Cada día acudí a la puerta semioscura,
………..asediada por un feroz mundo hambriento.
.………Lleno de horas y de días asesinos de tiempo.
…………………………………………………Un mundo caníbal.
Pegué el oído, quise escuchar el eco de su voz almohadillada y ultratúmbica.
El canto que me convierte en un demonio de carne podrida.
Mi intención era preguntarle por qué.
……Pero mi repugnante respeto fue un yunque de oro macizo.
………………………………………………Centrípeta destrucción.
………………………………………………Centrífuga de su presencia.
……Huracán abominable que avanza impasible hacia los mortales.
Alcancé a ver su imagen sintética e inanimada, asediada por el marco
..…………………………………………………………….del presente.
Dimensiones no convergentes, quemadas, muy frágiles como para evitar la nada.
Algo velaba su mirada.
……………….¿de dónde había salido ese papel secante de sus gestos?
Cuando estaba a un solo paso de su cara, sentí que no me veía.
……………………………Su mirada seguía quemando la nada.
……………………………Huí del fuego que inmolaría mis recuerdos
……………………………No quise purificar mi sangre
…………………………Nunca volvería.
……………………………………………………………..Nunca estuve.
sin título
5 de mayo de 2010
Balconcillos
Ay, tanto blablabla y cuando hay una entrada de buena poesía... nadie dice nada... ¿Hasta dónde podemos ser capaces de llegar?
ResponderEliminarVladimira: enhorabuena por tus sentimientos y cómo los expresas.
Mariano José.
Leer esta poesía ha sido como tener una visión de la Laguna Estigia. La verdad es que no sabría decir por qué.
ResponderEliminarVladimira, tu poesía me hace ver las cosas desde otro ángulo y la visión es bellísima, aunque a veces resulte demoledora, las imágenes son bellísimas. Gracias.
María Jesús Mayoral