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El fotógrafo ha puesto en la ventana indiscreta a un torero propiamente dicho, tomado desde la cintura, desde el rojo fajín, con su traje de luces de color pavo y bordado en plata, como corresponde a un banderillero, a un subalterno de la cuadrilla del matador.
No parece un espartaco de quedarse en lo conocido por miedo a lo desconocido, sino de los que se dice: donde no puedas amar, pasa de largo. Ea. Tiene buena estampa, hermosa lámina, y se le ve puesto, como midiendo la plaza para ponerse al tren en medio de la vía.
Es careto y más bien rebarbo de papada, con los ojos hacia llorones y un tono de piel entre retinto y ginebro, apretado de llaves y buen mozo, con mucha vela y con más veneno.
Viéndolo así, plantado y haciendo la caravana, sabiendo que es un profesional del coraje y mucho más mortal que los demás mortales, se encienden enseguida las preguntas sobre su destino: qué idea, qué imagen, qué grumo cerebral tiene de la vida y del mundo y de los otros, de la sociedad y de los socios, del amor y del dinero, de lo que se puede pedir a la vida y de lo que la vida le puede dar.
Tal vez en esa cabeza con la montera puesta hay sobre todo una sospecha a intervalos, con mucha oscuridad antes y mientras y durante y después. Un atisbo muy discontinuo de todo lo que le rodea, ea.
En el ruedo tiene que ser un marmolillo, bufador y codicioso, guapo de gesto y capaz de dar al toro lo que le pida sin agarrarse al olivo y sin dar el opio. Está en tiempo de echar todo el carbón en cada corrida, sosteniéndose en el centro y yendo a romper plaza.
Lleva atados los machos de la chaquetilla y unos alamares bonitos, con el clavelillo azul cielo. Si pudiera meterle al próximo toro un par de gallardetes sin bajarse al sótano y echando el remusguillo, tal vez estaría cerca de la fama, del triunfo, tocando el cadillac con la punta de los dedos.
Narciso de Alfonso
El Merodeador, IV
Narciso,
ResponderEliminarHace poco, estaba en España y he visto aquel torero de "casta" que describes.Eramos pocos para asistir a su faena...Claro que el traje no era "de color pavo", era sin "plata"...pero el animo, la valentía no le faltaban...Aunque la plaza era bastante reducida y el publico también, hizo los tercios debidos...(menos el de banderillas...por falta de espacio)...Si que era torero porque dijo "EA", toco la cabeza del toro.
No se "subo al olivo" y no tenia los "machos atados"...iba de paisano...pero era un torero de verdad...Es un amigo
Ah, don Bernard, y eso que no vio la faena completa. Ese es un torero de tronío. El día que tenga la vea -y estoy segura de que tendrá oportunidad- le va a dejar pasmao!!
EliminarEn una de éstas montamos una peña taurina, con don Nar incluido que él tambien ha tenido oportunidad de ver el despliegue de arte de ese torero
La Conchaparis
Jeeee... (¡estos belgas... a veces se merecen otro Duque...!)
ResponderEliminar.
ResponderEliminarCoño, Belga, eres un maestro del léxico taurino...
lo que siempre es un placer,
porque utiliza un español precioso,
con palabras muy inmediatas, me alegro de tu
afición, que no sé si las generaciones próximas
mantendrán.. 8-(
Mi respeto por la figura del torero es enorme,
hubiera querido ser banderillero,
como uno de los hermanos Machado,
pero no me llegaron los cojones
a la hora de decidir, cuando me fui a la plaza
y vi al morlaco, que era
más alto que una furgoneta... en fin,
espero que en otra vida pueda
ejercer mi vocación.
No perder la figura ante la muerte... wow...
creo que es una actitud
que no se da en ningún otro caso como
forma generalizada de
cultura o de tradición o de fiesta viva, olé y olé.
Un abrazo, Belga, ea.
Si fueras matador te podrías llamar... el Belga,
claro, cómo ibas a llamarte... el Niño de la Cuchara.
Narciso
.
Don Nar, se lo digo con todo el cariño, me parece que le falla a usted la vista. Calculo yo que el morlaco en cuestión debía llegarle a usted la rodilla... Como no clavara las banderillas con arco pues no se, no se...
EliminarLa Conchaparis
Juaaaa... este comentario de Narciso no tiene desperdicio. Vale más que muchas entradas... Muy bueno.
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