Que temprano esta mañana
la luna se ha despertado,
la levantó de la cama
la noche con desenfado:
Salta, niña dormilona,
que los hombres del planeta
necesitan de una dona
alegre, sana y coqueta
para arreglar un problema
costoso de remediar:
es tanta su grande flema
que ya no pueden amar.
Así que, nena, levanta,
aprisa, corre sin falta,
que los blancores de alba
se apagan, ¡Ay, Dios nos valga!
Juan Serrano
de su Blog: Blao
25 enero, 2013
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