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El problema (uno de los problemas) es que el recuerdo no es ordenado: ignora lo precedente y lo subsiguiente; a veces se desprende y vive por su cuenta. Hace ya 50 años: la luz iba cambiando del verde al púrpura y al rosa; la música era fuerte y vibrante. Rosalie era la mejor: sabía cómo hacerlo, rugíamos cuando ella brindaba magia a los solitarios. Eras buena, Rosalie, suficientemente buena como para recordarte ahora que la luz es amarilla y las noches son otras, muy lentas.
Uno de los chicos que –dicho entre nosotros- es un poco neurasténico, quiso responderse a aquella pregunta que dice: si tuvieras dos caras ¿estarías usando esta? En seguida supo que sus preferidas eran las caras de mujer –incluso para llevarlas él-, pero no le servían. Desechó las caras de santos, filósofos, boxeadores, incluso la de Dios padre: le pareció demasiado solemne. Acabó quedándose con su cara y, de este modo, respondió que sí, sí, a la pregunta que se había hecho. De todas formas –y como era de esperar en él-, enseguida comenzó con su retahíla: que los ojos se le habían licuado y su luz era oscura y triste; que las arrugas a los lados de la boca eran como arcos o paréntesis y le hacían parecer un perro viejo; que de perfil, la nariz le crecía groseramente y –sin saber por qué- se le encorvaba. Volvió entonces a preguntarse: si tuvieras dos caras ¿estarías usando esta? Después de un minuto de reflexión contestó, de nuevo, que sí, sin duda que sí.
Otro de los muchachos ha descubierto el glíglico y se pasa el día, los días, diciendo cosas como: ella lo vio de lejos; él llevaba en la cinfrosa un burtio de buen tamaño que, cada tanto, dejaba caer al suelo sin desatarlo. El burtio, como iluminado de pronto, comenzaba entonces a discogar, despacio al principio, pero cada vez con más cresiolos, bedrando peligrosamente con las implodesas traseras y con el amilón, que parecía una sirena o una cesta llena de fresas.
Como se acercaban a un corral de gallinas y agumios que él, vigilando al burtio, no había visto, ella tuvo que grosarle con fuerza para evitar que el burtio, con un olfato físulo, se apojagara contra las gallinas y, sobre todo, contra los agumios, casi recién nacidos.
En estos balconcillos, como en casi todas partes, la realidad es veloz, impaciente, urgente, puro dinamismo. Uno de los veteranos, charles, dice que si acompañamos con la vista cualquier movimiento de lo real –el paso de un tren, la cuerda de una polea en acción, un burtio que sale disparado- el resultado óptico es momentáneamente estático.
Esa, esa es precisamente la estrategia, dice charles: detener lo dinámico, analizar el vértigo como si fuera un objeto detenido. Los demás lo escuchan pero no le replican, lo que no es una buena señal.
El bueno de césar (que siempre ha de dar la nota) pasa las tardes en las mañanas tristes, dando silbidos técnicos con toda su maquinaria en marcha. Vive la vida, sólo la vida, así: cosa bravísima, dentro del orgullo grave de la célula.
Se alimenta de lo inexacto y muchas mañanas vuelve del bosque, desvelado y sin prisa, con un pequeño rectángulo de eternidad entre las manos.
Pero ¿quién no vuelca pequeños venenos azules? Los niños de managua sueñan con ser pelícanos y buscan un océano y golpean sus rostros contra el agua hasta perder la vista. Los líquenes traen de la noche un verde mortal.
Hay perros románticos en todos los seres de cinco letras. Estando, ay, así las cosas, ¿quién no sueña con vengarse?
Narciso de Alfonso Arnau
Esas rejas (barandillas)de la fotografía , creo que pertenecen a la obra social de unos 'Caye','Cayetanos', 'Don Cayetanos' de un barrio de Zaragoza.
ResponderEliminarSin relación con lo anterior
Creer que con mi comentario fuera a modificar los puntos de vista de otra personas, sería de una ingenuidad por mi parte que mi edad no me permite.
Creer que estando entre las confidencias hechas en su Gabinete Médico ( y su resultado) de opiniones como la que voy a escribir a continuación (son las pautas mías, los referentes que puedo tener hacia su persona), puede modificarse mi opinión personal, también puede ser de una ingenuidad tremenda.
Se hubiera comentado el siguiente artículo, publicado en prensa, dice:
"Parece que nunca como ahora, a un tiempo tan duro le ha correspondido una cultura tan leve e inane.
Lo lógico es que la convulsión social libere del inconsciente colectivo un pozo negro del que se nutren los grandes artistas.
El viento fétido que anunciaba la I Guerra Mundial engendró el expresionismo alemán y dio nombres insignes a la historia del arte.
Este movimiento estético encabezado entre otros, por George Grosz, Kirchner y Otto Dix fue la proyección de una locura que presagiaba la próxima tragedia. La belleza se hallaba entonces al mismo nivel de la destrucción.
Incluso en la época más frívola de entre guerras, llena de sombreros blancos, pliegues en los pantalones bombacho, martinis y sonidos de jazz tuvo un ejemplar a la altura estética de Scott Fitzgerald para representarla
Continua en el comentario siguiente
Con el inicio del siglo XX llegó Picasso al frente de la vanguardia histórica;
ResponderEliminarSigmund Freud extrajo de los pastelitos de Viena la mucosa sexual del subconsciente, que
Joyce en el Ulises convertiría en los pensamientos turbios e inconexos de un ciudadano vulgar, que son los de la humanidad entera, derramados por las calles de Dublín.
El escarabajo de Kafka emergió del gueto de Praga como un proyecto vital,
mientras toda la nostalgia evanescente de un mundo que se iba, fue hilada como un capullo de oro por ese gusano de seda que fue Marcel Proust.
Steinbeck levantó acta de la Gran Depresión;
después del gas mostaza de la Primera Guerra Mundial había que escalar 'La montaña mágica' de Thomás Mann;
después del gas Ziklon B de Auschwitz estaban Sartre y Camus.
Se achaca a nuestra época que haya convertido el arte en una espuma llena de ocurrencias y no será porque no le falten alicientes de locura...
Continua
...y no será porque falten alicientes de locura, confusión, sangre y fanatismo en cada telediario.
ResponderEliminar(Yo, estoy de acuerdo con este sencillo análisis y así hubiese sido expresado -Literatura y literaturas)
Pero esta aparente levedad es solo un espejismo.
Ya no se escriben versos sobre la Luna porque se ha viajado a la Luna de verdad;
no está Heidegger ni Wittgenstein ni Carl Popper porque la filosofía es la materia oscura de la física cuántica;
se han terminado los sueños vanos porque la biología molecular ha desvelado el misterio de la vida.
La poesía está en la química y
si no hay ni novelas ni teatro es porque la ficción es ya la propia conciencia de estar vivos formando parte de las estrellas
(Sobre la conclusión de este articulista, se hubiese o no hubiese estado de acuerdo, da pie a la reflexión.
El artículo pertenece al escritor, Manuel Vicent, publicado con el título de 'Levedad').
Cuando yo leo lo que escribe (lo haga en lenguaje culto o coloquial)siempre en las múltiples y posibles interpretaciones que otros pudieran tener, yo me rijo (oriento)no solo su formación académica y su profesión, también por lo que pertenece al mundo de lo comprobado -real- , no imaginado sobre el otro).
isabel
(Esa barandilla de la fotografía de Servando es la de la Guardería Infantil "Madre de Dios de Begoña". jeje, ¡que recuerdos!)
Je -y jo!-, Isabel, no se te escapa una. Acabo de comprobarlo por google map y, exacto, lo que tú dices. Además, es que es la calle Terminillo, que me trae recuerdos de mi juventud.
EliminarEso: que no se te escapa una.
Por cierto, de paso quiero comentar que estos "Balconcillos 17" me parecen de los mejores.
Besos.