensamientos, como si quisiera robarle el alma. Una de las
veces, arrimó su cabeza a la suya, y con delicadeza la puso sobre el hombro de
la mujer mayor. Luego buscó su mano por debajo de la sábana, y mano con mano,
con los ojos cerrados, las dos estuvieron así un buen rato. La anciana se
extrañó. La muchacha siempre que había ido a visitar a su amiga había sido
amable, pero no de manera tan efusiva. La muchacha al notar un cierto rechazo,
le dijo a la anciana:
-
Tranquila, mujer, que no es lo que se piensa, tan sólo quiero
proponerle un trato: ¿cambiaría usted su vida, sus ochenta y cuatro años, por mis
treinta y cuatro recién cumplidos?
Y no hizo la muchacha la pregunta como un cumplido. Habló
con la sinceridad de quien está harta y desesperada al ver la paz de la
anciana en sus ojos y en su cara . Su propuesta era descaradamente
una transacción en toda regla. A cualquiera mujer de la edad de la mujer
mayor, le proponen oferta tan ventajosa y no se lo piensa dos veces: reducir
sus años a la mitad, recobrar sus energías, adiós a tener que ir a
hemodiálisis tres veces a la semana. Pero no, la anciana, se incorporó de
la cama y esto es lo que le dijo a la joven:
-
Ni
hablar del peluquín, mi niña. Yo no vendo a nadie mis amores, mis sufrimientos,
mis hijos, mis alegrías, mis muertos, mis victorias perdidas, mis derrotas
ganadas, mis años de guerra y hambre, la gravidez de mis cinco embarazos, mis
horas de setenta minutos de pie junto a la cinta en la fábrica, mi pensión tan
laboriosamente conseguida, mi tiempo lavando ajeno, mi pausado acelerar en la
máquina de coser reconvirtiendo ropa usada en prendas nuevas para mis hijos. No
permita Dios que tenga que volver a pasar otra vez por lo que yo he
pasado. Muchacha, mi vida yo no la
cambio por nada.
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