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Acaba de apagar la luz algún
cabrón.
¿Sabes por qué estás aquí?
Pues yo no, pero así fue el principio:
"En el principio creó Dios el cielo y la tierra.
La tierra era caos y confusión".
Aunque alguien encendiera la luz
en este preciso instante,
mis ojos permanecerían ocultos,
avergonzados, entre mis manos,
ante la llama cegadora como una lengua de fuego.
No recuerdo más que el Caos,
del que nacieron Erebo y la Negra Noche.
Mis pies, desgajados de mi cuerpo,
caminaron sobre angostos caminos
donde las piedras saladas sabían a calor.
Yo no sé adónde he llegado,
acaso, ¿conoces tú mi destino?
No deseo la muerte; tan sólo dejar de sufrir.
Es difícil comprender.
Estoy lista: Nada tuve y con nada me iré.
¿Sabes por qué estás aquí?
Pues yo no, pero así fue el principio:
"En el principio creó Dios el cielo y la tierra.
La tierra era caos y confusión".
Aunque alguien encendiera la luz
en este preciso instante,
mis ojos permanecerían ocultos,
avergonzados, entre mis manos,
ante la llama cegadora como una lengua de fuego.
No recuerdo más que el Caos,
del que nacieron Erebo y la Negra Noche.
Mis pies, desgajados de mi cuerpo,
caminaron sobre angostos caminos
donde las piedras saladas sabían a calor.
Yo no sé adónde he llegado,
acaso, ¿conoces tú mi destino?
No deseo la muerte; tan sólo dejar de sufrir.
Es difícil comprender.
Estoy lista: Nada tuve y con nada me iré.
Lucía
Fraga
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