AEM |
¿Ya
ha despertado, Mr Happy? Me alegro. Puse la anestesia justa para poder
acomodarlo a la mesa de operaciones. No, no intente hablar, le he sellado la
boca con esparadrapo, no es por nada, que me encantaría charlar con usted, pero
ya habrá tiempo, ahora he de concentrarme en la labor y ¡claro! su interesante
conversación me perturbaría. He de decirle que estoy muy feliz por conocerlo
personalmente, he leído todas sus obras; leído y releído, anotado, subrayado,
podría recitarle párrafos enteros, son geniales. Sí, también está firmemente
sujeto, para que no se mueva involuntariamente, la intervención será delicada,
pero confíe en mí, tengo unas excelentes manos de cirujano. La anestesia será
epidural, por eso está sujeto, para evitar movimientos involuntarios. El mundo
no agradecerá bastante al doctor Menguele su contribución a aliviar el dolor de
la humanidad al descubrir, gracias a los experimentos que pudo llevar acabo en Auschwitz,
este tipo de anestesia, sin embargo, ya ve, injustamente perseguido y tratado
como si fuera un monstruo. Cuanta injusticia. Yo podría hablar de ella largo y
tendido, sobre todo de cuando fui expulsado del colegio de cirujanos de Vermont.
Mala praxis médica se alegó, pero la causa cierta fue la envidia de varios
colegas, sobre todo la del presidente del colegio, que no me perdonaba el que
tuviera más éxito que él con las damas de la buena sociedad de Burlington. Ya
sabe el glamour francés que todavía exhala Vermont y habrá notado que yo soy un
caballero de buena educación, mientras que mi colega era un perfecto patán. En
aquella ocasión me fue de gran ayuda su extraordinario manual “Como superar la
injusticia”, me sacó de la grave depresión en que había caído, pero sobre todo
su libro “Encuentra el enorme poder de tu energía positiva”. Yo había
recomendado sus libros, con gran éxito, a mis pacientes. A Mr. Earstick, sin ir
más lejos, cuando le extirpe aquellas horribles orejas de planeador que le
acomplejaban tanto, le recomendé su libro “Como sacar partido a sus defectos
físicos” y le fue de gran ayuda. A partir de entonces hubo de ir con peluca,
pero como también padecía de una alopecia galopante, siempre me agradeció el
favor que le había hecho, pues iba caliente en invierno y había logrado su
sueño: librase de aquellas horribles orejas y lucir una cabellera rizada. Mi
libro de cabecera ha sido siempre su obra ”La conquista de la felicidad a
partir de la desgracia”, y no digamos de “El dominio de las vibraciones
positivas”, genial, genial. La intervención será breve, se trata solamente de
amputarle las piernas, quizá también, puestos, haga que su columna quede
rígida, pero las manos y los brazos, esas manos que saben escribir esos
maravillosos consejos de autoayuda, que han salvado de la depresión a tanta
gente, quedarán indemnes. Una vez que se encuentre en una silla de ruedas y con
el torso rígido, podrá experimentar en usted mismo sus técnicas de autoayuda y
perfeccionarlas. ¡Qué extraordinarias teorías saldrán entonces de su privilegiado cerebro! Yo habré sido solamente un modesto
instrumento necesario para que las ciencias de superación y crecimiento personal
avancen de modo notable. Seré un modesto instrumento pero alcanzaré una parte
en la gloria, que solo a usted está reservada. Total, únicamente tendrá que
renunciar a su afición al tenis, en el que, a pesar de gustarle tanto, ha de
reconocerme que nunca pasará de ser un mediocre jugador, en cambio en la
ciencia del desarrollo de la personalidad positiva, en la autoayuda, ahí,
empleando toda su energía, hará dar un paso de gigante a la Humanidad.
Antonio Envid
Je, humor negro y con moraleja: qué mansos son los toros desde la barrera. Quizá se eche de menos alguna respueta, siquiera sea un gesto ya que no puede hablar, de emminente paciente. Claro que también el silenci tiene su gracia. De hecho yo mientras lo leía no hacía más que imaginarme su cara y sus gestos, y la verdad me lo he pasado bien.
ResponderEliminarPero, ¿el doctor Menguele hzo alguna contribución para la aplicación de la anestesia? ¿a mitigar el dolor, preciamente?
ResponderEliminarMenguele con sus estrafalarios y crueles métodos estuvo buscando un sistema barato de anestesia, qizá se lo encargaron para atender a los heridos de guerra, para lo cual clavaba agujas en la comuna de sus victimas, pero lo que consiguió es dejarlas paralíticas
ResponderEliminarantonio