Todavía abiertas las sangrantes heridas de nuestra incivil guerra, en una provinciana y pacata Zaragoza se reunían en un quiosco del céntrico Paseo de la Independencia un grupo de jóvenes ansiosos de abrir una ventana al enrarecido ambiente claustrofóbico. Paradojas de aquella surreal España, las reuniones clandestinas se celebraban en la vía más concurrida de la ciudad. A ese lugar, y de la mágica mano de José Alcrudo, el titular del quiosco, llegaban desde París las perseguidas publicaciones de la editorial “Ruedo Ibérico”, pero también ensayos sobre Picasso, Gris, Miró, Braque y todos aquellos que estaban revolucionando el arte de pintar. Capitaneados por el arquitecto Santiago Lagunas (el único que había recibido unas enseñanzas regulares sobre artes plásticas, cuando el dibujo era una de las asignaturas “hueso” de Arquitectura), su delineante Fermín Aguayo, y otros pintores como Eloy Laguardia, Juan J. Vera, miraban con asombro las reproducciones fotográficas, muchas de ellas en blanco y negro, de la pintura que se estaba haciendo en Europa. Sus obras habían de caminar por esa dirección y así nació el “Grupo Pórtico”, tomando su denominación del rótulo del quiosco. Una llamita de renovación se encendía en España y lo hacía, precisamente, en aquella ciudad de provincias. Con la exposición de este grupo en 1947 se iniciaba la vanguardia plástica en España.
El grupo terminó disolvién-dose, Fermín Aguayo, el mejor de todos ellos, marchó a París a vivir una auténtica vida de bohemia, para morir joven, de miseria, dejándonos una escasa pero luminosa obra, los demás tuvieron que dedicarse a sus oficios y trabajos para vivir, incluido Santiago Lagunas que ejerció su oficio de arquitecto, aunque dejándonos sus inquietudes estéticas en muchos diseños de decoración de interiores y pintando esporádicamente.
La exposición retrospectiva que se presenta en el zaragozano Palacio de Sástago tiene la singularidad de que trae obras poco conocidas de Santiago Lagunas, pues pertenecen a colecciones privadas, especialmente de su ámbito familiar. Podemos admirar los dibujos y cuadros realistas de su primera juventud, que demuestran una sólida formación, para pasar, después, a sus abstracciones, de gran originalidad, pues precisamente por su necesario aislamiento tomaron direcciones novedosas, llenas de materia y espiritualidad, con estéticas geométricas que les dan un singular aire de vitral. El tiempo no ha pasado por ellas y siguen emocionando al espectador.
Antonio Envid
Me gusta el texto, el discurso fluye y el tema invita a seguir leyendo. ¿Exposición en el Palacio de Sástago? ¿Ahora? Habrá que ir...
ResponderEliminarUn saludo
M
¿Dónde demonios he visto yo esa foto?
ResponderEliminarDoña Mercedes, ¿habrá que ir a ver la exposición? Bueno a mi me pilla de paso y... pues eso. Salvo tres o cuatro pieza no me entusiasma a mi la pintura de Lagunas.
Pero ya se sabe que sobre pintura además de no entender ná de ná, soy algo rara.
La Conchaparis
Doña Concha, ni se piense que porque quiera ir a la exposición conozco yo al tal Lagunas. Si a mi me va mas el renacimiento... Lo que pasa que Antonio sabe vender la moto y le entran a una unas extrañas ganas de culturizarse... pero es transitorio. Jaja
EliminarPor favor Antonio, déjate de economías y esas cosas y escríbenos así más...
ResponderEliminarCuéntanos cosas
Ángel
Doña Concha, la percepción del arte es lo más subjetivo que hay, lo importante es tener un criterio propio y no adoptar el de los demás, habitualmente nos dejamos llevar por lo que dice la mayoría. La abstracción de Santiago Lagunas, como digo, era muy original y construyó un lenguaje propio, que si no se saben los símbolos no es facil de interpretar, yo, desde luego, no los conozco, pero si que me causan emoción sus cuadros. La utilización de retículas de color enmarcadas en trazos negos dotan a sus pinturas de un aire de vidriera gótica que evoca una mística medieval y creo que son producto de alguien que buscó angustiosamente la trascendencia, pero esto es mi opinión particular.
ResponderEliminarAntonio
¡Jesús, María y José! Si tengo que discurrir todo eso cuando miro una pintura... mejor me voy de paseo.
EliminarA mi que no se me pida mas de lo que doy de si. Yo me planto delante de un cuadro lo miro y... ¡ya tá!
Con todo el cariño que sabe que le tengo, Don Antonio
La Conchaparis
Hablando de exposiciones, recomiendo vívamente la de fotografía de Agustín Centelles, que se expone en el Paraninfo y donde se demuestra que este fotografo está al mismo nivel de Robert Capa y es uno de los creadores del periodismo gráfico de guerra.
ResponderEliminarAntonio
Cada uno esta dispuesto a sacar su banderita...como no puede ver la exposición en el "Paraninfo", me fue a la Web : Agustín Centelles...y he visto la famosa foto de Cappa...no se si es la misma, pero he leído que Cappa, también había "compuesto" algunas de sus fotografías...El arte , ni se critica, ni se comenta :sirve a divertirse...
ResponderEliminarSiiiiiii, yo tambien he leido sobre esas "composiciones" de Capa; en concreto sobre esa foto del soldado cayendo hacia atrás de un disparo. ¿Como era la cosa? ¿alguien recuerda el "truco"?
Eliminar¡Cachis, como me fastidia estas lagunas de memoria!
La Conchaparis
Sí, parece ser que la famosa foto del miliciano impactado por una bala en su avance, está "dramatizada", esto es, es el soldado actuó para ello. También la popular foto de los soldados americanos que levantan la bandera en esa isla del pacífico en la segunda guerra mundial es un montaje. Y algunas de las cocnocidas fotos de Agustín Centelles también son un montaje, pero otra muchas no, es uno de los primeros fotógrafos que fotografiaron la guerra con toda su crudeza. Sus fotos fueron reproducidas en los mejores semanarios de la época, pero no se conocían los originales, que hace unos años fueron recuperados de una maleta que dejó el fotografo en Lion al huir de los nazis. Antonio.
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