martes, 16 de agosto de 2011

EL RAPTO DE EUROPA (Armando Bulla)

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SGS
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Existía una tierra prometida en el West End y el templo estaba en Piccadilly Circus. Al año que viene en Londres, nos decíamos sin convicción. De allí, en el vuelo 605 a través de Radio Peninsular, Ángel Álvarez nos traía la nueva palabra, eran sus profetas los Beatles, los Rolling Stones, los Who, los Animals… Era un rendija por donde se colaba un aire fresco, vital, que chocaba contra el rancio y apolillado mundo de casa. Soñábamos, y ya se sabe que la realidad nunca alcanza, ni de lejos, la maravilla del sueño. Los matinales del Price, que escuchábamos por la radio, mientras se pudo, abría la esperanza de renovación con grupos autóctonas como Los Pekenikes y luego Los Brincos y a continuación los Bravos con el inefable Mike Kennedy y parecía que aquello nos acercaba a ese paraíso que se extendía más allá de los Pirineos. Pero sobre todo, de este mundo extraordinario que yo ávidamente trataba de entrever, nada me impresionaba tanto como el saber que en ese mítico Londres, los guardias, los “bobis”, no llevaban armas. ¡Qué prodigioso mundo debía de ser aquél!

Yo no he corrido nunca delante de la policía armada, los grises (después resultó que todos habían corrido, pero la única carrera de muchos fue la que hicieron con el advenimiento de la democracia), pero he de confesar que aquellos hombres con sus capotes grises de paño grueso, sus pistolones y porras y sus caras donde no cabía una sonrisa, me impresionaban. ¡Y había un país donde la policía no llevaba armas!

Cuando estos días he visto la violencia de las cargas de la caballería policial reprimiendo los disturbios de Londres ha desparecido de mí el último girón de aquel sueño que era Europa. Hoy, con países europeos intervenidos por el Fondo Monetario Internacional, esa siniestra Inquisición moderna inventada por el mundo desarrollado para reprimir a los países pobres (vean la opinión que de él tiene el premio Nobel Stiglitz), viviendo una auténtica quiebra económica, con descontento popular que se manifiesta aquí y allá en las diversas capitales europeas, como una erupción que muestra que el organismo está envilecido, empiezo a pensar que estamos despertando del hermoso sueño que ha sido Europa y del que los españoles hemos podido participar apenas durante dos décadas.


Armando Bulla   

1 comentario:

  1. Tiene usted muchísima razón. En fin, es lo que hay.....

    Margarita Flores

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