Tras
una vida de disipación y amoríos don Juan Tenorio se ve casado con doña Inés.
El Comendador don Gonzalo de Ulloa le ha obligado a ello con amenazas de
denuncias y promesas de una gran dote. La escena en la quinta sevillana de don
Juan.
Doña Inés.-
Ay don Juan, don
Juan
¿qué tienes en la
mirada
otrora
límpida y clara
y ahora túrbida y
tan…
…tan esclerotizada?
Ya no me recitas
versos,
ya no suspiros de
amor
surgen de tu boca
en flor,
ni me dictas más
requiebros
Don Juán.-
Para requiebros
estoy
niña boba y
consentida
Pues vence la letra
hoy
de la hipoteca y
mira
como voy de tieso,
estira.
Y a tu padre nada
pidas
que mucho
Comendador
pero pasado el
ardor
de haber casado a
la niña
resultó más seco,
señor,
que la clásica
mojama.
Que mucho timbre y
escudo
pero de doblones,
nada.
Y aún encima me
preguntas
qué tengo yo en la
mirada.
Doña Inés.-
Con mi padre no te
metas
que es el Comendador
de Calatrava
Don Juan.-
Vaya, menuda
clavada
me metió el
comendador,
que me la metió
doblada.
Doña Inés.-
Pero la
quinta tenemos,
que la podemos
amprar
y al pronto
solucionar
el problema, por lo
menos.
Don Juan.-
Cuando digo que
eres boba
Esta quinta tiene
más
hipotecas que la
CAM
y de embargos, una
arroba.
Doña Inés.-
Todo está
solucionado
Presentamos un
concurso
Don Juan.-
Doña Inés.-
Del
juzgado,
y a disfrutar todo
el mundo.
(Cae el telón mientras se ve a
don Juan intentando estrangular a doña Inés)
Antonio Envid
No hay comentarios:
Publicar un comentario