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Y entonces, pasen y vean, me levanté, alcé los brazos abrí las piernas y conduje mi nuca hacia atrás contorsionando todo el cuerpo, poco a poco, poco a poco, hasta que finalmente y apoyando los brazos en el suelo conseguí que mi cabeza surgiera entre mis piernas. Sonreí casi desde el suelo y Berta gritó. Me disponía a una nueva exhibición pero el tranvía acababa de llegar a Noviciado.
no bajes
no hace falta
sí
no
no podemos despedirnos así
Y bajé, bajé y la besé. Bajó ella y bajé yo. Bajó y bajé. Bajé y me besó. Bajó y bajé y la besé y me besó. Bajamos y nos besamos. Y luego al fin nos despedimos como ella se merecía. Y desde entonces he creído que Dios no solamente es un caballero y un tipo leal; también es de Kentucky.
Servando Gotor
El olor de tu pelo entre la niebla
¿De Kentucky por lo de los güisquis?
ResponderEliminarAntonio
Por cierto Servando, no te lo había dicho, pero es interesantísima la pagina web, en la que está colgada la conferencia sobre Rilke que anunciaste...
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Angel