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Somos manos que atraviesan cuerpos
que los hacen sucumbir
manos que acarician
introduciéndose en tu abismo
que se marchan ante el escepticismo
a su convencimiento
Manos que dibujan en el aire una brisa
cálida, que acompaña
y el viento se marcha con los árboles
traicionado
Manos ensangrentadas que se desdibujan
en los márgenes exteriores de la confianza mutua
manos que caminan no pudiendo dar forma
a nada más que a su propio camino
Manos en la lengua
en el vientre
en el corazón
somos manos con guante de metal
manos que erizan de miedo
de placer, de rabia
manos que se quiebran
que tuercen el discurrir
que alivian el sentir
Manos que te viven apartando el humo
que alejan a nuestros hijos de nosotros
que dan golpes en tiempo futuro
manos que se entrecruzan, que vinculan
que tocan melodías eternas, en la piel
en el espacio, resonando como ecos interminables
Manos que dibujan letras en el aire, en silencio
abanicando el lenguaje de los sordos
Dos manos zurdas, dos diestras, dos centradas
manos sin prejuicios sobre el lado en que se encuentran
manos desnudas, a su vez, desnudando
Manos que acogen la vida obligadas
que sólo rozan objetos fríos
manos que esconden tu cara
que acompañan el dolor
que dibujan un suspiro de amor
somos manos
Ángel Ferrer
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ResponderEliminar.
Ángel: ya hemos hablado algo de este poema, ahora que lo releo –ya me has dicho que lo has escrito de un tirón, sin revisar ni cambiar nada- me planteo: en el segundo párrafo: el verso ‘y el viento se marcha con los árboles/traicionado’ es un buen hallazgo, pero el resto del párrafo: ‘manos que dibujan en el aire una brisa cálida’: no puedo hacerme una imagen de eso, ‘dibujar en el aire una brisa’. Lo mismo con las manos que ahora ‘se desdibujan/en los márgenes exteriores de a confianza mutua’ –caray, a ver: ‘confianza mutua’, que tiene ‘unos márgenes exteriores’ en los cuales ‘se desdibujan unas manos ensangrentadas’ –no puedo hacerlo imagen -imaginarlo- ni separándolo en partes.
Me quedo aquí; en el resto de párrafos la separación entre versos que sí y que no es mucho más complicada.
Ya te he dicho que me parece un buen poema –sobre todo considerando que no está trabajado ni, sobre todo, revisado-, con muchos buenos hallazgos. También, naturalmente, hay mucha palabra sobrante, innecesaria, pero, en conjunto, lo salvaría –que no es poco-.
En los dos últimos párrafos, las manos vuelven a dibujar.
No sé que idea tienes de la poesía y su función: para mí, es –por decirlo de algún modo- un instrumento de investigación (¿?) tanto del lenguaje como de la realidad que nombra. No justifico los versos que no se comprenden, que no aportan algo a la emoción o al conocimiento (incluyendo los sentidos): por ejemplo: ‘en silencio/abanicando el lenguaje de los sordos’, parece incomprensible, pero dice algo: no sé qué dice, pero la comunicación de los sordos es manual y abanica el aire: aparece la realidad: a mí ya me vale.
También me sirve, aunque no se comprenda, la sorpresa verbal, no sólo metafórica, sino, por ejemplo: ‘dos manos zurdas, dos diestras, dos centradas’: nos sale una magnífica persona con 6 manos, de dos en dos: sorpresa bonita.
Creo que ya me detengo, gracias por compartirlo.
Narciso
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La brisa cálida son unas palabras bonitas...y nada más. Un canto de sirena. En cuanto a las manos que se desdibujan en los márgenes de la confianza mutua es relativo a la masacre de Boston. Son personas al margen de la sociedad psicológiamente y son focos de atención estúpidos.
ResponderEliminarSi hace falta...sigo.
De todas formas, hacer poesía de lo dinámico solamente me parece un bouquet difícil de conseguir, creo que hay que estar muy lleno de vida, de realidad para hacerlo, para no nombrarla, para tallar con cuidado sus márgenes.
Gracias por el comentario. No me dio pereza trabajar el poema, preferí que fuese...más líquido derramado.
Se echan de menos los balcones, para revisar algunos puntos, pero creo que lo esencial lo tengo claro.
Una abrazo, a los dos.
Ángel