La Biblioteca Nacional de España acoge la exposición Joaquín Costa. El fabricante de ideas, organizada por el Gobierno de Aragón y Acción Cultural Española con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España y la Universidad de Zaragoza para conmemorar el primer centenario de la muerte del sabio aragonés.
Joaquín Costa era un intelectual de su tiempo y un político sin partido que quiso regenerar su país. Fue un gran pensador liberal y republicano, un hombre de acción y de carácter. Nació en la localidad oscense de Monzón el 14 de septiembre de 1846 y falleció en el cercano pueblo de Graus el 8 de abril de 1911.
A partir de una selección de los fondos que conserva la Biblioteca Nacional de España y de otros procedentes de otras instituciones, se refleja una visión contemporánea de su personalidad y de sus actuaciones públicas en el contexto de la España finisecular.
La muestra, comisariada por Ignacio Peiró, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza y por Rafael Bardají, periodista y profesor asociado en la misma universidad; se articula alrededor de cuatro grandes espacios: La educación de la mirada, El sentido del paisaje; Profetas del saber, sacerdotes de la ciencia; Cultura política: República y regeneración de España y Muerte y posteridad: memoria e historia de Joaquín Costa
Libros, documentos, publicaciones periódicas, fotografías y óleos, entre otros objetos, ofrecen un retrato de los entornos en que se desarrolló, los años de formación que forjaron su persona, su planteamiento ideológico así como su legado y transcendencia.
Exposición organizada por el Gobierno de Aragón y Acción Cultural Española con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España y de la Universidad de Zaragoza.
Web de la Biblioteca Nacional
Ignacio Peiró: "Costa es un hombre diluido en el espacio de la leyenda"
Es el comisario de la exposición, junto a Rafael Bardají, `Joaquín Costa: el fabricante de ideas´ que se inaugura hoy (20.00 h.) en el Paraninfo. Ignacio es profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.
--Un intelectual de su siglo. Una figura polifacética: jurista, escritor, periodista, historiador, pedagogo... Fue también un político sin partido, que quiso regenerar su país.
--Su nombre siempre ha sobrevolado lo popular, pero no sé si es conocido.
--Eso es; su obra se ha perdido. Parece que es muy conocida pero en realidad creo que solo se conoce de manera fragmentaria, a veces impenetrable y marcada por los tópicos.
--¿Su figura sufre el paso del tiempo? ¿Ha envejecido mal?
--No, no. Vuelvo a repetir que su imagen de intelectual se ha ido remodelando a golpe de recuerdos, perfiles apresurados, memorias interesadas e interpretaciones de historiadores... Considero que es un hombre marcado por las conmemoraciones y diluido en el espacio de la leyenda.
--Le intuyo cierto retintin.
--No, mi mirada es la de un historiador, que trata de poner al personaje en su contexto. Desde el desapego profesional. Lo que no quiere decir que no le tenga como persona un gran cariño. Creo que en la exposición se detecta este sentimiento.
--¿Qué vamos a ver en la muestra?
--Una visión contemporánea de la personalidad de Costa, y de sus actuaciones públicas en el contexto de la España del Desastre y la Regeneración. Hemos trabajado con un equipo excelente para recrear los distintos espacios que ayudan a construir a Costa como hombre, intelectual y político.
--¿Qué contiene?
--Cerca de 200 piezas, con documentos personales, fotografías, libros que reflejan sus ideas y especialmente grandes cuadros de maestros de la pintura aragonesa, desde Lafuente a Gárate o Ramón Acín, y española, como Sorolla, Zuloaga, Regollos...
--¿Que partes tiene la muestra?
--Cuatro grandes espacios: la educación de la mirada. Profetas del saber. La cultura política; y finalmente, la muerte y posteridad con un corolario dedicado al triunfo de las ideas, donde desde el presente se rinde homenaje a la memoria de Costa.
--Como historiador: ¿sus ideas son actuales?
--Como tales ideas, sí. Como soluciones para los problemas actuales, no.
--Goya, Buñuel, Costa, Cajal: ¿no hay un sentimiento de dolor hacia Aragón?
--La relación con la patria chica de todos estos grandes personajes, siempre fue muy ambivalente, por su propio carácter y por el de los aragoneses. Se movieron entre la aceptación y el rechazo. A Costa, Zaragoza le abrirá las puertas a la posteridad con su entierro multitudinario.
Y en el Colegio Notarial -Plaza del Justicia- los días 21 y 22, a las 7,30h, dos conferencias sobre la figura de Costa como jurista.
ResponderEliminarLo tengo anotado pero no encuentro el tema de las conferencias ni los conferenciantes. Pero Delgado Echevarría está, eso sí lo recuerdo.
Esta exposición, que es muy interesante, ha estado varios meses en el paraninfo de la universidad zaragozana, yo la ví un par de veces.
ResponderEliminarCosta era un señor muy bien intencionado, que escribía a una velocidad de vértigo y por tanto es difuso e incluso contraditorio. Lo mismo vale para que Franco lo elogiara por lo del "cirujano de hierro" como para que la izquierda lo quiera hacer suyo.
Yo he intentado leer alguno de sus muchos libros y me ha resultado pesadísimo. Igual hablaba del derecho de los iberos, que de economía, que de antropología, y aunque sus saberes eran vastos, no sabía de todo. Lo cierto es que lo cita mucha gente y lo han leído muy pocos, salvo los que han tenido que hacer alguna tesis sobre él o alguna de sus obras.
Al recoger el derecho consuetudinario aragonés creo que hizo una gran labor antropológica y para mí es lomás valioso de su obra, pero este aspecto no he visto que se haya destacado.
vale de rollo. Antonio.
La entradaa se ha hecho coincidir con el aniversario del nacimiento de Joaquín Costa, muy oportuno. Sin embargo en esta tierra suelen celebrarse las defunciones. Una muestra de nuestra necrofilia.
ResponderEliminarEl entierro de Costa fue paradigmático de esta tendencia, pues si en vida no cosechó nada más que críticas y olvidos (su mal carácter tampoco ayudó mucho), en sus funerales, en Zaragoza, se le tributó uno de los más multitudinarios homenajes de los que se tiene recuerdo, como lo recogió la cámara de Aurelio Grasa.
Vaya país, en el que hay que esperar a que uno se muera para que digan:!qué gran hombre! o ¡qué buen chico!
Antonio
Pues es verdad. Pero...no resulta paradógico, que sean los problemas precisamente, lo que nos hace más sabios?
ResponderEliminarQuizás a algunos se les fuerza demasiado, por lo que veo que cuenta Antonio. Por una lado puede parecer chiquillada, el jugar con el carácter de los demás, pero por otro...
angel
D. Antonio dice: "Vaya país, en el que hay que esperar a que uno se muera para que digan:!qué gran hombre!"
ResponderEliminarNo quería hacer de malísima hoy pero usted no debería provocarme jejeje.
Srta. Mala rematá
¡Je! Muy bueno...
ResponderEliminarangel ( hasta mi nombre me hace gracia ahora mismo)
Estamos de acuerdo, Ángel, los problemas nos obligan a pensar y nos hacen más sabios, pues como decía Marañón, el cerebro es un músculo que se atrofia si no se usa.
ResponderEliminarCreo haber oido que Zapatero va a dejar a su sucesor una carta con cinco o seis cosas que no le aconseja hacer, pues él ha cometido esos errores. Ha tenido casi ocho años para enterarse, pero se descuelga ahora. O sea, que hay gente a quien le cuesta mucho aprender.
Una úlima reflexión, cuando yo cometo un error lo pago yo, y si no aprendo de él, lo vuelvo a pagar, hasta que me entero. Cuando un político de aquí (algunos han debido de ser seleccionado por el procedimiento más arbitrario imaginable)yerra, sus errores los paga el personal y él se queda tan fresco, con lo cual no tiene ningún estímulo para aprender de los errores.
Antonio.
D. Antonio, ¿se tomó hoy la pastilla?
ResponderEliminarLo digo por su comentario de las 20,39
Hoy está ¡que se sale! jijiji
Como yo soy genéticamente bueno (he intentado ser malo y lo hago fatal, por lo que he dejado de esforzarme) no capto la ironía. Pero ¿ha oído alguién por aquí que se diga algo malo de un muerto? Yo me llevo las manos a la cabeza de las alabanzas que ha suscitado la muerte de algunos ¿pero de verdad estamos enterrando a fulano, no me habré equivocado de entierro? Por el contrario, qué tacaños somos para reconocer virtudes de nuestros coetáneos, y cuanto más cercanos peor, y si es aragonés, ni lo cuento. El caso Costa es un ejemplo, hubo de morirse el hombre para que se le tributara un gran homenaje en Zaragoza.
ResponderEliminarAntón.
Hablando de pastillas, seguro que nuestro ZP, alguna se ha tomado.
ResponderEliminarNo entiendo mucho de política, pero me da que los que llegan ahí son los encantadores, encantados.
Debe ser muy duro, darse cuenta de algunas cosas de golpe. ¡ Menudo empacho !.
Tendrán que sacar una especie de creditos-error, para los que les toca todo de golpe.
Ahora ¿ Ahora, a cuantos años ? , depende, depende.
angel
Respecto a la última reflexión, es totalmente cierto, nuestros políticos van por la vía T y la vida es una carretera comarcal con curvas y bachecitos.
ResponderEliminarLuego pasa lo que pasa. Al final de todo quién pierde...pues TODOS, ¡leñe!.
angel