“Sois responsables en tanto que individuos” Sartre
SGS |
Así reza el título del libro que acaba de publicar Stéphane Hessel. Se trata de un libro subversivo, tanto por su forma como por su contenido. Por su forma, porque es breve, apenas sesenta páginas y por su contenido, porque estas breves páginas están cargadas de pensamiento. Una vez le preguntaron a Pierre Vilar a qué atribuía que el Gobierno español hubiera prohibido su Historia de España. Porque es un libro delgado -contestó el prestigioso hispanista- a las dictaduras les atemorizan los libros delgados –prosiguió- si hubiera sido un grueso manual no le habrían hecho ningun caso. En efecto, Pierre Vilar cuenta la historia de España en apenas doscientas páginas.
El viejo resistente francés Hessel a sus 93 años, el último superviviente de quienes en 1948 redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pide a los jóvenes que se indignen ante la situación del mundo en la primera década del siglo veintiuno.
Dejo paso a mejores palabras que las mías, las de otro sabio nonagenario, José Luis Sanpedro, que prologa este opúsculo:
¡INDIGNAOS!, les dice Hessel a los jóvenes, porque de la indignación nace la voluntad de compromiso con la historia. De la indignación nació la Resistencia contra el nazismo y de la indignación tiene que salir hoy la resistencia contra la dictadura de los mercados.
Hessel reconoce que las nuevas generaciones de hoy lo tienen más difícil para rebelarse que aquel puñado de jóvenes de su tiempo que se decidieron a plantar cara a la inhumana ideología de nazismo que, además, invadía su país y luego a la brutalidad del estalinismo, tenían muy claro contra qué luchaban; las formas del capitalismo actual son mucho más sutiles, pero igualmente generadoras de un mundo tremendamente injusto, aunque mucho menos evidentes, incluso amables.
Hay que hacer una precisión, la oposición que propugna ha de ser pacífica y suscribe las palabras de Sastre: “Reconozco que la violencia, cualquiera que sea la forma bajo la que se manifiesta, es un fracaso”. No me resisto a copiar el siguiente párrafo de Hessel:
En la noción de eficacia es necesaria una esperanza no violenta. De existir una esperanza violenta, ésta se encuentra en la poesía de Guillaume Apollinaire: “Qué violenta es la esperanza”; pero no en la política.
Confiesa haber sido siempre un optimista hegeliano, que la larga historia de la humanidad tiene un sentido: es la libertad del hombre que progresa etapa por etapa, pero que la contemplación del discurrir de la primera década del siglo veintiuno le está empujando al pesimismo de Walter Benjamín, que al contemplar el cuadro de Paul Klee “Angelus Novus” creyó ver un ángel que abre sus brazos para ahuyentar “esa tempestad a la que llamamos progreso”, y para quien el sentido de la historia era la marcha inevitable de catástrofe en catástrofe.
Lo más sugerente del libro, para mí, es que un anciano de 93 años tenga que dirigirse a una juventud europea que hasta hoy parece resignada a ir abandonando poco a poco de conquistas sociales que tanto han costado conseguir a sus padres.
Antonio Envid
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ResponderEliminarAntonio: qué buena la anécdota del temor a los libros de pocas páginas...
Y lo de Qué violenta es la esperanza.
Pero mi commentario venia a cuento de que lo del tal Hessel no me parece más que una trivialidad: es exactamente el Basta (¡Basta!) con el que cualquiera pone en marcha la ética.
Hasta aquí hemos llegado. Parece que debería tratarse de una característica juvenil, ya que apela al valor, a la fuerza... pero lo que incita a levantarse es ético.
Aprovechando que el pisuerga pasa por valladolid -aunque creo que ni es el pisuerga ni pasa por valladolid, te diré que también me canso ya de que la vejez se considere un desecho cuando nuestros viejos (con frecuencia habría que llamarles viejos de mierda), se pasan el año por el mundo... lo que me parece magnífico, pero demuestra o que son unos frívolos -ya que tienen energía- o que no se enteran.
Me callo porque me he perdido.
Gracias, un saludo, buen artículo.
narciso
Estimado lqax es muy estimulante tu interés por mis notas (incluyendo tu solapada ironía). Voy a ver si resumo en dos patadas el porque me parece subversivo este opúsculo.
ResponderEliminarNos están convenciendo de que hemos de trabajar por menos dinero y que tenemos que abandonar las costosísimas prestaciones sociales si queremos sobrevivir, ya que de lo conctrario, lo estamos viendo, la industria se irá a otros países más baratos .
El autor, Hessel, ha trabajado siempre en organismos internacionales, por lo que conoce el mundo de la globaidad, y el prologuista, además de ser un humanista, es un economista experto en la mundialización de la economía.
Ambos nos dicen que es posible mantener en Europa un buen clima económico y mantener nuestro actual sistema de asistencia social, seguramente el mundo más justo que jamás ha existido.
El mundo que están diseñando los mercados es un mundo de parias y de todopoderosos.
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ResponderEliminarAntonio: si hay ironía, es 1 gramo o 2 a lo sumo...
Pero ahora no entiendo. El viejo Hessel -al hablar de
los viejos de mierda no me metía con él, creo que
eso estaba claro- defiende entonces que hemos de
defender el modelo social europeo frente al
capitalismo salvaje? Si eso es así, le conviene irse
ya con el inserso.
¿Cómo nos vamos a detener, aunque viviéramos en
el mejor de los mundos -no de los posibles, sino
del todo? Eso es la decadencia, la muerte, eso
es zapatero.
Creo que te he entendido mal.
Gracias
narciso
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ResponderEliminarAps, es que dice que es un hegeliano optimista -que
a la larga, la historia tiene sentido-. Mándalo al
inserso. En todo caso será un posthegeliano y no
parece muy optimista, además, pensar que a la larga
la historia tiene sentido. Mis Maestros dicen que
es pesimista incluso cualquier duda acerca de
la inmortalidad del hombre.
Gracias
loqax
Estoy disfrutando con esta entrada y estos comentarios y quiero mostrar mi recelo de casi todo bicho viviente, incluido el Hessel éste. La puta globalidad tan enterncedora que nos empezaron a vender a principios, creo, de los 80 (qué pánfilo me veo entonces, con un suplemento -periódico- de El País sobre el asunto -hoy veo con claridad que no era sino un panfleto más). La puta globalidad esa no era otra cosa que la búsqueda de mercado y mano de obra barata por parte de las multinacionales. Eso, eso es lo que yo acierto a ver.
ResponderEliminarNo sé si el Gran Capita(N/L) ha conseguido engatusar a los poderes (progres o no) de nuestra época o simplemente estos son cómplices interesados (evidentemente me inclino por lo último). Lo cierto es que al Gran Capital(N/L) le ha venido todo este colaboracionismo de perlas, desde la supuesta liberación de la mujer con su incorporación al mundo laboral hasta la ausencia de fronteras "arancelarias"...
Y, la verdad, estos de la resistencia que luego han medrado tanto... no sé, no sé yo ("nu sé", que dice Loqax). Está todo tan corrompido...
Y el comentario del propio Antonio me parece muy esclarecedor del "argumento" que nos quieren vender (no de las verdaderas intenciones que, en efecto, como dice Loqax es posible que consistan en detener la cosa de una u otra forma porque, sí, parece que lo que dice el Hessel éste también lleva a más de lo mismo; por cierto, siempre han sido los viejos los que han incitado a los jóvenes más jóvenes a rebelarse y a jugarse el tipo -en las manifestaciones los cerebros viejos, verdaderos autores, brillan siempre por su ausencia: son los pobres pánfilillos quienes se enfrentan siempre a las fuerzas armadas).
En todo todo es muy complicado. Lo único claro es que la gente está muy jodida (pero además, y esto me saca de quicio: las juventudes de antes a las que se refiere el Hessel este, ¿cómo compararlas con las de ahora? ni son las mismas ni el contexto tiene nada que ver; ahora hay otro tipo de nacismo/estalinismo, subrepticio, sibilino. Veremos qué pasa al paso que llevamos cuando la miseria vaya avanzando).
En fin, también a mí me ha gustado está columna y los comentarios que habéis hecho.
Más y termino: para que la juventud sea rebelde de verdad tiene que ser una juventud espabilada y lo que más espabila es el hambre. Entonces, cuando hay hambre es cuando actúa con verdadera rebeldía y no siguiendo los dictados de los "celebros" mayores que se quedan siempre en la retaguardia cuando, además, serían -sólo por la edad- quienes de verdad tendrían que perder: no es lo mismo la baja o mutilación de un anciano que la de un joven (digo yo) y, sin embargo: siempre han ido a al frente los jóvenes (sí, claro, la fuerza física, sí, ya: los mayores, como los niños y las mujeres: a la retaguardia, ¿no ha sido siempre así?).
ResponderEliminarLa esperanza es una ilusión, sólo eso. Por otra parte de la conciencia nace la rebeldía, eso decía Camus. Y yo estoy de acuerdo con él, será porque en el fondo soy una existencialista. Nuestros jóvenes no son rebeldes porque se les ha enseñado a no serlo,es más, se les ha negado u ocultado la conciencia. Si se castra la conciencia todo puede resultar más fácil y más brutal. Nuestros jóvenes están acostumbrados a tenerlo todo sin pedirlo y esto ha creado un problema social que ahora debemos pagar entre todos. Y creo sinceramente que habrá una revolucíón social en breve; si la cosa no la arreglan los que deben arreglarla. ¿Y cómo y quiénes harán esta revolución? Posiblemente sean los jóvenes quienes la hagan y la harán de la única forma que han aprendido o les han enseñando: con violencia extrema. Esa violencia que emplean contra los padres y contra la sociedad cuando les deniegan cualquier insignificancia. Mientras esto llega, los padres serán pos paganos de esta decadencia total en todos los sentidos.
ResponderEliminar¿Y los viejos? Pues resignación y a otra cosa. La cebada ya está vendida y han estado acostumbrados en otros tiempos a las estrecheces.
María Jesús Mayoral.
He visto un error en mi segundo comentario, donde, refiriéndome a los mayores digo:
ResponderEliminar"cuando, además, serían -sólo por la edad- quienes de verdad tendrían que perder:"
debe decir:
"cuando, además, serían -sólo por la edad- quienes de verdad MENOS tendrían que perder:"
Nada, sólo eso.
La ironía es el alivio de la inteligencia. Mucho pesimismo percibo. ¿No hemos quedado en que la esperanza es violencia? José Luis Sampedro es un nonagenario, sí, pero todavía no chochea. Piensa lo mismo que Servando, que la mundialización de la economía es la cara más egoista del capitalismo, éste capitalismo inhumano del XXI y anima a oponerse a él, porque es la única manera de salvar la civilización occidental. No se como podremos luchar contra unas corporaciones que son muho más poderosas que los gobiernos y que carecen de cualquier referente moral, que ven al hombre como un mero productor/consumidor, un dato más en sus modelos económicos. Pero hay que comenzar ya mismo, al menos creamos que hay posibilidad de luchar contra él.Fé.
ResponderEliminarCuando cayó el muro de Berlín, me pregunté ¿y ahora, sin la bestia negra del comunismo, quién pondrá límites al capitalismo salvaje?
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ResponderEliminarDemasiados datos para responder.
Como María Jesús creo que puede darse una revolución social con
violencia extrema, pero ¿de los jóvenes? No saben usarla. En tales
situaciones son los adultos psicópatas los que saltan a la palestra,
las que esperaban su momento, como aquel Schindler, que sólo ganaba
dinero e la guerra. Pero no creo que una revolución así escapara al
control social, ni mucho menos.
Tampoco creo que la esperanza sea una ilusión: los animales duran,
coinciden exactamente con su tiempo... a los hombres les sobra
ser, de modo que escapan al tiempo: es la única forma en que se puede
escapar al tiempo desde el tiempo. Desfuturiza el futuro.
Algo parecido pasa con la inteligencia: por la inteligencia, somos
superiores a la especie humana, pero todos... nos saca -a todos- de la
especie.
No sé cual será el método expeditivo para recuperarlas, pero hemos
de volver a usar la inteligencia y la voluntad -que no es fuerza de voluntad,
sino querer al otro -al distinto-.
loqax
La esperanza es violencia. No estoy de acuerdo. Esta frase parece hecha a golpe de martillo. La esperanza es algo que no se debe perder y que puede ser a lo sumo un ensueño, un dormir el sueño de los justos. Siempre se ha dicho que la Esperanza era hermana pobre de la Fé. Yo prefiero la Fé, pero lo cierto es que si la solución a todo esto se compone de tener Fé: la llevamos buena. ¿Quiénes y cuántos quedan con Fé en esta sociedad?
ResponderEliminarMaría Jesús Mayoral
De todas formas el libro de Stéphane Hessel no deja de ser producto de la globalización y el marketing. Lo ha hecho de pocas páginas porque los jóvenes se cansan de leer enseguida.
ResponderEliminarDe todas formas en estos tiempos una revolución social se hace en un periquete. Si necesitan ideas que me pregunten a mí. Pero a estos de la generación NI-Ni habrá que hacerles hasta la revolución: lso viejos o quien sea.
Azulenca