lunes, 14 de enero de 2013

SERAFITA, LA NOVELA MÍSTICA DE BALZAC EN LA VERSIÓN DE NARCISO DE ALFONSO

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Lecturas hispánicas edita la novela mística de Balzac en una traducción exclusiva de Narciso de Alfonso, en versión digital y en libro de bolsillo (tapa blanda).





De las noventa y cinco obras que componen la monumental "Comedia humana" de Balzac (1799-1850),  Serafita (1835),  encuadrada en el apartado  de los "Estudios filosóficos", constituye sin lugar a dudas la novela mística por antonomasia.

Precisamente Honoré de Balzac que, con su magna obra se proponía, entre otras cosas, retratar la Francia de la Restauración borbónica creando así un mundo paralelo al real (todo un registro civil que reflejara exhaustivamente los tipos, clases, costumbres y paisajes de la época), fue tildado por ello de excesivamente realista, cuando no incluso de sensualista.  En el fondo de todas sus narraciones, sin embargo, late una espiritualidad que alcanza el misticismo con la obra que aquí presentamos.

Pero nadie mejor que el propio autor para defenderse —si es que por ello habría de hacerlo— de semejante suerte de acusación —si es que de acusación se trata— en un párrafo de la breve introducción que él mismo hace a su "Comedia humana":

Al referir tal cantidad de hechos y pintarlos tal y como son, con la pasión por elemento, muchos han pensado, erróneamente, que pertenecía yo a la escuela sensual o materialista, dos caras de un mismo fenómeno: el panteísmo.  Pero andan muy equivocados. No comparto la creencia en el progreso ilimitado de la Sociedad.  Creo en el progreso del hombre. Y se equivocan por tanto quienes ven en mí la intención de tratar al ser humano como a una criatura finita.   Serafita, la doctrina de Buda en versión cristiana, me parece la respuesta más acertada a esta acusación, tan superficialmente difundida.

Es Serafita el poema de la transformación que todo ser humano con ansias de plenitud es capaz de alcanzar hasta convertirse en un verdadero ser celestial de aquellos que con tanta naturalidad describió Swedenborg, quien por cierto, según la propia novela, se manifestó en Jarvis el día que nació Serafita...  O Serafitus, según el género gramatical que le otorguemos, porque en definitiva se trata de un ser inmortal y, por tanto, asexuado; es decir: carente de la necesidad de reproducirse para salvar —al menos— su especie.

Contiene esta novela un lirismo tan elevado que sólo un buen poeta, y Narciso de Alfonso lo es, es capaz de trasladarla a nuestro idioma con toda su fuerza y frescura, de forma que podamos disfrutarla en su enorme magnitud.










SERAFITA



"La infancia de esta criatura predestinada siempre estuvo acompañada de extraños fenómenos en nuestro clima. Durante nueve años, nuestros inviernos fueron más suaves y nuestros veranos más largos que de costumbre. Este fenómeno provocó muchas discusiones entre los sabios; pero si sus explicaciones bastaron a los académicos, hicieron sonreír al barón cuando se las comuniqué.

"A Serafita nunca se la vio desnuda como están a veces los niños; nunca fue tocada ni por un hombre ni por una mujer; vivió virgen en el seno de su madre y nunca gritó. El viejo David os lo puede confirmar si le preguntáis por su señora, por la que, además, sentía una adoración similar a la que tenía por el Arca de la Alianza el rey cuyo nombre lleva.

"Desde los nueve años, la niña comenzó a introducirse en estado de oración: la oración es su vida; la habéis visto en nuestra iglesia, en Navidad, único día en que ella viene; está separada de otros cristianos por un espacio considerable. Si este espacio entre ella y los hombres no existe, sufre. Por eso se queda la mayor parte del tiempo en el castillo.

"Los acontecimientos de su vida, por otra parte, son desconocidos ya que apenas se deja ver...


Honoré de Balzac



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