Esto de la economía parece que está cada vez más jodido. Hace cuatro días, éramos la quinta potencia económica y hasta los americanos nos tomaban como ejemplo y hoy estamos más arruinados que la ermita de mi pueblo. Lo de los americanos, ya lo digo yo: desde aquello del Maine nos tienen envidia cochina; a pesar de sus muchos esfuerzos, nunca logran parecer tan patéticos como nosotros. Para qué leeré los periódicos. A partir de ahora, sólo el Marca. Con esto, tirar el móvil y pasarme una vez por semana el vídeo de Clerks (en versión original, of course, pues afortunadamente no entiendo ni una palabra en inglés) puedo llegar a atisbar el paraíso. A ver si con todo esto contribuyo a elevar el nivel de frikismo en nuestro país, que como todo es mediocre. Así nos va.
Pero, bueno, qué tenemos aquí: una mosca madrugadora, anunciando el verano. ¿Por donde habrá entrado? Éste es un ser verdaderamente extraordinario. Qué capacidad de adaptarse al medio. Su amor por la basura es para tomar ejemplo. Cuatro mil millones de moscas no pueden estar equivocadas. Observa con atención, qué máquina más eficaz, con esas alas de precioso y delicado celofán, su elegante chalequito amarillo a rayas negras y un calzón amarillento, todo un conjunto de desvaído y delicado color (1) –más elegante que los manguicortos trajes de Camps, ¡dónde va a parar!, y más baratos- y sus gráciles patitas, un prodigio de ingeniería, que les permiten andar boca abajo, boca arriba, por paredes verticales, sólo superadas por los funambulismos de alguno de nuestros políticos.
Pero, quizá, yo creo que la observo y en realidad soy yo el observado. Dicen que tienen unos ojos compuestos por miles de ocelos, de modo que me ve descompuesto en múltiples planos, desestructurado, más desestructurado, incluso, que las ensaladas del Ferran Adrià. Eso si que es poder observador. Ver mi poliédrica realidad. Yo, de quien, con mucho esfuerzo, apenas pueden sacarse un par de facetas y este ser ha sido capaz de descomponerme en miles de ellas. Esta impertinencia es intolerable. Ahora comprobarás el poder de la prensa. ¡Zas! Ya ves la utilidad de los periódicos. Te has quedado más tiesa que una llave. Resueltos todos los enigmas de la Naturaleza…
A. Envid
(1) Los de la RAE podrían mirarse menos el ombligo y observar más a las vulgares y simpáticas moscas domésticas, pues dicen en su diccionario que son negras y que tienen uñas.
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ResponderEliminarBien, bueno que no sean negras con uñas, pero no les
veo tampoco un chalequito amarillo con calzones
amarillentos: las de mi pueblo son pardas como los
gorriones, se bañan también en el polvo como
ellos,parece que se ponen rimel antes de volar -a
veces como que quieren arrancarse la cabeza con
las patas- y , por fin, la absurda costumbre
de querer atravesar un cristal sin rendirse a la
contundente evidencia de que no, de que no.
Gracias por el artículo,
Narciso
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Estimado Narciso, tus moscas son de pueblo, es natural que vayan de "pardo". De las que yo hablo son de capital, muy cosmopolitas, incluso pijas (alguna he visto con bolso y zapatos a juego de Vuitton). siguen fielmente las tendencias de la moda, o sea, que unas temporadas van de negroamarillento (que puede alcanzar tonalidades cafe con leche para actos matutinos), otras se imponen los tonos aceradoazulados y estoy impaciente por ver que colorores se van a llevar esta temporada, seguramente los crisismorados. Te agradezco tus puntualizaciones, como ves, lo importante son los matices.
ResponderEliminarPues yo estoy con los dos.
ResponderEliminarA mi alrededor veo cientos de moscas, y moscones de esas que habla don Envid, muy fashion ellas y con actitud de nuevos ricos. Las veo a montón.
Pero tambien conozco esas que menta don Narciso. Esas son entrañables... y mas escasas. Las de don Envid son mas abundantes y me las encuentro a diario. Claro que no se atreven a acercarse porque estoy con el matamoscas a punto de disparar... y no dudan de que les daré como se me pongan a tiro.
Hay otro tipo de moscas, al menos hay una -una mosca de este tipo- de la que dejo constancia para que este estudio esté mas completo. Se trata de esa mosca enooooorme que aparece todas las primaveras en mi casa. Bueno, no quiero contar mi pelea con ella pero sépanse ustedes que es de las pocas cosas que me pone de los nervios.
La Conchaparis
Tais como una chota.
ResponderEliminarUna que pasaba por ahí.
A mí lo que más me ha gustado ha sido el final: el poder de aplastamiento de la prensa que deja a la pobre mosca más tiesa que una llave.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarEstimado, apreciado Antonio: me veo obligado
a acudir a la autoridad correspondiente...
A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales,
diré algún día vuestros nacimientos latentes:
A, negro corsé velludo de las moscas brillantes
que zumban alrededor de hedores crueles,
golfos de sombra;...
A partir de aquí, lo que diga la rae y muchos
muchos otros poetas o no poetas (que no todos)
me trae sin cuidadito.
Estoy bromeando, es por meter un poco de marcha
al asunto.
Un saludo (cordial)
Narciso
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Un bote de "Raid" mata moscas y mosquitos.
ResponderEliminarUn aparato electrónico con luz LED (seguros, eficaces y fáciles de usar)
Escuchar a Serrat: Las Moscas
Leer a Golding en "El Señor de las moscas"
Son más sugerencias para las noches