-
D. Alfredo Pérez Rubalcaba, que viene a ser el Sr. Pérez, socialista incombustible porque, al parecer, utiliza calzoncillos de amianto, no nos interesa ahora porque esté recorriendo Nueva York con un plano de Venecia; ni por esa figura, limpia de electrones libres, que es exactamente la del dueño de la funeraria de las películas del oeste.
Para evitar entendidos malos: consideramos que socialistas y liberales se turnan para saltar y dar cuerda en la misma comba y que liberales y socialistas carecen por completo de inspiración y de generosidad.
El Sr. Pérez nos interesa ahora –ya no luego, ni mañana- porque no sabemos para qué, por qué quiere tener en exclusiva y monopolio zulú toda la ética y la ética de todos y para siempre, como si fuera un mercancías cada vez más veloz, cargado de una ética desquiciada, que se acerca a toda máquina a los últimos acantilados. Suponemos que la convicción original, única, preciosa y equivocadísima del Sr. Pérez, vendría a ser algo como: ‘sólo la actividad estatal es ética porque se hace en beneficio de los desposeídos, a los que protege de la carnívora iniciativa privada’.
Entonces es una ética pública que se impone (¿una ética que se impone?) a todo lo que se mueve, llega al sitio, sanciona y (ahora viene el asombroso remate): regresa, vuelve, torna a los brazos de su amo, el Sr. Pérez, que es que no acaba de fiarse de los malotes ni de los buenotes: es un monopolio de la ética muy tacaño, avariento –con qué estilo exactamente avariento se frota, se acaricia las manos el Sr. Pérez-.
Así que la cosa ética –que es lo único que puede hacernos libres a todos y a cada uno- se vuelve con el enterrador, que se frota las manos, y nos deja –con los 40 ya cumplidos- sin ética personal, propia, nuestra: sólo sancionados y sospechosos –lo de desposeídos, al final, es que no importaba demasiado- esperando a que suelte arbitrariamente –cuando le pete- los hurones de su monopolio ético, que volverán a mordernos el culo a dentelladas –sobre todo si somos desposeídos-. El Sr. Pérez ha inventado la ética yoyó, que siempre le vuelve, atadita, pública, en barullo infumable con el beneficio de los desposeídos, la actividad del estado y el control de los carroñeros de la iniciativa privada. A eso, en mi pueblo, se le llama hacer un pan como unas hostias.
Narciso de Alfonso
El Merodeador, III
"... recorriendo Nueva York con un plano de Venecia"
ResponderEliminar¡La repanocha!
La Conchaparis
(a la que dos gemelas de tres meses -¿será lo mismo que una de seis?- le han pegado un catarrazo de aúpa)
.
ResponderEliminarMa, Concetta, se agradece tu comentario,
y -en relación con las gemelas- creo que son
dos de seis meses: es la aritmética del gemelo 8-)
Cuídate, anda.
Gracias
Narciso
.
Pessoa era un cuello apretado que cantaba hacia nadie, hacia ninguna parte.
ResponderEliminarFelicidades Concha...y un saludo Doctor
Ángel
Tengo la sensación, de que Pessoa, llegó a ser tan hábil, con el ángulo diferente de las cosas, que se volvió falso, como él mismo se denominaba.
ResponderEliminarEstos últimos días, hubo una frase que leí , que me dejó kao, “ la poesía, no es una pregunta ni una respuesta, la poesía es lo que hay en medio”.
He llegado a jugar, con la descripción de lo que hay alrededor de las cosas, o en el espejo también, pero hay que tener cuidado en no caer en agua de montaña que no quita sed.
Creo que no es que haya un ángulo que no conocemos, creo que hay un ángulo, que nos lleva a cosas que no conocemos.
Prefiero habitar muchos lugares en mi, que ser muchas personas.
Ángel
.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Ángel... Pessoa fue un tipo
difícil -por decirlo de algún modo- que sufría,
era invadido -involuntariamente- por heterónimos.
Otro asunto es que él respondiera a sus heterónimos,
alguno de los cuales fue incluso su maestro -Alberto
Caeiro- y que les sacara beneficio... de todas formas,
tiene un número enorme de todas las variedades
-hetero, pseudo, no recuerdo más tipos, pero
los hay-. Y un número enorme pueden ser cientos,
que comenzaron en la más tierna infancia...
Pessoa. Caso aparte.
Narciso
.
Eso es don Nar, Pessoa invadido por sus heterónimos. Siempre me dejó una sensación extraña Pessoa, y extrañamente atractiva. Ahora me lo ha revelado usted, don Nar -grande porque lo es sin querer-. La sensación es esa: Pessoa no creó nada, fue invadido!!
EliminarPD. Don Ángel, gracias por la felicitación por la llegada de las gemelas ¡me enamoraron! Lástima que se les ocurrió nacer en La Haya ¡agggg!! Las bajas temperaturas -nevó- no pudieron conmigo pero ese par de mocosas -nunca mejor dicho- me traspasaron su catarro. ¡Cachis!
Entiendo, gracias por la aclaración.
EliminarBuff!!! desde pequeño, qué temple. Impresionante.
Ángel
Supongo que habrá sido una invasión de besos
EliminarQue las disfrutes mucho Concha
Ángel
.
ResponderEliminarConcetta: ¿has ido a parir a las gemelas a LaHaya?
¿A LaHaya de... Amsterdam...?
Te pilló de viaje, claro... o no sabías que estabas
embarazada... pero siendo gemelas, tenías que
notar algo raro...
No sé...
Si nos explicarases el asunto... un poco,
no por cotilleo, sino por interés, claro... 8-)
Gracias
Y enhorabuena... 2 enhorabuenas
Caray, qué cosas....
Cuídate, por ellas...
Narciso
.
Don Nar, es usted mas malo que un dolor!!
EliminarOiga, una cosa es la ambigüedad en el decir-escribir y otra que usted se aproveche p´a maltratarme.
Ni imagino si usted hubiera sido gemelo -de a dos o de a seis que me ha hecho un lío- ¡aggggggggg!
Si con uno (usía) no puedo ¿qué sería de mi si fuera usted doblado?
Srta. Ambigua, revuelta y confundidora.
.
EliminarConcetta: ¿pero de dónde te ha salido tanta gemela de golpe?
No es necesario que me lo cuentes 8-) pero, ante la sorpresa,
uno reacciona así como poco apropiado, sobre todo porque
te imagino entre hielos buscando a unas gemelas en no sé
qué idioma de no sé qué país y la cosa va tomando cuerpo
para una historia...
En fin, me quedaré con las ganas...
Besos u abrazos, cuídate.
Narciso
.
¿Sabéis si ha reaparecido ya el blog poético Balconcillos, y (de ser así) dónde está ahora? Gracias.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarHola, creo que puedes ser aitor (te respeto la
minúscula), yo soy narciso (por no destacar, minúscula),
y es que... veamos: los balcones empezaron a hacer extraños
(leves pero extraños) en relación con la lista de categorías,
que iba y venía, de modo que me dije: respalda y desmonta,
y así lo hice... y cambié la fachada y tal, con la idea de
reabrirlos sobre la propia, pero -en un segundo tiempo-
me dije, dije: pero ya que estamos, se podría introducir,
con la reapertura, alguna novedad -no en el blog sino
en la intención poética y así- pero me quedé como
atascado en esa coyuntura indecisa, esperando una
inspiración... también es cierto -por otra parte- que
un cambio, incluso menor, supone sumergirse en
la poesía total (perdón) y eso me da como cosa,
algo como contrario a la pereza pero con el mismo
efecto: quizá un cierto temor a la fatiga de la pasión
y a la consiguiente resaca, en fin, ya ves -espero-
por dónde van los tiros. O sea, vendría a ser que me
retraso en abrirlo porque me apetece demasiado, o algo
así... puedo ofrecerte cosas de Bukowski, si te va,
que ha sido una última dedicación... en cualquier caso,
me paso por el zumo para decir algo, que creo que te
voy a quitar las ganas de preguntar si sigo respondiendo
con esta vehemencia.
Gracias, si se te ocurre algo, dimelón, por favor.
Narciso
.