Corría 1970. Mi menda, 15 añitos, adolescente inquieto, currante en la oficina de una inmobiliaria, ignorante de lo que pasaba en mi país, y de la lucha que libraba la izquierda en la clandestinidad. España estaba cambiando, y yo también: ya había cambiado los tebeos por La Codorniz: “La revista más audaz para el lector más inteligente”, quizá fuese ese el reclamo que consiguió que gastara unas pesetas en una publicación de la que entendía muy pocas cosas. Pero algo dentro de mí me decía que allí había sabiduría, …. y algo más, no sé, rebeldía, cuestionar el sistema, lo que encajaba perfectamente con el carácter de un adolescente inquieto. A La Codorniz –en la que conseguí colocar mi primera viñeta unos años más tarde-, le siguieron Hermano Lobo, Por Favor, El Papus, El Jueves, Haraquiri, y puede que alguna más que en este momento no consigo recordar. Tenían el terreno sembrado, ya que los acontecimientos políticos que se desarrollaban en España propiciaban ese tipo de humor.
El que firma, tuvo una epifanía: eso era lo que quería hacer, pero ¡tenía tanto que aprender y tantos maestros! Chumi-Chumez, Perich, OPS, Summers, Ivá, Forges, ….Forges me cautivó desde el principio. Desde los primeros esbozos de mis dibujos, a pesar de intentar apartarme de su estilo, no lo conseguí. Aún no lo he conseguido, y lo he intentado, pero cada vez que me aparto, no sé, me parece que lo traiciono y me traiciono a mi mismo.
Ellos, los humoristas, han sido mis verdaderos maestros, los que me han enseñado a mirar la vida con un guiño que dice: “No te des mucho mal, es lo que hay”.
Javi
Decía antes que en la barricada sois unos soldados armados con la palabra...olvidé a los arqueros del humor y de la sana crítica.
ResponderEliminarGracias
Vladimira
Vaya, que muchos hemos pasado por caminos similares en la vida.
ResponderEliminarMe gusta su humor gráfico (y su escritura)