Miss Brenda puede retrotraernos a
la infancia más o menos temprana o tardía, y quizá con más facilidad a las
fantasías de la infancia que a la cruda realidad de la escuela, por donde
seguramente nunca pasó ninguna maestra que tuviese algo en común con Miss
Brenda.
Hay muchos detalles reconfortantes
para un sencillo merodeador en esta escena de la ventanita; la manzana en la
esquina de la mesa no es el menor de ellos y la despintada bola del mundo, con
esos colores irrepetibles es, quizá, otro.
En relación con Miss Brenda,
apenas ningún detalle de la cintura para abajo tiene desperdicio: las medias con
esa cadena de ojales en el lugar de la costura; las ligas bien puestas,
apretadas, tirantes, dividiendo el muslo altísimo en dos campos de juego, con
esa crueldad del negro cortando el blanco; el florero central de las enaguas o
de las bragas, con sus ondulaciones de adorno apretadas entre la falda y los
muslos; los zapatos de taconazo con la brida tobillera; ese alzarse general de
Miss Brenda para alcanzar la última esquina en un desequilibrio inestable que
añade tres centímetros más de espléndido muslo al regalo de su enorme
gesto.
‘Señorita Anderson, para usted,
para aquellas piernas doradas, para aquel ceceo que todavía hoy, cincuenta años
después, me hacen escribir historias de amor’- escribió el poeta.
El merodeador
Narciso,
ResponderEliminarTambien, me entran unas ganas de volver a la escuela...yo que nunca entendi de fisica, Miss Brenda, me parece idonea para discubrir la revolucion de Newton : ahi esta la manzana,la bola del mundo...se puede comprobar la ley de attraccion universal y particular...por favor deme la direccion de su escuela, aunque sea privada "cueste lo que cueste y me cueste", como dijo un gran politico español...Como no soy poeta no podre esperar 50 años...Gracias de tomarlo en cuenta !
un saludo de Belgica
Bernardo el belga
Carta a Miss Brenda
ResponderEliminarLa conozco solo porque un merodeador me ha traído su foto.
Veo que es una maestra: todo lo indica….El mapamundi, las formulas de la pizarra, la manzana: todo revela su oficio.
Usted es una científica.
No en su oficio de enseñanza, sino en sus investigaciones…Solo hay que ver el borrador en su mano izquierda, los papeles en la papelera y su alzamiento del brazo derecho para apurar el espacio disponible…su mano no puede seguir la rapidez de su pensamiento…No le importa su postura : hay que llegar al final de la demostración…
Este gesto lo rompe todo : la faldita se sube , se revela la otra cara de su personalidad, de su cuerpo…Me olvido de la ciencia, me quedo hipnotizado por sus nalgas, las costuras aparentes de sus medias que, por una proyección geométrica confluyen en su cabeza : no se si usted es cuerpo o cerebro, estoy trastornado…
Entonces, hago como siempre: echo mi zapatilla al merodeador.
Aquí tiene su devoto.
Bernardo el Belga
Querido Bernardo: cada vez más me asombra -positivamente, claro- su dominio del español: el término "borrador" yo casi lo había olvidado ya, por ejemplo. Y emplear la palabra "nalgas" en este contexto es de una esquisitez que sólo gente como usted pueden permitirse.
EliminarGracias por sus comentarios -como siempre- y un abrazo muy fuerte desde aquí.