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En el café de Mariano, reposando las elecciones junto a un gintonic, resguardados de las últimas lluvias de mayo: no, Mariano, son todos unos corruptos, todos. Estás loco: los hay limpios que no echan mano de la caja y dan la vida por todos, altruistamente. Claro. ¿No te lo crees? Sí, pero esos saben lo que hay mejor que tú o que yo: de primera mano. Pues aún les doy más valor. No, si callan. ¿Y qué pueden hacer? Apartarse y denunciar, Mariano, eso; porque su silencio les hace cómplices y su participación también: hacen la cama a los corruptos. Por la misma razón también cuando tú votas participas… de modo que no deberías votar porque votando te implicas. Mira, Mariano, estás confundiendo el tocino con la velocidad: la participación activa y la pasiva, el sufragio activo y el pasivo. Ya, pero al votar, por mucho sufragio pasivo que sea, participas activamente, algo así como una pasividad… “activa”. Es posible, Mariano, pero se trataría de una pasividad activa… “mediata”, mientras que la posición del político llamémosle “honrado” supondría una actividad pasiva… “inmediata”… sí, no pongas caras, además de la actuación del político corrupto, que comportaría una actuación activa e inmediata, tendríamos la del ciudadano de a pie que no vota: un individuo que actúa con una pasividad… inmediata. Pero la pasividad también es una acción. Cierto. Por lo que estaríamos frente a una actividad pasiva inmediata. Sí, pero “omisiva”. Claro, claro: omisiva. Por tanto, con el ciudadano que no vota estaríamos ante una actividad pasiva, inmediata y omisiva… Pero si es omisiva no puedes calificarla de actividad, Mariano, por favor. Sí, porque la omisión no deja de ser una forma de acción: una acción omisiva. No, no estoy de acuerdo, eso sólo sería si su no participación, su abstención, fuera deliberada. Quieres decir, “consciente”. Exacto. Entonces nos encontramos con dos situaciones: la del ciudadano que no vota deliberadamente y la del que no vota por desinterés o abandono, la primera nos mostraría una actividad pasiva inmediata consciente y la segunda una actividad pasiva inmediata inconsciente. Te dejas algo. ¿Qué? El que no vota por simple descuido o abandono o sencillamente porque no ha podido, porque fuerzas ajenas a él se lo han impedido. Sí, claro, entonces cambia el cuadro, tienes razón: estaríamos ante una actividad pasiva inmediata inconsciente omisiva y… obstativa. ¿Obstativa? Sí, obstativa… creo. ¿Obstativa u obstructiva? No, me parece que estamos empezando a liarla, a ver, déjame pensar: “obs-ta-ti-va”… no, no estoy de acuerdo, no me parece una calificación apropiada… mejor sería “fortuita”. Pero qué coño dices, claro que lo es: porque la causa impeditiva podría ser fortuita o no, supón que un familiar te secuestra en la jornada de reflexión durante cuarenta y ocho horas, entonces no podrías votar porque alguien te lo impide pero no de modo fortuito, con lo que estaríamos ante una causa de fuerza mayor, más que fortuita. Claro que el que un familiar te secuestre también puede ser fortuito. Circunstancialmente, sólo circunstancialmente: por ejemplo si está loco de nacimiento sabes que puede hacer cualquier cosa así en cualquier momento y entonces no estaríamos ante un caso fortuito, pero si le acaba de dar una venada… Es todo muy subjetivo. Sí, objetivamente subjetivo. Pero lo objetivo es subjetivo. Parece fácil pero no es difícil. Qué lío, Mariano. No me llames Mariano que Mariano eres tú. ¿Yo, Mariano? Sí. ¿Pero no eras tú…? Mariano, sí, el que… ¿Entonces quién coño soy yo? Bueno, mejor lo dejamos, anda pon otros dos gintonics. No, yo no, ponlos tú. ¿Por qué? Porque Mariano eres tú. ¿Y el político que echa mano a la caja, quién es, eh, quién coño es? Un pringao. Ya, quieres decir: un mojor. Eso es: un mo-jor.
Servando Gotor
El Comarcal del Jiloca, 13/05/2011
Desde luego Mariano y el otro Mariano¿o hay un solo Mariano, o son multiples marianos clónicos?ya llevaban varios gintonics en el cuerpo
ResponderEliminarLa fotografía de este artículo me parece sublime. Retrata exactamente a todos los que se disfrazan de políticos sin serlo de verdad -ya casi ninguno lo es-. Resume a todo ese conjunto de alcaldes-caciques de España - de ambos partidos-, esos que no tienen ni idea pero que ahí están en su beneficio.
ResponderEliminarFelicidades por la fotografía y perdona por no haber leído el contenido del artículo. No hace falta: sólo con leer el título y ver la foto he tenido bastante.
Gracias,
Vlad
Por cierto, supongo que el torero lo es de verdad porque el traje parece auténtico, pero, si no te fijas bien parece un disfraz, puede que ayude la cara del buen señor.
ResponderEliminarQue me disculpe también porque no quiero ofender al profesional del toreo, sólo que su gesto, su porte de picador y mi mala vista me han jugado una mala pasada. ¿es torero este señor?
Vladimira
Es un hombre de plata, como se dice en la jerga taurina, un peón
ResponderEliminarlo más genuino en el mundo de los toros
Una pérdida irreparable de la desaparición de la fiesta de los toros, que está herida de muerte, será la pérdida de todo un lenguaje creado por la cultura taurina. este lenguaje es extraordinariamente poético y expresivo y dentro de unas décadas, desgraciadamente, será ininteligible.
Antonio
Hablabas en tu anterior entrada de las limitaciones de la palabra, y fíjate, gracias a tu explicación, ya no veo en este hombre una metáfora de la España chusquera, sino la más auténtica: la de los bregadores a la sombra del figura.
ResponderEliminarEntonces, esa mirada es de humildad, honradez, esfuerzo...ahora entiendo esa mirada, sí. Es la de el electricista honrado, pintor, barrendero, secretario...toda esa gente que permite que los figuras de turno reluzcan.
gracias.
Vlad
El señor es un torero disfrazado ganándose la vida así en las cercanía del Palacio Real de Madrid, que es donde hice la foto.
ResponderEliminarBuenos comentarios los vuestros.
¿Torero disfrazado? ¿de torero? no entiendo nada.
ResponderEliminarVlad
Juaaaaaaaaa... muy bueno, Vladimirita.
ResponderEliminarYo si entiendo, es el alzheimer del blogger. jijiji
Je, es verdad, cada vez hablo menos pero me convendría callarme del todo. A ver, lo intento de nuevo: es un señor disfrazado de torero para ganarse una perrillas.
ResponderEliminarAhora, creo que sí.
Entonces, es curioso, la foto es una mezcla de lo que yo decía y de lo que decía Antonio. Un hombre disfrazado para ganarse la vida. Sigue siendo un trabajador aunque la primera impresión es la acertada.
ResponderEliminarVlad