domingo, 27 de noviembre de 2011

¡ES LA GUERRA! (Narciso y Servando)

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Sería todo, todo tan hermoso si hubiera guerra, Mary Paz. Con muchos enemigos a los que matar, hala, sangre por las paredes, los edificios derruidos, las calles llenas de cascotes. En una guerra yo estaría siempre con el bando que tuviera más enemigos, sí, una guerra simplifica tanto las cosas, Mary Paz. Date cuenta, enfrente hay unos tipos a los que tienes que matar, a los que debes matar. Es la leche. Diez, veinte, es igual, cuantos más, mejor. Que una iglesia no acaba de gustarte, pues la derribas y ya está, así de fácil, sin pedir permiso al ayuntamiento ni a los bomberos. Pobre San Pancracio, ya no tiene casa. Que pasas por la calle de aquella novia que te dejó por otro, venga dinamita y fuera malos recuerdos. Cuánta purificación interior y exterior en diez minutos, Mary Paz, qué desahogo.
Y el ruido de los cañones que no dejan de disparar, ay, cuánta lujuria, con lo afrodisíaco que es el olor de la pólvora, y el fuego de los incendios al anochecer, qué nostalgia de pronto.
 
-Pero Sire, por el amor de Dios ¿qué hace?
-¿Que qué hago, waiter?  Estamos en guerra, ¿no?
-Yes, Sire, pero...
-Ni pero ni para ni poros...  Es el momento, waiter.
- ¿El momento de qué, Sire?
-De acabar de una vez con todo.
-Pero Sire, por el amor de dios...
-Que me dejes, waiter...
-Pero Sire, qué culpa tiene la coctelera forrada de astracán...
-Toda, waiter.  ¡Toda!
-Sire, perdone, pero, se lo juro: de verdad, a veces pienso que...
-La coctelera de astracán representa todo, waiter.  Todo lo negativo, todo lo impuro.  La mixtura más soez, el eclecticismo más absurdo, el materialismo dialéctico, ¡todo!  Todos nuestros males se hacen presentes en la coctelera de astracán.
-Pero Sire, ello no le da derecho a tamaña agresión.
-Pues espera, waiter, espera que termine y verás.
-¡Qué horror, qué horror, mi coctelera de astracán inundada de vino Don Simón, como si de un banal tetabrick se tratara!
-Es la guerra, waiter, ¡la guerra!  ¿No lo entiendes?
-No sé, Sire, no sé si podré resistir esto, pero ¿y qué hace, qué va a hacer ahora?
-Fanta, waiter, necesito fanta de naranja, fanta de naranja y un poco de coñac, del peor que tengas.
-Ah no, en mi coctelera de astracán, no, se acabó, Sire, lo siento.
-Waiter, haz el favor de devolverme la coctelera.
-Que no Sire.  Lo siento pero no.
-Waiter...
-Que no.  Lo del don Simon, ya es de por sí insoportable, pero pretender utilizar mi coctelera para una vulgar sangría...  No, Sire, lo siento pero antes habrá de pasar por encima de mi cadáver.
-Pues dime, sire, dime dónde está tu cadáver que pasaré sobre él sin ningún problema.  ¡Es la guerra!  Venga, dí, dónde está tu cadáver.
-Escondido, Sire.
-¿Escondido?
-Yes, Sire, y no pienso decirle dónde.
-Waiter...
-Ni por pienso, Sire.
-Jé, waiter...  Ya sé, ya sé dónde se ha escondido tu cadáver, je.
-Ni se lo imagina.
-Jé, lo tienes dentro, dentro de tu cuerpo, jé.
-Qué vulgaridad, sire, todos llevamos escondido un cadáver, pero el mío ahora mismo, en estos momentos, lo guardo a buen recaudo y no está precisamente aquí, je.
-Cómo, ¿no?  Waiter, una de dos: o  me devuelves la coctelera de astracán o me dices dónde has escondido tu maldito cadáver.
-El 7897.  ¡Para hoy, llevo la suerte!
-Joer, siempre tan inoportuno, largo, ciego de mierda.  Venga, waiter, arreglemos esto de una vez.
-Yo podría ayudarle.
-Con el 7897, ¿verdad?  Váyase a la mierda.
-Mire...
-Ah, sí, eso está bien.
-Lo ve, ya le he dicho que podría ayudarle.
-Pero qué es esto, Sire.
-Lo que ves.
-¡Un revólver!
-Es la guerra, lo sabes.
-El 7897
-Será cabrón el muy ciego.
-Venga, trae, dame la coctelera.
-Para hoy la suerte.
- Ya le he dicho que no, Sire.
-Waiter...
-Mátelo, mate al puto camarero, dispare de una puta vez ¿no es la guerra?
-Calle, ciego de mierda... A todo esto, ¿cómo ha podido entrar en el Cuesco?
-Pisoteando el Pentalfa.
-¡¡¡El pentalfa!!!!  ¿Cómo ha podido ser capaz de pisar el pentalfa?
-Joer, waiter, porque no lo ha visto, ¿no ves que es ciego?
-También usted, Sire, pero jamás se hubiera atrevido a pisarlo.
-Porque mi ceguera es inteligente, waiter.
-Y ahora, sire, ¿qué pasará ahora?
-Nada, si me devuelves la coctelera de astracán.
- La suerte para hoy...  Dispare, sire.  Venga, dispare de una vez que esto me empieza a aburrir.
-Tú te callas, ciego de mierda.
-Ah, bueno, a mí como si...  El 897, para hoy la suerte, amigos.
- Está bien, tú lo has querido, waiter.
-¡ILSA!  Qué hermosa eres.
- Muy bien. He intentado razonar contigo. He hecho cuanto he podido. Ahora exijo esos salvoconductos. Ve a buscarlos.
- ¿Los salvoconductos, ILSA? 
-Sí, los salvoconductos, venga, ve a buscarlos.
-No es necesario. Los llevo aquí.
-Ponlos sobre la mesa.
-No
-Por última vez, ponlos sobre la mesa.
-Si tu causa te importa tanto, nada va a detenerte. Muy bien te lo pondré más fácil.
-No te acerques tanto
-Anda, dispara. Me harás un favor.
-Para hoy, la suerte. ¡Adios, imbéciles!
-Mire Sire, el ciego.
-¿Qué pasa con el ciego? No conseguirás distraerme.
-Se acaba de largar con la coctelera de astracán.
-Será cabrón.  Venga, vamos, vamos tras él waiter.
-Lo dudo, Sire, lo dudo.
-¿Que podamos atraparle?  ¿Por qué lo dudas, waiter de mierda?
- El pentalfa (*), Sire.
-Es verdad, ¡el pentalfa!
-Ahora sí que la hemos hecho buena.
-Pero esto es la guerra, waiter.  Hay que aprovechar.
-A mí, sire, perdone, pero sin mi coctelera de astracán nada me aprechará ya en este mundo cruel.
-Pero waiter no te desanimes, hombre, hay muchas cosas que podríamos hacer.
-Para mí ya, nada, Sire. Nada me confortará en esta asquerosa vida.
-¿Y los escolapios?
-¿Los escolapios, Sire?
-Los dos les tenemos ganas, no me digas.
-No le entiendo.
-Pegarles fuego de una puta vez por todas.
-Eso sería maravilloso, Sire.
-Date cuenta que esto es la guerra.
-Es verdad, Sire, ¡es la guerra!
-Vayamos allá, venga.
-¡Vayamos!
-Se van a acordar, todos.  Las van a pagar todas juntas.  ¡Esto es la guerra!
- ¡Venga...!  Pero, Sire...
-¿Qué demonios pasa ahora, waiter?
-Que o podemos salir.
-Cómo que no podemos salir...
-¡El Pentalfa, Sire!
-Pardiez ¡el pentalfa, es verdad!
-Esto es el fin.
-Sí esto es el fin.
- Peor que la guerra, Sire.
-Mucho, mucho peor, ya lo creo.
-Y ahora ¿Qué podemos hacer?
-No lo sé, waiter, no lo sé, la verdad.  Seguiré mirando periódicos, haciendo crucigramas.
-Sí, pero ¿y yo, Sire, y yo?
-Tú de momento ponme una manzanilla.
-¿Y mi coctelera de astracán?
-No te preocupes, la recuperaremos. El ciego ese maldito volverá y la recuperaremos.
-Entonces, sire, ¿se acabó la guerra?
-Sí, waiter.  Nuestro sueño se esfumó. Qué nostalgia de pronto.



Narciso de Alfonso
Servando Gotor
Cuescos

____
(*)  Referencia al Fausto de Goethe:

MEFISTÓFELES
He de confesarlo: hay un pequeño obstáculo que me im­pide salir de aquí, la estrella de cinco puntas del umbral[L1] .

FAUSTO
¿Te hace daño esta estrella? Pues si eso te espanta, hijo del infierno, dime entonces, ¿cómo entraste aquí? ¿Cómo conseguiste burlar a ese espíritu?

MEFISTÓFELES
Fíjate en ella. No está bien trazada. El ángulo que va ha­cia fuera, como ves, se abre excesivamente.

FAUSTO
¡El azar ha acertado! ¡Eres mi prisionero!...

 [L1]La pentalfa: las cinco puntas de la estrella representan, respectiva­mente, cada una de las letras de la palabra «Jesús». Al ser esta un símbolo sagrado, molesta sobremanera al diablo.

PUEDE VERSE EN LA RED UNA BUENA EDICIÓN DEL FAUSTO DE GOETHE CON ABUNDANTES NOTAS, DE LA QUE SE HA EXTRAÍDO LA AQUÍ RESEÑADA, PINCHANDO AQUÍ:  FAUSTO

2 comentarios:

  1. REGLAS PARA UNA CRÍTICA EQUILIBRADA

    1.- Situar al autor, decir quién es y lo que representa el libro en su obra
    2.- Ubicar el libro y juzgarlo con la perpectiva de una larga tradición literaria
    3.- Argumentos razonados y con ejemplos para que el lector pueda comprender y evaluar
    4.- Informar, educar y entretener
    5.- Poca sinopsis y trama
    6.- Informar sobre el estilo, el significado y la carga simbólica del libro
    7.- Decir que piensa el autor del libro, dice sobre el tema del libro
    8.-Decir lo que el crítico piensa sobre el autor del librodice sobre el tema del libro.
    9.- Ni golpear ni babear, una opinión ponderada y una fundamentación mesurada son más convincentes que un exabrupto
    10.- Prohibir los adjetivos publicitarios, quien debe incluirlos es el lector.
    W. Manrique Sabogal

    "Uno no puede establecer una jerarquía de obras literarias contemporáneas, porque su valor real solo quedará establecido con el paso del tiempo. Unas pocas obras sobreviven como clásicos, o clásicos menores, pero la mayoría es olvidada" (David Lodge).

    Conchaparis conocía más elementos de las obras y persona de los autores que las otras personas que a través del blog nos acercábamos por primera vez a ellos. Podía hablar del talento o mucho talento que hubiera en el blog

    Teniendo en cuenta el atrevimiento de la ignorancia,
    muchas cosas que contextualizadas, conocidas (ves los guiños a las obras de autores clásico, clásicos modernos, a las obras de las diferentes corrientes literarias, etc.que conocen los autores) dan o conceden el verdadero valor que puede tener un texto, (sea una novela, cuento, cuento corto, artículo, poema, divertimento,etc.) para algunos (no me incluyo) no fue posible apreciarlos desde el primer momento.

    (No hubiera estado mal un enlace en 'pentalfa', en 'ILSA')

    Como lectora, si puedo incluir adjetivos ¿publicitarios? o frases elogiosas. Está muy bien este 'cuesco' .
    Aún lo aprecias más ahora, pero porque conoces por otro texto lo que está detrás (el otro significado) de la palabra 'cuesco'.

    Je,je, y escribiendo esto me estoy acordando del verano en que Eduardo Mendoza vino a la Feria de verano del libro en Jaca. También el contenido de la charla estuvo en el Gabinete Médico, para emocionarnos con las cosas tenemos que conocer los significados...
    y cuando en Ibercaja Zentrum nos hablaron de las nuevas manifestaciones del arte en la actualidad, allí no sólo estaban las ecuaciones matemáticas, su belleza, estaba por ejemplo también las radiografías médicas (como podían emocionar, etc) claro, como en todo (un partido de futbol, de baloncesto, etc.)había que saber leerla, conocer, conocer sus reglas (tremendo si lo que se leía era un cáncer)etc, etc.(sobran aclaraciones estuvo en su Gabinete Médico y hubo un: "tranquila, sé de que hablas")

    isabel

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  2. Isabel: gracias por tus comentarios y sugerencias, siempre enriquezedoras. He puesto el link hacia la escena de Casablanca de los salvoconductos y también una nota sobre el (o la) pentalfa, también con vínculo incluído.

    En cualquier caso, tu sorprendente cultura no necesita notas: no se te escapa una.


    Un fuerte abrazo.

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