Qué maravilla, qué bien. Como son pocas las leyes que tenemos (ley = prohibición o privilegio, lo que viene a ser lo mismo), los gobiernos, a través de sus adláteres, llámense oENEgés o más bien oSÍegés, siempre subvencionadas (¿pero a quíén coño engañan: que alguien subvencionáo por el sistema vaya contra el sistema?, ¡A TODOS!... silance), eso: llámensé oenegés, prensa subvencionada, sindicatos y patronales, totos, totos, totos subvensionaitos, lanzan estos "diítas de la no tal o la no cual", o lo que es lo mismo un nuevo día para una nueva intolerancia, halá: como cosa güena. Qué bien, qué maravilla. A ver, a ver cómo va el patio, para de inmediato, ¡zas! nueva ley sobre el asunto y multa al canto. Qué bien, qué gonito.
Y luego los sinvergüenzas de los telediarios (suvensionaítos, tamén) entrevistan a quien va en un automóvil y practicamente le escupen: ¡por dios, cómo se le ocurre, ir en coche en un día como hoy! O al que va en bici y dice que muy bien, que ya vale, que lo verde es mucho verde y que se acaben tós coches y tós piatones..., ¡Hala!
Qué maravilla, si somos más tontos no respiramos.
Y llego yo, imbécil de mí, y también me lo creo. Me creo que ya tenemos bastantes coches con iva, bastantes carburantes con bastantes impuestos especiales, bastantes impuestos locales para NO circular por calles peatonales, bastantes imposiciones para que cada día sea un día de una prohibición más, de una nueva intolerancia (¡SÍ. INTOLERANCIA CERO!, por favor, a ver si sabemos leer), disfrazada de bonito. Coches NO, impuestos locales de circulación, SÍ. ¡Tariámos güenos: que er consejá de turno no tuviera pa la coca, hombre, pol dios! Sí, el mihsmito que lansa l'slogan: día de tal, día de cual y te llama atí ¡sinvergüensa y cachio cabrón!
No, en este país... sorry, no en este país, no: en este puto MUNDO no hay más ignorantes porque no se ve más la tele, como hay que vel-la.
Usted cómprese un cochesito, que vale dos duros. Pero luego no pretenda (¡por Dios!) circular con él, por las calles peatonales; por los cinturones de veinte carriles por sentío a menos de sincuenta por hora, por las calles no peatonales a menos de treinta, por las autopistas de pe-a-je a menos de ciento veinte... ¡Pero qué se ha creído!
Ay, qué alegría... Quíalegría la prensa: "Más de 600 ciudades españolas celebran hoy el Día Europeo sin Coches". Olé, qué chulos y qué imbéciles tós. ¿Y mañana, mañana... qué DÍA nos aguarda? ¿el día sin móvil? Yo propongo no el día del imbécil porque o lo celEbraríamos tós o no lo celebraríamos nadie (depende'l'enfoque). O el día sin televisión. O el día sin fúrgol... A no, eso, no: el circo seguro, el pan no tanto. Y como tó esto es'imposible, puestos a poner propongo LA SEMANA SINSIN: sin sinvergüensas: banqueristas, polítiquistas, sindicalistas, patronalistas, oenegeistas, perroflautistas y cejistas, ¡Hala! ¡A tomal pol saco! Un día pa cada uno. Y así totos, totos, totos mucho contentos. Y el que se pique, ajos coma. Y no confundan, ¿eh? que no es lo mismo ser de un sindicato que ser sindicalista, ¿lo coje?
Aurreboire monamí... Hypocrite lecteur, — mon semblable, — mon frère!, que tampoco yo he cogido hoy la vuatir.
Truhán
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