viernes, 30 de noviembre de 2012

TE ENTERNECE VER UN RAMO DE NOVIA QUE ARRASTRA LA CORRIENTE (Servando Gotor)

Hoy gratis en AMAZON



Martes, otro martes, 3.  También es otoño pero parece invierno. Te presentas en tu calle, al inicio, doblando la esquina.  Y cuando pasa el tranvía, el viejo tranvía, te haces a un lado.  El pelo mojado.  Sorteando obstáculos. La lluvia en los labios. Estás contrariado porque has discutido con Alba.  Una tontería sin importancia.  Pero cuando reñís te hundes y no te recuperas hasta volver de nuevo entre sus brazos. Te encuentras mal y aún así tarareas algo, una vieja canción que te traslada. Alzas la mirada, apuras el paso, qué cielo tan extraño, las nubes se mueven forjando apocalpisis: Apuestas, Lotería, Cine Capitol, doble sesión,  plis plas, plis plas, plis plas, neón intermintente y multicolor que se refleja en la acera, plis plas, brillante por la lluvia, Cafetería Snack Esplanade, desayunos desde las seis de la mañana, una canción de los cuarenta, all the boys I've known, and I've known some / Until I first met you I was lonesome, en el Esplanade siempre se oyen canciones antiguas que normalmente te gustan, os gustan, ei mir bist du schoen, please let me explain, pero esta de ahora suaviza la que machaconamente tarareabas en tu interior y la escuchas en inglés y alemán, aunque la están interpretando en yiddish. Trattoría Cambalache,  pastas y pizzas de primera calidad.  El chaparrón se ha convertido en fina lluvia; el crepitar del agua sobre los tejados se debilita, y la calle negra se llena con el ruido entrecortado de los arroyos. Miras la calzada inundada.  El agua arrastra cantidades de basura, y te enternece ver un ramo de novia que empuja la corriente, Bei mir bist du schoen, again / I'll explain It means you're the fairest in the land ...


De Entre las ruinas del cielo
Servando Gotor







jueves, 29 de noviembre de 2012

LA SUNAMITA (Juan Serrano)

.




No fue Charles Bukowski quien dijera aquello de Poeta, Dios está en el coño de las mujeres. Fue Ernesto Cardenal. Y para que no pareciera herético su exabrupto, el trapense revolucionario añadió: Está en todas partes dice el catecismo. /Pero no está lo mismo en todas partes.

Luego tú, después de haber visto en Los hombres rotos de Eliot, disfrazarse de Piel de rata, plumaje de cuervo, maderos en cruz, a los moradores del Reino del sueño de la muerte, dijiste:

Los poetas es que dicen muchas tonterías. Una licencia poética más de un chocho y viejo verde reprimido. 
Y no te entendí. Quise mejor escuchar las palabras de placer de la Sunamita del Cantar de los Cantares:

Bésame con su boca a mí el amado.


Juan Serrano 
(En el blog Blao
24 de noviembre, 2012)


miércoles, 28 de noviembre de 2012

EL LLAVERITO DE LA "MUJER EN EL BAÑO" DE BOTERO (Narciso de Alfonso)

--


Mujer en el baño (Fernando Botero, 2000 Museo Botero)


La mujer del baño nos da el entero lugar del espacio, para que descansemos de ese no saber bien cuál es todavía nuestro puesto individual en el mundo humano. Parece propensa a la trinidad, entre empanadas y campanadas, con los bizcochos bien puestos. 

No sobrepasa los trescientos sesenta grados ni siquiera después de su merienda suculenta de unidad, que es cuando apenas nos cabe en la conciencia. Entre paloma y ballena, ¿qué diría Newton de ella? El rodeo de su cintura se va hacia después, hacia mañana, hacia el futuro, ay, qué tardanza de imagen, ay, cuántos broches mayores. 

La mujer del baño está, siempre niña, en los dulces domingos de su infancia, bulliciosa de ilusiones sencillas, insaciable como una bomba aburrida, como una rueda perfecta, única y postiza de círculos viciosos, mientras dios quizá la mira sobresaltado, como un padre a su glotona. 

Será el sol, que duele mucho; será el perfume a telaraña de los vacíos; serán los anillos de oro en desgracia; será la paz de una sola línea, pero ella, sin queriendo y con cierto apuro, nos enseña, con intenciones sanamente sexuales, incitando y provocando, su amoroso llaverito. 

Cómo relumbran sus uñas, cómo sangran sus pendientes, cómo sacia sus esquinas, cuánta obediencia de pechos, qué tarde más cocinera.


Narciso de Alfonso
Retratos de mujeres desnudas
El merodeador (Serie II)





martes, 27 de noviembre de 2012

LAS DISCULPAS DEL PSOE (Truhán)




Esta bien esto de pedir disculpas pero no por lo que uno ha hecho sino por lo que ha hecho el otro.  Porque estos supuestos militantes de a pie (que no lo son porque son políticos jóvenes en activo y que participan del aparato) no están pidiendo disculpas de verdad.  Están montando, alentando y participando en un nuevo número de la Chacón.  ¡Y ya vale de insultos a la inteligencia del pueblo!

Además estas trazas no son nuevas en el PSOE, que ya la generación de ZP  se cargó a la anterior de igual forma: a lo bestia.  A buenos y malos, a culpables e inocentes, a honrados y a sinvergüenzas.  No respetaron a nadie. 

Ahora quieren repetir la misma historia sólo que si entonces siguió el incombustible Rubalcaba hoy pretende hacer lo mismo la  Chacón.

Y no, estas disculpas no son disculpas.  Estas disculpas no valen. La Chacón lo que debería hacer es un acto de contricción de verdad, estarse bien calladita y no urdir  nueva estrategias para seguir.  Y, por supuesto, marcharse, abandonar la política y buscarse la vida como el resto de los mortales: en la sociedad civil. 

Da verdadero asco.  Aquellos que apoyaron y se apoyaron en ZP ahora terminan por crucificarlo para salvarse ellos.  Atroz espectáculo.  

Las disculpas no se pueden hacer en nombre ajeno, pues en tal caso resultan verdaderas acusaciones: la culpa siempre ha sido del otro, en este caso el "compañero" ZP (¿cabe actitud más rastrera?).  Y, aun las realizadas en nombre propio, si no van seguidas de verdaderos hechos, de nada sirven. Cuando en política uno mete la pata de verdad y cuando de verdad quiere pedir disculpas por ello, primero debe retirarse de la vida pública y luego sí: luego pide perdón.  Y contento, además, de que no haya una justicia independiente que le exija las responsabilidades oportunas, que no son pocas.  Y eso les salva: una justicia partidaria y una prensa subvencionada.

El PSOE necesita una verdadera regeneración.  Y eso debe hacerse mediante un congreso extraordinario verdaderamente democrático en el que los que han tenido las responsabilidades de partido y gobierno, y todos, todos los que les han apoyado en estos últimos años, ni se asomen ni rechisten, que no sólo se han cargado a una España ya de por sí débil sino que le han pegado fuego al propio partido, único que puede plantar cara de verdad a una derecha a la que nunca se le debe dejar sola.


Truhán

lunes, 26 de noviembre de 2012

HABLÁNDOLE AL HUMO DE TU BOCA (Ángel Ferrer)

.

sgs


A través del agua
que mana de ti
te proyectas
temiendo que quede ciego
entumecido por tu azúcar

Mientras
en el cielo se estremecen
cuando las señales nos separan

Las comparaciones son espejos
en los que pretendes encontrarme
pero te he visto llorar
cuando levantabas un nuevo velo

No pierdas el tiempo
pues en el cielo
no existen las caricias




Ángel Ferrer
(de El silencio mientras te miro)

domingo, 25 de noviembre de 2012

BENITO EN SOLEDAD (Babiluno)

-




Benito, en soledad, cerró los ojos con la fuerza mágica que hace realidad los deseos. Imaginó que su madre entraba en casa y le abrazaba con tanta ternura que, poco a poco, se iba convirtiendo en un niño de verdad.

Cuando Benito aún no tenía nombre, empezó una insólita evolución dentro del vientre de su madre. La primera ecografía no detectó ninguna irregularidad, y eso que la embarazada argüía una y otra vez que se pasaba el día escupiendo unos pelos bastante raros, pero el listo de la bata blanca consideró que aquello entraba dentro de lo normal. La segunda ecografía ya no daría margen para el error. La madre de Benito llegó a la consulta y sin mediar palabra se metió el dedo en la boca. Durante un ratito, estuvo rebañando por los rincones del tragadero hasta moldear una bola de pelos de tal calibre, que solo hubieran faltado un par de raquetas de tenis para montar un “Roland Garros” en toda regla. Y lo de la pelota fue solo el principio. En el curso de la ecografía, el transductor envió a la pantalla una imagen tan espeluznante, que el médico tiró el chisme de ultrasonidos al suelo y con un chillido muy gay, se refugió tras la mampara del consultorio. Desde ahí, asomó los ojos y manteniendo una prudencial distancia de seguridad, explicó, con su voz de pito, todo lo que sabía sobre el engendro. Se trataba de un extraordinario caso de embarazo evolutivo. Aunque todos los médicos conocían su existencia, estar tan cerca de uno de ellos debía ser, sin duda, escalofriante. Finalmente, el galeno advirtió a la embarazada que tenía la obligación de denunciarla ante las autoridades. Fue entonces cuando la madre rompió a llorar, suplicando por lo más sagrado que le diera una oportunidad. Ciertamente, su hijo podría ser todavía un primate, pero tal y como el galeno había reconocido, estaba evolucionando de forma correcta. La madre prometió que completaría los nueve meses de gestación hasta su último segundo. Con el moco colgando, se levantó de la camilla y cogió el transductor del suelo. Se lo pasó suavemente por su tripa y la sobrecogedora aparición primitiva volvió a llenar el monitor. “Mire, ese es mi hijo, y le aseguro que no será ningún mono” Pero el médico ya no estaba ahí. Había salido por patas, seguramente, para atender alguna urgencia más sensata. 

Cada vez que Benito, en soledad, miraba la fotografía de su madre, sentía mariposas en el estómago. Era tan guapa y tan distinta a él que le hechizaba...


Seguir completa
esta apasionante 
narración en
El blog de Babilunio





sábado, 24 de noviembre de 2012

REDONDO BEACH. A propósito de la gira de Patti Smith (Antonio Envid)

-
-



Llegas hasta mí navegando sobre olas de tristeza. Una muchacha acaba de suicidarse. Hace un momento estaba contigo en la habitación del hotel y ahora está en el fondo del océano. Me dices, con tu voz grave, sincopadamente. Tu voz grave enmarañada de algas.

Llegas hasta mí a zancadas, con tus largas piernas, tu esbelta delgadez. Tu figura andrógina y desgarbada carente de sexo, para decirme en la placidez de la tarde que una muchacha tras una bronca entre amantes se halla ahora rodeada de mares de tristeza, de algas pegajosas, de húmedas catástrofes.

Se ha ido, Is gone, is gone, repites insistente con un ritmo repetitivo, hipnótico, mientras la buscas desesperada. Todo ha ocurrido en Redondo beach, mientras los huéspedes tomaban el sol en la playa, mientras los huéspedes en el bar tomaban cerveza, mientras los huéspedes en la terraza tomaban cocteles, mientras descansaban los huéspedes en las frescas habitaciones. Una pelea, otra más, y ahora you´re looking for she. Desesperada la busca, llama a la recepción, le dicen que ha marchado.

La voz de Patti repite la trágica historia, su voz trae la tristeza de las aguas profundas, nadie la comprende, una muchacha llena de vida hace un momento y ahora en el fondo del mar. Su voz monótona y desgarrada. Caras de asombro en las mujeres, una chica tan joven. Pero ve un coche que marcha, un coche fúnebre, pide la llave de la habitación y llora. Jamás volverá a sus brazos.

Antonio Envid

(La canción “Redondo beach” fue compuesta por Morrissey, pero cantada por Patti Smith, adquiere un tono ambiguo, de amor lésbico)   

viernes, 23 de noviembre de 2012

HA MUERTO JOSÉ LUIS BORAO. Descanse en paz.

-

José Luis Borao en Teruel, con motivo de
la primera Asamblea de Cineastas Aragoneses
(4 de enero de 1984)
 


EUROPA PRESS. 23.11.2012
 
El cineasta José Luis Borau (Zaragoza, 1929) ha fallecido hoy en Madrid a los 83 años de edad, según ha informado la Real Academia Española (RAE) de la que era miembro.
 
El director de esta institución, José Manuel Blecua, ha expresado la condolencia y el pesar de los académicos "por el fallecimiento de su compañero de corporación", asegura la RAE en su página en Internet. La bandera de su sede ondeará a media asta en memoria del director de cine.
 
El propio Blecua anunciaba ayer mismo la creación de un premio de guiones cinematográficos que llevará el nombre de José Luis Borau y que a partir de 2013 destacará el mejor trabajo anual de autores españoles y americanos en lengua española.
 
-----
 
 
 
 
Semblanza de J.L. Borao por Mario Vargas Llosa, con motivo del ingreso del director aragonés en la Real Academia Española:
 
SEÑORES ACADÉMICOS:
Es para mí un honor y una alegría dar la bienvenida a la Real Academia Española a don José Luis Borau, a quien admiro desde que, vi por primera vez una película suya, esa obra maestra del cine español que es Furtivos (1975). Con él ingresa a esta corporación un creador de gran talento artístico que es, al mismo tiempo, un conocedor y practicante de todas las especialidades y tareas que hacen posible una película, desde su concepción hasta su llegada al público –guionista, productor, director, actor y hasta distribuidor– y, también, un erudito de la historia del cine, de la técnica cinematográfica y un analista riguroso de su oficio. Y, como si todo ello fuera poco, un hombre de cultura y de pensamiento que en sus películas, guiones y cuentos ha expresado un mundo, profundo y personal, en el que se refracta, en toda su complejidad y problemática, el tiempo en que le ha tocado vivir.

(...)
 
(Ver discurso íntegro en
Lecturas hispánicas
 
 
 
 
 

jueves, 22 de noviembre de 2012

HORROR VACUI (Juan Serrano)

-




"dans une épouvantable sensation d´éternité, 
en laquelle semblait expirer la chambre" 
(Mallarmé)
 

Era el veranillo de los membrillos. Acostado allí en la cama, tan a gusto, como si a pata suelta durmiera. Imposible -pensé- que alguien pudiera dejar este mundo de forma tan apacible, en plena siesta. Con un brazo, el derecho, en ángulo recto sobre la almohada, como quien coge cerezas a media tarde. Y con la mano izquierda extendida, parecía alisar la sábana tratando de avivar su perfume.

No le vi la cara. Me bastó detener la vista en su cuerpo relajado, mirar sus piernas dulcemente dobladas, sus hombros recostados sobre el colchón blando y hundido, para suponer que descansaba como un bendito. El matamoscas de plástico verde aún seguía a su lado, sobre la cabecera.

Hasta que no vi llorar a las paredes de la habitación, no me di cuenta de que estaba muerto. Lágrimas como goteras chorreaban las escayolas del techo. ¡Cuántas veces me había dicho: yo soy mi casa!

El día antes, cuando le pregunté por sus oliveras, con ojos arbequinos me sonrió de boca a boca.

Luego, me pasé al otro lado de la cama para comprobar mejor su estado, el rigor de la muerte. Y fue entonces cuando noté en sus ojos esa sensación espantosa de eternidad, su horror al vacío. El temor a la nada es mucho mayor que el miedo a cualquier otra cosa.



Juan Serrano 
(En su blog: Blao
6 octubre, 2012)


miércoles, 21 de noviembre de 2012

MADAME SOUTY de ZULOAGA (Narciso de Alfonso)

-


Ignacio Zuloaga. Madame Souty reclinada en un sofá. 1921



Parece claro que, voluntariamente o no, con intención o sin ella, el pintor hizo dos cuadros en uno, puso un cuadro dentro de otro, pintó con dos personalidades, con dos personas, con dos existencias completamente distintas. 

Como sencillo merodeador, uno prefiere la pintura pequeña, los escasos centímetros de óleo del rostro de la madame, quizá porque sólo en ese palmo de lienzo está el pintor humano, impotente, zozobrando, sin rendirse pero dándose por perdido, sintiéndose incapaz de pintar la belleza, la verdad de ese rostro que tal vez llevaba años, siglos, persiguiendo, intentando, queriendo. 

Todo el resto del cuadro es prescindible: los alrededores, la excusa, el pintor profesional haciendo un cuerpo de mujer con unos pies preciosos, larguísimos de pie y de dedos gordos, que se levantan como una ola cuando va acercándose a la playa. 

El cuadro del hombre pintor, el rostro de madame, es de una belleza feísima: el pelo reteñido de negro y el óvalo ya descolgado de la cara, enorme de orejas, con la sonrisa encogida y desnivelada; con esa nariz que, de pronto, en el descenso, cambia de dirección y se cae y le deja una falta de nariz deficiente. Y toda la cara maquillada espesamente de blanco, poniéndole una máscara que ya no sostiene sus rasgos descolgados y sólo deja libres los ojos, esos dos ojos negrísimos que hacen una sola mirada que sí, que olé, que tal vez explica toda la lucha de la madame o del pintor por mantener en pie esa fachada descabalgada, asimétrica y penosa, ay.



Narciso de Alfonso
Retratos de mujeres desnudas
El merodeador (Serie II)
Narciso de Alfonso




martes, 20 de noviembre de 2012

domingo, 18 de noviembre de 2012

EL ÁRBOL DEL AMOR (Narciso de Alfonso)

-



Sara está recostada en uno de los troncos del árbol del amor, que tiene la corteza completamente tatuada, cicatrizada de nombres y de fechas y de corazones. Quizá está aprendiendo a no pensar jamás en otra cosa que no sea una idea pura, a no sentir jamás otra cosa que no sea un sentimiento puro.

Sara parece una muchacha precoz, tal vez por su mirada directa que nos escruta sin inhibiciones; tal vez por su desenvoltura de camiseta desabrochada hasta el ombligo. De las mangas de la chaqueta –que en vez de puesta lleva contrapuesta- le salen los brazos flacos, enclenques, huesudos de codos y marcados de tendones. Tiene el mando de la mirada, de la suya y de la nuestra: si le aburre, si no le divierte lo que ve en nosotros, desenganchará su mirada y dejará caer la nuestra sin más, despreocupadamente.

Como sucede con frecuencia con las personas impulsivas, Sara puede ser fascinante. Está hermosa de impostura: le importa un rábano lo que pensemos de ella porque sabe que siempre irá por delante de nosotros. Es hermosa como las mujeres que aparecen en los sueños de los buscadores de oro, vivísima y peligrosa, juguetona y jugadora.





Narciso de Alfonso
del blog

.

sábado, 17 de noviembre de 2012

UNA NOCHE EN VIENA (Antonio Envid)

.


sgs


Si me invitan a otra copa de este excelente coñac, mientras ustedes terminan sus güisquis, les contaré un extraño suceso. No es fácil encontrar un coñac de tan buena calidad, la indicación de “napoleón” en la etiqueta ya no dice nada. Añoro aquellos tiempos en que un simple VSOP era garantía de un buen licor. Sin embargo hay algunos brandis españoles notables, quizá tres o cuatro…. pero los hay, y a precioS muy razonables. También se encuentra algún armañac… Perdónenme ustedes estas divagaciones, son producto del entusiasmo por haber encontrado una perla en este marasmo de vulgaridad en que nos sumergen estos tiempos calamitosos que nos toca vivir. En fin, a lo que vamos, esto me sucedió en Viena. Ocupaba yo temporalmente el apartamento de un amigo mío pianista, cedido mientras él daba una gira de conciertos, con la simple obligación de cuidarlo en su ausencia. El apartamento era cómodo, aunque amueblado al gusto de los años veinte del siglo pasado. Parecía que en él se hubiera detenido el tiempo en una fecha y hora precisa y destacaba en su holgado salón un magnífico piano Bosendorfer antiguo, que era la joya más preciada de mi amigo. En él ensayaba sus conciertos, incluso recordaba haberme referido que el apartamento lo compró precisamente por el piano, que había pertenecido a un conocido interprete. Tanto el piano como el resto del mobiliario iba incluido en le precio y a la vista estaba que mi amigo había conservado el apartamento tal cual se lo entregaron.

Huésped en un apartamento con ambiente de otros tiempos, con lo que a mí me gustan las evocaciones, en una ciudad abundante en cafés donde guarecerse del mal genio del otoño vienés y contemplar el paso las horas o escuchar algún trio o cuarteto; una amplia oferta de óperas, operetas y conciertos; excursiones a Grizing para degustar el vino nuevo y escuchar a algún grupo de cíngaros; paseos por la Ringstrasse. En fin, sentirme como un buen burgués del viejo imperio austro-húngaro. Ya, ya, me dirán ustedes que me expreso como un agente de viajes tratando de embaucar a un grupo de turistas, pero que quieren, evoco con nostalgia una época en la que el turismo de masas no había arruinado tantos lugares maravillosos, y en que la vida era sencilla pero ofrecía un sinfín de pequeños placeres que la hacían agradable, soy un hedonista sin remedio.

Una noche me despertó una extraña música que provenía del salón. Eran notas de piano, pero no componían ninguna pieza musical: fraseos de agudos sincopados con notas sueltas, que me recordaban algún concierto o estudio, pero que no podía identificar. Desgranaban una dolorosa sensación de incompletitud, como si se hubiesen desprendido de alguna melodía y vagaran huérfanas en busca de su origen. Me levanté y me acerqué al salón extrañado. Al encender la luz vi con estupor cómo la tapa del piano se encontraba alzada y las teclas de la parte derecha subían y bajaban impulsadas por unos invisibles dedos. Aquellas notas truncas eran de una tristeza dolorosa, como los gritos de una rama al desgajarse del árbol, a lo que contribuía no poco su desconexión y el que fueran producidas casi en su totalidad por el registro agudo del instrumento. No soy un tipo especialmente cobarde, pero el silencio de la noche quebrado por aquellos lastimeros gemidos musicales, la soledad del salón vacío… En fin, les juro que gané el dormitorio en dos zancadas, arrojé todos mis efectos personales en la maleta y salí del apartamento a más de a paso para hospedarme en el primer hotel que encontré.

Cuando le relaté el hecho a mi amigo me pidió disculpas por no haberme advertido de que una noche al año, siempre en la misma fecha, se producía ese fenómeno que no entrañaba peligro alguno y que duraba unos breves minutos. Es más, él lo esperaba con cierta expectación. El miedo es producto del desconocimiento, cuando se conoce un fenómeno, por terrible que sea, el temor se reduce o desparece, me dijo. La causa era una tragedia ocurrida hace mucho tiempo, a finales de 1944. El apartamento había pertenecido a un pianista vienés y judío, que en su tiempo había gozado de cierta popularidad. El pobre músico fue deportado a un campo de concentración y allí, bien por algún brutal castigo, bien por accidente, no se sabe muy bien, le habían amputado su brazo derecho. Ese brazo derecho, en el aniversario de la tragedia, acudía a su viejo piano para ensayar algunos estudios de Liszt, que por lo visto era lo que preparaba su poseedor cuando fue deportado; por supuesto, tocaba solamente la parte de la partitura que le correspondía. Desde luego, de habérmelo advertido, habría hecho mía la reflexión de Blaise Pascal de que la mayor parte de nuestras desgracias proceden de no saber estarnos quietos en nuestra casa, y me habría permitido disfrutar del dulce y tranquilo otoño madrileño.

Antonio Envid

viernes, 16 de noviembre de 2012

CHASQUIDO DE NUECES (Juan Serrano)

-



La confusión es el dios
la locura es el dios... Charles Bukowski


Fue tuya la idea de que nos viéramos, pero, se te olvidó decirme donde. 

Alguien me sugirió que te buscara por un destartalado caserón a las afueras. 

La buena acogida de los mendigos que allí merodeaban, su cara encendida, la chispa de sus ojos embriagados, su aliento rastreador, el balanceo de su equilibrio, la inspiración etílica, (casi sagrada), de sus palabras, su potente debilidad, su sabia ignorancia ... eran pistas casi seguras para dar contigo. Así que me quedé a beber de su vino. Dormí en su jergón, reí su misma risa, lloré su llanto, comí del mendrugo de su indigencia... y esperé por si venías. Una promotora compró aquellos terrenos. Nos desalojaron como ratas y salimos desperdigados, locas golondrinas, privadas de su verano. Los maderos nos birlaron la gomaespuma de nuestro sueño, el cartón de vino y el plato de nuestras limosnas. No me dio tiempo a ver tu cara.

Sin saber a donde ir, un fuerte aguacero me cobijó en una taberna de zócalos progresistas. Desde la barra un hombre sin corbata arremetía contra su contertulio endomingado:

¡Ay de ti que tornas el juicio en ajenjo y echas por tierra la justicia! La medida del mal se ha desbordado... no respetas el derecho... Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia.....Tras oír tales palabras, con la esperanza de poder aún encontrarte, me alisté en las brigadas internacionales. Combatí codo con codo con bragados anarquistas, tiernos guerrilleros, poetas iluminados por la conquista de un paraíso para todos. Cospiración y revueltas. El dios de Jacob contra el dios de Ismael. La revolución traicionada. Y un nuevo desengaño por tu rastro perdido, tu senda quebrada.

Aquel a quien buscas debe estar más acá, aún te queda una última oportunidad, la oportunidad del amor -me dijo la esfinge.Debo reconocer que en aquella ocasión a punto estuve de encontrarte. Cada vez que hacía el amor, tal era la felicidad que corría por mi cuerpo, que mis ojos se abrían a la inmensidad del universo. Pero pasados los sudores del arrobamiento, de nuevo: el vacío del deseo, la disipación y la oscuridad. Tampoco en esta ocasión te presentaste. 

Durante cincuenta años en vano me he arrastrado por el desierto, he subido a la nieve de las cumbres. Zozobré por los siete mares. Mil y un par de botas desgasté por los caminos perdidos del mundo, machaqué chinches en cárceles y comisarías, dormí en el metro, husmeé por pensiones, estaciones de autobuses... De tanto otear y no verte, mis ojos son dos almendras agusanadas. O como dice el proverbio chino: ¡Qué difícil es dar con un gato negro en una habitación oscura, sobre todo si no hay gato!

Después de medio siglo, mi antigua obsesión por encontrarte se ha adormecido. Ahora, le toca a mi amigo, el escondido, mover ficha; bastantes torres y caballos llevo yo sobre mis espaldas tras su búsqueda. 

Y en este quieto atardecer, sentado estoy debajo del nogal que hay en la puerta de casa. Veo crecer el árbol, noto su savia subir fresca por el interior de su tronco plateado, escucho los pájaros que se posan en sus brazos, el canto de sus hojas, oigo como el agua se filtra por sus raíces, siento como su sombra empapa mi corteza carcomida. Un racimo de nueces me rozan el hombro hundido. A través de su chasquido generoso siento en el centro justo de mi abdomen la vibración oculta de un eco fosilizado que me susurra:

¡Por fin, ya era hora!



Juan Serrano 
(En el Blao
5 de noviembre, 2012)


jueves, 15 de noviembre de 2012

LA MECEDORA DE BAMBÚ (Servando Gotor)

-

sgs



Constantina Calmarza esperaba en casa.  Con la mirada perdida en dirección a la ventana de su dormitorio, esperaba.  No sabía a ciencia cierta qué, pero esperaba. Estaba sentada en una mecedora de bambú que Saturno le regaló porque decía que le recordaba al Caribe.  Nunca la había utilizado hasta ahora y sólo cuando volvió la vista hacia el lecho vacío lo pensó.  Paró en seco el balanceo y tuvo la sensación de que aquel dormitorio no era el suyo. El dormitorio, pensó, siempre lo veía desde la puerta de entrada o desde la cama, tumbada.  Aquella nueva perspectiva lo adulteraba.  Qué tontería.  Ella, que hacía cambios continuos en la casa para que no le resultara aburrida, acababa de descubrir que bastaba con moverse de sitio.  Que no eran los muebles lo que había que mover sino nuestros cuerpos. Sencillo cambio y brutal, a la vez. Muchas veces damos vueltas a las cosas para cambiar nuestro entorno y en realidad basta con que nos movamos un poco.  Es como algo mágico.  Ni siquiera es necesario desplazarse: un giro de cuello y la vida cambia.  Somos animales de costumbres que nos convertimos en autómatas: comemos en el mismo sitio, dormimos en el mismo lado y soñamos sólo cuando dormimos.  Una pequeña alteración en las costumbres y nuestro universo se transforma.  No:  aquél ya no era su dormitorio.  Ni la cama la que había compartido con Saturno.  De hecho, desde la mecedora de bambú, Constantina no se veía en la cama con su marido.  A él sí.  A él se lo imaginaba muy nítidamente. Pero no con ella sino con una mujer de color.  Y esto le resultaba insoportable.  Analizó su vida con Saturno y llegó a la conclusión de que nunca la había querido.  Pero había sido necesario verlo desde la mecedora de bambú, lo que le llevó a la conclusión de que aquel cambio brutal producido por la nueva perspectiva, le dañaba.  Y le dañaba porque no había sido un cambio voluntario.  No se había movido sino que la habían movido.  ¿Quién?  Ella no, desde luego.  ¿Quizá su marido?  ¿Quizá el destino?  ¡El destino!, pensó.  A Constantina nadie le habló de las moiras, pero las intuyó en aquél trance y se preguntaba una y otra vez:

—Por qué a mí.  Por qué a mí.



Servando Gotor
El amor y las moiras, 1994



miércoles, 14 de noviembre de 2012

ENTRE RAÍLES (Lucía Fraga)

-

sgs


Todas las noches cojo el mismo tren.
Ese maldito tren que nunca tiene paradas
y en el que el paisaje corre hacia atrás.
Me miro en el reflejo de la ventanilla
y dejo mis años pegados al cristal.

Aquí, en este maldito vagón sin pasajeros,
ningún revisor me pide el billete
que estrujo en el puño de la mano derecha.
Los túneles son eternos y el sueño, una venganza.
¿Por qué ésto no se para en ninguna parte?

Otra vez se me cuelan los ojos entre los raíles.
Sé que ya no volveré a casa,
que todos los campos están quemados,
que aquí abajo huele a muerto.

Joder, si esto es mi vida oculta,
cómo será el infierno.
 
 
Lucía de Fraga
Nostalgia del acero

martes, 13 de noviembre de 2012

LI LU (Narciso de Alfonso)

-

sgs

 
Recorrí las tierras altas, los arrozales, las llanuras del litoral. Me demoré en los lugares más inhóspitos esperando el paso de una caravana, de un viajero, de los pastores de cabras. Ella tenía que estar allí, tenía que estar allí. No la conocía, es cierto, pero estaba seguro de que, en cuanto la viera, sabría que era ella. Tal vez estaba en un poblado recóndito del norte, tranquila y feliz; o en uno de esos pueblecitos de pescadores de la costa este, dorada por el sol, curtida por los vientos del mar, con los pies suavísimos de andar siempre descalza por la arena, preparando arroz con cangrejos y durmiendo en una hamaca con mosquitera desde la que podía oír continuamente las olas. Si era nómada pasaría la mayor parte del año en las tierras altas y sólo en verano bajaría a las llanuras del litoral. Casi me di por vencido después de dos años de búsqueda, pero de pronto Li Lu. Y ya todo fue Li Lu: los árboles, los rebaños, el atardecer, las inmensas praderas, las noches sin sueño, las adelfas, los caminos de ceniza, los acantilados, el viento, el aire. Como todas las cosas estaban llenas de Li Lu, Li Lu emergía de todas las cosas. Se impuso a mí de inmediato, indudable, evidente, como si un paisaje me hubiera atravesado, como un cuchillo clavado en el corazón.   
  
 
 
Narciso de Alfonso
Cuescos
 
 

lunes, 12 de noviembre de 2012

ENTRE LA BRUMA (Ángel Ferrer)

-
-




Entre la bruma mas espesa
todavía te distingo
implorando a los designios
que deshagan tu obediencia


Ángel Ferrer

domingo, 11 de noviembre de 2012

LA NOCHE EN QUE MURIÓ ARMSTRONG (Antonio Envid)

-

 
 



Había poco trabajo. Miró por el amplio ventanal de la gasolinera. A estas horas, las del atardecer, cuando el cielo se desangraba trágicamente herido por los locos vuelos de los vencejos, mientras las chicharras comenzaban su concierto y una suave brisa refrescaba el ardiente asfalto de la carretera, le invadía la melancolía. Qué grande es el mundo, se dijo, contemplado el vasto horizonte monegrino. La línea de los cables eléctricos perdiéndose en la estepa, pardas huebras moteadas aquí y allá por severas sabinas, desmentían lo que les enseñara la maestra, ¡cuánto tiempo hacía!, aquello de que las paralelas no se cruzan por mucho que se proyecten al infinito. Sintió la indefinible angustia del pájaro encerrado en la jaula mientras contemplaba el amplio mundo ajeno. ¿Pero era ella la que con Conchita, Pili, Merche, cantaban la tabla de multiplicar y cuando no las veía la maestra se intercambiaban chicles y notitas? ¿Era ella la que afirmaba con seguridad: yo seré azafata y volaré por todo el mundo; mientras sus amigas soñaban en ser ginecólogas, maestras o enfermeras, casarse y tener hijos?. Por el lado opuesto al sol, que agonizaba en sangre, aparecía la Luna, redonda y grandota como un queso, incluso se percibía la sombra de sus mares. Volar hasta la Luna, darse un paseo por ella. Regresó a la tierra, a estas alturas de su vida ya era palmario que no era azafata, ni lo iba a ser, ni siquiera había abandonado el pueblo donde había pasado toda su existencia.


Salió corriendo al poste de gasolina, un extraño aparato había estacionado junto a él. Buenas noches ¿qué desea? Repostar ¿Cuánto?. Lo suficiente para volver a la Luna. Un bromista conduciendo un estrambótico cacharro. Uno de esos que tunean el coche hasta dejarlo irreconocible. Su cara le era conocida, lo había visto en la tv o en los periódicos. ¡Ya está! Se parece a Neil Armstrong. ¡Qué tío! El mismo peinado, hasta ese bozo sobre el labio superior mal rasurado. ¿Se habrá hecho la cirugía estética para parecerse?. El extraño viajero le dio un puñado de dólares y arrancó. En tanto, la noche se había hecho presente y la calima envolvía el entorno. No lo juraría, pero le pareció que el cacharro había levantado el vuelo, dejando una estela de gases, como los cohetes.


Esa noche en el telediario escuchó la noticia: Neil Amstrong había muerto a las 20,42 hora peninsular española. Era el 25 de agosto de 2012. Levantó la vista hacia la Luna y le pareció ver que un objeto se le acercaba. Levantó la mano saludando, para arrepentirse a continuación de su infantil gesto.
 

(N. B. En julio de 1969 una sociedad que todavía creía que el progreso tecnológico contribuiría a crear una sociedad mejor, una sociedad esperanzada, no la desencantada actual, veía con emoción como Neil Armstrong daba un paseo por la Luna. Con su muerte ha desparecido un símbolo de una época que todavía esperaba que los avances humanos nos harían cada vez más felices, gracias a nuevos y espectaculares descubrimientos. Sin embargo, la noticia del infortunio ha sucedido en un apático mes de agosto, pasando, si no desapercibida, sin el impacto que debiera.)



Antonio Envid



viernes, 9 de noviembre de 2012

EL LADO MALO DEL CIELO (Juan Serrano)

-



No basta para que un texto me atraiga, que esté bien escrito, necesito también que me conmueva y esté preñado de credibilidad, magia y realismo. Y el relato La mitad del cielo que Pilar de la Encarnación González nos da leer en Molínea nº 32, me ha sacudido por dentro.

Ya desde su íncipit: Entregad a aquella el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre, del Libro de los Reyes, Pilar me introduce en el dilema del bien y del mal, tantas veces mal interpretado y confundido a nuestro interés y apaño. Hasta el más inocente es capaz de cometer el más horrible asesinato. Y viceversa: en todo corazón malvado anida un atisbo de bondad. No sé si la escritora pretendía suscitar dicho debate, que a mi a veces me obsesiona como a maniqueo empedernido y dualista. Pero he aquí el poder creador de la literatura, conseguir que incluso el lector, aún sin tener nada en común con el autor, participe de su planteamiento inconsciente y oculto.

Pilar de la Encarnación describe de manera onírica, entre espacios y tiempos que se cruzan, un segundo nacimiento, el encuentro, al cabo de unos años, de una hija robada en el parto, con su verdadera madre. Ella nacerá pero, en el fondo, yo también volveré a nacer porque morí el día que ella murió.
La escritora, a través de siete escenas (El pozo, La mentira, La sala de espera...), cuadra la historia desvelándonos sus personajes y sus angustias, frustraciones y desgarros. Y precisamente en el cuarto momento -la escena de El demonio-, mi consideración se detiene apresada por el lazo de sus letras. No sabían que yo arrancaba de sus entrañas su fruto para colocarlo en otra cesta. Y esa maldita obsesión de querer aunar Pecado y Gracia, amuletos enganchados a mi carne a lo largo de mi cultura e historia, es la que me lleva como abogado del diablo a querer conjuntar el lado malo del cielo con la cara buena del infierno.

No es mi intención, por supuesto, exonerar de toda culpa a los ladrones de bebés. Y menos a una monja, que por oficio consagró su vida al bien y a la verdad. Pero no es menos cierto que todo delincuente se ampara en algún recto principio, para justificar así su reprobable acción. ¡Que me pongan ya la Biblia que juro que no hice nada malo! Sor María, ella misma, pretende dignificarse y redimirse diciendo: Niños y niñas en hogares a los que jamás iba llegar la alegría, yo la llevé.
No quisiera que el dolor de los trescientos mil niños robados en España con la connivencia de los poderes fácticos de aquellos años, me señale como cómplice por mi tibieza ante estos delitos cuyos culpables deben ser sancionados.

Y después de leer el relato de Pilar de la Encarnación, aún oigo el lamento de estas víctimas y sus familias que me gritan:


¿Que fuerza tan extraña se esconde bajo la falsa idea de Dios para que en su nombre cometamos los humanos los crímenes más horrendos?
 
 




Juan Serrano
(En el blog
Blao
11 noviembre, 2012)

jueves, 8 de noviembre de 2012

BENEFITS SUPERVISOR SLEEPING (Narciso de Alfonso)

-
 
"Benefits supervisor Sleeping" (Lucian Freud, 1995)


La supervisora, con un gesto tiernamente tosco, se tiene o se toca o se sostiene la demacrada teta derecha con la mano abierta, que quizá se le ha quedado atrapada en esa posición. Se dice que el que sabe dormir es el que se entremete la almohada entre el hombro y la mandíbula, como si fuese un violín, que es lo que viene a pasarle a la supervisora, que más que tumbada entre las flores dispersas del sofá, es una mujer derrumbada, sobrecaída, como si la otra se le hubiera caído encima y la estuviera aplastando contra el sofá, amorosamente.

Tiene el brazo apoyado en el respaldo con ese gesto de abandonada confianza que tienen los amantes, cuando se duermen juntos, para negar la separación y continuarse en el otro y hacerse uno: la supervisora ha incorporado a su expandido cuerpo el cuerpo entero y florido del sofá, y con el brazo se está respaldando a sí misma como si fuera otra, otro, con esa dificultad que tienen los gordos para reconocer sus límites y el esquema elemental de su cuerpo y de su carne y de su piel: está entre ella y ella misma y otra y lo otro. 

La super mantiene, participa evolutivamente de la expansiva ameba; de los pliegues obesos –y ásperos y espesos- de la piel dérmica del batracio. Y, sobre todo, de la marchosa sustancia, de cómo se desparrama cuando se quita la falda, de la sustancia que tiene la barriga del apoderado de un banco, de la sustancia de tremendas y descolgadísimas tetas, hijas grandes del amor.
 
 


Retratos de mujeres desnudas

El merodeador (Serie II)

Narciso de Alfonso
 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿EL GRECO? UNA ESTAFA MÁS (Servando Gotor)

.




En mi nueva experiencia editorial, en Lecturas hispánicas, recupero un libro de Bartolomé B. Cossío, insigne maestro krausista de aquella extraordinaria Institución Libre de Enseñanza, seguramente hoy -como todo- adulterada. Se trata de su clásico "El Greco", en aquella primera versión original (Victoriano Suárez, Madrid, 1908).

Y leyendo esa magnífica prosa, fruto del apasionante trabajo de casi toda una vida y de una cabeza libre, curiosa, intuitiva y racional, a uno le dan escalofríos. Especialmente al comprobar la perversión del mundo universitario y del hombre de ciencia de hoy, en general.

Pero no es aquí a donde quería llegar, no. Cuando leo el capítulo dedicado a los testimonios con los que Cossío nos acerca al
Toledo de entonces, en definitiva la España decadente que recibe al Greco, no puedo evitar comparar a esa España con la actual. Más de lo mismo. Eso sí, con algún ligero matiz, al que luego me referiré. Pero atentos a este par de ejemplos:

“Hoy se ve, que no habiendo la mitad de gente que solia, hay doblados religiosos, clérigos y estudiantes; pues ya no hallan otro modo de vivir, ni de poder sustentarse. La razón fundamental es, porque hasta pocos años há el cuerpo y nervio era oficiales, como se fabricaba tanto para España, y toda Europa, y las Indias. Un oficial ó labrador casaba su hija con un pobre mozo como tuviese oficio, con que ganaba tan de ordinario su comida, que parecía renta. De donde emanó el proverbio del siglo dorado nuestro. Quien ha oficio, ha beneficio. Porque había tanto, en que ganar de comer, que era renta perpetua como beneficio eclesiástico; y viendo que ya no hay en que ganar un real, no quieren enlodar sus hijas, ni hijos; sino que estudien, y que sean monjas, clérigos y religiosos; porque el oficio ya ha venido á ser maleficio, y de oprobio para el que lo tiene: pues que no le sustenta.

(...)

“los señores de Toledo, y en especial de las mujeres principales, son los curas, que tienen magníficas casas y triunfan dándose la mejor vida del mundo, sin que nadie les censure”... “y más rentas tiene el arzobispado y la iglesia de Toledo que todo el resto de la ciudad”.


Bueno, a lo mejor ustedes no le ven ningún parecido pero a mí me suena un montón a lo que hoy vivimos. Y no me refiero sólo a eso de que quien ha oficio ha maleficio, por lo evidente, sino a un pequeño esfuerzo imaginativo que hay que hacer. Pero muy pequeño: cambien ustedes la Iglesia y los curas de entonces por los partidos y sindicados -políticos y sindicalistas- de hoy y vuelvan a leer el texto. 

Aquel clero se metía con las brujas y librepensadores. Los políticos y sindicalistas de hoy se meten con los curas, la Iglesia y la familia. Es lo mismo. Léanlo así, léanlo. Y, en un mayor esfuerzo de imaginación cambien también mentalmente al cacique de antaño por los caciques de hoy (y me refiero especialmente al ámbito local) y tampoco verán mayor diferencia. Quizá que aquellos eran más cultos y estos más vulgares, pero a efectos prácticos para el pueblo llano, la opresión es la misma. Y todo esto sin un excesivo esfuerzo de acomodar épocas distintas a mentalidades extemporáneas.

Por cierto, se me ha ocurrido ver una película del año 2007 sobre la vida del pintor cretense, titulada: "El Greco", coproducción hispano-griega, y mi indignación no puede ser mayor. Resulta una verdadera vergüenza que con dinero público se hagan miles de películas nefastas, antiespañolas, descaradamente manipuladoras, sin el mínimo rigor histórico y brutalmente tendenciosas. El Greco es en esta película un líder popular que se enfrenta a una Iglesia representada por un clérigo homosexual del Santo Oficio (Juan Diego Broto, faltaría más) enamorado del pintor.  Y como el pintor no le corresponde, acaba por inculparlo en un proceso inquisitorial... 

Sinceramente, como hace mucho que no veo cine español (y con este botón de muestra, está claro que acierto) llegué a dudar de todo lo que llevaba  en la cabeza con ocasión de la edición de esta joya de Cossío. Quizá me había metido tanto en esta antigua edición que investigaciones posteriores que a mí se me escapaban podrían desmentirla hasta tales extremos, porque mi idea es la que siempre había tenido: El Greco viene a España por la misma razón que fue a la Venecia de Tiziano, para tratar de llegar a la corte de Felipe II. Al monarca español no le termina de convencer pero la Iglesia lo atrae hacia sí y El Greco acaba siendo un pintor cuyos principales clientes son los nobles de Toledo y, fundamentalmente esa misma Iglesia (cuya cabeza, cuya "primacía", en España, estaba y sigue estando, siquiera hoy simbólicamente, en Toledo).  


¿El Greco un líder popular? Nada más lejos de la realidad: vivió alejado del pueblo, relacionándose con la flor y nata de la nobleza y el clero, en definitiva sus clientes. Y tenía gustos caros y extravagantes. Lo que no quiere decir que albergara alguna inquietud social, como puede tenerla cualquier humano, por supuesto. Pero si la tuvo, no quedó especial rastro de ella como no quedó prácticamente rastro alguno de su vida privada la cual la reservó celosamente para sí. Por eso se sabe muy poco de la personalidad de El Greco.

¿Cómo era posible ver, entonces, en pantalla, semejante Greco que, además, escribía una especie de diario que nunca existió? Un buen creador puede fantasear sobre unas falsas memorias, pero no para manipular al personaje histórico real. Un ejercicio de honradez intelectual exige como mínimo cambiarle el nombre para evitar equívocos, y aun con eso -a veces- no basta.  No es el caso, evidentemente: estamos ante una flagrante manipulación histórica más.

Desde el punto de vista artístico, el film es una verdadera "etcétera", porque más parece un mal documental (hay documentales buenísimos) que una película: hasta tal punto que las imágenes sólo sirven para apoyar una continua y pesada narración en off. Parece que se nos ha olvidado que el cine es fundamentalmente imagen y diálogo. Eso sí, el despliegue de medios, bestial: con dinero es fácil conseguir buenos técnicos (no necesariamente creativos, eso es otro cantar).

¿Cómo era posible lo que estaban viendo mis ojos? ¿Estaría equivocado? ¿Sería cosa de mi cabeza?

Pues no, no se trataba de algo subjetivo. Y me he molestado en comprobarlo, dudando -por supuesto- de mi propia impresión personal.  Siempre dudo.  

Pero no. Basta que vean qué dice al respecto la voz que sobre el film contiene
wikipedia:

Película basada en una novela de Dimitris Siatopoulos, incurre en múltiples errores históricos tanto sobre la biografía del artista como sobre Tiziano y otras cuestiones de la época. El argumento añade un romance prohibido y un encontronazo entre El Greco y la Inquisición, que en realidad no ocurrieron.

El propio artículo de
wikipedia dice seguidamente que la película está financiada en su mayor parte por Grecia. Es posible. Desconozco los porcentajes de financiación, pero me permito indicarles las instituciones "españolas" que figuran en la cabecera del film:

Con la participación de TVE.

Con la colaboración del Gobierno de España - Ministerio de Cultura.

Con la financiación del ICO (Instituto de Crédito Oficial).

Con la colaboración de Televisió de Catalunya.

Con la colaboración de Generalitat de Catalunya - Institut Catalá de Industries Culturals.
 
Ahora juzguen ustedes mismos, si todavía les queda cierta capacidad crítica.

Y a esto le llaman "cultura" los mismos que, además, dicen que el arte sólo se sostiene subvencionándolo.  

Mentira. Simple y llanamente: men-ti-ra.


Suerte tienen de que sus películas no las ve nadie (cosa que tampoco parece interesarles una vez se han embolsado la subvención).

 

 







Servando Gotor
Desde mi barricada






Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...