ÉL COMUNICADO DE TRES OCULTOS ROSTROS ASESINOS (Truhán)

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SGS

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Verdadera vergüenza debe sentir cualquier humano (y cuando digo “humano” lo digo en el más profundo sentido del término) al contemplar la atención e importancia que esta asquerosa sociedad confiere al comunicado de tres criminales que, para emitirlo, deben taparse el rostro.

Verdadera vergüenza produce a cualquier cabeza con un mínimo sentido común dar asilo a una extraña conferencia delictiva conforme a nuestro sistema jurídico (art. 178 del código penal) en la que vienen unos tipos que no representan a nadie a decir al –se supone- Estado español soberano qué deben hacer sus gobernantes y sus ciudadanos, al tiempo de que nos señalan poniéndonos a todos a la altura de unos miserables asesinos .

Verdadera vergüenza produce también que nos hagan comulgar con ruedas de molino pretendiendo ocultar un acuerdo cuyos tiempos, detalles, pruebas e indicios afloran a borbotones en cualquier esquina.

Verdadera vergüenza las urbanizaciones carcelarias de lujo que habilitan para los pocos terroristas que cumplen sus penas y lo poco que las cumplen cuando la mayoría de los españoles andan con gravísimos problemas de vivienda y subsistencia.

Verdadera vergüenza que media sociedad, casi media o más de media se crea todo este tonto cuento porque entonces uno se convence –a mayor oprobio- que sólo tenemos lo que nos merecemos.

Vergüenza esta pandilla desvergonzada de políticos y periodistas que hoy celebran no sabemos qué ni por qué pero sí para qué: para mantenerse donde están, chupándonos la sangre a todos.  Y no hay excepciones: todos son responsables, por acción u omisión, por hechos o aplausos, por voces o silencios.

¿Paz en el País Vasco? ¿Libertad en el País Vasco?  Cuando la bandera constitucional y democrática ondee en sus edificios oficiales con arreglo a Derecho.  Cuando desaparezca el miedo de las calles.  Cuando los más de doscientos mil vascos exiliados puedan regresar, porque el Estado, su Estado, garantice su seguridad. 

Paz. Sólo cuando los miserables asesinos  y sus  víctimas sean tratados con arreglo a derecho la habrá.  Los primeros cumpliendo sus penas e indemnizando a estas. Todo el dinero empleado en esa aberrante conferencilla se lo han robado a ellas).

Truhán