domingo, 12 de diciembre de 2010

LA PATRIA (Antonio Envid)


SGS

Lo dijo Antonio Machado, que pasó su vida meditando sobre la naturaleza de las cosas y buscando rimas, y si en lo segundo no siempre fue afortunado, en lo primero llegó a sabias conclusiones: la patria es la infancia, el resto del tiempo vivimos desterrados.

También se ha dicho, que quien no ha tenido infancia está condenado a buscarla siempre. No sabemos como fue la infancia del caballero don Quijote, quizá no la tuvo, que es lo más probable, y naciera ya adulto, sobre la cincuentena, como lo pinta Cervantes, ello explicaría su especial visión de la dura realidad, su mantenerse en ese delicioso mundo infantil de sueños e ilusiones que lo protegen, transformando la vida en un mundo de aventuras y sorpresas, dejándole incólume todo daño. Don Quijote llega a la madurez con todas sus ilusiones intactas, por eso nos subyuga.

Admiro a quienes, habiendo superado la infancia y la madurez, con todos sus traumas y adversidades, guardan, como don Quijote, en su fondo una visión amable de las cosas y cierta confianza en los hombres y en el destino. Conozco a algunos y seguramente no pasará ninguno de ellos a las enciclopedias. Tedio que se ahorran.



Antonio Envid.

10 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con el concepto de Patria y con lo demás.
    Me imagino que entre los sueños de esas señoritas, Esperanza, estaría que el niño que todos llevamos dentro, nos acompañara hasta la muerte. Por el camino habríamos matado al adolescente impertinente, ese que algunos se empeñan que los acompañe toda su vida.(Confunden tocino con velocidad).

    Y, sí, también creo que parte de las personas que visitamos el blog, conservamos al niño.
    El niño, ese ser curioso, creativo, que juega, experimenta con todo, ya sean palabras, sonidos, ruidos, objetos...
    Nos dará distintas clases de adultos, los unos, serán creadores (en las ciencias o en las letras) y los otros por disfrutar con ellos serán su complemento...

    Escriba o no escriba un comentario, seguirá gustándome lo que escriba.

    En estos momentos estoy esperando (creo que sería más correcto decir, estamos esperando) que Vladimira se desamuerme (sea indiferente la persona con la que trate), y deje que en ciertos lugares su niño viva.

    isabel

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  2. Una de las primeras preguntas que te hacen psicólogos y psiquiatras cuando vas a la consulta es precisamente eso: háblame de tu infancia.

    Cuando les cuento que fue muy feliz respiran con alivio. Según ellos, es una buena mochila para andar por mi senda.

    Recientemente me sucede que vuelvo a ver a mis padres con los ojos de adoración y arrobo de mi niñez. Y no puede extrañar: mi madre es un ser radicalmente adorable, lleno de luz, tiene una sonrisa que ahuyenta todos los pensamientos oscuros.

    Aunque sé que la bondad es una virtud que se posee o no, yo trato de parecerme a ella en todo.

    Mi padre es un hombre bueno, quizás demasiado, la naturaleza y su lugar de nacimiento le han dotado de inteligencia natural, y de coherencia entre lo que dice y lo que hace.

    Muchas veces pienso que si me parezco a ellos mucha gente me tomará el pelo.

    Pero no me importa. Si cuando sea vieja me puedo mirar al espejo y saber que honré a quien me dió la vida. Me da igual ser una pringada para los demñas.

    Vladimira

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  3. Vladimirita,

    Te adelanto que has salido igualita a ellos -tus padres-

    Y nadie te tomará el pelo ni eres una pringada, salvo para algún imbécil que de todo hay en la viña del señó, ya sabes que hay gente pa tó. Y esos, ¿importan algbo?

    Fdo: Srta. Chica lista

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  4. En el comentario a 'El caso de "El contemplativo"' tengo o tenemos a Vladimira desamuermada y la Srta Chica Lista ya se me adelantó, sobre si era o no era una pringada.

    En esta sociedad nuestra, tan ¿...? creo que pocos por no decir casi ninguno se escapa a que otros lo consideren un pringadado . Hay demasiados tipos de ¿pringue?.

    Como hay gente para tó, no es malo quedarse con aquellos que nos ven con ¿buenos ojos?.

    isabel

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  5. Isabel describe perfectamente lo que yo considero conservar un resto de la niñez: conservar la curiosidad por el mundo, ser capaz de ilusionarse, creer todavía en el misterio de la vida y, sobre todo, mantener la confiaza en el ser humano aunque continuamente nos demos pruebas de que no se debe confiar demasiado en nosotros.

    En cuanto a Vladimira,dice que la bondad es una virtud que se posee o no, y tiene razón, porque la bondad emana de la verdera inteligencia y ésta se tiene o no. Las personas verdaderamente inteligentes que he conocido eran bondadosas. Tengo que aclarar que no entiendo por bondad algo mirífico, heróico (eso será santidad) sino algo más sencillo (desde luego nada de poner la otra mejilla) no hacer daño gratuito. Todos nos hemos visto obligados a hacer daño por necesidad, no nos culpemos demasiado, seamos bondadosos pirmero con nostros mismos.
    La inteligencia/bondad es además rentable a la larga. Pondré un ejemplo: acabo de enterarme de que un guardiacivil ha prestado el calor de su cuerpo a un negrito nacido en una patera y ha logrado que sobreviviera. Puedo afirmar que con su gesto ha hecho más por el prestigio de la Guardia Civil que cien desfiles bullangueros.

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  6. Suscribo literalmente el concepto de bondad de Antonio, letra por letra, palabra por palabra.
    Los tontos siempre meten el dedo en el ojo ajeno, nunca se equivocan y se lo meten en el propio.
    El inteligente valora el alcance de sus actos y en esa valoración está el hacer el menos daño posible, cuestión -digamos- "ética" que el tonto ni se plantea.

    Cuando un listo agrede es porque se ha equivocado o porque no le ha quedado otro remedio que la agresión.

    El tonto agrede gratuitamente.

    Quizá pueda parecer un concepto práctico de la bondad, y lo sea, pero -también- en la práctica conlleva muchas más acciones buenas que malas, muchas más caricias que agresiones.

    Y, por supuesto, Vladimira es una mujer inteligente.

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  7. Habéis conseguido que me entre un hambre atroz. Os confieso que cuando algo me da mucha vergûenza,y vuestras palabras hacia mí me la dan, me entera un hambre canina, de perro callejero, vamos.

    Muchas gracias por vuestro cariño. Me voy a por un pincho de una tortilla de patata gorda gorda que hacen en el bar de al lado. creo que le llaman tortilla vasca. y como hoy es un gran día, pediré una copita de algún Rioja que tengan abierto, o por qué no, en vuestro honor un Somontano (Marboré es el que tiene abierto los lunes) o uno de Cariñena.

    Vladimira

    PD: os garantizo que mis padres me superan de largo.

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  8. Coincido con su concepto de bondad, ya que es el de los ¿clásicos?, y lo identifico también con belleza como hacían ellos.

    Con Vladimira, en que no es mal vinico ese Somontano ,Marboré, o que también hay muy buenos Cariñenas con los que poder brindar. No hacen falta en muchas ocasiones Riojas, Riberas del Duero, Burdeos... para brindar con un vino bueno

    ¡Bon appetit!

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  9. Una vez le preguntaron a Salvador Espriu qué valoraba más en las personas la bondad o la inteligencia. Él contestó sopesando la respuesta, que si tenía que elegir elegiría la bondad; pero que claro las personas muy, muy inteligentes en su forma personal de entender la inteligencia (leer dentro) en el sentido etimológico de la palabra llevan ya implícita la bondad.

    María Jesús Mayoral.

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