domingo, 8 de septiembre de 2013

A LATE QUARTET (Antonio Envid)





Las salas españolas (y me imagino que las de todo el mundo) solo proyectan un cine comercial que les asegure un mínimo de espectadores, de modo que sorprende ver anunciada una película de calidad con aire de minoritaria, “El último concierto”, como se ha titulado en español. La sorpresa, por otra parte, ha debido ser para los propios empresarios de las salas, pues resulta que el público ha respondido a su llamada y lo que iba a ser un film para cubrir un hueco se está convirtiendo en todo un éxito. Quizá todo el público no sea tan necio como desde Lope de Vega se cree.

La historia del film es de por sí interesante, un cuarteto de cuerda afamado cuyos componentes llevan veinticinco años juntos y cuyas vidas se entrelazan se enfrenta con el problema de que el chelista enferma de Parkinson y ha de ser sustituido (de ahí, su título) pero su desarrollo es algo plano y, quizá, predecible, aunque esto no le resta ningún valor a la película. Los diálogos son inteligentes, los caracteres están bien mostrados y la interpretación de los cuatro protagonistas, notable, destacando el sólido trabajo de Philip Seymour Hoffman y Christopher Walken (aunque también, Catherine Keener y Wallace Shawn), que han tenido que conquistar su reconocimiento tras años de buen hacer, mucho de su trabajo en papeles secundarios. La fotografía y la estética, mostrando una Nueva York invernal un tanto melancólica, redondea la dirección de Yaron Zilberman.

Dejo para lo último la banda musical, porque es el protagonista más destacado de la película, toda ella se desarrolla alrededor del cuarteto para cuerdas nº 14 de Beethoven, famoso entre los entendidos (que yo no lo soy) por considerarse la obra cumbre en esta modalidad del músico alemán y atisbar ya elementos musicales que se desarrollarían mucho después. Es además una obra controvertida, pues Beethoven pide que sus siete movimientos se toquen sin interrupción, aunque algunos entendidos dicen que en realidad son cuatro los movimientos. El esfuerzo que exige esta obra angustia a un Christofer Walken cuando descubre los primeros síntomas del Parkinson. No hay que ser melómano para disfrutar de una banda musical basada en este concierto y en otros varios que suena maravillosamente. Hay, además, en el film una continua reflexión sobre el paso del tiempo recordando los conocidos versos de T.S. Eliot de su poema “Cuatro cuartetos”

El tiempo presente y el tiempo pasado
Acaso estén presentes en el tiempo futuro
Y tal vez al futuro lo contenga el pasado.
Si todo tiempo es un presente eterno

Recitados por el personaje que interpreta Walken a propósito del cuarteto nº 14. Está hablando de los tiempos en la música y en la vida, la continuidad, la circularidad, la eternidad.



Antonio Envid




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