sábado, 3 de julio de 2010

DE DEPRE, RIEN. ITS ONLY PRAEBENDA (Servando Gotor)

Mi amigo chino Miao y yo, ambos lobos esteparios, pasamos las noches hablando. En primavera lo hacemos a pie de barricada examinando el cielo. Es listo, ha montado una panadería y presume de no ser esclavo de mafias: “Miao sel independiente”. Su sabiduría desborda lo inmaterial porque tiene conocimientos enciclopédicos de lo suyo y lo nuestro. Es espiritual, confuciano y budista y aunque no he mentado su apellido pueden imaginárselo porque es el más numeroso del planeta: Li.

Anoche, ambiente claro, brisa ligera, hablábamos bajo el firmamento de algo tan prosaico como de la depre del PSOE. González Imperator –así llama al expresidente- ha reconocido, dice, la depre (“deple”) y Zapatero le ha dicho que de depre nada. A mí, digo, la alegría de Zapatero me descoloca. Es que existen dos formas de ser feliz, replica, una hacerse el idiota, la otra serlo. ¿Lao Tsé?, pregunto. No, Freud, responde. La verdad, bromeo, no sé si es que ZP se pasa de listo o no llega, si para él la felicidad está hecha de pequeñas cosas como un pequeño yate, una pequeña mansión y una pequeña fortuna o simplemente no tiene corazón, que es la otra forma de ser feliz. ¿Woody Allen, pregunta? No, lo de las cosas pequeñas Groucho Marx, lo del corazón Paul Charles Bourget, un novelista francés… donde las dan las toman, chino. Miao sonríe pero enseguida se pone serio: ahora todos andamos melancólicos por los cuatro millones de parados en “franco” aumento, porque el futuro jamás se había visto tan negro ni el alba tan blanca (Miao también es poeta). Sin embargo, continúa, la depre esa de González Imperator no es una depre cualquiera, es una depre sociata, una depre especial, fíjate que dice que cuando las cosas van bien para el partido vale la crítica, pero cuando se ponen feas la receta es: “militancia, militancia y militancia”: Praebenda or no praebenda, that is the question. Miao también lee a Shakespeare y le preocupa la ineptitud de nuestros políticos: unos por jóvenes sin preparación (la ignorancia es ya alarmante), otros por maduros/almendroncillos sin experiencia, sin otro mundo que el partido y otros por decrépitos, como Felipe Imperator, gran estadista, que lo fue, pero actualmente en horas muy bajas… y Aznar que no se ría.

Ahora bien, en lo que sí destacan estos polítiquillos inexpertos –sigue- es en el diseño de murallas de pan y laberintos circenses para enredar al pueblo, ese pueblo que sigue gritando “Vivan las cadenas”, cadenas que ya no son de hierro sino virtuales (ahora todo es pesadamente virtual, aclara, de la Uno a la Siete, pasando por el Plus). Y una de las mejores formas de distraer a este pueblo es inventarse enemigos, porque mientras trabajamos para defendernos olvidamos hambre y miedo. Ya lo hizo el primer emperador chino: se inventó atroces enemigos. Vuestro Kafka lo cuenta muy bien: “Nunca los hemos visto (a los enemigos) y si permanecemos en nuestra aldea no les veremos jamás, por más que fustiguen sus salvajes caballos y corran a nuestro encuentro... El país es demasiado extenso… Por mucho que corran se perderán en el aire”. Pero el pueblo torpe y sumiso comenzó la construcción de una inútil muralla que no conseguiría cerrarse en doscientos años, defensa absurda y virtual primero porque hasta que la acabas te han cogido y, segundo, porque no hay mal ni enemigo que cien años dure… Pero ya se encarga el propio poder de que el enemigo nunca muera. También esto lo vio Kafka: “batallas de nuestra más antigua historia se libran ahora”. ¿Te suena? En fin: pan, circo y enemigo virtual. Buena fórmula.

Dios mío estos chinos si saben: ellos nos salvarán… con que hubiera un tercio como Miao Li me conformaría. Aun sin alianza de civilizaciones.


(El Comarcal del Jiloca
25/06/10)

Fotografía: S.G.H.

2 comentarios:

  1. chinos
    cochinos
    sietemesinos
    nos están
    dando por atras
    dejándonos
    escocios.

    Dicen que dicen los chinos: Han hecho más daño a China diez ministros honrados y tontos, que cien listos y sinerguenzas.

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  2. Suscribo el dicho: prefiero siempre a un listo y sinvergüenza que a un imbécil. Tener a imbéciles en el poder es como darle una pistola a un mono, a saber qué puede pasar.

    Saludos.

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