Villamayor de Gállego, 3 de mayo de 2010
En esta trasnochada se deja sentir la polémica que ha levantado el velo. Una polémica que lanzan sistemáticamente los medios de comunicación para remover, para caldear, para discrepar, para atizar, para crear tensión: el caso es dividir al precio que sea.
Creo conocer algo de Oriente Medio, del Magreb y Turquía. Bueno, Oriente Medio ha pasado a llamarse Oriente Próximo o Cercano Oriente, una nueva tontada que se han inventado los neo-modernos para hacerse más modernos. Cuando digo conocer quiero decir que he viajado a Líbano, Siria, Yemen, Jordania, Marruecos, Túnez y Turquía. Y no me estoy refiriendo precisamente a esos cómodos viajes programados con desplazamiento en pulman y hoteles de cuatro o cinco estrellas; sino a estancias utilizando el transporte público, única forma de tomar contacto con el factor humano.
En España se opina sin conocimiento, así, como suena; se opina de oído, por lo que dicen otros: hablan por hablar y encima les pagan. Yo puedo hablar desde mi experiencia personal, de lo que he vivido. He visitado mezquitas en Líbano sin velo y en camiseta de tirantes, autorizada por el imán y nadie me ha echado ni de una mezquita ni de un lugar público por no llevar velo, tampoco por ser extranjera. El velo y la vestimenta en los países islámicos es algo muy relativo, no siempre es obligado su uso; depende del imán de la mezquita, depende del grado de occidentalización o islamización (según se mire) del país, incluso de la región. Porque no todo el país obedece a la misma norma o tradición. Por ejemplo, si nos adentramos en Konia (Turquía profunda) o en Kairouran (Túnez profundo), la islamización es mayor y por tanto impera la tradición. Y la tradición consiste en ir algo más tapada, que no quiero decir ir envuelta en capas y sayas; sino más bien en no mostrar más carne de la necesaria.
Llevar velo no significa sometimiento como nos están recalcando algunos periodistas que van de enteradillos. Actualmente hay mujeres que se ven más favorecidas con el pañuelo y optan por él, en ese caso deberíamos hablar de moda. En algunos países es frecuente ver a jóvenes universitarias en vaqueros, con camisetas bien ajustadas y con la cabeza cubierta. Estoy hablando de Marruecos, Túnez, Jordania, Líbano y Turquía.
En el caso de Yemen debemos remontarnos a la edad media. Allí las mujeres van cubiertas con el velo o bien con un pañuelo, no es costumbre mostrar el pelo. Puestos ya, a no sacar las cosas de quicio, los hombres tampoco muestran el pelo, por lo general llevan la cabeza envuelta con un turbante. Yo recorrí Yemen a cabeza descubierta sin mayor problema. Los yemeníes, conscientes del retraso de su país, al finalizar el viaje nos dieron las gracias por haber sido respetuosos con sus usos y costumbres. Este detalle nos llegó al alma.
Otro capítulo se merece Siria, donde las mujeres parecen cofrades de La Dolorosa; van tapadas, cubiertas, veladas y de negro riguroso. El papel de la mujer siria es muy limitado. Por lo que a mí respecta tampoco tuve mayor problema a la hora de moverme por el país a testa descubierta. Eso sí, en la mezquita hay que ir tapada, bien tapada y descalza.
El tema mezquitas y mujeres habría que explicarlo país a país. En algunos países las mujeres no van a las mezquitas, en otros asisten pero tienen espacios reservados. En algunos países dejan entrar a los extranjeros/as a los lugares sagrados y en otros sólo puedes verlos desde el umbral. En fin, que todo varía y no se puede generalizar.
Pero todavía caben más consideraciones al margen. No es lo mismo una mujer perteneciente a la clase alta que a la clase baja. No es lo mismo hablar de Túnez que de Arabia Saudí. El último Sha de Irán, a golpe de decretazo, ordenó a las mujeres de su país vestir al estilo occidental y quitarse el velo; las más maduras y ancianas acogieron esta medida con gran disgusto, decían sentirse desnudas.
No puedo ni quiero tomar partido en esto del velo en las escuelas. Pero sí quiero aportar algo de mi cosecha. ¿Qué calificativo podemos ponernos los españoles a lo siguiente? Quitamos el crucifijo (símbolo de nuestra civilización) de las escuelas para que los practicantes de otras religiones no se sientan mal, vamos, para que se estén más cómodos y a cambio aceptamos velos y pañuelos de otras civilizaciones. ¿Esto tiene alguna lógica? ¿Algún sentido?
Nota.- He preferido hablar de velo, pañuelo y turbante porque es la forma mejor de entenderse.
Foto.- Servidora visitando la mezquita de Damasco.
Yo no soy tan conocedora de la cultura y tradiciones de Oriente Medio. me da la sensación de que en algunos paises las mujeres tienen que llevar los ropajes en cuestión por obligación.
ResponderEliminarAquí en España, me cuesta creer que una señora quiera llevar un burka que casi no le deja ver.
sin embargo no me cuesta creer en cambio que otras quieran llevar su pañuelo cubriéndole el pelo,me atrevo a decir que a algunas les gusta lucirlo por cuestiones ajenas a las tradiciones de su país de origen -o de origen de sus familias- como por ejemplo que les siente bien o que las hace singulares.
habrá quien lo lleve por obligación y eso no es bueno.
Mi humilde opinión es que deberían dejar que las que quieran lleven el pañuelo -el burka es otra historia-,y que los colegios que quieran dejen el crucifijo.
No nos damos cuenta de que esta mezcla física de elementos de culturas y de religiones nos enriquecería, nos ayudaría a reflexionar y a respetar al que no opina lo mismo que nosotros. Quizás tenemos que ir creando nuestro propio modelo de convivencia.
Que dejen que los alumnos y los centros educativos se adornen con lo que les de la gana, cuantas más cosas mejor.
Vladimira
No me gusta extenderme en mi Trasnochada, procuro ser lo más precisa posible. Pero al hilo de tu comentario quiero recordar, que las mujeres en España, hasta no hace mucho, se cubrían la cabeza con pañuelos negros por edad, por lutos, por promesas... Yo puedo dar fe de ello, pues recuerdo haber visto a mi abuela con el pañuelo y de luto riguroso. Esto no era una obligación sino una costumbre en señal de duelo. Costumbre más arraigada en los pueblos que en las ciudades.
ResponderEliminarHago este comentario a modo de comparación para hacernos una idea sobre las costumbres de otros países, costumbres que no imposiciones.
Y estoy completamente de acuerdo contigo en que hay que aprender a convivir con todas las culturas y religiones. ¿Pero somos tolerantes los españoles?
Un saludo y gracias por tu comentario.
María Jesús