¡ A LAS URNAS, CIUDADANOS! (Armando Bulla)

SGS

He escuchado por radio con interés las declaraciones programáticas de una candidata de un partido modesto y minoritario para los comicios a celebrar el próximo 22 de mayo. Esta señorita, de voz juvenil y firme, hacía un análisis de los problemas de nuestra democracia bastante certero, y muy afín a mis pensmientos.

Los perversos efectos de la alternancia. Los dos grandes partidos saben que más o menos cada dos legislaturas ocuparán el poder central (no por sus méritos, sino por la torpeza o la corrupción del contrario). Mientras tanto no quedan ajenos al manejo de los poderes y del dinero públicos, pues se refugian en aquellas Comunidades autónomas en las que han conseguido mantenerse. Esto crea una partitocracia, una clase especial separada de la plebe, que terminan emparentando entre ellos, haciendo negocios juntos y tratándose bien. “Yo te doy cremita y después me la das tú a mí”.

Estos profesionales de la política no se conforman con vivir opíparamente toda su vida, sin tener que acudir a cursos de formación continua, ni nada parecido (ni formación inicial), sino que se creen con el derecho de colocar a sus cuñados, hijos, yernos, primos, primas, allegados, creando una extensa plutocracia de paniaguados y pesebristas. Para ello han de crear extensas redes de administraciones, empresas públicas, organismos autónomos y demás zarandajas, que denominaciones, estén o no recogidas por el diccionario, no faltarán. Pero es que estos cargos, carguillos y carguetes, comienzan a heredarse de padres a hijos, a hacerse hereditarios. Algo así me contaron que ocurrió con la creación de la clase señorial, comenzaron siendo tenentes o administradores de un territorio y lo convirtieron en un bien hereditario.

En este panorama hay unas excepciones a favor de determinados partidos nacionalistas, estos no tienen que alternar con nadie, siempre ganan, sea en el gobierno regional, en las Diputaciones, solos o en coalición. Estos territorios aquejados por esa grave enfermedad que es “el nacionalismo” son una finca particular donde ejercen el mero y mixto imperio con total impunidad.

Los políticos “demócratas” han hecho saltar todos los controles de las cuentas públicas. En todas los niveles de administración (hay territorios que soportamos hasta seis niveles: municipio, comarca, diputación, gobierno autónomo, gobierno central, gobierno de la UE, todo ello para algo más de millón y medio de habitantes ¿no tienen la sensación de cargar en sus espaldas a uno o dos funcionarios desde que despiertan cada día?) los controles del gasto y la transparencia ha saltado por los aires. Los municipios se han sacudido el yugo del interventor y secretario asignado por el Estado por riguroso escalafón y terminan por tener a contratados por el Alcalde (más vale que le caigan bien). Los Gobiernos regionales han eliminado el leve, pero aún así molesto, control del Tribunal de Cuentas, creando su propio órgano fiscalizador con nombre más o menos pintoresco (cámaras de comptos, sindicat de comptes…) pero de dudosa eficacia. La propia Administración central ha desmantelado el cuerpo nacional de intervención….

El destrozo hecho por un partido, en esta cuestión, ha sido rematado por el que le ha seguido en el poder.

El fraccionamiento de la Administración. ¿En qué cabeza puede caber que podamos sostener dieciséis organismos de sanidad y que todos ellos den un buen servicio? Así pasa lo que pasa, resulta que la comunidad europea garantiza un servicio de salud a cualquier ciudadano de la misma y a los aragoneses que veranean en Salou se les niegan las recetas por la Generalitat.

Resulta, por otra parte, que de pronto se dan cuenta de que si se unen para hacer compras conjuntamente obtienen mejores precios de los laboratorios ¡Qué descubrimiento más asombroso! Pero esto no les llevará a pensar en uniones más profundas y duraderas.

Dieciséis organismos de educación. Pronto habrá requisitos de homologación de enseñanza de una comunidad en otra. En fin para qué seguir…….

¡Ay, si supiera que ese partido seguirá pensando igual si llega alguna vez a tocar poder! Me habría solucionado el arduo problema de saber a quien votar.

Armando Bulla