LA PRIMERA CARTA DE DALMIRO CAMUÑAS A SU NOVIA NATI PALOMARES

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Hola Nati, cómo estás. Yo muy preocupado por lo de allí afuera. Ayer, cuando Vicente, el compañero valenciano del que muchas veces te he hablado, salía tan contento del gimnasio, una llamada de su madre le amargó la sauna: Joselito, su hermano, se ha quedado sin curro. Pobre Vicente, cómo estaría que ni siquiera acudió a la sesión de Risoterapia de los jueves. Y luego en la piscina sin parar de llorar: de mis ahorros –gemía-, voy a tener que echar mano de mis ahorros para ayudarles. Hombre, Vicente, le dije, es dinero, sólo dinero, aquí vivimos como reyes. Bueno, pues no veas cómo se puso: y el futuro, idiota, nuestro futuro… ¿o piensas que vamos a estar aquí toda la vida?, ¡y una mierda!, en cuanto puedan se nos cepillan y otra vez a la jungla. Tiene razón, nos engañamos constantemente pensando que este paraíso será eterno y eso es un error. En fin, luego ya, en el cine, todos felices (nos pusieron ‘Nine’, no te la pierdas cuando la estrenen por allí), y esta mañana me ha dicho que ha dormido como un angelito. Yo también, la verdad. Además, en el desayuno, había uno nuevo y ¿a que no sabes quién es? ¡Chachán!: Irsicinio Cazolet. El senador. Como lo oyes. También él ha caído (esto se deteriora por momentos). Tipo listo: de mil millones nada, nos ha dicho, que eso es sólo la punta del iceberg. Y no veas el choteo que se ha llevado con Rafa, el de Linares, al enterarse de que está aquí sólo por conducir a toda mecha. Pobre Rafa, qué cara pringaíllo se le ha puesto... La misma que a todos viendo a Cazolet paseando tan ricamente por el patio. Qué poder de acomodo el de esta gente. Fíjate que sólo ha echado en falta alguna pista más de squash. Quitado eso todo le ha parecido perfecto: cómo no, si él mismo participó activamente en la construcción de este complejo (bueno, más que ‘activa’, se reía, participé “pasivamente”, el cazo, ya sabéis). Claro, por eso se aseguraron de que no faltara de nada aquí, porque todo estaba pensado para cuando los cogieran a ellos. Lo malo, dice, es que estos macro-establecimientos se están quedando pequeños. Sí, lamenta Rafa, como que ahora todos quieren venir aquí. Especialmente los políticos, añade Vicente. Menuda putada, lo ocuparán todo y nos echarán. Y si no lo consiguen, peor, aquí ya no cabrá un alma. Debimos haber previsto un ‘desarrollo sostenible’ también para esto, se lamenta Cazolet, pero eso de la “sostenibilidad” no se llevaba entonces. Buen futuro les espera a los de afuera, sigue, fijaros que ahora Sarkozy hasta pretende castigar las descargas ilegales de internet con desconexiones forzosas, pero –además- pagando, como si siguieras conectado… Jódete. Rafa y Vicente, tan enganchados a la red como están, alucinan. Pero: tranquis, aquí adentro nunca pasará eso.

Nati: qué bien he hecho en plantearme la renuncia gradual a las libertades, lujos y comodidades de aquí por si -Dios no lo quiera- llega el fatal trance de la partida. Y comenzar estas cartas desde mi celda en sustitución del chat, ha sido sin duda la medida más dura pero también la mejor para afrontar el feroz contraste que podría esperarme si al final consiguen arrancarme de aquí.

Bueno, acabo. En la biblioteca tengo ya el ‘Método de transporte de Fagot’ de Renato Giampieri que encargué y no quiero perderme la clase de Papiroflexia.

Cuídate, y hazme caso: mete el vidrio en el contenedor de cartones y verás qué pronto estamos juntos. Ah, y dile al de la barricada que hable menos y haga lo mismo, que no sea tonto. Porque yo, si puedo, jamás saldré de aquí. Los presos sois vosotros, díselo.

Tuyo siempre, Dalmiro.

Servando Gotor

El Comarcal 01/05/09