CRÓNICA HUMEANTE (Por Azulenca)

Y yo que me sentía completamente feliz fumando después de cinco años de abstinencia. Pues aquí me tienen, como un dragón apagado, sin echar humo gracias a la Ley de la Ministra Leire. Como no hay mal que por bien no venga, nos vamos ahorrar dinero en tabaco y cafés. Y es que Leire, a pesar de tener esa pinta de espesa que suele lucir en toda su persona -no hay más que verle los pelos-, es limpia y escoscada con los negocios de los demás y quiere una hostelería sin humos.

Y mientras se habla del humo, del tabaco y los bares; no se habla del paro, de la congelación de las pensiones y de alargar la edad de jubilación. Estamos en un país donde se puede abortar todo lo que se quiera y hay una ley que persigue a los fumadores. España es un país de vicio, no hay más que ver el número de bares y los horarios de cierre. En los bares se fuma, se bebe y se juega a las cartas, a las máquinas o a lo que sea. Leire ha decretado que el humo es perjudicial para la salud de los españoles, pero lo mejor de todo es que Leire también es dañina para salud de los televidentes, es más, podría ser hasta mortal. De hecho, si preguntásemos al personal, la inmensa mayoría opinaría que se ponen malos cuando ven a la ministra en televisión. Leire sibila, aquella muchacha que predecía encuentros planetarios se está convirtiendo en la gran inquisidora del gobierno Zp&Rubalcaba. La última comparecencia de Leire inquisidora ha sido para anunciar la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación Así, discriminar a alguien podrá acarrear multas desde 150 euros en los casos más leves hasta 500.000 euros en los más graves. No me parece un precio justo eso de humillar y discriminar, yo creo que sería mucho mejor una buena penitencia con propósito de la enmienda: rezar un Padrenuestro, por ejemplo. Me parece mucho mejor, pues una penitencia implica que ha habido un arrepentimiento, cosa que una multa fomenta la mala sangre. Estamos viviendo en una España surrealista y absurda, se mire por donde se mire.

Y dejando el tabaco a un lado, ¿y el botellón? ¿Acaso no es perjudicial el botellón para nuestros jóvenes y para las ciudades? El botellón deja un rastro de basuras y micciones allá donde se celebre. ¿Acaso no molestan los botellones a la vecindad con ruidos, gritos y músicas? ¿Y el hígado de nuestros jóvenes? A este gobierno no le importa el hígado de nuestros jóvenes, pues a mí sí que preocupa y mucho. Esta generación es la que me tiene pagar a mí la jubilación. ¿Qué haremos con una cuadrilla de gente hepática en edad de trabajar?

Le deseo a Soraya Sáenz de Santamaría, de todo corazón, una pronta recuperación de su naricita. Ella tan graciosa con su cara con diéresis, qué será de ella ahora tras haber sufrido una fractura nasal. Se cayó esquiando. Y yo me preguntó cómo hizo para romperse una nariz tan pequeña, porque claro una nariz grande tropieza por todas partes; pero una naricita como la de Soraya parece imposible que se la pueda estampar. Bueno, lo dejo aquí. Y que conste que no me río de las desgracias ajenas, pero Soraya se ha roto la nariz esquiando y no me lo explico.

FOTO.- Volcán Stromboli