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AEM |
Hoy no sería posible, provocaría escándalo público, incluso alguna denuncia. Entrar de madrugada en un parador de carretera y contemplar aquella añeja escena de una serie de camioneros acodados en la barra tratando de combatir su soledad y la vulnerabilidad que produce la madrugada de una noche de ruta con un carajillo y la sola compañía del áspero humo de un faria, rumiando a sorbos del calórico brebaje la añoranza del tibio lecho hogareño. Por el contrario, hoy encontramos a estos caballeros de la carretera, como cantaba Manolo Escobar (quizá fuera otro manolo escobar, no me hagan mucho caso) con la misma murria, el mismo difuso dolor de ausencia, despachando un pincho de tortilla con un vichy catalán, deseando salir huyendo de tan inhóspito lugar y volver al cubil cálido de la cabina, donde al menos poder fumar un cigarrillo.
Pero sí que podemos ver con alguna frecuencia a esa señora ya entrada en años que por la mañana viene al bar y en un susurro le dice al camarero: “un café, como siempre”. Contemplamos el gesto cómplice del dependiente, su alegre coger la cazoleta del café, su inicio de un paso de baile flamenco para introducirla en la máquina, y tras retirar la tacita llena de la infusión, verter en ella un generoso chorrito de baileys o marie brizard. Salvaguardada la señora tras el camuflaje del café, puede ahora, ya relajada, saborear el humeante carajillo, que quizá le de fuerzas para pisar la dudosa luz de un día que será una copia exacta del día anterior, cargado de aburrimiento, problemas en los que se carece de fuerzas para ser enfrentados, soledad, soledad seca, o mísera soledad en compañía de una familia que la costumbre ha trocado en ausencia.
Todo muda para seguir siendo eternamente igual.
El carajillo, según la RAE, es bebida que se prepara generalmente añadiendo una bebida alcohólica fuerte al café caliente. De modo que puede prepararse con cualquier licor: el ron colonial, el popular coñac (nunca arraigó la hermosa palabra brandi) de otros tiempos, el más moderno güisqui, el bagazo de los portugueses (café com cheirinho), pero también los rotundos cazallas y chinchones, o los sofisticados bailleys y brizards. Toda una infinita gama de aromas y sabores. Lo más genérico que puede decirse de esta mixtura es que es genuinamente ibérica, es una de las pocas cosas acogidas sin discusión a lo largo y ancho de la península, un esencial elemento vertebrador de este desestructurado rincón del planeta. En vano propugnan los académicos catalanes sustituir el nombre de carajillo por el insípido “cigaló”; ¿pero quién, carajo, va a consultar el diccionario del catalán normativo para pedir un carajillo en el bar del Poble Sec o del Raval?
Según se viene diciendo, sin más fundamento, su invención viene del periodo colonial cubano, cuando las tropas españolas para cobrar valor ante el mambís echaban ron al café “para coger corajillo” se decían (en nuestra posterior guerra intestina se reinventó como “saltaparapetos” sustituyendo el ron por coñac) y de ahí, por corrupción, carajillo. Puede ser, pero yo prefiero pensar que su nombre proviene de otro vocablo genuinamente ibérico y castizo: “carajo”. Esta palabra la encontramos en toda la extensión española, desde el carall catalán al caralho gallego y portugués (aunque estos últimos prefieran el término “porra”) y en todos los sitios con el mismo significado de miembro viril. De modo que a la ya de por sí estimulante bebida se le añade un plus de vigor y energía, tan conveniente a ciudadanos y ciudadanas (¿estaré ya en condiciones de iniciar mi carrera política?, porque el lenguaje y el decir naderías los voy dominando)
No soy muy aficionado yo a esta excitante bebida, pero cuando voy por galaicas tierras no puedo por menos que caer en la tentación. Cuando tras la generalmente suculenta comida pregunto con aire pícaro ¿no tendrán café de puchero? Y ese camarero gallego de vuelta de tantas filosofías gastronómicas me contesta con gesto de cofrade y con un ligero guiño de ojo: “Si, señor, por supuesto”, acaba de producirse el entendimiento, como dos masones que han hecho el signo identificativo. Telepáticamente, en realidad me responde: “ya sé por donde va, usted sí que sabe”. “Pues, hala, a prepararme uno con un buen chorrito de orujo”. Ese café de puchero colado con un calcetín, a la antigua y sabia usanza, sin entrar a inquirir si se trata de un genuino caracolillo potugués, no nos pongamos detallistas, total hoy ya no viene a cuenta traerlo de contrabando, con esa esencia de la ribera sacra destilada en el claro del bosque por sabios químicos aguardenteiros, utilizando ancestrales recetas y alambiques de alquimistas alunados, contiene en una simple taza una parte de lo que de bello nos ofrece la vida.
Antonio Envid
Me ha gustado mucho Antonio, he tenido la sensación ahora mismo de que para escribir tan bien, sobre todo hay que tener años, vividos, no años de viejo.
ResponderEliminarPor cierto , ahora me estoy bebiendo un carajillo de brandy de Jerez. El otro día probé uno y el pillín del camarero me lo hizo perfecto. Con el punto justo de azucar.
Mmmm... a vuestra salud
angel
Me gusta y me identifico mucho con esta entrada; es más, yo sí que he sido un amante del carajillo -de coñac, por descontado (Ángel: me gusta más la palabra coñac que brandy; eso de brandy es demasiado actual para mi...
ResponderEliminarDe todos modos cosas como esta: "rumiando a sorbos del calórico brebaje la añoranza del tibio lecho hogareño", querido Antonio, me parecen... no sé, un poco excesivas. Me suena un poco (no sé si alguno se acordará) a eso de "EL RUIDO CON QUE RUEDA LA RONCA TEMPESTAD" (Era de Zorrilla, sí).
Prefiero el exceso de carajillo.
A parte de eso, me ha gustado.
Gracias, Antonio.
(Por cierto -casualidad, aunque sólo sea fonética-, llevo dos días trabajando en Lecturas hispánicas la CARAJICOMEDIA y es una verdadera gozada la glosa a la copla XXVIII, para mondarse:
http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2012/04/carajicomedia.html Literatura casi clandestina aun hoy, me ha costado unos años dar con la obra entera en la red).
Je...Servando, que conste que brandy lo he puesto porque lo pone en la botella.
ResponderEliminarHe leído algo de la carajicomedia, pero tengo que reconocer que me cuesta interpretarla un poco. De todas maneras me gusta.
Respecto al esceso, no soy amigo de los adjetivos, pero tengo que reconocer en mi humilde, joven, inexperta e iniciada opinión
que sólo Antonio puede escribir así...en otros textos de otros autores me resultaría empalagoso, redundante, repetitivo, embarrado.
angel
Más que la copla (el poema) lo mejor es el comentario posterior.
EliminarVolviendo al lenguaje, sí, es verdad: cada uno tiene su forma de expresarse, y si es "su" forma, vale.
Yo creo más, que hay varias formas de expresarse y un único lenguaje personal. Es como la música, que se desarrolla en diferentes escalas, no sé...
ResponderEliminar¿Y qué me decís de "Animula vagula, blandula"? Desde Adriano hasta hoy es muy fuerte la tentación de encadenar adjetivos. Por otra parte de lo divino a lo ridículo hay un paso y es muy fácil dar un traspiés. Azorín le echaba en cara a Blasco Ibáñez su abuso de los adjetivos. Desde luego los adjetivos son muy peligrosos y pueden arruinarte la vida. ¡qué le vamos a hacer!
ResponderEliminarGracias Ángel por tu defensa, desde luego haces honor a tu nombre. Gracias Servando por tu crítica, nuestros estilos son muy diferentes, lo que no haré nunca es tratar de imitar tus cinéticos escritos. Ángel tiene el suyo, sabe encontrar conexiones sorprendentes entre cosas que aparentemente no las tienen.
Lo interesante que plantea Ángel es si para escribir hay que contar con una larga experiencia acumulada. Hay muchos más escritores que a los treinta años ya han escrito sus mejores obras, que lo contrario. Imaginación y sensibilidad versus experiencia. El tema da para mucho
Ya sabeís que intento ser constructivo y positivo. Y que lo hago con todo el cariño del mundo (que es lo principal.
EliminarBesos.
Por descontado que lo haces con cariño, si tu no lo haces así, no lo puede hacer nadie ya.
EliminarMenudo debate Antonio, tengo que contestar con cuidado de no hablar en boca de Narciso...procuraré ser sólo yo.
EliminarEn mi caso, la sensibilidad, se ha despertado de golpe, o quizás mejor dicho, he sido consciente de ella, osea de mí mismo de golpe, lo cual me ha producido una sobrecarga de información, imposible de llevar.
Las vivencias a partir de ahí, intensísimas, pero antes...
Lo que experimentamos ( hablando según lo aprendido por Narciso ) nos altera la sensibilidad.
Quien sabe, personalmente creo que un buen curriculum de frustraciones cuando uno es niño y adolescente , es importante. Una madurez gradual, dentro de lo que se nos permite.
Menudo debate has abierto Antonio.
angel
Servando, a tu lectura, me tengo que asomar con cuidado, de medio lado y cerrando un ojo...temeroso del impacto.
EliminarNo se sabe lo que te puede llegar de repente...es como un deporte de riesgo , que engancha.
Perdón por el error, soy yo, angel
Eliminarse ma cruzao un cable
Servando , recuerdo que Rilke era sensitivo, más que experimental...la experiencia, no se, parece que uno se va cargando de ella, hasta que se abre paso y surge sin remedio.
EliminarLos sensitivos, son otro cantar, es más en tiempo real, más con diferentes planos de realidad, percibidos que dejan en soledad al autor, al no conectar, con la mayoría.
De todas formas , a vosotros, os considero las dos cosas, sensitivos y con experiencia...tela
EliminarAh, se me olvidaba. Coñac se ha llamado, y viene llamándose, siempre al destilado de vino que se hace en Jerez y en algunos lugares de Cataluña, pero hace años los franceses emprendieron una guerra comercial logrando de la corte de Bruselas prohibier a España utilizar la palabra "cognac" por estar reservada a lo producido en esa región francesa. Entonces España buscó la sustitución por "brandy", no se muy bien porqué una palabra inglesa, que a pesar de su relativo éxito no termina de arraigar (más éxito ha tenido "cava", utilizada por análogos motivos)
ResponderEliminarÁngel da en el clavo, escribe brandy porque lo ve en la botella, es la fe del carbonero. Yo escribo brandi para españolizarla un poco.
Cierto, conozco esas causas legales de las denominaciones y por eso me gustan menos las denominaciones impuestas. Yo siempre bebí coñac y champán (españoles) y me moriré llamándoles así.
EliminarMás besos.
Por cierto, exactamente , en la botella pone Brandy de Jerez :-) ( con nariz )
Eliminar.
ResponderEliminarEsto apesta a cucharaditas de miel y a pastelitos de nata,
por dios, qué dulcerío, parecéis cortesanas devolviéndose
cariñitos. Nunca me acostumbraré, lo siento, aunque sé
que soy injusto. Para mí, no se escribe para confirmar
un mundo, se escribe para destruirlo: dicho de otro modo:
no hay asuntos sobre los que escribir: la escritura es superior
a ellos... si el que escribe lo sabe y lo quiere y lo puede
(destruir esos asuntos).
Por eso debe, la escritura, arrasar los asuntos: otra escritura
es, simplemente, pasatiempo. Y acepto el pasatiempo, siempre
que el que escribe sepa que lo que hace es más o menos
como escribir un crucigrama: la palabra
que busca ya no sirve: la usan todos, y el crucigrama, con
el papel del periódico, se usa para envolver el bocata de
caballa -o de jabuguillo- del del día siguiente.
Cacata carta, cacata carta.
Gracias
Narciso
.
Palabras, palabras...cambia el mundo por tus palabaras, Narciso...(pseudo ?)...y que te elijen, por la democracia, por el voto popular = un voto=una persona adulta...pero tiene que presentarte !
Eliminarbernardo el Belga
He estado pensando en el comentario y creo que nos ha pillado subiendo el puerto, bajados de la bici.
EliminarUsted siempre tan exigente, con razón le llaman Induráin...se me había olvidado ese ritmo.
(Sin que suene a pastel)
Hala pues, a la bici de nuevo
angel
A mí me llamaban Alex Zule, pero por la hipermetropía que tengo...se me veía el ojo grandísimo con las gafas
Sabiendo que las opiniones que cada uno de nosotros pueda tener de los otros, siempre dependera de muchos factores y si se conocen personalmente estarán presentes desde luego los contenidos de los temas sobre los que se haya conversado.
EliminarCada uno juzgamos al otro (cuando es desde la parte racional) de acuerdo a nuestros conocimientos y experiencias.
En este comentario, sobre el de Narciso, está presente 'Contingencia, ironía y solidaridad' de Richard Rorty.
(Estuvo entre los temas de terapia en su Gabinete Médico y ha estado por su Antología Poética, Vladimira estaba en esos tiempos visible en ella
)
Entiendo el comentario de la siguiente manera:
el artista o artesano ¿exigente? encontrará ( o intentará) palabras nuevas.
Mientras las encuentra tal vez haga lo que Narciso llama ¿crucigramas? (narraciones, cuentos, novela , poesía, etc. ) con las palabras por todos conocidas
con las que se envuelve el bocadillo del almuerzo (alimento físico necesario para el cuerpo), el envoltorio es necesario (es el alimento espiritual que todos necesitamos para vivir, somos cromagnones).
Si encuentra esa forma de escritura nueva aparece la Literatura, con mayúscula.
Según Rorty al principio será entendida por sectores minoritarios, preceden a su tiempo (en poco o mucho tiempo).
Cuando sea entendida por todos, está en su tiempo, sus palabras serán comunes, de uso común.
utilizadas también por los artistas o artesanos, buenos o malos escritores, alimento de envoltorio de bocadillo (super necesario siempre en la vida) y volveremos a estar otra vez en el punto que según interpretación personal mía nos dice Narciso.
En síntesis esto era lo escrito en el comentario "Emmanuelle" de 'Balconcillos'
La forma era distinta, se usaba la forma de un taller de escritura (estabamos con los crucigramas pero sabíamos lo que era Literatura con mayúscula)
isabel
Nadie cree o por lo menos yo no creo que sin curiosisdad intelectual personal podamos modificar, o ampliar nuestros puntos de vista y mucho menos los de los demás y divertidísimo cuando se cree que se puede cambiar el punto de vista de quién o quiénes están encantados de haberse conocido
Te veo un tanto bukowskiano...venga hombre si esto es más bien una conversación de, digamos, de "en busca del tiempo perdido" ya oigo a Debussy y veo esas cristaleras impresionistas ...y los caballeros sentados en sus sillones mientras conversan sobre cosas agradables como estas. Civilizados, sí señor.
ResponderEliminarsalud!
salud!
Vladimira
.
ResponderEliminarMmmmm... cuando una Princesa habla, hay que hacer silencio.
Gracias
Narciso
.
¡Juaaaaaaaaaaa!
Eliminar¡Mencantó!
La Conchaparis
Pues yo es que veo un puzle y me tira recomponerlo...y así con todo, no lo puedo evitar.
ResponderEliminaraunque a veces me altero más, que un mono con razón
Conozco perfectamente, por sus comentarios, la idea que tiene Narciso sobre la Literatura: arte puro desprendido de la anécdota. Esta concepción también es compartida por Servando.
ResponderEliminarPero esta aspiración ha dado a luz obras tan inestomagables como Ulises y Cristo versus Arizona. Se corre el riesgo de morir en el intento, y de logarlo no encontrar a nadie que después lo saboree ¿cuanta gente ha leído completas esas dos obras?
Hay otra literatura (sí, esta vez con minúscula)que nunca desparecerá, la del cuentacuentos, porque la gente necesitamaos y agradecemos que nos cuenten historias.
Me ha gustado mucho lo de las cortesanas devolviéndose cariñitos, pero mucho más el salón del diecinueve de Vladimira,conversando Leopoldo Alas con Zola y Tolstoi
Sí y no, don Antonio.
EliminarQuiero decir que mi gusto va mas parejo a Nar y Servando que al suyo. Pero con matices, con muchos, muchos matices...
P´a que me entienda y ya que menta el Ulises. Conozco quien lo ha leído, y conozco quien lo ha empezado cien veces. De estos últimos servidora es buen ejemplo.
Y si quiere saber mi opinión creo que Joyce se largó una broma que después todo el mundo toma en serio. Apuesto que esté donde esté se está partiendo de la risa de todo lo dicho y redicho sobre el Ulises. Y que le voy a decir de los irlandeses...
¿Que quiere? Yo soy de la novela del XIX y de ahí no me arrancan. (Aquí se ha puesto a clamar al cielo jeje)
Cosa distinta es la poesía. Ese es cantar bien distinto.
Pero insisto, y apuesto, que sus gustos están a años luz de los mío.
La Conchaparis
!aupa Antonio !
ResponderEliminarCuentanos tu historias.
?literaturia? !que importa la definicion!
Cada uno que escribe lo hace para el...y, si sirve para los demas mejor...es un placer del autor y del lector...
Si no...a la porra.
Bernardo el belga