sábado, 30 de julio de 2011

LE GUSTABAN DEMASIADO LOS PLÁTANOS PARA SEGUIR CONMIGO

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Y Zaragoza abajo, latiendo, latiendo, latiendo. Gertrudis pone en la barra una fuente con croquetas de jamón recién hechas y Orrios, fiel a la costumbre, da cuenta de la primera.

- Mira, hoy vamos a tener buen día, Gertru.
-Para que sea mejor que el de ayer no hace falta mucho.
-¿Viste la pareja aquella, la de aquí, la de la ocho…?
- Joer, Orri y los de  la quince, y los de la cinco, y los otros que...
- Vaya día, vaya día para las parejas.
-Al final vas a tener razón, Orri: lo bien que has hecho en quedarte soltero.

Orrios Viamonte se lima la nuca y piensa que sí, que quizá.

Presume de soltero, pero en el fondo cierta frustración le da pequeños mordiscos en las entrañas.  No había tenido suerte con las mujeres, no.

‘Sabes, Gertru’, le dice Orrios mientras echa unas monedas a la tragaperras, ‘tuve una novia que se llamaba Isabel y que decía que trabajaba de secretaria de dirección. Y no mentía, porque estaba empleada en un almacén de plátanos de la calle Aben Aire, en la orilla del Ebro, y allí los dos únicos empleados eran ella y su jefe, Matildo Cebolla. Muy sátiro. A Isabel le gustaban con pasión los plátanos y por eso se empleó allí, a pesar de la mala fama del tío Cebolla. Pero enseguida comprobó que en aquel almacén no corría peligro alguno porque a su jefe le gustaban los plátanos tanto o más que a ella, así que los dos se pasaban el día comiendo un plátano detrás de otro. Isabel era muy guapa y decía que le encantaban las películas de romanos. Así que no nos perdíamos ni una. Era morenita pero un poco estrecha de caderas. Se dejaba tocar las tetas y yo disfrutaba mucho con las tres, ella y sus tetas, pero tampoco me atrevía a más’.


‘Un buen día me dejó por un maestro albañil de Las Fuentes que le regaló cincuenta kilos de plátanos de canarias –dice Orrios dándole una patada a la máquina tragaperras-  Joder, los asiáticos se las saben todas, ayer estaba a punto, pero claro, vino el chino y… en fin, eso, que un día me dejó y me regaló cincuenta kilos de plátanos, de canarias, claro. Al despedirse me dijo que le gustaban demasiado los plátanos para seguir conmigo.

 "Tardé años en saber lo que me había perdido, pero la vida tiene estas cosas".


Narciso de Alfonso
Servando Gotor
El guacamayo azul


LIBROS

SGS


jueves, 28 de julio de 2011

VOSOTRAS (Narciso)

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Zenobia Skipper, Tomeka Joseph, Towanda Higgs, Thomasina Madore, Martha T. Respectable, vosotras, las mujeres que habéis puesto eléctricos colores a mi vida, vosotras, a las que debo el terror y la gloria, queridas mías, que habéis llenado mi enorme soledad de carmines y ligas y negras miradas y venenosos perfumes, vosotras, alegres y amargas, precisamente vosotras, heredaréis mi incontable fortuna de amaneceres en la desembocadura del Amazonas, y todos los tigres de Bengala, y los colores del poniente sobre el mar de Carboneras, y la belleza del otoño en los hayedos de Irati, y las suaves olas en la costa de corales de Madagascar, y los líquenes rojos de Siberia, y las noches templadas y azules de Idaho, y mucho más, mucho más, según consta en mi testamento y en mi memoria. Suerte de haber tenido un amante rico.


miércoles, 27 de julio de 2011

LOS ENTRAÑABLES NÚMEROS PRIMOS (Antonio Envid)

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Quién iba a decirme que llegaría a cobrar afecto a los antipáticos números primos de la escuela. ¿Primos de quién? me preguntaba; desde luego míos no. Pues no, no eran primos de nadie. Son primos, porque surgen de sí mismos, son los primeros de la creación, se autocrearon, no proceden de otros. El resto de los números naturales mayores que 1 son compuestos, proceden de ellos, no son sino el producto de otros números primos. Por definición un número primo es el que no puede dividirse nada más que por 1 y por sí mismo, o sea, imposible de ser descompuestos. Pero el 1 no forma parte de ellos, el 1 es distinto a todos, es el símbolo de Dios.

Eratóstenes pasaba afanosamente a los números por una criba para encontrarlos, como si de pepitas de oro se tratasen, y cada vez que hallaba uno daba gracias a los dioses.

Al principio éstos se hallan relativamente cerca unos de otros

2
3
5
7
11
13
17
19
23
29

incluso el 2 y el 3 se hallan juntos (ya no volverá a darse este caso) pero poco a poco se van distanciando. Como se ve hay un salto desde el 23 al 29. A medida que ascendemos por la sucesión de números naturales van escaseando los números primos, de modo que si hasta el 100 encontramos veinticinco, entre el primer millón de números, lo primos no llegan ni al ocho por ciento. Los imagino solitarios, errabundos, sumergidos en un mar de vulgares números compuestos, sin tener noticia unos de otros.

Los primos, al ser diferentes al resto, tienen su propia personalidad. Los matemáticos han gastado mucho tiempo e ingenio para encontrar la regla o norma que rige su distribución en la serie de números naturales, sin que hasta ahora la hayan encontrado, por lo que se supone que se distribuyen por puro azar. De modo que son distintos, tienen su propia personalidad y criterio, surgen por puro azar y todo esto les conduce a la soledad. Incluso hay una clase que se denominan “primos gemelos” cuya soledad es especialmente dolorosa. Los primos gemelos son aquellos que para ser correlativos solo les separa un número, por ejemplo, los siguientes pares:

(3, 5)
(5, 7)
(11, 13)
(17, 19)
(29, 31)
(41, 43)

No podrán estar juntos jamás a pesar de estar tan próximos, siempre les separara otro número, fatalmente.

Esta característica de los primos gemelos ha dado pie para que un joven físico italiano, Paolo Giordano, haya escrito una novela de éxito y de muy recomendable: “La soledad de los números primos”. En sus propias palabras:«En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que les impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.»
Giordano cuenta la conmovedora historia de Alice y Mattia, quienes, cada uno, han sufrido un hecho luctuoso en su niñez que los deja marcados. Alice desarrollará una personalidad autodestructiva. Mattia será incapaz de comunicar sus sentimientos y se refugiará en las matemáticas.

Hay gente que se parece mucho a los números primos. Poseen un pensamiento libre, independiente, y sustentan criterios propios; los encontramos distribuidos al azar, los hay con sólidos estudios, pero otros ni siquiera han pisado la Universidad. Todos ellos tienen dificultad para comunicar sus pensamientos, no suelen encontrar interlocutores, e,  incluso, son marginados, motejándolos de raros.

Algunas de estas personas tienen especiales dotes artísticas. Independientemente del éxito que tengan, les resulta difícil conciliar la prosaica realidad de la vida con su sensibilidad artística. La gente común desarrollamos, generalmente, una especie de esquizofrenia, de doble personalidad, que nos permite afrontar los desagradables acontecimientos de la vida con la dureza necesaria, y, sin solución de continuidad, mostrarnos sensibles ante determinados hechos y hacia los nuestros. Tenemos una especie de selector que sintoniza la actitud que debemos mostrar según las circunstancias en las que nos encontremos. Las personas a las que me refiero, no. Algunos no soportan la prosaica realidad y huyen autodestruyéndose.

A los 27 años murieron KurtCobain, JanisJoplin, JimMorrison y JimiHendrix y también Cecilia. Y a esta misma edad es abatido a tiros el líder del grupo TheWalrus, John Winston. Sobre esta muerte de un personaje de ficción Joseph Gelinek construye su novela “Morir a los 27″que muestra la cara del negocio de los grupos musicales menos amable. Al grupo de los que murieron a los 27 años hay que añadir ahora a Amy Vinehouse.
Antonio Envid.

martes, 26 de julio de 2011

CRÓNICA AFRANCESADA (Por Azulenca)

MJM

Acabo de regresar de Francia, concretamente he estado en Lyon y La Provenza. En cuanto llegué a Lyon me cabreé: pedazo de aeropuerto con tres terminales, con estación de trenes de alta velocidad, estación de autobuses, servicio especial de tranvía y por supuesto taxis. Lyon me encantó, la gente es muy amable y el crucero por el Ródano ha sido al más puro estilo francés, de hecho yo era la única española del grupo. Y digo que me cabreé nada más pisar tierra francesa porque me sentí pertenecer a un país de borregos. ¿Qué decir del servicio TUZSA? Y por supuesto qué decir de una ciudad llena de semáforos estorbo, porque no sé si saben Vdes. que Zaragoza es la ciudad con mayor número de semáforos de España, la mayoría inservibles, bueno, esto viene bien para plantar en las rotondas la figura del policía local para mayor gloria y caos. Para ir a la Estación Intermodal cogí un Circular, al ser domingo la frecuencia de autobuses era menor, lo que me hizo insufrible el trayecto hasta la estación de tren: colas tremendas de gente esperando el autobús y aborregamiento total en cada parada por las apreturas del personal. Claro está, que debo situarme y pensar que estoy en Zaragoza, al fin y al cabo una capital regional.
Ahora pasaré a hablar de la disposición del aeropuerto y la conexión del tren de cercanías con el centro de una gran capital como es Barcelona. Llegada a la Terminal 1 del aeropuerto de Barcelona y hasta la salida de la misma entre veinte o treinta minutos andando, dependiendo de la agudeza visual a la hora de interpretar iconos. A la salida de la T-1 búsqueda de un autobús que te desplace hasta la T-2 para ir a coger el tren; a la salida de la T-2, sin despistarse, encontrar la dirección que te lleve al tren. Se me olvidaba, no hay sinfines ni nada que se le parezca, todo a pata y arrastrando la maleta. Superada la prueba y llegados al andén, -un andén que hace al menos quince años que se ha quedado pequeño para el volumen de viajeros que emplea este servicio- comienza el embotellamiento entre los que bajan del tren, los que van a subir y con las maletas que se atraviesan a cada paso de los viajeros. Este tipo de carga y descarga me pareció similar a la del ganado ovino. Los extranjeros recién llegados alucinaban en colores viviendo la situación y algunos hasta se reían del grado de confusión. Yo, como extranjera en la Cataluña Nacionalista, también me aluciné y me pregunto cómo una nación como la catalana tiene un aeropuerto laberíntico con explicaciones jeroglíficas y un servicio de tren propio para borregos. Precisamente los catalanes, ellos que presumen de ser tan avanzados y de saber las cosas mejor que nadie. Pero el colofón final viene cuando te subes al tren y la banda luminosa que anuncia las paradas está apagada y la megafonía apenas se oye y lo único que oyes es: Rodalies destinació… Llegados a este punto los extranjeros se hunden en la confusión desorientándose por completo, así les pasó a unos italianos a los que me vi obligada a auxiliar. Yo recomendaría a los catalanes que hicieran un DVD para repartirlo a todas las compañías aéreas que operan en el Prat, y que con esa gracia catalana y esa finura burguesa característica a la hora de hacer audiovisuales, escogieran una representación tipo Barrio Sésamo para marcar el recorrido desde la llegada al Prat hasta el andén del tren de cercanías. Pero aún hay más. Me queda para completar la red de transporte catalana la Estación de Sants; una estación de trenes con tres bares y un wáter, donde confluyen cercanías, largo recorrido y alta velocidad. En fin, esta es la gran nación catalana y como yo me considero española, pues pensándolo de esta manera no me afecta esta forma de transporte catalanotercermundista.
Ahora explicaré mi llegada al aeropuerto Saint-Exupéry de Lyon. Llegada a la T-2 de Lyon, desde dicha terminal al servicio del tranvía menos de diez minutos andando. El aeropuerto está a unos 35 kilómetros del centro de Lyon, con el tranvía (un tranvía sin apreturas) el recorrido se hace escasamente en media hora. Una vez llegas a la última parada del tranvía, te encuentras con una estación de trenes y una buena conexión de tranvías para desplazarte por la ciudad. Después de lo que he contado en esta crónica, sólo puedo decir aunque me fastidie: ¡Vive la France!

Azulenca

lunes, 25 de julio de 2011

LAURA (Roberto Plural)

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Me gustas porque eres bruma
----Porque cierras los ojos cuando beso tu frente
----Y entonces los cielos rozan labios que se hacen lluvia

Te quiero por tu boca
----Por la quietud mansa de sus filos
----Frente al aura informe de mis versos

Te busco como al estambre inmóvil de la tarde
----Cuando los cielos siembran besos que son lluvia




domingo, 24 de julio de 2011

AMY WINEHOUSE: BACK TO BLACK (Antonio Envid)




Todos la vimos en su último concierto en Belgrado, intoxicada por el alcohol y las drogas, rota, frágil, vulnerable, tratando de refugiarse en los fornidos brazos de un gigante negro, al parecer su agente, que la devolvía al micrófono. ¿Quién la obligó a actuar en aquel estado? ¿Qué maquinaria ávida de dinero exhibió su miseria tan impúdicamente? Apenas un mes después de ese desdichado hecho aparece muerta en plena juventud. Contaba veintisiete años.
Amy Winehouse poseía una de esas voces graves y profundas que solo se dan entre los negros. No sé qué pudo empujar a una chica joven y de éxito por un camino de drogas y destrucción. El alma humana y sus secretos.
Nos queda una voz de aguas oscuras y profundas, de una poética desgarrada, una figura frágil de la que emanaba una extraña tristeza, una rebeldía de fracaso. ¿Porqué elegiste, querida Amy, el oscuro sendero del aniquilamiento? Back to black.
Antonio Envid
 


viernes, 22 de julio de 2011

ESCUCHANDO VIEJOS BOLEROS (Antonio Envid)

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" en el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón."

A.     Machado

Escuchar antiguos boleros
Viejas baladas de amor
Con la indiferencia
Con que un entomólogo
Revisa su colección de mariposas
Y descubrir con dolor
Que en el fondo de la caja
Cubierta de polvo
Una aletea.


Antonio Envid


jueves, 21 de julio de 2011

NEOIDIOTECES (Servando Gotor)

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TESIS. Tiene razón la izquierda: estamos inmersos en un neoliberalismo atroz.  ¿Pero qué es el neoliberalismo?  De entrada advertir que todo “neo” encierra en sí la contradicción de repetir (ahora se dice “clonar”) algún viejo concepto; vamos, que todo neo (nuevo) es de todo menos neo (nuevo), lo cual no acarrearía mayor desgracia, aparentemente, que la falta de originalidad del propio término.  Pero lo grave, lo verdaderamente grave, es la falta de originalidad del concepto o contenido más que de la expresión y, sobre todo, que tras ese déficit creativo tanto en el hecho (el tal supuesto neoliberalismo) como en la expresión (“neoliberalismo” o  “nuevo liberalismo”) hay hombres sin imaginación y que esos hombres sin imaginación se limitan a plagiar lo que ya hicieron otros, lo peor que hicieron otros pero, además, de modo extremo y burdo porque el mal imitador –y un hombre sin imaginación está condenado a serlo- siempre recurre a la exageración.  El liberalismo es un sistema forjado en el siglo XIX que, sobre ideas cimentadas desde la Grecia de Pericles, promocionó conceptos tan prácticos como las libertades civiles, la lucha contra el despotismo, la división de poderes y la democracia.  Ahí es nada.  El neoliberalismo, tienen razón los de izquierdas, es una mala copia de aquél.  Y no hay más que mirar a nuestro alrededor: estamos asediados por las multinacionales, ya no quedan ni profesionales (véase el derrotero que están tomando las profesiones liberales, todas “dependientes” de grandes compañías) ni industriales pequeños, ni medianos, ni comerciantes.  Vivimos sitiados por grandes despachos/compañías y enormes empresas y superficies comerciales o pequeños comercios dependientes de los grandes vía franquicia (otro neoinvento, “las franquicias”,  que se remoza en épocas de crisis económica y mental).  ¿Resultado de todo ello? Cada vez menos ricos pero mucho más ricos, cada vez más pobres pero mucho más pobres (empleados/esclavos de los ricos). Y por supuesto, para los esclavos, uniformidad, siempre uniformidad: uniformidad interna/mental (lo políticamente correcto) y uniformidad externa/física (marcas). Sí, tiene razón la izquierda. 

ANTÍTESIS. ¿Y qué alternativa ofrece esta izquierda? Los socialistas, más de lo mismo: flirtear con el neoliberalismo, engañarnos con una doctrina disfrazada de bellos aforismos (lo “políticamente correcto”) y todo con el único objeto mantenerse en un lucrativo poder político al servicio del gran capital. Este es el perfil del “neocom”.  Los comunistas, por su parte, con la misma falta de imaginación que los neoliberales siguen anclados en las doctrinas marxistas del XIX, lo que no deja de ser fatuo tras el estrepitoso fracaso del comunismo práctico (Telón de Acero) y de absurdos y ambiguos ensayos como aquel curioso eurocomunismo de los setenta promovido por Carrillo hoy expulsado del mismo PC que en su día también desterró a Jorge Semprún.  Pero, en concreto y en conjunto, ¿qué nos ofrece teóricamente toda la izquierda? Exactamente lo mismo que el neoliberalismo del que tanto abominan, sólo que llamando a los cuatro asquerosos capitalistas que gobiernan el mundo “camaradas dirigentes”.  ¿Resultado?  El mismo: cada vez menos ricos pero más ricos, cada vez más pobres pero mucho más pobres (camaradas/esclavos de los dirigentes), uniformidad para los camaradas: uniformidad mental (doctrina) y uniformidad en la vida diaria (marcas blancas estatales). Los mismos perros con distintos collares.

SÍNTESIS. Y como resultado de esta repugnante cópula, de esta dialéctica: China. Que no se sabe muy bien teóricamente lo que quiere ser pero sí se sabe lo que de hecho es: más de lo mismo de siempre, más de lo mismo de ambos extremos pero a lo bestia: más esclavos/camaradas, más doctrina/políticamente correcta y más marcas negras, que todas lo son.

¿ALTERNATIVA? La Historia la muestra (nada original tampoco): gui-llo-ti-nas, ahora cibernéticas, para esos cuatro desaforados idiotas que mueven tamaños hilos. No tontitos movimientos como el 15-M, otra neoidiotez.

Y quede claro: no animo, sólo señalo.





martes, 19 de julio de 2011

LA MOCHILA (Mariano Berdusán)



“Entonces uno de los discípulos (Andrés) dijo a Jesús:

- Señor, aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos peces” (Jn 6,8-9).

De todos los personajes que aparecen en el Evangelio (me refiero a los que amaron y siguieron a Jesús) el de este muchacho es uno de los que mejor me caen y que me parece sumamente interesante.

Es, pienso yo, una persona con suerte. Una persona con suerte porque está en el lugar adecuado y en el  momento oportuno. Porque, sin buscarlo él, tiene la suerte de ser recomendado ante Jesús nada menos que por uno de sus discípulos. Y, sobre todo, porque tuvo la suerte, la dicha, y la alegría de ver que Jesús había contado con la pequeña aportación de sus cinco panes y dos peces para realizar aquel estupendo milagro.

Y yo me pregunto ¿qué hacía allí, en aquellos momentos, aquel muchacho con su mochila cargada de panes y peces? Por supuesto, que el Evangelio no nos habla de mochila alguna. Pero, por mi parte estoy convencido de que el chico tenía su mochila ¿dónde, si no, iba a llevar su, para él, tan preciada mercancía? ¿Puede uno imaginarse a un muchacho cualquiera sin su mochila correspondiente aunque en aquellos tiempos fuera algo menos habitual que en los nuestros?

¿Y cómo es que el muchacho se encontraba allí, en medio de la multitud o, mejor dicho, como suelen hacer los niños, en primera fila?

Me imagino lo sucedido:

Su madre le habría dicho: hijo, acércate a la tienda y trae el pan y el pescado para la comida.

El chico fue a la tienda, compró el pan y el pescado que su madre le había encargado y salió a la calle.

Por allí pasaba entonces Jesús seguido de una muchedumbre de hombres, mujeres y niños. El chico, sin quererlo o quizás mejor, algo interesado por ver de qué se trataba aquello, se dejó llevar por la multitud. Se alejó de su casa, se olvidó del recado de su madre y a cambio se encontró con la presencia estupenda y amable de Jesús...

Y, si como dice el Evangelio, a partir de ese momento, “comieron todos (y eran muchísimos) cuanto quisieron y aún sobró” yo pienso que aquella tarde el muchacho volvió a su casa con la mochila no solo llena, sino rebosante de panes, de peces, de gozo y de ilusión.

Ya me gustaría a mí tener una mochila, aunque fuera pequeñita, llena de ilusión, de amor  y de pequeñas obras buenas y que al final de mi jornada, al presentarme ante la presencia del Señor, un discípulo (a ser posible, San Andrés) me recomendara como lo hizo un día con aquel muchacho y le dijera al buen Dios:

-Señor, aquí llega uno también con su mochila, con sus panes y sus peces.

Dichoso seré yo si el Señor, ante esta recomendación, tiene a bién multiplicar su amor y misericordia conmigo y puedo así volver a su Casa para siempre, tan feliz y contento, como volvió a la suya aquel muchacho del Evangelio.

Mariano Berdusán
El color de mi cristal


lunes, 18 de julio de 2011

HABÍA QUEDADO CONMIGO (Antonio Envid)

SGS

Había quedado con migo en un viejo bar/club (todavía queda alguno) donde los sillones son de cuero, la luz tenue, moqueta que ahoga los pasos y maderas pretendidamente nobles, los camareros discretos y la música inexistente. Tal como gustaban a don Luis. Busqué mi rincón y el camarero me trajo mi “luis martini”. Si, ya saben, un martini hecho con la vieja y sabia fórmula de don Luis, Buñuel por supuesto, se enjuaga la copa con Martini y hielo y se llena de ginebra. Como no se que ginebra utilizaba don Luis, yo tomo Monkey[*]. Ni la vulgar Beefeater, ni la snob Hendrick´s, apropiada solo para horteras que tratan de epatar a los paletos.

Al primer martini comenzó a encenderse una lucecita en mi oscuro cerebro, que a la tercera copa era ya un amplio ventanal abierto a un hermoso sol. Es cuando comienzo a sentirme estupendo y emprendo sólidas y ricas conversaciones conmigo mismo. Perdonen, pero no he encontrado a nadie que siga mejor el hilo de mi agudo discurso. Cuando me hallo iluminado me convierto en un ser sagaz y sumamente inteligente ¡Quién lo diría, viéndoseme de ordinario!

Pues bien, dije, convendrás conmigo, que el concepto de la justicia que tiene la Naturaleza es bien distinto al del ser humano, al menos el que sentimos internamente. La naturaleza tiene un fin: preservar la vida. Utiliza todo su empeño en lograrlo y lo primero que tiene que hacer es preservar las especies, primar a la especie, que asegura la pervivencia, sobre el individuo, de modo que sacrifica sin ningún remordimiento al individuo si es preciso. El débil es preterido ante el fuerte, es más, se le suprime sin compasión para que no consuma recursos inútilmente. Lo mismo hace con el raro, el diferente. Claro está, no puede permitir que prolifere el disidente, ello daría lugar a especies polimórficas, difíciles de clasificar y de controlar. Cómo permitir cocodrilos con largas patas y pezuñas junto a otros que se arrastran por el suelo, y unos verdes y otros colorados. La Naturaleza abomina de la confusión. Solo permite al disidente cuando se trata de una mutación que conducirá a individuos mejor adaptados.

Siendo esto tan palmario, los humanos nos empeñamos en llevar la contraria a la ley natural: proteger al débil, reforzar al diferente mediante derechos inviolables, darle voz al disidente, fuerza a la minoría, en fin, todo lo contrario a lo que nos enseñan las leyes de la Naturaleza. Si, ya sé, y  no esperaba menos de tu fino poder de observación, que el día a día nos da ejemplos de todo lo contrario: se pisotea y explota al débil, se protege al poderoso, incluso se admira al explotador y se menosprecia al explotado, se burlan los derechos individuales, se aplasta al diferente. Pero qué quieres que te diga, solamente el saber que existe ese ideal de justicia tan contra natura entre nosotros, aunque solo sea en la conciencia, me reconcilia con el ser humano.

Al cuarto martini se cerró de golpe ese luminoso ventanal que alumbraba mi cerebro, que volvió a las penumbras ordinarias.

Antonio Envid.



(*)Ver “Mi último suspiro”, una especie de memorias de Luis Buñuel, donde relata sus retiros casi místicos en el bar de algún hotel parisino (el Select) o neoyorkino (el del Hotel Plaza) o incluso el del Gran Hotel de Zaragoza. Entre las ventajas de la fórmula de don Luis para el “dry Martini” es que no hay que repetir el lugar común de “mezclado, no agitado”

domingo, 17 de julio de 2011

SONREÍ CASI DESDE EL SUELO (Servando Gotor)

SGS


Y entonces, pasen y vean, me levanté, alcé los brazos abrí las piernas y conduje mi nuca hacia atrás contorsionando todo el cuerpo, poco a poco, poco a poco, hasta que finalmente y apoyando los brazos en el suelo conseguí que mi cabeza surgiera entre mis piernas. Sonreí casi desde el suelo y Berta gritó.  Me disponía a una nueva exhibición pero el tranvía acababa de llegar a Noviciado.   


                no bajes
                cogeré el de vuelta
                no hace falta
               
                no
                no podemos despedirnos así

Y bajé, bajé y la besé.  Bajó ella y bajé yo. Bajó y bajé. Bajé y me besó.  Bajó y bajé y la besé y me besó.  Bajamos y nos besamos. Y luego al fin nos despedimos como ella se merecía. Y desde entonces he creído que Dios no solamente es un caballero y un tipo leal; también es de Kentucky.

Servando Gotor
El olor de tu pelo entre la niebla

LUNA DE MIEL (Narciso de Alfonso)

SGS

Ella pensó que sería algo extraordinariamente hermoso, que las flores crecerían a su paso y que todos se contagiarían de su felicidad de enamorados. Después del banquete salieron a toda prisa para coger el avión a Roma; llegaron a las diez de la noche, hacía un calor insoportable y no encontraron taxi, así que tuvieron que ir en autobús hasta el hotel. La habitación era horrenda, con una sola ventana al patio de luces y un intenso olor a comida grasienta. Ella no vio crecer ninguna flor a su paso, y nadie parecía notar su felicidad de recién casados. A las seis de la mañana los despertó el ruido del ascensor, que ya no paró de subir y bajar. Ella no sintió ninguna emoción especial en el pecho, nada que pudiera parecerse al dolor dulce ni a la colmada plenitud que había esperado; él tenía un terrible dolor de cabeza. Bajaron a desayunar agotados, aún no les había dado tiempo de mirarse a los ojos, pero tenían que apresurarse para ver tantas cosas.

Cuescos

sábado, 16 de julio de 2011

IGUAZÚ (Narciso de Alfonso)

SGS

Nunca he visto las cataratas de Iguazú, pero es como si siempre las hubiera visto, como si yo mismo fuera las cataratas de Iguazú, todas ellas a la vez, justo entre Argentina y Brasil, en la mismísima frontera. Es como si yo fuera los más de doscientos saltos de agua, fluida, ininterrumpidamente. Sí, soy reunido y disperso como las grandes aguas, entre flores, vertiginoso y frío y profundo como una corriente azul que lava las raíces; caudaloso y turbulento y mortífero como el innumerable ejército de Atajerjes; oscuro y sangriento como una sacudida fija entre dientes, como un cordero atrapado por un tiburón en el agua helada.

Nunca he visto las cataratas de Iguazú, pero para qué verlas si es como si las conociera de toda la vida, como si yo fuera todas las cataratas de Iguazú al mismo tiempo; saltando azul al vacío; rasgando el aire y el viento como una nube de acuáticas flechas frías; sacudiendo los árboles; mojando las enormes plantas pálidas que crecen en las rocas; fluvial y fugitivo como una tormenta de verano; insistente y poderoso como un toro contra el caballo en el castigo de varas; perdido y feliz como el agua que se va y se olvida; reunido y feliz como el agua que llega para habitar la memoria; persistente e impulsivo, golpeador y contundente, perseverante y esquivo como un boxeador con las apuestas en contra.

Nunca veré las cataratas de Iguazú, para qué, yo soy las cataratas de Iguazú, desbordado y penetrante como el aroma de los jazmines; preso y fugitivo como el agua que no cesa;  vertical y atrapado como una cabellera rubia; tremendo como una estampida de elefantes en celo; mortal y sereno y con la sangre fría de un frío asesino a sueldo; fecundo y generoso y excitado como una manada de sementales blancos; espumoso como un barril de cerveza de trigo; temible y terrible como el incesante tiempo que cuenta nuestras vidas; seductor y sabroso como una indígena malabaresa.

Nunca veré las cataratas de Iguazú, para qué, yo soy las cataratas de Iguazú, extenso y concentrado como una manifestación de mineros en huelga; peligroso y traidor como un rico sin escrúpulos; verde botella como una botella de sidra; azul cielo como un bote de jabón de baño; transparente y turbio como un charco removido; preciso y helado como un escalador del Aconcagua; joven y anciano como el despertar de una siesta; fresco y cálido como una mano hundida en la nieve.

Nunca veré las cataratas de Iguazú, para qué, yo soy las cataratas de Iguazú, torrencial y contenido como el orgasmo de una ballena; salvaje y disciplinado como un apache domando potros; fluvial, impúdico y doloroso como el llanto de una viuda en la soledad de la primera noche; vegetal en las orillas como un camino en la huerta; incansable, inagotable, incesante, inundado, insistente, final.


Narciso de Alfonso
Cuescos

viernes, 15 de julio de 2011

DONDE FRACASA LA LÓGICA (Antonio Envid)

AEM



¡Teresita! Una cerveza para el padre Tomás y otra para mí. Un bar de barrio, donde todos se conocen y se gastan bromas y donde el ruido de las conversaciones y el de un televisor del que no hace nadie caso son como un bajo continuo amparador de confidencias. Es un local tan vulgar y acogedor como otros cientos de bares de barrio.



- ¿Porqué te empeñas en llamarme padre, si fuimos juntos al colegio de los maristas?       -Para que me llames hijo, me hace mucha ilusión. -¿Y si te llamara “Tiritas”, como te llamaban entonces? -¿Y la caridad cristiana, padre Tomás? -Para que veas que soy bondadoso, ni siquiera te llamo Aristóbulo, sino Aris, como a ti te gusta. -Gracias, padre. -¿Sólo dos cervezas, comisario? -Añádete tú a la comanda, Teresita, que cada día estas más guapa. -¿Y si pasa su señora? Ambos viejos amigos, el comisario y el cura, sonríen y entrechocan las dos jarras.



-Nada, que me he dicho, voy a ver que hace el viejo padre Tomás y lo saco un poco de esa oscura y tenebrosa oficina parroquial. -Pues aquí me tienes Aris, seguro que te preocupa algo. -Sí que me preocupa, Tomás, me da vueltas y vueltas por la cabeza y no le encuentro explicación alguna: ¿Porqué nos metimos los cristianos en ese jardín de la Trinidad? Todas las religiones modernas tienen un profeta que transmite la verdad que Dios le ha revelado: Abraham, Mahoma, Buda, Smith…y todos tan conformes, Dios en el cielo y los hombres de buena voluntad en la tierra ¿Porqué el cristianismo se metió en el berenjenal de hacer de Jesús un Cristo, un Dios él mismo, sin conformarse con que fuera un simple profeta, el Profeta, si quieres? Nos habríamos ahorrado tanta discusión, tanta sangre, incluso.



Tomás le pega un buen beso a su jarra antes de contestar y con cierto malhumor le dice: -Y para eso me sacas de mis quehaceres. Eres el gran bellaco que siempre has sido. Me quieres meter el dedo en el ojo para saber hasta donde llega mi paciencia. No soy teólogo, soy un simple párroco de barrio y no pierdo mi tiempo en entender o no el misterio de la Santísima Trinidad, es un dogma y punto, fue declarado así en el concilio de Nicea, como dogma de fe y a mi me basta. -¡A ver, a ver! Eso me interesa ¿en un concilio…? -Si, claro, había unos equivocados, que decían que el Cristo era hombre y el padre Dios, otros aseguraban, también errados, que ambos eran Dios pero de distinta naturaleza, en fin, un barullo, pero el Concilio lo aclaró todo. -¿Y cómo funcionan los concilios, por votaciones? -Exacto, Aris. -Entonces se declaró Dios a Cristo democráticamente, como se elige a un Presidente de gobierno, pongamos por caso, curioso, muy curioso… -Mira, no me vengas con coñas, no se puede utilizar la lógica policial en asuntos de religión. -Pero es que yo soy policía. -Y yo, cura y te podía hablar también de vuestros dogmas ¿tú has comprobado que no hay dos huellas iguales entre los siete mil millones de personas que andamos pululando por ahí?



-Pues ahí vamos, donde fracasa la lógica policial puede triunfar la intuición. Te voy a decir la verdad, precisamente necesito la ayuda de tu gran intuición, porque llevo un caso en el que nada encaja. Un pobre hombre, un mariquita, que aparentemente no se metía con nadie, aparece muerto de una paliza en su cuarto y nadie sabe nada de nada. ¿Un crimen pasional, Aris? Esa es la tesis oficial, o sea que no tengo mucho tiempo para investigar, si no encuentro pistas sólidas pronto lo archivarán, un vulgar crimen, uno más de los que no se descubren. -¿Y que te hace pensar que no sea así? -Eso es lo que necesito de ti, porque puedo estar equivocado, pero para mí que es un lío gordo. Mira, cuando lo encontramos tenía aferrado este trozo de papel en el que se leen unos versos. El comisario Domínguez muestra a su amigo el papel manchado de sangre, que el otro toma y lee con aprensión. -Los versos son buenos, vamos creo yo, nada vulgares. -Eso es lo que no encaja, Tomás. Un brutal crimen en un escenario sórdido, un personajillo vulgar, un mirón que frecuenta los urinarios para observar y en busca de algún chapero, alguien cuya muerte no parece conmover a nadie, pero que defiende un poema hasta el final o que se aferra a él hasta su último aliento, como si le diera fuerzas para aguantar el dolor y el sufrimiento. No encaja. ¿Crees que se trata solo de un vulgar crimen? -Mira, Aris, creo que no, desde luego, no, algo conozco del alma humana y esto te va a costar desentrañarlo, parece mucho más complicado que un asesinato por celos o por amor desairado.



Antonio Envid

(un fragmento de la novela “El caso del contemplativo”)


jueves, 14 de julio de 2011

EL ESTADO DE LA NACIÓN (Servando Gotor)

SGS


Uno está hasta el gorro de los debates sobre el Estado de la Nación porque nada nuevo aportan y, además, no parecen ser de gran utilidad.  Al final todos siguen yendo a su bola: el Gobierno mandando, la oposición quejándose, y los grupitos parásitos, glotones y gorrones, chupando del bote. Así que nada para enterarte sobre cómo marcha el patio, que asomarte directamente a él. Y si no apetece mucho por el calor, basta una simple ojeada a los periódicos. Entonces sí, entonces se le ponen a uno los pelos como escarpias por la cantidad de majaderías que ocurren.  Por ejemplo:

Un senegalés agrede a cinco agentes en La Coruña y luego exige declarar en vasco. Un movimiento de demócratas indignados secuestra parlamentos. Las nuevas Cortes de Aragón recién salidas de las urnas acuerdan en secreto indemnizaciones para los diputados en paro. Un politiquillo comunista dice que no renuncia al coche oficial porque se perdería un puesto de trabajo. Un ex directivo del Barcelona dice refiriéndose al terremoto de Japón que la tragedia del país nipón es como la desgracia de ser español.  Charla en fabla aragonesa sobre arquitectura: se trata de una charla-taller que lleva el título “Yo bibo astí”. Desmantelada la cúpula de la SGAE, los piratas estaban en casa, “es de gilipollas decir que faltan cuatrocientos millones”, dice Víctor Manuel, aspirante a presidente de la entidad. Un editorial de El País y la dirección nacional de IU coinciden en que el error de esta coalición en Extremadura al abstenerse en la votación de Monago, ha sido escuchar a las bases. El obispado de Alcalá edita una guía para curar la homosexualidad. El presidente del Congreso, José Bono, con su flamante implante capilar para ocultar su conocida y galopante alopecia, insulta a un periodista llamándole “calvo”.  Los reconocidos antiyankis que cada año se reparten estatuillas similares a los óscar para vergüenza de don Goya, han conseguido en Madrid su propia calle de las estrellas a la maniera de Hollywood, el más casposo y repelente estilo americano que tanto desdeñan. Hallado un cadáver dentro de un bloque de hormigón en un cibercafé de Zaragoza; más de 400 princesas árabes llenan los hoteles de lujo de Marbella por una despedida de soltera.  El Tribunal de Cuentas advierte al PP que quien fiscaliza es él. Gran Hermano 24 horas tiene peor audiencia que CNN+. Contar chistes de homosexuales acarreará multas de 5.000 euros y hasta un año de cárcel. Aído se garantiza en la ONU un sueldo de cien mil euros al año. Turismo organiza visitas culturales por Chueca: el Patronato de Turismo de Madrid organiza una visita cultural guiada por el barrio de Chueca con motivo de la celebración de la Semana del Orgullo Gay. La ley de Igualdad de Trato y no Discriminación que impulsa el Ministerio de Sanidad prevé castigar con multas de hasta 5.000 euros y un año de cárcel las “ofensas o burlas” contras los homosexuales, incluso a través de los chistes…

¿Qué pasa? ¿Qué está pasando? Algún listo dice que es cosa del año, de este año.  Que el 2011 es muy especial, y no en vano ‎​se van a experimentar cuatro fechas inusuales 1/1/11, 1/11/11, 11/1/11, 11/11/11.  Y no sólo eso sino que si a los dos últimos dígitos del año en que usted, querido lector, nació añade la edad que cumplirá o ha cumplido este año, el resultado es 111, indefectiblemente, y no sólo para usted: para todos.  Pruébelo con su suegra si todavía es de los que tiene suegra; si no la tiene hágalo con la mamá de su pareja, o con su pareja, incluso con su propia madre (de usted) o con su padre. En fin, vivir para ver y ver para creer.






El comarcal del Jiloca
08/07/2011




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