miércoles, 15 de diciembre de 2010

DORIS (Narciso de Alfonso)

SGS
¿Qué le estás pidiendo a la vida, Doris? Siempre le has pedido lo imposible, lo que nunca nunca te podrá dar, y lo sabes. ¿Por qué esperas el amor de un hombre que no existe? Baja a la realidad, por dios, aunque sea solamente un rato, no puedes pasarte el tiempo en ese mundo tuyo, que ya apesta a cuarto cerrado y podridos jazmines, no se puede ni respirar. La realidad, la realidad. Es sucia y triste y tremendamente aburrida, sí, Doris, en eso tienes razón, pero sólo la realidad puede poner el matasellos, sólo la realidad verifica y certifica y da el visto bueno, todo lo demás no existe, desengáñate.

Puedes seguir pidiendo a la vida lo imposible, pero sólo te devolverá amargura y romperá tus deseos una y otra vez. Descansa, Doris, descansa. El domingo por la mañana te levantas tarde; después un paseo por el parque, tu sola, si quieres, pero sin dejar que tu cabeza vuele, obligando a tus ojos a que miren lo evidente: el suelo húmedo, las flores cansadas, el anciano sentado en un banco leyendo el periódico, los pájaros absurdos y feos, los árboles que vivirán más que tú. Comes después con tus padres y escuchas lo que has oído mil veces, pero este domingo lo escuchas de verdad, por dios, por primera vez escuchas lo que digan como si fuera lo único que importa de la vida, sin dejar que tu imaginación vuele, aferrándote al arroz y al pollo con patatas y al mantel blanco y a la salud de la tía Reme, que está ya tan vieja, la pobre. Después tu padre se dormirá viendo la tele, y tu madre se pondrá a coser o a leer una revista, y en ese rato tan peligroso para ti no te escapes, por dios, haces un crucigrama o le preguntas a tu madre por sus plantas, y escuchas, escuchas con atención e interés cómo les va la vida al ficus, a la yuca y a la calatea, siempre las acechan tantos peligros de los que tu madre las defiende incansablemente.

Eso, eso es la realidad, Doris, hacerse responsable del bienestar de una planta, y preocuparse por ella, y cuidarla todos todos los días. Lo demás no existe, son quimeras, utopías, vanos deseos que nunca se cumplen o se rompen una y otra vez. Llamas después a Puri y a Tosca y quedas con ellas para merendar, y escuchas lo que has oído mil veces, pero este domingo lo escuchas con ganas de que te importe, como si nada más pasara en la vida, como si la delicada salud de Puri fuera lo único que vale la pena de la historia de la humanidad; como si los gatos de Tosca fueran todos los problemas del mundo, que además tal vez lo son. Cenas sola, si quieres, en tu casa, algo frugal, un yogur o un poco de queso, y después, de nuevo en unas horas muy peligrosas para ti, vuelves a agarrarte a la realidad con todas tus fuerzas, con uñas y dientes, aunque te cueste, planchas un rato, ordenas el armario, limpias la jaula del periquito, que falta le hace, lo que quieras, pero algo mínimo y concreto y práctico que mantenga bien atada tu imaginación, que la obligue a estarse quieta sin volar.

Eso es la vida, Doris, tienes que convencerte de que, casi todo el tiempo de casi todos los días, la vida es eso: las plantas de mamá, la delicada salud de Puri, los gatos de Tosca, la jaula del periquito. Primero eso, por favor, hazme caso. Después quizá llegarán más cosas, puede ser, pero el ficus de mamá, el asma de Puri, la gata persa de Tosca y la lechuga del periquito estarán siempre ahí, son algo seguro que no te ha de faltar nunca, que nunca te fallará.


Narciso de Alfonso
Cuescos

6 comentarios:

  1. Doris tiene una espalda deliciosa, lástima que la nuca (ese accidente en el mapa femenino, que demanda caricias) se esconda tras una banda roja.

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  2. Es un cuesco
    Efluvios de la vida no en prosa, prosaica.
    En prosa tal vez la aspiración fuera la del pielroja de Kafka, que toda ella fuera poesía.
    Doris,seguro que recibe caricias

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  3. Está bien el cuesco, lo dejan abierto a los sueños de Doris.

    isabel

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  4. Una mañana, no recuerdo la estación del año que era, estando abiertas las ventanas y balcones de casa, se refugió en ella un pajarillo, más concreto, un periquito verde.
    Durante unos días, la duda me persiguió, ¿Qué hago con este intruso, lo llevo a una pajarería o me lo quedo?.
    Mi inclinación natural era llevarlo con otros colegas suyos, pero me convencieron para que se quedara en casa. Así que ,sí, visité la pajarería pero para comprarle una jaula, un columpio, un espejito...
    Al comienzo de nuestra relación reinó la desconfianza. Costó un tiempo que se rindiera y fuéramos amigos.
    Muchas horas de compañia nos hicimos y muchas cosas nos contamos.
    Pasaron los años y enfermó. Nada se pudo hacer por él.
    A veces, pese al tiempo transcurrido, cuando me levanto medio dormida todavía voy a saludarlo, a decirle que es la hora de preparar el desayuno, de ....

    En esa casa, no espaldada, que vuelve a estar viva, también hay un pajarillo refugiado, se lo encontró una sobrina y lo llevó a ella. Al igual que el otro, ha tardado un tiempo en dar su confianza, pero ahora, cuando le subo la persiana de la habitación, le digo tonterias (para él, meros sonidos), él charrotea y canta.
    Puede ser una necedad pero esta necedad te hace sonreír, te alegra el momento.
    Ahí está él, unos rayos de luz, dos tonterias (las palabras emitidas) mientras le limpias y pones comidita en su jaula y lo tienes a su manera dándote las gracias.

    Las grandes cosas, y más si depende de los demás tal vez no estén, a veces o siempre, al alcance de nosotros, pero sí las pequeñas, las que solo dependen de nosotros.
    Si somos capaces de verlas y valorarlas, tal vez si alguna vez nos pasa alguna grande seamos capaces de reconocerla, verla, disfrutarla y mientras dure dar las gracias.

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  5. "cuando le subo la persiana de la habitación, le digo tonterias (para él, meros sonidos), él charrotea y canta."
    ¿Estas segura de que no etiende lo que le dices? ¿de que para él son meros sonidos? No lo aseguremos, creo que nos entienden. Quizá al revés, sea sí, nuestra incapacidad paa comprender el lenguaje de los pájaros.
    Han existido en el pasado gentes capaces de comprender el lenguaje de los pájaros, lenguaje esotérico reservado solo a los iniciados, como Ramón Lull y algunos trovadores.
    Hagamos un esfuerzo para aprender el "lenguaje de los pájaros".

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  6. Yo tenía una tía-abuela que era una maravillosa contadora de romances, de cuentos.
    Había dos que eran mis preferidos: " El Milagro de San Antonio" y el de "Delgadina".

    Los pájaros, su lenguaje, aquellos que lo comprenden y lo hablan y aquí está ese Antoñito al cual su padre le ha pedido que cuíde los sembrados. Les habla a los pájaros, a los cuales recoge en una habitación , etc.

    No voy a pensar que esto para algunos no pueda parecer una bobería, pero otros pensarán que el realismo mágico de Gabriel García Márquez de cuentos como éste o estos proviene.

    Las digestiones que hace el adulto de lo que tomo siendo niño, si luego es creador dará lugar a nuevas cosas y tal vez vuelvan a ser comprendidas por algunos que también escucharon cosas parecidas en su infancia.

    ... Ramón Lull, trovadores y unos cuantos más eslabones en la cadena y ¿realismo mágico? por ejemplo en novela.

    ¡Vaya! de un acto tan prosaico como limpiar y poner de comer a un pajarillo casi está saliendo un instante del pielroja de Kafka

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