miércoles, 3 de febrero de 2021

DE LO QUE PUDO HABER SIDO... (Un tango de Antonio Envid)

 



Las mañanas de Buenos Aires son buenas para pasear. Me gusta deambular por el barrio de San Telmo, sus callecitas flanqueadas por casitas de dos plantas, sus tiendas de barrio, sus cafetines, todo tan familiar, como un pueblito. A media mañana entro en el mercado y recorro sus puestos, hablo con los vendedores, compro alguna fruta, saludo a las vecinas, ya me conocen, y con algunas entablo largas conversaciones que giran siempre sobre lugares comunes. Qué lindo es hablar de cosas intrascendentes dejando pasar el tiempo, sin compromisos, sin grandes implicaciones, quejarse de lo cara que está la vida, del pegajoso calor de estos días, escuchar recetas de cocina, que yo, absolutamente negado en el arte culinario, no he de cocinar, pero me las cuentan con tanto entusiasmo, que quién les niega ese desahogo. “El chimichurri es muy fácil: perejil, orégano, ajo, cebolla, aji, vinagre y aceite, todo picadito en el mortero. Yo le añado hierbabuena. El aceite tiene que ser bueno.”. Pasado el mediodía entro en la tasca de mi paisano el gallego, una copa de ese buen vino que produce Argentina, lo llevarían los jesuitas, seguro, que son muy sabios, me gustan los de Salta, que tienen la reciedumbre de los de mi tierra, pero tampoco les hago ascos a los de Mendoza oTucumán. En realidad, lo del vino es una excusa para echar otra larga charrada con algún parroquiano o con el tasquero…

- Mariano, que se te enfría la comida. Te estoy llamando y no te enteras. ¿Pero qué haces con esta poca luz? ¿Y esos planos, es que estás preparando algún viaje? Ya sabes que ahora no se puede viajar, que están la mayoría de las fronteras cerradas con esto del coronavirus. Y nada menos que a Argentina. Qué se nos ha perdido a nosotros en Argentina, tan lejos, de joven ya me habría gustado ir, nos lo propusimos varis veces, ¿te acuerdas?, pero por unas cosas o por otras, siempre quedó aplazado, cuando teníamos tiempo no teníamos dinero, cuando teníamos dinero no teníamos tiempo, qué pena, ya nos habría gustado ir ya, pero a hora a nuestra edad, emprender un viaje tan largo en avión. Ya sabes que yo no puedo viajar en avión, en esos asientos tan estrechos, que las varices me obligan a moverme. Venga, venga, que se nos enfría la comida, hoy hay eso que tanto te gusta, empanadas de carne a la criolla con chimichurri, con aquella receta que sacaste de internet.


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