miércoles, 9 de febrero de 2011

GEORGES ROUAULT (Antonio Envid)

Poder contemplar en Zaragoza obras de Georges Rouault, uno de los pintores más originales del siglo veinte, es todo un regalo para la vista y para el espíritu. Sin embargo, lo que tendría que ser un acontecimiento cultural de primer orden está pasando casi desapercibido. Nada de colas y horas de espera para ver esta extraordinaria muestra, más bien todo lo contrario, yo he podido contemplarla en total soledad, salvo la discreta vigilancia de la sala (*). El arte también sucumbe al márquetin y los museos cada vez se parecen más a centros comerciales, con sus temporadas de rebajas y de ofertas.

La muestra es corta, pero de piezas muy bien escogidas, lo que supone otro aliciente, sobre todo para quienes, como yo, sufrimos el síndrome de Sthendal. No soy capaz de digerir demasiados efectos sensoriales en poco tiempo, necesito ir asimilándolos poco a poco, con mesura y a veces con regodeo.

Ver las obras de Rouault y pensar en Goya es un efecto inmediato. Esas manchas de color bordeadas por un negro puro, solo pueden hacerlo los genios de la pintura: Goya en sus pinturas negras y Rouault.. Sabido es que el pintor huye del negro como de la peste. El negro no puede plasmarse directamente en el cuadro, se sustituye por tonos azulados, grises, bermellones. La primera clase de pintura es para decirte que las sombras no son nunca negras y que no se te ocurra jamás ribetear los volúmenes con un trazo negro. Claro, que en sus memorias el genial pintor francés menciona repetidas veces a Goya, luego ya sabemos de donde venía su inspiración.

Una selección de grabados venidos directamente de la Fundación que custodia la obra del pintor nos vuelve a recordar la obra grabada de Goya. Visitenla, pero no se lo digan a nadie, que no se vea invadida la sala por las masas que todo lo vulgarizan.

Antonio Envid



(*) Ibercaja, Patio de la Infanta

11 comentarios:

  1. Dos cosas, Antonio:

    1º Soy profano y bastante ciego para la pintura, pero, a lo que me llega, comparar a Roault con Goya me parece una barbaridad, por muchas "tesis doctorales" especialmente locales que lo digan para magnificar más a alguien que en absoluto lo necesita: Goya (y digo bien: no sé si millones o miles o cientos, pero sí decenas de tesis doctorales -qué horror- especialmente becadas y subvencionadas que surgen como setas. Se han masificado de tal forma que encontar hoy día una verdadera tesis doctoral en el sentido académico/sagrado del término supone una ardua labor: hoy de tantos doctores y tantas tesis, piensom que ni hay tesis ni doctores de verdad).
    A lo que iba. Si además te refieres a esos trazados gruesos como técnica, que emplearon algunos impresionistas, especialmente Gaughin(cloisionismo), es, desde mi punto de vista, lo mismo que comparar a Miguel Angel con Velázquez porque pintaban al óleo. O, como el otro día me decías a mí, que -je- juzgaba el efecto de un cuadro por su marco (cuidado que Ortega tiene un ensayo sobre el marco más que interesante y, a veces -lamentablemente más de las convenientes- son más hermosos los marcos que las pinturas que encierran, ojo).

    2º El síndrome de Stendhal, mucho me temo que tampoco tiene mucho que ver con lo que tú confiesas padecer, al menos como lo expresas.

    Pero, claro, si vivimos en el tiempo de la masificación en que ni las tesis doctorales son verdaderas tesis, ¿cómo exigirle rigor a este humilde blog?

    Besos.

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  2. Matizo el comentario anterior:

    1º En cuanto a Roault, no es que quiera negar esos ecos de Goya, ni siquiera en los contornos marcados, otra cosa es que la técnica se utilice con distinos fines por el artista. Pero lo que quiero decir es que si miras los cuadros de este pintor como los de miles de pintores más posteriores a Goya, siempre será fácil econtrar semejanzas y, sobre todo, influencias (no digo nada en expresionistas e impresionistas). Con lo que decir que ver estas pinturas recuerdan a Goya -que es a lo que quería llegar- es, pienso, decir muy poco o nada. Claro que Goya está en muchos. Ese es su mérito, esa su genialidad: descubrir algo nuevo, aportar algo verdaderamente novedoso.

    2º En cuanto al "síndrome": lo que tú, Antonio, expresas aquí (cansancio también común a mí)pienso que es el agotamiento mental en todo tipo de actividad mental, pero no emborrachamiento de belleza. Quiero decir que cualquier humano se cansa cuando lleva una actividad intelectual al cabo de dos horas (o más o menos), pero vamos eso no es propio y exclusivo de la contemplación artística, eso ocurre cuando te concentras en ver un partido de fútbol o un número circense de, pongamos por caso, payasos: la concentración mental se agota, claro. No es eso -y esto voy- ni a lo que Stendhal se refería ni a lo que psiquiatras posteriores han elevado a la categoría de "síndrome".

    Corto y cuelgo. ¡¡¡Y QUIERO GUERRAAAA!!! ¡¡¡MUCHA GERRA!! (aunque pierda, qué más da: ¡¡¡GUERRAAA!!!).

    Besos.

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  3. A modo de no explicación
    Me gusta la pintura para contemplarla y saco mis propias conclusiones y especialmente, sensaciones, de modo que leo lo justo sobre un cuadro para situarlo en la época y circunstancias en las que fue pintado, y muchas veces ni eso. No me gustaría dar la sensación de ser un erudito. Me resultan muy cargantes, sobre todo cuando dicen cosas como: “seguramente sin ser consciente de ello el pintor representó aquí sus conflictos con…” y otras boberías por el estilo. O sea, que así de relativas han de tomarse mis afirmaciones.
    Primero. Goya es incomparable. Ningún otro pintor puede comparársele. Por varias razones, en primer lugar porque los pintores de su época iban por otros derroteros, después, resulta que no tuvo taller, de modo que ni discípulos, ni ayudantes (salvo, quizá Asensio Juliá, que no sabemos muy bien cuanto colaboró, ni cuanto aprendió de él). No dejó escuela, principalmente porque en sus últimos años se le consideraba un pintor pasado de moda, Vicente López era lo que se llevaba y Goya hubo de emigrar a Burdeos que es donde se hallaban sus admiradores. Quienes se consideran sucesores: Leonardo Alenza, murió muy joven, sin ser conocido apenas; Eugenio Lucas, explotó un revival goyesco y fue casi un copista, genial, pero más goyesco que el propio Goya.
    En segundo lugar, los pintores posteriores que recogieron su influencia, muchos, empezando por Manet, no pueden comparársele porque vivieron en unas circunstancias que habían variado grandemente, tanto en la concepción y función de la pintura, como por gustos y escuelas.
    Lo que sí dejó Goya es un gran legado, recogido por pintores tan diversos como Solana, Picasso o Rouault (por citar alguno) Estos evolucionaron la pintura partiendo de premisas de libertad estética que había sembrado Goya.
    Esta es la única comparación entre Goya y Rouault. No obstante, podríamos compara la cara de la duquesa de Alba, de su famoso retrato, enmarcada en una abundanate y negrísima cabellera y provista de unas destacadas negras cejas con el retrato de Rouault que se reproduce en el blog, y los grabados de éste último con las litografías de Goya y veríamos más de una concomitancia.
    Dicho lo anterior, muchos cuadros de Rouault parecen recoger la atmósfera y el colorido de las pinturas negras de Goya, seguramente de forma deliberada, porque era uno de sus pintores favoritos. ¿Pero se sabe cómo eran originalmente las pinturas negras? Rotundamente, no. Al ser arrancadas del muro, con una técnica primitiva, era la primera vez que se utilizaba, no cabe duda de que su coloración se alteró, y luego ¿a qué repintes y restauraciones se sometieron? Solo hay que pensar lo que ha sucedido con “El Coloso”, que hoy se atribuye a Asensio Juliá y para mí es de lo más goya que puede haber. En el museo de Zaragoza hay un retrato de su amante Leocadia Weis con horribles repintes, que se exhibe como un Goya sin ninguna aclaración.
    En fin, me ha salido un tratado. Como decían nuestros clásicos cuando presentaban una nueva comedia al público: “perdonad sus muchas faltas”

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  4. El otro día me sorprendió ver en TV a un profesor de la universidad de Zaragoza que no sé que idioteces decía haber descubierto sobre Goya. Digo bien: idioteces. Porque he tratado con el tipo ese un asunto profesional (de "contrario", como de los peores "contrarios" que se pueden tener, porque no son parte ni van con abogado -en concreto como Presidente de su Comunidad- y, literalmente: "NO-SA-BÍA-LEER" "TE-NÍA-PRO-BLE-MAS-DE-COM-PREN-SIÓN).
    Cuando mi cliente me advirtió que era profesor de universidad, ni me inmuté: sabemos cómo está la universidad. Pensé, incluso, que pudiera ser de ciencias. Pues no, lo vi luego en la tele diciendo que no sé qué coño pintura de Goya, siempre atribuída a Goya, él había descubierto que no lo era.
    En fin, con esta bandada de profesores remultiplicados, masivos, políticos y subvencionados, están apareciendo -como ya he dicho en el anterior comentario- tesis doctorales y estudios de gente auténticamente inepta y que en vez de estar al servicio de la ciencia están al de su cartera.
    De modo que no me extraña, Antonio, lo que dices al final de tu comentario: las famosas falsas atribuciones.
    Conste que cuando digo que el tal profesor tenía problemas de compresión me estoy refiriendo a que no entendía al revés el indudubitado tenor literal de una sencilla carta escrita por un buen profesional de la abogacía y gran letrado (que, evidentemente, no era yo). Se comprenderá que un hombre así está absolutamente negado para la investigación más elemental, sea del tipo que sea. Cuidado y no niego que pueda hacer un gran descubrimiento: muchos descubrimientos son obra de casualidades de ineptos. De modo que, a lo mejor, hasta tiene razón (y no seré yo quien se la discuta porque sólo discuto de lo que sé y estoy en condiciones de entender).

    (¡¡¡PERO YO QUERÍA MÁS GUERRRRRAAAA, ANTONIOOOO!!! E.S.!!!!)

    Besos.

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  5. Donde digo "me estoy refiriendo a que no entendía al revés el indudubitado tenor literal de una sencilla carta escrita por un buen profesional de la abogacía", sobra, claro el "no" de "no entendía". Así que debe leerse:
    "me estoy refiriendo a que entendía al revés el indudubitado tenor literal de una sencilla carta escrita por un buen profesional de la abogacía".

    Bien, aprovechando este fallo y esta corrección quiero decir que una cosa es que haya errores en los comentarios y otra muy distinta en las entradas. Las entradas se suponen trabajadas, los comentarios son opiniones rápidas y espontáneas. Y, cuidado, nadie está libre de errores ni aquí ni allá. Pero recuerdo que, por ejemplo, Isabel disculpó mucho una vez los errores en las entradas. Sin embargo otra vez que colgué una entrada de ella en la que ella apreció algún error, argumentó precisamente eso: Servando estás haciendo de unos comentarios míos, entradas y, claro, esos comentarios carecían del rigor que, normalmente, se debe exigir a una entrada y por eso tienen más errores. Tenía razón.

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  6. A mí me gusta cuando habla de pintura ya sea en un articulito o en los comentarios. Se nota que disfruta y eso es bueno y contagioso...

    La exposición de Rouault nos/me gustó mucho.
    Ahora hay otra de Daniel Quintero en La Lonja que también nos/me ha gustado mucho. Pero me gusta leer sus comentarios, no solo aprendo es sobre todo que disfruto mucho. Haber sido amigo amigo de un artista (escuchado sueños, etc. marca y eso se nota ya toda la vida).

    isabel

    Ninguna relación ya con la pintura:'Mis santos particulares: San Brillat-Savarini, San Álvaro Cunqueiro y San JoseMaría Castroviejo'por ejemplo lo hacen todavía más odioso. Todo purita envidia cochina...

    El tú o el usted en el tratamiento no cambia nada, es cuestión de comodidad y el no hacer comentarios en todas las entradillas no querer ser una pesada. ¡Odio los plomos!

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  7. En fin Servando, no se que guerra quieres, pero yo soy hombre pacífico como sabes.

    Negar una influencia directa de Goya en Raoult es incongruente, ya que el mismo pintor lo reconocía como uno de sus maestros. En cuanto a Goya, parece mentira que alguien de quien se concoce tanto pueda ser objeto todavía de tantas fábulas, como la de su represión por parte de Fernando VII, que es una mentira pura y simple. Solamente hay que leer su correspondencia que afortunadamente se guarda con cierta abundancia para comprender al Goya humano, muy humano desde luego y muy amante de su familia y de sus muchos amigos (otra mendacidad, el que era de carácter seco y desabrido, quizá en sus últimos años su sordera lo hiciera aparentar retraído, como es natural)Recomiendo leer sus cartas y dejar de lado eruditas biografías, encontrarán un Goya extravertido, social, entrañable, quien a pesar de sus muchas desgracias personales, nunca perdió el entusiasmo y el placer de la vida y por el trabajo.
    Publiqué hace tiempo un estudio sobre sus finanzas, basado fundamentalmente en su correspondencia con Martín Zapater, a quien consultaba sus temas financieros y a quien encargaba que atendiese las constantes peticiones de dinero de su familia, su hermana soltera, su madre viuda, su hermano el cura menesteroso....Escuchando Radio Madrid por casualidad me lleve la sorpresa de que Chumi y Chúmez comentaba mi artículo, que le había mostrado como en un genio convive también un hombre urgido por necesidades fianancieras y pequeños asuntos domésticos como cualquier hombre normal, de ello se había dado cuenta leyendo mi artículo. En fin, en cuanto al rigor, mi nota solo pretendía llamar la atención sobre un evento cultural de primer orden que podía visitarse en Zaragoza, sin necesidad de viajar fuera, hacer colas y demás parafernalia de la que suele acompañarse estos actos.
    Recuerdo haber escuchado al borde del éxtasis afirmaciones como: "Hemos viajado a Nueva York para contemplar el Guernica. ¡Qué maravilla!" El Guernica hoy está a hora y media de ave y solo lo visitan los japoneses.

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  8. Tengo, bien trabajadita además, una vieja edición de Guillermo Díaz Plaja "Goya en sus cartas y otros escritos" en que cuenta esos problemas financieros. Y otra de Fco. Fernández Alonso "El enigma de Goya - La personalidad de Goya y su pintura tenebrosa" muy pero que muy interesante.
    Hombre, tu estudio sobre sus finanzas tiene que ser de sumo interés y me gustaría leerlo, o al menos ojearlo, alguna vez.

    Besos.

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  9. Ah, guerra, quiero guerra. Esto es un barricada, ¿no?

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  10. A mi me gustaría leer alguna vez la opinión de un japonés, no entiendo como pueden hacer esos recorridos turísticos maratonianos.

    Pero me encantaría escuchar sus opiniones.

    Quizás sea una ignorante y los orientales tangan la misma percepción del arte. sin embargo su cultura es tan diferente a la nuestra...

    Salud!

    Vladimira

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  11. Yo también me pregunto, estimada Vladimira, por la razón de la fascinación que ejerce España entre los japoneses. No solo por el flamenco, con cantidad de academias para eneseñar este arte y con guitarristas japoneses muy estimables, ni por su parque temático que reproduce casi toda España, sino por su entusiasmo por todo lo español.
    Lo curioso es que esa fascinación es recíproca, por lo menos para la generación de mi hijo, los que rondan treinta años, que se pirran por todo lo japonés.
    Al fin y al cabo, ambas culturas son orientales: Japón para nosotros,mientras que nootros somos el oriente del Japón.

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