AEM |
Pero hombre, no seas matraca, Macario, no me vengas a mí con estos problemas
¿No eres tú el alcalde? Pues a quién le voy a ir
Pero es que sabes que no puedo, que no es legal
¿Quién ha dicho que no es legal? Atilano ¿Dónde está prohibido?
En el Código, hombre, en el Código
¿Qué Código, no será el civil? Porque éste me lo he leído de cabo a rabo y no dice que esté prohibido
A ver, secretario, tráigame el Código y búsqueme lo que dice del matrimonio.
Aquí tiene señor Alcalde : “Artículo 44. El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo.”
¿Y no dice más? porque yo no entiendo nada.
No dice más, bueno, dice quiénes no pueden casarse: artículo 47, los menores de edad no emancipados y los que estén ligados con vinculo matrimonial, y, artículo 48, los parientes en línea recta por consaguinidad o adopción, los colaterales por consaguinidad o adopción y los condenados como autores o cómplices de la muerte dolosa del cónyuge.
¿Te convences, Atilano? Ves como el Código no prohíbe mi caso. Nosotros somos mayores de edad y no somos parientes ni de lejos, ni mucho menos hemos cometido ningún homicidio. No nos afecta ninguna prohibición. Luego si no está prohibido es que está permitido. ¿No es ésta una sociedad de libertades? Por tanto, tú, como Alcalde que eres de este pueblo, tienes la obligación de casarnos si te lo pido. Y te lo pido formalmente.
Vaya razonamientos, parecen los de la oposición, que me sacan de quicio con sus sofismas ¡Qué cruz! Pero, hombre, Macario ¿cómo te vas a casar con una vaca?
Es que la amo. Nos amamos, Atilano. Eso es lo que tendría que decir el código, que lo importante en el matrimonio es el amor, y el amor no aparece para nada en todo el Código civil. La amo desde que aquella tarde, cuando yo estaba debajo de un árbol, en la linde del prado donde ella pastaba, me miró con sus ojos grandes y pacíficos y se acercó y dejó que yo la acariciara. Desde entonces todas las tardes me voy al prado y ella me mira con sus hermosos ojos, grandes y dulces, y yo la acaricio y se tiende a mi lado y juntamente vemos atardecer y, en verano, dejamos que las horas transcurran dulcemente y miramos el cielo estrellado y nos amamos. ¿Cómo va a estar prohibido el amor?
Antonio Envid
Las vacas de la foto, con su característica capa color canela, son de la raza aquitana. Los gascones tienen un gran aprecio por esta vaca, a la que llaman familiarmente "la rubia" (la blonde) y celebran reñidos concursos donde cada ganadero presenta la mejor de su graja, con el mismo orgullo que presentaría a una hija. Un entrecot de blonde es un bocado exquisito.
ResponderEliminarCon la lectura de la narración, ha venido a mi memoria cierta cancioncilla de juventud, decía algo así como:"Hay derecho, no hay derecho que no dejen a las vacas llevar flores en los pechos..."
ResponderEliminarSi consigue este, Macario, convencer al alcalde y los casa que no se olvide de adornar a su blonde con una bonita guirnalda de flores en los pechos.
Con su/tu comentario, una de las muchas veces que he/hemos estado en Sauveterre de Béarn, se estaba celebrando la feria anual de "les blondes".
Todo lo que nos cuenta/s si lo has presenciado trae a la memoria recuerdos muy agradables.
A mí nivel (soy persona que odia o no le gustan ciertas equivalencias no ciertas)tengo otro punto en común con usted o contigo.No era mala en matemáticas (ni en la época de estudiante, ni luego en mi profesión)pero mi pasión secreta era el lenguaje, el de la lengua española.
Todos sabemos que existen muchas clases de lenguajes (luego hubo más pasiones secretas por otros lenguajes: el musical, el pictórico, etc.)
Cada vez que me reafirmo en mi pasado estoy reafirmando, consolidando, el trabajo realizado por el ¿maestro armero?, etc.
isabel
Si, fue en ese pueblecito de postal, Sauvaterre de Béarn, donde me enamoré de un entrecó de blonde, que me inspiró este cuentecillo. Me gustartía la opinión de un jurista sobre el razoamiento de Macario.
ResponderEliminarsaludos.
Je, Antonio, si te vale la opinión de un abogadillo te diré que el relato hubiera quedado mucho mejor con este último comentario tuyo. Lo del bruto pastor enamorado de algún animalillo está muy trillado. Pero el toque distinto y original de que el verdadero enamoramiento era un enamoramiento canibal, de un "entrecó blonde"... o muchos, sin duda ofrece una perspectiva muy superior...
ResponderEliminarSi asunto trillado pero no desde el punto de vista de la absurda redacción del art. 42 de nuestro C.c., que define el matrimonio como un derecho y no como un contrato. Antes de la reforma de este artículo tenía sentido que se configurara como un derecho al que solo podían acceder un hombre y una mujer, pero ahora que pueden acceder todos, sin distinción de sexos, es un precepto absurdo y el razonamiento de Macario no es fácil de rebatir.
ResponderEliminarPor cierto, que mucha libertad y sin embargo desconoce la realidad de muchos habitantes españoles, a los que se les concede derecho a voto, incluso, y se les niega la posibilidad de legalizar su poligamia.
Don Antonio, se lo voy a decir a lo argentino: Usted interpreta el Código Civil para el lado de los tomates... y mire que se utiliza español bien castizo pero ná.. para el lado de los tomates. Relealo hombre de Dios, relealo pausado.
ResponderEliminarLa Conchaparis
Conchaparís y Antonio, no termino de entenderos. Los tomates, ¿quiere decir "la cartera"?
ResponderEliminarY lo de configurarlo como derecho o como contrato... tampoco: los animales que yo sepa ni son sujetos de derecho ni tienen capacidad ni personalidad jurídica que les permita firmar contratos.
Quiero decir que como broma vale pero como argumento...
(No sé, o no entiendo nada... debo andar algo espeso... )
Besos.
Nada Sr. Gotor, no le de vueltas, no tiene importancia lo que decía. Puede decir que, por mi parte, ha sido un hablar por no callar.
ResponderEliminarUna tontería que no merece mas atención
La Conchaparis
¡Qué culpa tiene el tomate que está tranquilo en su mata de que venga un ...... , lo enlate y lo mande para .....!
ResponderEliminar(Es otra cancioncilla tonta de juventud ¡anda qué no ha llovido!)
Es una tontería.
Una manera de decir que en mi opinión todo no lo debemos tomar al pie de la letra en los comentarios.
A lo mejor, en el fondo solo hay ganas de participar en una conversación.
isabel