Mala papeleta Rajoy y mala papeleta España.
Ahora bien, si yo fuera él y estuviera, de verdad, libre de culpa, lo que haría hoy sería exactamente esto:
1º Defender, por supuesto, mi inocencia.
2º Presentar aún así la dimisión y consecuente adelanto de elecciones.
3º Prometer y llevar a cabo en un plazo máximo de un mes, antes de las elecciones anticipadas, una catarsis plena en mi partido.
4º Volverme a presentar a las elecciones con un equipo absolutamente limpio y a poder ser distinto.
5º Contemplar en mi programa -por fin- lo que el pueblo pide a gritos. A vuelapluma: cambio de sistema electoral implantando listas abiertas e incluso una segunda vuelta; reforma estructural del Estado; independencia real de la judicatura y fin de las subvenciones a partidos y sindicatos.
Si en estas condiciones sale, nos salvamos. Porque -entonces sí- podrá gobernar no sólo con la mayoría de ahora sino, por fin, sin los frenos que la corrupción general (propia y ajena) ha venido imponiendo a todos nuestros gobiernos. Si no sale y vuelve la izquierda retomando el asunto donde lo dejó, nos terminaremos de hundir del todo.
De lo malo, pues, lo menos malo.
Claro, que si fuera Rajoy y no tuviera limpias las manos... en ese caso igual nos da: también estaremos hundidos y, desde luego, no dimitiría, porque los corruptos no dimiten sino que los cesan. ¿Y quién -sables al margen- puede cesar a un Presidente del Gobierno?
Claro, que si fuera Rajoy y no tuviera limpias las manos... en ese caso igual nos da: también estaremos hundidos y, desde luego, no dimitiría, porque los corruptos no dimiten sino que los cesan. ¿Y quién -sables al margen- puede cesar a un Presidente del Gobierno?
Truhán
Con todos mis respetos lo leído me suena a lo que ya en su tiempo dijera Lampedusa en El Gatopardo: "Algo debe cambiar para que todo siga igual“.
ResponderEliminarSí, claro, con listas abiertas, independencia judicial, segunda vuelta y cambio de la estructura del Estado estaríamos igual... No sé, pero me parece que no ha leído bien lo expuesto (a lo mejor es que no está claro). El problema es quién y cuándo acomete esas reformas porque desde luego este bipartidismo cómplice y connivente no parece estar por la labor. Sólo un gobierno fuerte de verdad podría hacerlo: un gobierno limpio y con mayoría suficiente. Y esa es la hipótesis planteada (o que se intenta plantear quizá sin acierto): si yo estoy limpio y salgo ileso de un complot que desestabiliza el estado: salgo más fuerte: limpio mi partido, pego un golpe en la mesa y acometo esas reformas. Pero tengo que estar limpio, claro.
ResponderEliminarSaludos.
Perdón, no he firmado por error.
ResponderEliminarComo decía mi abuelo: si mi tía fuera mi tío, tendría cojones. Antonio
ResponderEliminarAlgunos querrían que para que todo siga igual vuelvan los de hace un año... (por ejemplo los que se tiran a la calle).
ResponderEliminarSexo a parte, los que mandan, los unos y los otros, deberían ir a una clínica de desintoxicación de poder, lo primero.
EliminarY después de haberla hecho, presentarse a elecciones con el alta médica.
Y después...ya veríamos.
Maestro Astilla
Esto no funciona... probando, probando
ResponderEliminarLa Conchaparis
¡Toma castaña! Ahora sí funciona.
ResponderEliminarNada, solo quería decirle a Don Truhán que es un suicida.
La Conchaparis
Ese es el problema, doña París, que para suicidarse es necesario estar vivo y en este país estamos muertos.
ResponderEliminarSaludos y gracias por todos los comentarios, todos adversos pero precisamente por eso...
También está la casta de los de pompis educado.
EliminarCon el bufete abierto, como los abogados, pero educados.
Maestro Astilla
Sera que,en España, todo se termina con canciones, rizas y vida picaresca...
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