martes, 13 de septiembre de 2011

POBRES (Truhán)

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Carod Rovira, en el centro, vestido de baturro

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Uno, entiendo yo, nunca debiera renegar de sus raíces. Entre otras cosas porque siempre encontrará argumentos para abrazarlas: si siendo buenas (aunque habría que saber qué sea eso de “buenas”), si siendo buenas, digo, le va bien, porque de casta la viene al galgo; si mal, porque siempre podría presumir de haber besado la gloria; si siendo malas le va bien porque siempre es meritorio superarse; y, si mal, porque la culpa es del destino.

La procedencia, en todo caso, buena o mala, es verdad. Y la verdad es belleza como bella es la verdad (Keats).

A pesar de todo, uno incluso podría llegar a entender a los que por debilidad o incluso cobardía, andan por la vida con antifaz. Humana es la debilidad, claro.

Lo que ya no entiende -salvo espurios, crematísticos, intereses y ese es otro tema- es a aquellos que no sólo ocultan sus raíces sino que, además, se inventan nuevas (y por inventadas, falsas, y por falsas horribles –Keats de nuevo, a contrario sensu, como dicen los juristas). Y lo peor: no sólo se las inventan, sino que se las llegan a creer y llegan a amarlas tanto y a odiar tanto las suyas verdaderas que acaban imponiendo a los demás la mentira de que se alimentan. Ese es su resentimiento, su enfermedad, la gran mentira que lo manipula todo: desde la historia hasta la naturaleza del ser humano. Nazismo puro. Pura mentira. Pura monstruosidad.

Háganselo mirar esos charnegos independentistas, no por casualidad los más radicales ya que la causa de sus aberraciones no está en la raíz ni en la verdad sino en la vergüenza, el resentimiento y la mentira; causas que sólo pueden generar odio.

Durán y Lleida (antes “Lérida”) y Josep-Lluis Carod-Rovira (antes José Luis Pérez Díez), siempre ocultan en sus biografías, amén de sus nombres, que el primero es de Alcampell, provincia de Huesca y el segundo de Zaragoza. Se mienten y nos mienten porque no se gustan. Y así pasan la vida, huyendo de sí mismos, amargados y amargando. Pobres.

Truhán

4 comentarios:

  1. Lo que no entiendo es cómo es posible que una persona llegue a mostrar tal desdén e incluso desprecio por sus orígenes.

    Eso me hace pensar en la carga de manipuladora del nacionalismo.

    En el fondo parece que los catalanes también reniegan de sus orígenes aragoneses.

    Salud!

    Vladimira

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  2. ATENCIÓN, hoy mismo hay una encuesta en La Vanguardia sobre el castellano como lengua vehicular.

    Puede votarse aquí:

    http://www.lavanguardia.com/participacion/encuestas/20110905/54212205609/apruebas-que-se-implante-el-castellano-como-lengua-vehicular-en-las-escuelas-catalanas.html

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  3. Vladimirica, no te pierdas la biografía de Durán LLeida -en su partida de nacimiento constará Durán y Lérida- en la página de CIU. Hacen mil dibujos para evitar decir que nació, se crió y educó en Huesca. Así, expresan que nació en Acampell "pequeño pula dice que nació en Alcampell -omiten la provincia- un "poble petit de la Franja de Ponent". Que estudió en Tamarite de Litera -omiten la provincia- e hizo Derecho en Lérida.

    El hacer Derecho en Lérida es mas bien un desdoro. Le pillaba mas cerca Lérida que Zaragoza -o igual, no lo se- pero hacer Derecho en Zaragoza es un punto alto, no así en Lérida. Mas de uno conozco que ante ciertas dificultades en Zaragoza, trasladaban su expediente a Lérida. Ahora bien, con la picaresca de dejarse alguna asignatura pendiente para, con posterior traslado de expediente, tener el título por la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza, no la de Lérida.
    Eran otros tiempos, ahora todas las Universidades andan parejas.

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  4. Pues no se si has visto algún libro de historia de los colegios catalanes. Son tremendos. No les importa mentir y lo malo es que en ese microcosmos impermeable nadie quiere saber la verdad ni debatir ya que no tienen argumentos.
    Salud
    Vladimira

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