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(Cuento
popular aragonés recogido por Antonio Envid)
Tras más de veinte años de misionero en
varias partes del mundo el padre Broto fue destinado a su pueblo para descansar
en su bien ganada jubilación. Nombrado capellán del convento de monjitas de su
localidad, nombramiento más honorífico que otra cosa, pues las monjitas, aparte
de la celebración diaria de la misa, no le daban otro trabajo que el digestivo,
pues le preparaban unos soberbios desayunos, donde no faltaba nunca el
chocolate, veía transcurrir la vida sin sobresaltos. Sus vecinos, habían
marchado o muerto quienes lo conocieron de chico, se acostumbraron pronto a su presencia y lo
llamaban familiarmente “El Misionero”. Sus convecinos eran conocidos en los
alrededores por su ingenio al poner motes, en este caso no desgastaron mucho
sus neuronas.
De sus largos peregrinajes había traído unas
tercianas africanas más o menos dominadas y cierta afición filipina a las
apuestas, aunque necesariamente modestas. Las crisis febriles aparecían de
tarde en tarde sumiéndolo en ensoñaciones de fosforescentes verdes selváticos y
angustiosos ambientes de estufa por donde deambulaba sonámbulo y atiborrado de
quina. Lo de las apuestas era menos llevadero, pues en su pueblo no podía jugar
sino a la lotería nacional. Entre amigos, deudos y las monjitas formó una peña
para jugar a un número fijo que le había sido revelado en uno de sus sueños
palúdicos.
Intimidado franqueó el portón del vetusto
palacio episcopal. Subió con desgana y cierta fatiga la presuntuosa escalera
imperial que accedía a la segunda planta y una vez allí fue recibido por un
joven curita, obsequioso y con aspecto jabonoso, que entre sonrisas y maneritas
lo guió por el laberinto de dependencias domésticas y administrativas que
componían aquel extraño complejo hasta el despacho del señor obispo.
Abochornado, nervioso, con cortedad de
palabras explicó al señor obispo que aquel turbio asunto del que había tenido
noticia su reverencia sobre un cura y la “postura del misionero”, habiendo
trascendido los gruesos y aislantes muros del convento de monjas de un pueblo de
la diócesis, no tenía ninguna connotación impura. Chismorreos de cuatro beatas,
se lo aseguro a usted, Su Reverencia. Antes, aclararle que a mí me conocen en
el pueblo por “El Misionero” y se trata de que en el último sorteo de la
lotería al número que jugamos una peña y que yo administro, ha caído la postura,
la postura ¿entiende usted?, y tuve que atender una necesidad urgente y me la
he gastado; les he pedido un anticipo, hasta que me llegue la mensualidad de mi
pensión, para poder jugar esta semana, que es seguro que ésta si que cae,
reverendísimo señor, que lo he soñado en uno de los escalofríos que me dan
cuando me ataca el paludismo que cogí en África, y, por cierto, le aconsejo que
se una a la peña porque le traigo la suerte…… Desatado a hablar, el padre Broto
“El Misionero” no cejaba en hacerlo mientras el obispo lo empujaba amable pero
con firmeza hacia la puerta.
¿Podría explicarme alguien porqué a esa postura, que no figura en el Kamasutra, se le llama, precisamente, la "postura del misionero"?
ResponderEliminarSegún me han contado, esta posición, la mujer en decúbito supino y el hombre en decubito prono sobre ella, era la que les parecía menos indecente a los misioneros, además de ser una postura que propicia la concepción, de modo que era el único método permitido a los indígenas
ResponderEliminarsi alguien tiene una explicación mejor la esperamos
No se, no se, don Antonio, ¿por qué me da que se acaba de inventar la explicación? jijiji
ResponderEliminarSrta. Dulce y amable
(aunque don Bernardo el Belga se tire de la risa con mi nombre)
Don Antonio, creo que es así. En lo único que discrepo es en la mejor postura para la procreación. En el instituto nos explicaban que la mejor postura era precisamente la que utilizaban los indígenas...la mujer de rodillas inclinada hacia adelante, ya que el esperma cae más diréctamente y es más fácil que se fecunde el óvulo.
ResponderEliminarPobres indios, con lo sabia que es la naturaleza.
angel
Vaya, vaya,¿en el Instituto enseñaban eso? a mí me martirizaban con lo del zigoto, la mitosis, la anafase, la profase y todas esas mandangas, con lo que lo de la reproducción sexual se convertía en algo altamente fatigoso y aborrecible
ResponderEliminar¡Ja! Se queja de ná, don Antoio, servidora no recuerda haber pasado mas allá de la polinización. Mucha bontánica poca zoología jiji
EliminarLa Conchaparis
por cierto, el cuadro es de Santiago Moncada y se guarda en Mequinenza
ResponderEliminarUn blog es una ventana abierta sobre las almas de los que participan por sus escritos y sus comentarios.
ResponderEliminarAntonio, hay que tener cuidado con los dezlices...
Empezamos con cuentos y termimamos con el Kamasustra... Espero que Maitre Servando vigila y os pone en el camino bueno...
Tambien los comentarios permiten de datar los autores (una vez mas, disculpeme Dulce Conchaparis)
Bernardo el Belga
¿Hay en Mequinenza algún museo interesante?
ResponderEliminarEl relato es muy divertido. Tiene un toque naïf. Suele pasar cuando hay un cura de por medio.
salud!
Vladimira
Al margen de la aportación del misionero con una postura más a los indígenas, recuerdo que hay una tribu, de la que desconozco el nombre, que para fertilizar la tierra, hacen un agujero en el suelo y realizan el acto sexual , para que ese año sea fecundo.
ResponderEliminarEn este caso, si se recomienda el misionero, ya que de lo contrario podría haber alguna lesión.
En cuanto al misionero, me gusta más la explicación de que es una postura, para enfrentar las almas, para asomarse a la ventana de los ojos del otro. Para mostrarle que en ese momento, no está solo.
angel
¿qué quieres decir con eso de mostrar que no está solo?
ResponderEliminarIdentifíquese sil vous plait
EliminarNo entiedo muy bien la pregunta señor anónimo.
angel
Je, si pillan al Misionero con la postura que apunta Ángel, yo creo que podría costarle una buena "pedrea"...
ResponderEliminarVladimira: yo no conozco en Mequinenza ningún museo, pero sí sé que hay un precioso castillo, restaurado que visité hará unos veinte años. Era de la Diputación (no sé si provincial o de la General de Aragón). Me suena que querían convertirlo en parador nacional o de la red de posadas de la Comunidad Autónoma (¿posadas?, no sé si se llaman así o eso son ecos de portugal).
Por lo demás, don Bernardo (amén de haber sido un verdadero placer conocerle personalmente), a mí se me da que no hay cómo poner algo "picantón" para que esto se anime...
Saludos a todos (incluso a los que nos siguen en silencio.
Por cierto, del cuento me quedo con esto:
Eliminar"angustiosos ambientes de estufa por donde deambulaba sonámbulo y atiborrado de quina"
Me gusta tánto que me hace pensar que este cuento, realmente no sea una invención/creación personal de don Antonio... 8-)
Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto como con las fotos de nuestros atletas olímpicos vestidos con la equipación. No me pierdo ver a Nadal vestido con eso.
ResponderEliminarhttp://www.elconfidencial.com/deportes/2012/07/18/los-olimpicos-se-mofan-de-la-equipacion-olimpica-en-las-redes-sociales--102143/
De verdad, no os lo perdáis ni tampoc los comentarios en twiter.#UsosChándalOlímpico
No me puedo creer lo que veo y no me voy a perder la ceremonia de apertura de los JJOO.
Jajajajaj
Vlad
Me parece increible que en un trabajo tan serio y sacrificado, como es preparar unos juegos olímpicos y del que dependen tantas personas, se piense sólo en lo económico.
ResponderEliminarPienso que puede ser un handicab negativo para la concentración de los competidores.
En fin...
angel
Muy buenooooo!!!!!!!!!!!!
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