En la cara, en la expresión de Tamara hay cierta tensión, o cierto cansancio, que quizá se aprecia también en los tonos de la piel, en la textura, en los tejadillos. Como cuando hay mucha gente contenta y una persona sola, apartada, incómoda, se anuda los lazos negros. Tal vez hay en ella algo indebido, una falta de cordialidad o de educación, una actitud menos civilizada: un deterioro o un reproche.
Como si en ella ya se hubiera hecho de noche, y su corazón fuese de terciopelo ajado, o insolidario, ingrato. Parece que se está secando a pausas; que se ha caído ya dos, tres veces. Tamara: hermética y tirana, enferma o triste, pero de pronto esa mirada dura que sostiene a dos ojos claros, con esas cejas oscuras que son como las patas de la sombra, y no respira porque está asfixiada de polvo o de carbón.
Quizá tenga un novio aviador que no ha vuelto de la última misión, que se ha ido volando firmamento arriba, y ahora qué, ella sola, pensativa como una anciana, melenuda como un ficus, hila que hila. Ya siente el hierro de las próximas tardes, las ojeras irritadas, los párpados negros como pétalos rotos.
Tamara está mustia, recogida, escueta, con el fúnebre olor de mucha ceniza flotando en el aire; con la decisión de empezar a tejer una telaraña enorme, densa, de hilos largos y malos, amarga de sabor y triste de tiempo.
Si se dejara crecer los ojos, o los labios de la boca una, o las laderas de la nariz, si dejara, en suma, de contener los átomos, las flores de su belleza, todos esos electrones que mantiene atados al cutis bonito, si soltara al viento la llama estupenda, si apenas, si saltando, si tal vez.
Está hermosa con el pelo suelto, con el pelo claro, con la melena a dos aguas y el peinado de escoba, partido de raya en medio. No es fácil saber si el pelo, un concreto pelo, embellece o destempla; es difícil, tal vez, como decir qué semillas crecerán en la tierra húmeda, bajo la ropa oscura, entreabriéndose con perfume de miel quemada.
Tamara está hermosa como una sustancia desconocida, dulce de sombra, que calla en la distancia como si estuviera lloviendo, entre manzanas, entre la tarde y el mar, oscura de sienes, atada a la cintura del día con una cadena de plata.
Tal vez está soñando una madre, o quince años más o menos, o unas frescas matitas de lechuga, o un viaje más lejos de lo lejos.
Narciso de Alfonso
(de Balconcillos)
Si, que me gusta, como una música : no hay que buscar sentido, solo oír...como el agua que pasa por el rió, la melodía, la fluidez : es un canto y no tengo que matarme para entenderlo ...que bien las cosas sencillas
ResponderEliminarBernardo el belga
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ResponderEliminar.
Mais oui, Bernard…
¿cómo que carece de sentido? está bien
(muy bien) que leas así el merodeo, como
una voz de melopea que te acuna, pero
si quieres leerlo con sentido: todas, cada
una de las letras (no sólo de las palabras)
lo tienen. No hay nadaaaaa gratuito, arbitrario,
aunque, claro, el asunto consiste en que parezca
completamente arbitrario, como si se hablara de
cualquier cosa, como dicho de paso y por no callar…
Voy a dar otra vuelta de tuerca -el Maestro me ha
dado permiso- a los merodeos: les sobra la lógica
del cerebro izquierdo, todavía muy abundante.
Y las traslaciones metafóricas tienen que ser mucho
más distantes y… nada de belleza armoniosa, fácil:
sólo la cruda, la dolorosa, la que sangre, y…
En fin.
Un saludo.
Narciso
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Narciso : las palabras nos traicionan a menudo aun mas cuando se tiene conocimientos de ella por la vía oral (que nadie vaya a ver otro sentido, que el sentido común)...Cuando escribo :"no hay que buscar sentido", no es que no haya, ni que sea la intención del escritor...solo que hay varios niveles, varios grados de lectura…Igual la literatura será como el Yudo (o el Karate, que también ese blog tiene un maestro) : las cinturas de colores et los Dams…
EliminarY, para mi: leer la “literatura” tiene que ser un placer…casi onanístico.
Mi vida cotidiana (como la de muchos) me trae bastante ocupaciones: mi familia (=mi mujer, hijas y nietos…y mas alla), el trabajo , algun compromiso “social” y otros interés…tengo, tenemos que eligir : asumo mi “orden” y eso explica que, para mi, la “literatura” es un poco mas que un divertimiento…Pero, cada uno pone su listón que no es el mismo para todos como por el salto de altura, de longitud o el triple salto!
Por concluir ese comentario : para mi, la sangre, el dolor son unos elementos de la vida humana, como la “gentillesse” que no se puede traducir con lindeza o ternura…Cariño y respecto me parecen mas adecuados
Un saludo cordial
Bernardo
A mi los merodeos me encantan. M
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