domingo, 16 de octubre de 2011

SPANISH REVOLUTION (Armando Guerra)

IFP

Los vi desfilar, ordenadamente, sin gritos, sin violencia, con la serenidad de quienes están convencidos de tener la fuerza de la razón. Este movimiento que surge un 15 de mayo, la primavera de Madrid, que se organiza, se estabiliza, y que se extiende como una mancha de aceite por toda Europa, que salta el Atlántico y se asienta en EE. UU., es el mayor movimiento civil que se conoce.

A los partidos políticos les molesta. El PP lo considera una amenaza al status actual y quiere combatirlo. El PSOE actúa más sibilinamente, atacarlo de frente es de dudoso éxito, es preferible aliarse con él, aprovecharse de su éxito y, en definitiva, controlarlo desde dentro. ¿Quién pedía que se obligara a los bancos a aceptar el piso en pago solutorio del préstamo? ¿Quién ha incorporado ésto a su programa electoral?

Sus planteamientos son simples y, en general, a mí me parecen utópicos. ¿Es utópico pedir una sanidad universal de buena calidad, una buena enseñanza pública y gratuita, una participación política abierta, castigar todos los casos de corrupción, un acceso a la vivienda? Pues sí, a mí me lo parecen. ¡Cómo ha corrido el tiempo! Cuando tenía veinte años se me antojaban justos y alcanzables. Lo importante para mí, que he clamado más de una vez por una fuerte reacción de la sociedad civil, es que esta sociedad no está muerta, no es la España sin pulso de la que se lamentaba Costa ¡Hay esperanza!

Curiosamente muchos de sus planteamientos coinciden con los manifestantes de El Cairo, Túnez, Yemen, Marruecos. Los sátrapas musulmanes han llevado a sus pueblos a clamar violentamente por una justicia social básica. Pero, resulta, que el capitalismo salvaje de occidente está conduciendo a nuestra avanzada sociedad a reclamar casi las mismas cosas. Entre el nepotismo practicado por los dictadores árabes y la endogamia de las democracias occidentales, cada vez hay menos diferencias en los resultados prácticos.

Las leyes económicas son tozudas y terminan por imponerse. Por otra parte, estas leyes, desgraciadamente, favorecen siempre a los ricos y abominan de los pobres. ¿Qué logramos con imponer impuestos a los Bancos? Que luego hay que recapitalizarlos con el dinero de todos. ¿Qué se consigue poniendo impuestos al capital? Que se vaya del país y nos empobrezcamos todos. No pueden resolverse los problemas complejos con soluciones simples. Esa es la utopía, no los objetivos que persiguen los del movimiento que se inicia el 15-m. Pero si soñamos una sociedad insolidaria, de grandes diferencias sociales, de poderosos y miserables, es muy posible que lo consigamos. Soñemos, al menos, con una sociedad justa y próspera. Eso corresponde a los jóvenes. En definitiva, tratan de construir su mundo y tienen derecho, incluso el deber, de ser ingenuos.  


Armando Guerra


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...