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SGS |
Qué mejor recuerdo para nuestro entrañable Mariano Berdusán, en estos días que se cumple el primer aniversario de su marcha, que recordarle con este hermoso relato, de los muchos y buenos que nos dejó.
En la terraza de
mi casa tengo dos macetas: una con un rosal esbelto que sólo me da una rosa cada
año y otra con un geranio, que esta primavera, me ha obsequiado con una
espléndida florada. Con esa abundancia de flores del geranio casi me siento
compensado por la ausencia de flores del rosal.
Pero no era de
flores de lo que quería comentar. Sino de esto otro: Me cuentan que, a un
conocido compañero del trabajo, le han tocado en la Primitiva, o no sé en qué,
nada más y nada menos que un montón de millones, no sé si de las antiguas
pesetas o de los modernos euros. En cualquier caso, me dicen, le ha tocado ( y
lo de tocar nunca mejor dicho) un montón de millones.
Lo de tocarle a
uno algo, se puede entender en muchos sentidos. Un coche, en marcha, toca a otro
también en marcha o parado y según como sea el “tocamiento” te puede sacar de la
carretera. Un boxeador, en un combate, “toca” a su contrincante y según como sea
el tocamiento, te deja sin saber dónde estás. Hay ráfagas de viento que, si te
tocan, te pueden dejar sin la gorra, sin el árbol de al lado y sin las tejas de
tu tejado.
¿Cómo ha sido de
fuerte el “tocamiento” de millones a mi amigo?. Por lo que cuentan, creo que
bastante fuerte. De momento ha dejado el modesto y creo que también feliz
trabajo que tenía en la Empresa. Ha dejado, creo también a unos amigos y
compañeros que con él “sudaban la camiseta”. Ahora tendrá, creo yo, otras
ocupaciones. Otros amigos que, seguramente, casi seguro, no sudarán la
camiseta.
Ha dejado la
felicidad y la tranquilidad que dan el poder levantarse uno cada día, sonreír a
la familia y sin miedos y sin temores y sin sustos acudir a la cita diaria del
trabajo, pero luego, al anochecer, poder acostarse y dormir a pierna suelta.
¿Será ahora mi amigo más feliz que antes en estos andares cuajados de temores de
su vida actual? No lo sé.
Desde ahora le
deseo lo mejor y buen éxito y acierto en cuanto emprenda.
Yo que no tengo
millones ni espero tenerlos ya a estas alturas de la vida, yo que no tengo ni
siquiera un palmo de tierra o un sencillo huerto como dice Fray Luis de León que
tenía cuando dijo:
Del monte en
la ladera
Por mi mano
plantado
Tengo un
huerto
Que el viento
orea
En esta ladera
última de mi vida, a mí que no poseo nada de todo eso, sólo me quedan tres
cosas: mi familia, una mesita a mi lado cubierta de libros para leer, repasar y
soñar y, sobre todo, mi geranio en primavera. ¡Cuánto me gustaría que a mi
amigo, el de los millones, no le faltasen ahora ninguna de estas tres cosas.
Sobre todo, que no le faltase un hermoso geranio en la terraza de su casa.
Quizás, con unas sencillas flores a la vista, lo vería todo de otro color...
Quizás.
Gracias Servando.Con aportaciones como la tuya sigue vivo el recuerdo de mi padre,y siempre te estare agradecido.Un abrazo.
ResponderEliminarEl hueco que dejó don Mariano en el blogg no lo ha llenado nadie.
ResponderEliminarDon Antonio, es que el hueco que dejó es muuuuuuy, muuuuuy, grande. Y ahora que el blogger nos trae este aporte se es mas consciente de ello.
EliminarPero no desesperar, sabemos que el blogger nos traerá trozos de don Mariano como lo ha hecho ahora
La Conchaparis
En cada uno dejó un hueco diferente. Para mi fue un sabio sencillo y entrañable. Sus traducciones de Hoderlin -no puedo añadir la diéresis porque escribo desde el móvil- son memorables y dignas de mayot dan. Hace días leía en el mundo que alguien lo había traducido y no tuve ganas de comprobar que la de don Mariano era mejor, seguro.
EliminarYo siento por él, a día de hoy un cariño que me hace más humana y que me sorprende. Mi suerte es que como no lo conocí en persona, tengo la sensación de que no ha muerto del todo.
Vlad
Gracias a todos por vuestros cariñosos comentarios.Y si...seguro que la traduccion de mi padre era mejor,aunque solo fuese por el cariño que desprendian sus trabajos.Un abrazo.MARIANO HIJO.
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