Mostrando entradas con la etiqueta Trasnochada. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Trasnochada. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de febrero de 2012

EN LA TRASNOCHADA (María Jesús Mayoral Roche)

-
-

MJM

 
En Villamayor de Gállego, 27 de febrero de 2012

En esta trasnochada quiero recordar mi último viaje a Madrid, mi Madrid. ¡Y cómo estaba mi Madrid! Estaba como a mí gusta, con ese corredor pictórico que es el Paseo del Prado rebosante de arte. Y es que la casualidad o la causalidad han querido que se den cita varias exposiciones espectaculares. El Museo del Prado nos acerca a El Hermitage con una heterogénea y variada colección -incluidos tesoros de la antigüedad- traída de San Petersburgo; esta semana pasada se presentó al público nuestra singular Gioconda y en un alarde de sacar a la luz maravillas perdidas, han expuesto una sarga restaurada de Bruegel El Viejo. Por su parte, el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid nos ofrecen una magnífica exposición de más de 150 obras de Chagall, todo un despliegue de la obra del pintor ruso.

Pero quiero centrar esta trasnochada en Chagall, pintor que siempre me había parecido lejano, me refiero a mis gustos. Conocía y había visto algún cuadro de él, pero lo había contemplado con escepticismo, sin entusiasmo. Esos azules prusias y cobaltos en contraste con los bermellones que tanto abundan en su producción pictórica, a mí se me figuraba como un síntoma de paranoia que mi retina no aceptaba. La pasada semana quise quitarme el maleficio que tenía con este pintor y no dude en aprovechar la oportunidad que me brindaba esta grandiosa exposición. No puedo decir que me emocionó, porque mentiría. Pero sí decir que ahora comprendo algo más la obra de Chagall, un trabajador minucioso de los símbolos y un creador del color, cualquiera que vea la exposición se podrá dar cuenta de lo que digo. Muchos afirman que han visto en su obra poesía, quizá porque mantuvo una estrecha relación con los poetas de su época. En esto del arte algunos ven muchas cosas y otros vemos algo menos. Yo más que poesía he reconocido en Chagall una particular simbología, un universo, su universo particular; el soporte de toda esta carga expresiva por supuesto es el color. Y cuando se alían y se encadenan estos elementos el resultado final es la ensoñación, el mundo onírico del pintor. Y Chagall nos muestra y desvela en esa ensoñación sus miedos, sus emociones, sus recuerdos, sus creencias… Pero esto es sólo una opinión.

Debo confesar que aunque Chagall sigue sin emocionarme, ahora contemplo su obra sin prejuicios, sin ideas preconcebidas, ya no me espantan sus colores prusias y bermellones. Y es que he descubierto en su ensoñación pictórica su sensibilidad, que a veces se desvela amarga y otras enternecedora. Y se puede apreciar que de esa sensibilidad nace toda la fuerza, y su fuerza es el color. Un color estridente casi sonoro.

Y ahora, en esta trasnochada, me emociona recordar ese espléndido corredor pictórico del Paseo del Prado.


María Jesús Mayoral


martes, 10 de enero de 2012

EN LA TRASNOCHADA, 61 (Mª Jesús Mayoral Roche)

-
SGS

-
En Villamayor de Gállego, 9 de enero de 2012


En esta trasnochada, leer el broche final a una sucesión de noticias me congratula y no puedo ocultarlo. Escribo literalmente la noticia y cito la fuente. Recomiendo pinchar el enlace y leer la noticia entera, yo me he limitado a escribir sólo algunos párrafos.


http://www.elmundo.es/elmundo/2006/09/08/cultura/1157714369.html

"Lucía Etxebarria tiene un libro sobre dependencia emocional y dice lo mismo que tú". Al psicólogo Jorge Castelló le pareció anecdótico el comentario que le hizo una paciente en su consulta. Pero cuando compró la última obra de la escritora vizcaína, 'Ya no sufro por amor', y empezó a hojearlo en la misma tienda se quedó helado: "¡Pero si esto es mío!"


La ganadora de premios como el Planeta, el Nadal o el Primavera de Novela se enfrenta a un nuevo escándalo, tras ser acusada en 2001 de plagiar al poeta Antonio Colinas. Castelló, experto en dependencia emocional, la ha demandado por "apropiación indebida" de uno de sus trabajos, que considera "reproducido en muchos casos literalmente" en el primer capítulo de 'Ya no sufro por amor', el último libro publicado por la escritora, que va ya por su sexta edición, con más de 120.000 ejemplares vendidos, según publica la editorial.

[…]
 

Llueve sobre mojado
-
Ya en 2001, la revista Interviú acusó a Lucía Etxebarria de plagiar al poeta leonés Antonio Colinas, premio Nacional de Literatura, en su libro 'Estación de Infierno' (2001). El semanario llegó a afirmar que también su primera novela, la exitosa 'Amor, curiosidad, Prozac y dudas' (1997), incluía en sus páginas frases enteras literales de 'Nación Prozac', de la periodista y escritora estadounidense Elizabeth Wurtzel.

Etxebarria se defendió entonces reivindicando el derecho de cualquier escritor a la intertextualidad —uso de ideas y frases de otros autores como fuente de inspiración— y llegó a afirmar que estaba siendo víctima de un "acoso mediático" que le estaba resultando "tan traumático como una violación". La escritora demandó al semanario, pero éste fue absuelto: el 4 de febrero de 2003, la sentencia del juzgado de 1ª instancia nº 52 de Madrid aseguraba que no había habido tal intromisión en su honor porque "la revista dio información veraz (...), Etxebarria plagió a don Antonio Colinas".


http://www.elmundo.es/elmundo/2007/02/22/cultura/1172153941.html

MADRID.- La escritora Lucía Etxebarria reconoce que utilizó los trabajos del psicólogo valenciano Jorge Castelló en su último libro, 'Ya no sufro por amor'. Etxebarria, demandada en julio de 2006 por "apropiación indebida" y " vulneración del derecho de propiedad intelectual", ha llegado a un acuerdo con el demandante por el que "reconoce que se documentó para su libro" en los trabajos del psicólogo valenciano.

Según dicho acuerdo, recogido en el acta de audiencia previa al juicio que se celebró el pasado 14 de febrero, "no se realizó, por un error material, nota a pie de página al transcribir ciertos párrafos" de un artículo que Castelló publicó en 2004 y difundió posteriormente a través de su página web. También se especifica que "no ha existido una intencionalidad maliciosa" por parte de la escritora, "siendo evidente que, no siendo psicóloga, debía documentarse en estudios o análisis efectuados por profesionales en la materia, sin que se haya pretendido usurpar el trabajo del demandante".


http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/19/cultura/1324327508.html


Lucía Etxebarria: 'En España no se lleva ser honesto'

Dejará de publicar novelas "para adultos", al menos "en una larga temporada", aunque deja la puerta abierta a la literatura infantil y juvenil porque "de momento no se descargan tanto (excepto 'los Crepúsculos' y los 'Harry Potters')" o a obras de teatro "porque al menos eso no se descarga". Así explica la escritora, Lucía Etxebarria en declaraciones a ELMUNDO.es, su anuncio vía Facebook de aparcar el oficio de escribir por la 'piratería'.


'Los lectores no tienen ni idea de lo que te llevas por copia vendida', afirma


Señalaba en la citada red social, sin explicar de dónde saca datos de descargas ilegales, que había "comprobado" que "se han descargado más copias ilegales que copias han sido compradas" de su última novela, titulada “El Contenido del silencio” y que Planeta sacó a la venta en octubre sólo en versión de papel, por 20,90 euros. La editorial califica este libro de 'best-seller' en su web.


Etxebarria alude a estadísticas que sitúan a España en los primeros puestos del raking mundial en 'pirateo'. "Resulta que en España a mí me pueden llevar a la cárcel si robo una Sony Tablet, pero no pasa nada si alguien se está descargando libros, películas, música y serie 24 horas al día", dice la escritora.

 
En el año 2003 yo me sentí como ese psicólogo en la librería, me puse a hojear un libro después de haber leído una sinopsis que me recordaba algo que yo había escrito en una revista, tal y como había supuesto, las frases y los párrafos eran míos pero las palabras no coincidían: habían reescrito el texto. Aquel día me arrancaron la cabeza y me la pusieron en la mano, sin poder hacer nada para demostrar la tropelía literaria, arrinconé mi obra y me quedé escribiendo en La Barricada.


De todas formas estoy esperanzada y presiento que el mundo editorial con todo lo que genera y conlleva, gracias a las nuevas tecnologías, va a desaparecer. Tal y como yo lo concibo, en un futuro inminente será el autor el que cuelgue su publicación en una página wef, desde ese sitio el lector podrá descargarse el libro previo pago. A partir de este momento el escritor podrá prescindir de la editorial, del agente literario, de la distribución, del vendedor y hasta del papel. Además de llevarse el beneficio de su obra, seguirá teniendo los derechos sobre la misma y sabrá el número de ejemplares vendidos. Los lectores con este sistema ahorrarán espacio en casa y dinero, porque el precio será mucho más barato al no haber intermediarios. Y es que hasta la fecha el que menos ha ganado con la publicación de su libro ha sido el escritor, que al fin y al cabo es el dueño de la idea y del arte, el creador. La nueva industria que va a generar este sistema, de hecho ya existe, será la dedicada a fabricar software sobre esta materia.

Por eso en esta trasnochada me congratula que algunas, que dicen tener el oficio de escribir como la protagonista de las noticias arriba mencionadas, prueben un poquito de su misma medicina para saber lo que se siente.



 Mª Jesús Mayoral Roche



miércoles, 21 de diciembre de 2011

EN LA TRASNOCHADA, 60 (Máría Jesús Mayoral Roche)

-
MJM


En Villamayor de Gállego, 17 de diciembre de 2011



Cuando se aproximan estas fechas prenavideñas siempre me pongo nostálgica, esta nostalgia crónica que me invade en estos días la dejé plasmada en mi novela Los Castaños de Indias.


“Se acercaba a pasitos cortos el invierno, frío, plúmbeo, nebuloso, con las oscuras tardes iluminadas por la escasa y amarillenta luz de las farolas del Paseo, con los desnudos y rígidos árboles de aspecto fantasmagórico a la sombra de esta iluminación tenue.


Mi amiga y yo, ya estábamos equipadas para el invierno con los abrigos ingleses azul marino. A pesar del frío la vendedora de caramelos permanecía en su esquina sentada junto a la cesta de mimbre; rutilante por el celofán de las bolsitas de pipas y chupadores de colores. Todavía recuerdo la cara de aquella pobre mujer con la tez pálida atenazada por el frío y sus ojitos llorosos que parecían implorar misericordia; su trémula voz despertaba la compasión de su clientela infantil. La levedad de su sonrisa llegaba a ser más una mueca de fastidio que de agradecimiento, debido a la escasez de sus dientes. Almudena y yo siempre le comprábamos lo mismo, unos regalices.


Se aproximaban las Navidades y había que ir haciendo los preparativos propios de estas fiestas. El Paseo de Ruiseñores engalanó las desnudas ramas de sus árboles con bombillas de colores, este toque luminoso alegraba el paisaje invernal. Almudena y yo nunca teníamos frío, íbamos todo el camino hasta casa corriendo y chupando regaliz.


 […]


Por Navidad la familia se reunía en casa de mis padres. Al levantarme por las mañanas, lo primero que hacía era mirar por el enorme ventanal del balcón de mi habitación; los cristales estaban empañados y los tejados de las casas, con sus humeantes chimeneas, aparecían cubiertos por un manto albo. Mi habitación era como un carámbano. Cuando subía mi madre me pillaba descalza mirando por el cristal, me cubría con una manta, me bajaba en brazos al salón y me sentaba en un sillón junto a la chimenea. Envuelta en la manta y sentada en aquel sillón de alto respaldo tapizado en yute, me sentía como una princesita prisionera en el trono de un gigante.


[…]


Hacía frío y no me dejaban salir al jardín a jugar, así que me iba a la cocina con la tata María y su marido Félix. María andaba siempre atareada en todo tipo de faenas, para entretenerme me sacaba una vieja cesta de mimbre llena de juguetes antiguos, que contenía botijitos de porcelana y lecheras de mayólica. Cuando María se descuidaba, arrastraba sigilosamente una silla hasta la alacena y me subía a ella para poder alcanzar de los anaqueles, los saleros y palilleros que tanto me gustaban. María siempre me sorprendía en plena travesura.


También me entretenía al lado de Félix, sentada en un tajuelo mirando como sus manos nudosas rallaban las mazorcas de maíz haciendo saltar los granos de maíz, que caían acompasados en una capacha de esparto.


El día veinticuatro por la tarde comenzaron a disponer todo para la cena de Nochebuena. Yo molestaba en todas partes. La cena y los platos se sucedían entre el tintineo de los cubiertos y la vajilla. Mis abuelos, en algún momento, sacaron con disimulo el pañuelo para recoger la lágrima del recuerdo. Pero mi ilusión estaba puesta en el día de la ingeniuidad. ¡Por fin, llegó el día de Reyes! Me asomé al balcón y había unas cajas con juguetes. Pero la mayor sorpresa estaba en el salón, junto a la chimenea, con un gran lazo en el manillar me estaba esperando: ¡El triciclo!”


Y en esta trasnochada, cerrando los ojos puedo ver ese Paseo.



María Jesús Mayoral Roche


jueves, 27 de octubre de 2011

EN LA TRASNOCHADA 59 (Mª Jesús Mayoral Roche)



MJM

En Villamayor de Gállego, 25 de octubre de 2011

En esta trasnochada, una triste noticia me retrotrae a algo que escribí hace algunos años. Mañana se celebrará el funeral del piloto Marco Simoncelli, fallecido en un trágico accidente el pasado domingo. Vaya esta carta, de mi libro Cuore Ingrato, como homenaje a los que nos han dejado: la cercanía al día de Todos los Santos invita a tener un recuerdo para ellos.

“Tras conocer la trágica noticia de la muerte de Claudio, tu mejor amigo, te has recluido en una casa de la Toscana. Quieres huir del dolor, pero el dolor está dentro de ti. No tienes consuelo, los buenos recuerdos, los ratos vividos junto a él se apoderan de ti en estos momentos y te duelen en lo más hondo de tu ser. Cuando la muerte se lleva a un ser querido, una parte de nosotros muere también. Tu amigo ha muerto, pero nosotros no sabemos cuánto vamos a vivir. Piensa, que los héroes y los mitos murieron jóvenes.

Ha muerto tu primer gran valedor, tu única compañía de la infancia. De niños, él defendía tu fragilidad frente a la cruel tiranía a la que te sometían tus compañeros, que te despreciaban porque eras delgaducho y pálido, porque sabían que no podías volverte contra ellos. Malo es ser débil y mucho más parecerlo. Eras inocente, te acusaban de no hablar, de no hacer travesuras y te llamaban cobarde. Los inteligentes no son cobardes sino cautelosos, prudentes. Escapabas de los gritos, de los enfrentamientos, vivías en tu mundo; ese mundo que la imaginación nos reserva ya desde niños y nos aleja del real porque nos parece minúsculo, insignificante. Ellos no podían comprenderte y tú, sin saberlo, eras un privilegiado en tu universo.

No maldigas la vida ni la muerte, para muchos es lo mismo. ¿Cuántos muertos hay entre los vivos? ¿Cuántos después de muertos siguen todavía vivos? El paso del tiempo, dicen, que lo borra todo; pero para los que amamos intensamente, no habrá un día en el que no recordemos a aquellos que han formado parte de nuestra existencia dejándonos su legado particular.
              
Si te sirve de consuelo: dedica tiempo a tus muertos más queridos, coge sus fotografías y habla con ellos en tus momentos más bajos. En mi dormitorio sobre una vieja cómoda descansa una colección de fotos en sepia de mis antepasados, a algunos ni los conocí; pero es tanto lo que sé de ellos a través de los relatos de mis abuelos, que los quiero casi tanto como a ellos.  Porque muchas veces no sólo quieres a los que te quieren, sino también a los que ellos han querido. Todas las noches, antes de apagar la luz, dedico la última mirada del día a esos retratos para pedirles que protejan mis sueños.

Claudio fue tu defensor, el que te alivio en tantas ocasiones de una pesada carga, tu paño de lágrimas, el consuelo en tu desolación; seguirá estando a tu lado, no lo dudes. Volverás a pedirle consejo y razonarás de la misma forma que lo haría él, escucharás su voz.

El tiempo borra lo malo, lo desagradable, lo que no es digno del recuerdo. Lo bueno y los buenos siempre prevalecerán, Claudio estará siempre contigo.

Cuando frecuentaba la biblioteca del Ateneo, me gustaba hacer un alto en el trabajo y bajar a la Cacharrería para fumar un cigarrillo frente al retrato de Séneca, hablaba con él y me parecía sentirlo a mi lado; me volvían al pensamiento las frases, consejos y ejemplos que tan magistralmente supo plasmar en su obra. Si me sentía agobiada, me repetía a mí misma su lema estoico: soporta y renuncia. Lee “La consolación a la madre Helvia”, quizás veas las cosas de otra manera, la resignación como consuelo puede ser una pobre solución al sufrimiento, pero siempre hay un sitio para la esperanza. La vida sigue para los vivos, debemos continuar el camino emprendido: solos o acompañados,  tristes o felices.

Recuerda a tu amigo cuando te llevaba esa cartera con la que tú no podías, piensa que él te seguirá ayudando. A los buenos la vida siempre les reserva lo mejor y en la muerte, forman parte de una reserva especial que nos protege. Tú mismo lo notarás, incluso puede que lo sientas a tu lado.

Sé que estás llorando, no quiero que llores. Que no te hieran los recuerdos, que tu garganta no se ahogue por el dolor. Claudio, ese amigo que tuviste de niño, se ha convertido en tu madurez en el amigo imaginario que te faltó en tu infancia. Piénsalo así. No te aísles del mundo ni te encierres en ti mismo, no se puede huir del dolor.”


María Jesús Mayoral Roche




martes, 18 de octubre de 2011

EN LA TRASNOCHADA 58 (Mª Jesús Mayoral Roche)


MJM


En Villamayor de Gállego, 17 de octubre de 2011

En esta trasnochada, viendo la televisión y escuchando las abultadas cifras de participación ciudadana en la fiestas del Pilar y el éxito de las mismas, me quedo con las noticias de los periódicos aragoneses tal y como estaban escritas.

“Las fiestas terminan con menos intoxicaciones etílicas y un repunte en los heridos por agresión.”

“Cinco jóvenes consiguen salir ilesos del Ebro tras caer su coche al río junto a interpeñas.”

“Tres jóvenes agreden a agentes de policía en la salida de Interpeñas.”

“Las peleas en las paradas de bus y taxi han obligado a poner refuerzos policiales.”

“La falta de testigos presenciales de la muerte de dos jóvenes en el entorno de la Ronda Norte (Z-40 de Zaragoza ha disparado todas las hipótesis sobre las causas de la muerte de los estudiantes Alex Herranz y Shane O’Connor, de 19 y 21 años, cuyos cadáveres aparecieron a escasa distancia uno de otro en la madrugada del pasado viernes.”

“Cruz Roja realizó un total 696 atenciones durante las Fiestas del Pilar, de las que 486 fueron por traumatismos y en 172 casos fue necesario la evacuación a un centro sanitario.”

“Del total de atenciones, además de las 486 por traumatismos, 101 fueron por intoxicaciones, ha informado hoy la organización, que durante los nueve días festivos ha desplegado un dispositivo sanitario especial.”

“En este dispositivo, se han asistido además 70 patologías neurológicas, 19 cardíacas y 17 respiratorias.”

“En el cierre de las mañanas vaquilleras de la plaza de toros de la Misericordia tuvieron que ser atendidas 24 personas a causa de diferentes incidentes. De todas ellas, cuatro tuvieron que ser trasladadas a un centro hospitalario como consecuencia de diferentes traumatismos producidos sobre el ruedo, aunque ninguno grave. De esos 24 afectados que fueron atendidos, hubo cuatro casos de lipotimia. Un final algo agitado que dejó, de nuevo este fin de semana un lleno absoluto en el ruedo.”

Leyendo esto en los periódicos, me pregunto si este balance es el éxito al que se estaba refiriendo la televisión; también me pregunto si esta diversión salvaje es necesaria y adónde nos conduce. A veces no hace falta preguntarse nada y resignarse al sinsentido de una sociedad aborregada, aupada por la clase política. Desde que se institucionalizó la fiesta del chichorro y la sardina en la Inmortal Ciudad de Zaragoza la cosa se va degenerando cada año más. ¿Es legal y cumple las condiciones el recinto de Interpeñas? ¿Controlan a los menores el consumo de alcohol? Si no se toman las medidas necesarias, espacios como éste podrían llegar a convertirse en una especie de matadero. ¿Tiene que suceder una tragedia para que la sociedad reaccione? Y mientras la clase política come suculentamente el pueblo se conforma feliz con la raspa de una sardina. Seguimos en el Medievo: los señores en los palacios y el pueblo por las calles y plazas.


María Jesús Mayoral Roche



lunes, 10 de octubre de 2011

EN LA TRASNOCHADA 57 (Mª Jesús Mayoral Roche)




MJM

En Villamayor de Gállego, 10 de octubre de 2011

En esta trasnochada, escuchando el parte médico del torero gravemente herido en el Coso de la Misericordia, me planteo muchas dudas y otros tantos interrogantes sobre las corridas de toros. Y yo, taurina por parte de abuelo materno, reconozco que mi opinión respecto a los toros está cambiando.
La Fiesta es la Fiesta y cuando hablamos de fiesta se sobreentiende que estamos hablando de toros. No puedo decir cuántas veces mis amigos italianos me han preguntado sobre las corridas de toros; unas veces admirándolas y otras criticándolas. Mi discurso sobre el tema siempre es el mismo: el toreo es un arte y en la arena el toro y el torero se desafían a muerte. A continuación les explico las diferentes suertes y el sentido de la Fiesta. Ni que decir tiene que casi siempre acabamos enzarzados en una disputa o en un interrogatorio en el que tengo que explicar la diferencia entre corrida y novillada.
Y es que la Fiesta, con anti-taurinos fundamentalistas incluidos, por el momento no tiene intención de morir. Una forma de matar la Fiesta es prohibirla; pero las prohibiciones avivan la pasión por todo aquello que se prohíbe. La Fiesta para mí, que he sido taurina, hoy por hoy es un aburrimiento mortal: lejos de ver una buena faena, todo lo más que se llega a ver es una buena cornada. De acuerdo que el fatalismo forma parte de la Fiesta; pero tanto fatalismo acompañado de tan poco arte me aleja cada vez más del ruedo. Hace años que no piso una plaza.
Las cosas han cambiado respecto al arte de Cúchares: antiguamente había pocas corridas y pocos toreros. Hoy las corridas se cuentan por centenares y el elenco de toreros, que antes podía contarse prácticamente con los dedos, se cuenta por docenas. Añadir que el toro también ha cambiado: los cuernos, algunas veces son menos cuernos y la flojera del animal se deja sentir en el ruedo. En estos casos el torero se limita a salvar el tipo sin complicarse la vida, es una posición inteligente y acaba sacrificando al animal como un auténtico matador de toros sin exhibición de arte, como un matarife. Si la Fiesta sobrevive es gracias al gran acto social que se desarrolla en torno a ella como lugar de encuentro: alta sociedad, famosos, artistas, políticos, intelectuales… Por supuesto asisten también los amantes de la tauromaquia, los que más críticos son con la fiesta y los que más defraudados salen de la plaza. Porque esa parte social, que acude a los toros como lugar de encuentro, sale de la plaza como ha entrado. Debo hacer una distinción entre plazas y plazas. Hay plazas en las que impera el silencio y no se oye una mosca, hay plazas en las que no se calla un momento y hay plazas gastronómicas en las que se va exclusivamente a comer y lo que haga el torero no tiene importancia: se sale con la tripa llena que es de lo que se trata.
Vuelvo a repetir que hace años que no piso una plaza de toros… y es que me he hecho el siguiente cálculo: ¿Cuántas corridas de toros tengo que ver al año para poder disfrutar de una buena faena? Por ejemplo, Feria de San Isidro en Madrid, tardes y tardes de toros con buenos carteles, ¿cuántas faenas buenas pueden verse? Se podría hacer el balance y el resultado sería desalentador.
Y en esta trasnochada, haciéndome estos planteamientos, me atrevería a decir que la Fiesta es una tradición que debe cambiar, entre otras cosas porque el arte se ha agotado y tanta sangre en la arena ya no se aguanta. Y cuando digo sangre me refiero tanto a la del toro como a la del torero. Hay tradiciones que se extinguen por agotamiento o deben cambiar para subsistir. Qué pasaría si el circo romano siguiendo la tradición continuara en pleno siglo XXI con el mismo espectáculo.

María Jesús Mayoral Roche


martes, 4 de octubre de 2011

EN LA TRASNOCHADA, 56 (Mª Jesús Mayoral Roche)




En Villamayor de Gállego, 3 de octubre de 2011

En esta trasnochada, leyendo un artículo en uno de esos semanales caducados de los periódicos, se me aviva hasta enrojecer la vena crítica. Hace tiempo que no compro periódicos, pero me gusta estar al día; los amigos que saben de mis costumbres me los guardan para que les eche un vistazo. Y quiero estar al día, más que nada, para opinar.

Desde hace ya algún tiempo, los más importantes periódicos del país regalan cosas para incrementar las ventas. ¡Qué triste…! Digo triste, porque comprar un periódico con el objetivo de completar una vajilla, sin leerlo, sólo por hacerte con un plato para el ajuar de casa, la verdad, me parece de risa y carcajada. Ahora que llega el Pilar, nuestros periódicos de la región regalarán cabezudos, pulseras, medallas y mantos de la virgen, junto con algún coleccionable; en fin, venden de todo porque no regalan nada, venden al módico precio a cambio de no dar lectura y si me apuran, no dan ni la noticia. Son periódicos que se han convertido en la voz oficial del partido de turno en el poder, vamos, que se han vendido. Hace tiempo que ni leo ni compro periódicos de papel, porque he visto cómo han tergiversado, callado o comentado la noticia, en muchos casos faltando a la verdad y si me apuran dando voz a los periodistas más partidistas, que por cierto son siempre los que publican gracias a la subvención. Con estas facilidades se vende cualquiera al mejor, al poder que sea.

En mi último viaje a Italia, pude ver un programa de esos que hace la RAI y que a mí tanto me gustan. Con ocasión del 150 Aniversario de la Unificación Italiana están emitiendo una serie que se titula Fratelli d’Italia, por la que desfilan las figuras más relevantes, vivas y muertas, que Italia ha tenido en este siglo y medio de unidad.  En uno de esos programas apareció Vittorio Feltri para comentar la figura de Indro Montanelli, ya fallecido: ambos protagonistas han sido dos fieras del periodismo. Según dijo otro periodista al que le pidieron opinión: Montanelli practicaba un periodismo de esgrima, mientras que el de Feltri era de daga. Los documentales referentes a Montanelli desvelaban sus luces y sus sombras, mientras Feltri, sentado en un incómodo sillón, desvelaba anécdotas y vivencias sobre la relación que ambos habían tenido. Para echar más leña al fuego, la presentadora le peguntó la opinión sobre Berlusconi, es decir, sobre el que fuera su jefe directo en el periódico Il Corriere della Sera. También sacaron de nuevo a la luz la opinión que Montanelli mantenía sobre Il Cavaliere. Sinceramente el programa me encantó y me pregunté: ¿Si en España tuviésemos que escoger en los últimos cuarenta o cincuenta años de periodismo a dos periodistas de esta talla, quiénes podrían ser? Nombres tenemos, pero figuras relevantes como estos dos italianos me parece que ni existen. Tenemos nombres de directores de periódicos, pero ¿podríamos quedarnos con alguna columna escrita de esas que han hecho historia? A mí la cabeza no me da para encontrar uno igual a la talla de Indro Montanelli. Reconozco que Italia me puede y que no hago nada por ocultarlo.

En esta trasnochada sólo pretendo manifestar mi insatisfacción con la prensa nacional y regional, decir que no me interesan y que por tanto no la compro: sólo la leo en Internet y me pego un barrido general por toda ella para quedarme e interpretar las noticias a mi manera. En este país no hay coraje para nada y todos se venden, particularmente los artistas y los periodistas, cada uno a su estilo. Por otra parte, sí, existe siempre una prensa incómoda al régimen de turno; pero tampoco me gusta las formas de esa prensa. El periodismo en este país me parece poco profesional.

Para terminar explicaré el vídeo que encabeza esta Trasnochada. Riccardo Muti es un famoso director de orquesta italiano que con ocasión de celebrar en Roma el 150 aniversario de la Unificación Italiana, tras pedirle el público el bis del Va Pensiero de Verdi y después de oír un emocionado ¡viva Italia! por parte de uno de los allí presentes, se dirigió al público en estos términos: “Sí, estoy de acuerdo con ese ¡viva Italia! Yo no tengo ya treinta años y mi vida está hecha. Pero como italiano que ha recorrido el mundo debo decir que estoy dolido con lo que está aconteciendo. Si accedo a hacer el bis siguiendo vuestra petición, no lo hago tanto en cuanto por razones patrióticas. Esta tarde mientras el coro cantaba ¡oh mi patria bella y perdida! he pensado que si matamos la cultura sobre la que se ha construido la historia de Italia, verdaderamente nuestra patria será bella y perdida.” Después de los aplausos recibidos, Muti invitó al público allí presente a cantar con el coro, haciendo una broma, se volvió para decirles que estuviesen atentos a la entrada del canto. Entre ese público al que se dirigió Muti se encontraban el Presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano y el premier, Silvio Berlusconi. En este país llamado España, qué personaje del mundo de la cultura sería capaz de plantar cara a nuestros políticos en una situación semejante.

Y para rematar del todo, decir que este vídeo está circulando a través del mail y que en alguna televisión han dado la explicación al mismo, por cierto, la traducción de las palabras de Muti diré, más que nada para ser elegante, que son inexactas. El caso es torcer y no ser fiel a lo dicho. Estén tranquilos porque yo no he torcido las palabras de Muti, tampoco he quitado ni he puesto.


María Jesús Mayoral Roche
  

domingo, 25 de septiembre de 2011

EN LA TRASNOCHADA 55 (María Jesús Mayoral Roche)

MJM


Villamayor de Gállego, 25 de septiembre de 2011

Septiembre, el reencuentro: los libros, la cartera, el uniforme. A estas alturas del año suelen asaltarme los recuerdos cuando veo a las madres acompañar a sus hijos en su primer día de cole. Después de mi verano salvaje en Villamayor en el que pasaba gran parte del día subida a una bicicleta recorriendo la huerta y bañándome con las amigas en las acequias, además de hacer algún rastro que otro por los silos de las eras; una vez pasadas las fiestas, esas fiestas con baile en la plaza y vaquillas que todavía hoy perduran, llegaba el momento de regresar a Zaragoza para ir al colegio.

Septiembre para mí es el mes más evocador, el que me sigue marcando el ritmo del año. Cómo olvidar mi primer día de colegio, todavía lo estoy viendo, mejor dicho, sintiendo. Mi madre me arrancó de la cama, me puso en pie y me enfundó en un uniforme que parecía llevar chinchetas de lo que me picaba. El broche plateado del cinturón era lo único que llamó mi atención en medio de la oscuridad de aquel vestido tableado, al menos, la hebilla me pareció vistosa. Después vinieron los calcetines, esos calcetines de perlé marrón que mi madre había hecho con tanto mimo para que yo los luciera en mi primer día de colegio. Cómo olvidar aquellos calcetines cuyo calado quedaba grabado en mis tiernas piernecitas cuando me los quitaban. Para rematar la faena, me calzaron los Gorilas; aquellos zapatos marrones que pesaban un sentido y que no se rompían nunca porque estaban hechos a conciencia. Con toda aquella indumentaria me sentía rara, me costaba esfuerzo andar y el uniforme me picaba cada vez más… Y eso que me había librado del cuello blanco, porque cuando me pusieron aquel cuello postizo sujetado con ojales y botones, por un momento pensé que mi madre me estaba estrangulando. Todo aquel peso en los pies y aquella tortura en el cuerpo me dejaron triste e inmóvil. Inconscientemente recordaba mis chanclas de goma, mis vestidos de verano sin mangas y mis carreras en triciclo.

Pero buena era yo de pequeña, menudo torbellino. Como decía mi tía: es una monada cuando duerme. Lo cierto es que aquella tortura me duró poco, pronto le encontré al uniforme el divertimento: a base de dar vueltas se levantaban los pliegues de la falda, a mayor movimiento más revuelo hacía la falda. Debo añadir que yo hablaba y me saludaba con todo el barrio, desde el portero hasta el relojero. Por eso fue poner el pie en la calle y todos se acercaban para ver a Chús vestida de colegiala, por eso en cuanto mi madre se paraba para hablar con alguien, me soltaba de su mano y empezaba a girar como una peonza para que se levantaran los pliegues de la falda. Mi madre al ver mi nuevo baile no pudo por menos que cogerme de la muñeca y darme una sacudida, a ver si así conseguía pararme de algún modo. Con el fin de inmovilizarme decidió llevarme bien sujeta de la mano, pero ni por esas. Yo a lo mío, como no podía dar la vuelta entera, pues daba media a un lado y media al otro. Cuando mi madre me miraba de reojo en plena faena me paraba, en cuanto retomaba la conversación yo seguía a lo mío.

Lo del uniforme fue una novedad, pero la que verdaderamente hizo que me sintiese mayor fue la cartera. Aquella cartera de plástico con un asa y dibujos de muñecos, donde mi madre metió mi primera cartilla, un plumier de madera, un cuaderno y un borrador. Después vino la impresión, una fuerte impresión: la monja. En mi vida había visto una cosa igual. Una mujer vestida con un hábito negro hasta los pies, toca, velo, esclavina y ornamentada con una cruz sobre el pecho y un rosario que le colgaba de la cintura. Desde luego no me asusté cuando la monja salió a recibirnos, más bien me quedé como un mochuelo sin perder ripio de cómo me hablaba y cómo se comportaba, además dentro de la clase había bullicio y veía bonitas mesas de colores; presentía que aquello iba a ser divertido. Le dí la mano a la monja y me quedé allí tan feliz; sin embargo había otras niñas que sintiéndose abandonadas por sus madres en un lugar desconocido se echaban a llorar amargamente mostrando el velo palatino hasta la úvula.

Cómo olvidar septiembre, cómo olvidar mi primer día de clase…

María Jesús Mayoral Roche




__________
Foto.- Vista de Villamayor de Gállego desde una era abandonada.


miércoles, 29 de junio de 2011

EN LA TRASNOCHADA 54 (María Jesús Mayoral Roche)

MJM


En Villamayor de Gállego, 28 de junio de 2011



En esta calurosa trasnochada de verano oyendo a los zagales correr a la hora de la fresca, me vienen a la memoria viejas imágenes de archivo que dejé escritas en mi primera novela.
 

{…} Mis tíos me llevaron al pueblo para pasar las vacaciones estivales con mis padres. Creo, que ya no existen días como aquellos.


            Cuando me levantaba por las mañanas me gustaba corretear por toda la casa, bajar las escaleras descalza y esconderme. Desayunaba a regañadientes porque mi madre no sabía la canción del "Reloj" ni la historia de los soldaditos. A las doce salía al jardín a jugar. Aquel jardín era el centro de reunión del cura, el veterinario, el boticario, mi abuelo y algunas veces, cuando le dejaban libre sus tierras y sus papeles, les acompañaba mi padre. Sentados en un banco de piedra a la sombra de los emparrados charlaban de temas relativos al campo y la ganadería. El cura y el veterinario acababan siempre discutiendo. María cuando veía que la conversación subía de tono les sacaba un porrón de vino y un poco de queso. En cuanto se descuidaba mi abuelo, me escapaba corriendo hasta los gallineros, me gustaba asustar a las gallinas para que éstas revoloteasen y cacarearan escandalosamente. 


            Los domingos mi madre me ponía el vestido de brillantina con jaretas, los zapatos de charol y los calcetines de perlé para ir a misa; nos sentábamos en los primeros bancos. Mosén Eladio revestido con su mejor casulla celebraba mirando al altar, de espaldas a sus fieles; sus sermones encandilaban a aquellas sencillas gentes. A veces aprovechaba la ocasión que le brindaban sus pláticas para dedicarle alguna que otra indirecta a don Jaime. 


            Si la mañana del domingo era fresca, solíamos acercarnos hasta el molino de mis tías. El molino quedaba algo apartado del pueblo, envuelto por viejos y enormes pinos piñoneros, se dejaba divisar en la claridad del horizonte; era como una isla ahíta de variados árboles en mitad de un océano verde y siena. Rodeaban la fachada de la casa numerosas macetas cuajadas de flores multicolores y jardineras de espesas y olorosas clavellinas abrazadas a sus rodrigones. Junto al postigo un sauce llorón cobijaba y daba sombra a begonias de varias especies, petunias, pensamientos y calas. La claridad de un sol estival se asentaba sobre las corolas de las flores, entre las que se posaban y revoloteaban mariposas blancas. Mis tías y un perrito ratonero salían a nuestro encuentro. Mientras León ladraba sin cesar, mis tías nos colmaban de besos y abrazos. Al cargo de la molienda estaba un criado, un pequeño hombre canoso, de ojos azules con los lagrimales muy sonrosados, que siempre iba fumando maltrechos cigarrillos de picadura.


            Mi padre me llevaba hasta la sala donde molían el grano, enseguida notaba el cosquilleo de las partículas de harina que flotaban en el aire. Todos gritábamos mucho debido al ruido de la maquinaria del molino y al sordo rumor que producía el salto del agua. Mi padre me asomaba a una enorme ventana, bajo ésta se encontraba el arco central por donde el agua estallaba con más fuerza formando un intenso remolino de espuma blanca. Olía a tierra y piedra mojada.


            Poco a poco, el agua se iba remansando y tomando su cauce alejándose parsimoniosamente. A ambas orillas de la ancha acequia, como aladares, se desmelenaban los sauces meciendo sus ramas sobre el agua, ocultándola de los rayos de un potente sol que se filtraban a través de las hojas salpicándola de destellos. La oscuridad de la sala donde molían el grano contrastaba con la claridad del paisaje que ofrecía el ventanal. Por un postigo salíamos a la chopera que había detrás de la casa, junto a una almenara. La húmeda y perenne hojarasca de aquella arboleda, almohadillaba nuestros pasos acompañados por el murmullo del agua y el canto de jilgueros y cardelinas. Cruzábamos las acequias que rodeaban la casa a través de maltrechos puentes de estacas. Los cartujos de Aula Dei, que conocían tan nemoroso lugar, enviaban a sus novicios a esta chopera para meditar y hacer oración. Este bucólico lugar tras una tormenta de verano era intenso y  fragante por el olor a las madreselvas. {…}

    
Estas son las imágenes de archivo que dejé escritas en Los Castaños de Indias.


miércoles, 22 de junio de 2011

EN LA TRASNOCHADA 53 (María Jesús Mayoral Roche)



En Villamayor de Gállego, 21 de junio de 2011

Bueno, Ángel, todo llega. Aquí tienes tu Trasnochada con otros dos vídeos de regalo, te curraste los comentarios y te lo mereces. Ahí voy.
Los hay que nacen con el sello divino y los hay que surgen igual de bien por generación espontánea, yo me quedo con estos últimos. Algunos vienen al mundo con todo hecho, a hacer lo que les venga en gana. Debo confesar que, hasta cierto punto, envidio a este tipo de gente. En ese grado que otorga lo divino, por ejemplo, algunos trataron ya en su infancia con genios como Picasso, crecieron a la sombra y amparo de la gloria de los padres y mamaron el arte desde pequeños: esto es muy importante a la hora del desarrollo vital y cultural. Quiero decir que con un entorno así y sin prescindir de nada económicamente por caro que sea, con esto me parece a mí que ya se puede dar una gran zancada en la vida. Si a esto le añadimos belleza, cuerpo e inteligencia, pues ya… es que lo tienes prácticamente todo hecho.

Por otra parte están esos otros que nacen en medio de la pobreza, que no tienen medios, que pueden llegar a pasar hambre y que comienzan su carrera artística prácticamente en la calle. Con tesón, esfuerzo y algún don, alcanzan la gloria a base de trabajar duro. Pero se puede ser pobre y elegante, bien a base de aprendizaje, bien como algo innato. A mí, personalmente, me gusta más la gente que se hace a sí misma, quizá porque yo me encuentro en el plano terrenal, es decir, sin el sello divino. Es más, el único talento que tenía me lo robaron para entregárselo a una divina. Bueno, castigos que da la vida.

Servando os ha colgado dos vídeos pertenecientes a dos artistas con orígenes bien distintos: uno nació en el seno de una pobre familia napolitana, el otro es hijo de torero español y miss italiana. Estoy hablando de Massimo Ranieri y Miguel Bosé. De las dos actuaciones, yo me quedo con la de Massimo Ranieri, más que nada por las formas.

La RAI suele hacer un concurso para niños y jóvenes promesas. Los niños eligen a uno de sus ídolos para cantar una canción. Dos de estos ídolos para Grazia Buffa, una de las concursantes juveniles, fueron Massimo Ranieri y Miguel Bosé. La niña resulta un tanto sosona, pero su voz es magnífica. Voy a explicar lo de las formas. Yo he visto cantar varias veces a Massimo Ranieri con niños, siempre les deja cantar para que se luzcan y él se incorpora en un segundo plano, sin perder su papel de ídolo. Esto es difícil. Lo cierto es que cualquier actuación de Massimo resulta siempre impecable. Él se considera un trabajador nato al que le ha costado mucho llegar a ocupar el puesto que ocupa. Según declaraciones suyas, él pasó penurias en su infancia y esto le lleva a no tirar el pan duro, procura aprovecharlo para hacerse sopas de leche. En el caso de Miguel de Bosé la cosa cambia sustancialmente, él ya nació con el sello divino y es Bosé. ¿Qué les diferencia en la actuación?

La televisión italiana –RAI- es única a la montar festivales y escenarios. Este concurso que hace para niños lo hace al estilo de siempre, es decir, montando un escenario inmenso donde todo cabe: orquesta, coro, jurado, presentadora, cámaras, niños bailando… Por otra parte la cámara lo recoge todo: el primer plano del trompetista, las violinistas como telón de fondo, el coro haciendo las voces, el público que llena el gran teatro… Se puede decir que la cámara es un ojo que no pierde detalle. Y yo me he quedado ahí, en el detalle.
Voy a explicar los detalles. En la actuación de Massimo Ranieri, la niña comienza cantando sola la primera estrofa, a continuación se abre la puerta y cuelgan luminosamente el cartel de Massimo Ranieri, la gente comienza aplaudir en cuanto él comienza a bajar las escaleras, se acerca al director de orquesta para estrecharle la mano, se coloca detrás de la niña, antes de cantar saluda reverencialmente al público, la gente lo aclama y se incorpora a la actuación. A esto yo lo llamo dominar el escenario. En el caso de Bosé la cosa cambia. Bosé se presenta en el escenario como si fuera un ruedo –por algo es hijo de torero-, la gente lo aclama, le da dos besos a la niña al más puro estilo español, canta con ella la canción de principio a fin; pero él es Bosé en todo momento, eso sí, sin saludar. Quiero aclarar, que en Italia las formas son importantes. En cualquier caso a los nacidos con el sello divino se les suele perdonar todo, esta es la envidia -sana por supuesto- que tengo hacia la gente de esta categoría. Por eso me quedo con Ranieri.

Para terminar, añadir que tanto Ranieri como Bosé están elegantísimos en el escenario: ambos vistiendo camisa negra. Esto de vestir camisa negra en Italia todavía tiene sus prejuicios. Políticas fascistas aparte, a mí me encanta ver a los italianos con camisa negra. Opino que hay que tener cierto estilo para lucir este color y ellos por supuesto lo tienen.
Se me olvidaba a Massimo Ranieri lo vais a ver sensiblemente actualizado, ya no es aquel Massimo del festival de San Remo.


domingo, 19 de junio de 2011

EN LA TRASNOCHADA 52 (María Jesús Mayoral Roche)

MJM


En Villamayor de Gállego, 12 de junio de 2011

Esta es una trasnochada muy especial, la quiero contar a mi estilo y dedicarla a la gente de mi pueblo que sigue este blog y por supuesto a todos los que quieran leerla.

Existen sentimientos con hondas raíces, querencias atávicas que nacen ya con nosotros porque el árbol de la vida nos las otorga como un privilegio: una elección previa antes de venir mundo, por eso yo nací en Villamayor de Gállego. Pero esta elección de nada hubiera servido, si mis padres y mis abuelos no me hubiesen enseñado a amar la tierra que me vio nacer. Y amar y pertenecer al pueblo en el que uno se cría no es otra cosa que sentirse identificado con el entorno, con las tradiciones y en el trato cotidiano con sus gentes.

Soy una ritualista nata. Cuando salgo de casa por la mañana para ir a trabajar, cierro la puerta y vuelvo la mirada hacia El Carasol para saludar a los chopos de casa Casellas; subo calle de San Pedro arriba, tuerzo a la derecha y cuando llego a la calle de San Gregorio echo la vista al campanal, con suerte a veces lo acompaña el crotorar de las cigüeñas, aquí apunto mentalmente todos los días: primera referencia.  Sobre las siete y media de la mañana veo revolver la esquina de Domeque a Valero llevando de la mano su bicicleta y me digo: hora punta en Villamayor de Gállego. Cuando nos cruzamos en el camino me pregunta por mi padre. Yo le contestó: Se acaba de ir a la viña en bicicleta. Él se ríe. Mi padre tiene ochentaiún años. Sigo mi camino y en la rutina diaria, me siento arropada entre las antiguas casas palacio de la calle Carnecería, dependiendo de los matices de luz en sus fachadas, hasta llego a sentir cierto embeleso. Ya en la carretera, el sol lanza su resplandor de fondo desperezándose sobre Los Monegros, apunto mentalmente: segunda referencia.

Mañana lunes me levantaré y haré lo mismo, pero más contenta, feliz. El sábado veintidós de mayo se puso final a una lucha que duraba veinte años. No hablaré del cansancio, del agotamiento, de las decepciones, de las esperanzas, de los sueños… Tampoco quiero hablar de la política, sino del sentimiento. Del sentimiento de los que hemos querido con el alma y la vida a nuestro pueblo, de los que lo hemos defendido,  de los que se han ido sin ver cumplido este sueño, de los que han sufrido la persecución por pensar de distinta manera, de los que han sido sentados en el banquillo… Ha habido tanto sufrimiento en los últimos cuatro años, que ahora estamos alterados por habernos liberado de una amenaza que ensombrecía nuestros días. El sueño de la segregación empezó hace veinte años y a partir de ahí vinieron los tira y afloja con el Ayuntamiento de Zaragoza, después vinieron las sentencias a nuestro favor, después la segregación y el nacimiento de nuestro municipio, a continuación la fractura social al no aceptar parte de su población la Sentencia del Supremo, después llegó el desencanto ante la pérdida en las urnas a favor de la mayoría absoluta de un partido que defendía la Agregación a Zaragoza. Y esto ha sido así hasta el pasado 22 de mayo, día en que se volvía a mascar la tragedia si los que habíamos sido defensores de la segregación fracasábamos de nuevo en las urnas. Y mientras nos retorcíamos de los nervios en casa de Serrate escuchando el escrutinio que hacían los nuestros por teléfono, inevitablemente pensábamos en que existía el mismo peligro de la vez anterior y esto nos ponía al límite, porque la pérdida supondría más decepción, más sufrimiento y más castigo. Porque el festival de la Democracia consiste para algunos en ir a votar y lo que diga una sentencia del Tribunal Supremo es poco o nada, y lejos de acatarla como sería lo justo; para darle la vuelta uno se ampara en la política madre pasándose por el forro una sentencia del Supremo y volvemos a lo de antes, al sufrimiento.

Pero el sábado 11 de junio se puso fin a la pesadilla de los últimos cuatro años, por fin el sueño es ya una realidad: José Luis Montero es alcalde de Villamayor de Gállego por Chunta Aragonesista. Explicar que el Partido Popular ha apoyado a José Luis Montero porque como dice su concejal, Javier Díez: Aunque las ideologías sean distintas, nos unen más cosas que nos separan.  Lo que une a estos dos partidos políticos, CHA y PP, es Villamayor de Gállego. Y aquí viene mi primera referencia: el campanal, la torre. Así hemos estado todos: codo con codo, apoyando, relevando a los que se cansaban, sujetando para que no se nos cayera nada, firmes e inalterables ante lo que pasara como nuestra torre mudéjar. Y a la hora del desaliento nos sostenía el sentimiento, nuestras raíces, hondas y viejas como las de nuestra Sabina. Y mientras el tiempo transcurría nos abandonábamos a la esperanza, nos amparábamos echando la vista a nuestro Santuario. Estas son nuestras referencias.

Por último decir lo que he dicho siempre: Villamayor de Gállego debe servirse de la Política, pero no estar al servicio de ella. ¡VIVA VILLAMAYOR DE GÁLLEGO LIBRE!


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...