martes, 21 de febrero de 2012

EL MOZO OLVIDADO ENTRE LAS PÁGINAS DE EL QUIJOTE (Antonio Envid)

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Argamasilla de Alba, cárcel donde, según la tradición, se escribió El Quijote
(Fotografía AEM)


Aquí donde me ven vuesas mercedes es mucha la injusticia que conmigo se ha cometido. Pues no es el caso de que entre los innumerables personajes que contiene El Quijote, muchos de ellos metidos a empujones como quien dice, solamente se me dedique una mención, eso sí, nada más comenzar, en el primer capítulo. Yo no se leer, que para ser buen cristiano no es necesario, y hasta inconveniente, me dice el cura, que bien me sé el credo y el padrenuestro, y podo una viña como el mejor y con eso me siento tan honrado cristiano como el que más, aunque no sepa leer esa mención me la sé de memoria:

“Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera.”

Le tengo preguntado cien veces al cura, que se sabe el libro de cabo a rabo y pasaría mejor un examen de él que de doctrina, sobre lo demás que en El Quijote se cuente de mí, la última vez con prohibición expresa de no volverle a preguntar, que es prohibición de Santa Madre Iglesia reservada, según dijo, al ordinario, que no se a que ordinario se refería, que aquí en el pueblo, salvo él, el barbero y el bachiller, somos todos muy ordinarios, pues, está cansado de contestarme, que el autor del libro no vuelve a acordarse de mí en todos los folios de sus dos gruesos tomos.

Pues, puedo jurarles por las bragas de mi abuelo, que era tan cristiano viejo y tan buen podador como yo, que sin mí no se habría escrito el libro y si se me hubiera preguntado, en lugar de a un tal Cidi Hamete, que seguro que tendrá más de un dedo de grasa rancia de judío, no habría tantas falsedades en la historia de mi buen amo don Quijote, que según me cuenta el barbero, cuando voy a rasurarme las vísperas de fiestas solemnes, está lleno de imprecisiones, “imprecisiones” dijo, que me repetí la palabra varias veces para acordarme, que en otro momento, si vuesas mercedes tienen paciencia, yo les contaré por menudo. Les aseguro, digo, que sin mí el buen don Alonso Quijano no podría haber abandonado hacienda, ama y sobrina para ir por esas tierras de Dios, en su gloria esté, en busca de doncellas deshonradas y entuertos que enderezar.

Pues bien que se proveyó de dineros en la salida que hizo en la segunda parte, que ya andaba advertido de que los caballeros andantes precisaban de dineros tanto como de valor y esforzado brazo. Pregúntense de donde salieron los reales y los pesos que llevó y, que yo sepa, no volvieron, que ya anduvieron a cuenta de ellos algunos chismes por la aldea, que si en el testamento mandó mi señor que no se le pidiesen cuentas a Sancho, que si tal, que si cual, pues esos dineros salieron del esfuerzo y mimo con que cuidaba yo de su hacienda, que él, entre los libracos que leía y sus conversaciones con el cura y el barbero, poco se ocupaba de ella. Sin embargo el mentecato de mi vecino Sancho ha pasado a la historia y anda en libros y cuentos, que buen provecho le haga, que para mí que a burro muerto cebada al rabo y para después de mi muerte con que se me haga alguna misa ya me siento satisfecho.

Con ser mucha la injusticia que me hizo ese tal Cervantes, que en gloria esté, lo que de verdad me tienen desasosegado son las mentiras que se han dicho después. Que, qué podía hacer yo, hombre mozo como era, solo en la casa con el ama y la sobrina, durante las prolongadas ausencias de mi señor don Alonso. Que, a qué se refiere el autor al decir que yo “ensillaba el rocín”, que si a quien ensillaba sería al ama, que pasaba de cuarenta y ya era cabalgadura vieja y de trabajo. Y en lo de “tomar la podadera”, habiendo en casa doncella y moza, si sería ella el majuelo donde yo me ejercitaba. Todo maldades y chismorreos de aldea que me han amargado la vida y eso que, acompañando de caza al cura, que más apreciaba mis consejos sobre donde encontrar las perdices, que me conozco yo bien sus querencias en estos parajes, y mis muestras y señales, que las de su perdiguero, me decía que no hiciera caso de chismes y hablillas, que cada uno en su casa y Dios en la de todos y a cada perro su hueso,  y que me confesara el domingo y estuviera atento al pájaro, que la perdiz por el pico se pierde. Con todo nada se ha dicho de lo cuidadas que tenía la media docena de hanegadas propiedad de nosamo don Alonso, sembradas o en barbecho según viniera el año, y lo lindamente podadas que estaban su cuatro cepas, que era gloria verlas; que como podador me la juego con el mejor de toda La Mancha, que así se me reconoce en el pueblo y no me dejarán mentir. En fin, guárdeles Dios a vuesas mercedes y tengan buena ventura, que lo poco se agradece, pero lo mucho cansa.


Antonio Envid

7 comentarios:

  1. Como descendiente directo de Antón Tembleque, que así se llamaba el mozo de don Quijote, le doy las gracias más sinceras, a usted y a todo el personal de ese blogg, por haber dado voz a mi honrado antecesor, que hasta ahora no había logrado hacerse oír. Es tradición de mi familia que cuando don Quijote murió mi antepasado abandonó la casa y a poco casó con una viuda de los alrededores que poseía mediana hacienda y dos hijos y que él contribuyó a acrecentar ambas, la hacienda y la familia, pues tuvo cuatro hijos más.

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  2. .
    Ejemmm, ha escrito el señor Tembleque, descendiente

    de aquel cuyo nombre. O D. Antonio o Maestro Gotor, por

    favor, que le den razón u algo, que esto parece la casa

    de tócameroque.

    Y aprovecho para 1 pequeño acertijo lejanamente

    parecido al de D. Antonio: un francés Stendhal, pseudónimo

    de no sé qué, escribió en el siglo 19 un libro que intituló

    el rojo y el negro. Hay en él (en el libro) dos protagonistas

    femeninas, Mme. de Renal y Mathilde de la Mole.

    Perooo, de la primera, Mme de Renal, sólo se da su nombre

    de pila 1 sola vez en toda la novela... ¿cómo vendría a llamarse

    esta hermosa dama de nombre?

    Gracias

    Narciso

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  3. Por mi parte agradezco las palabras de este descendiente de Antón, que no me cabe duda que fue hombre honrado y que sirvió fielmente a su amo don Alonso Quijano, pero yo tenía oído que casó con la sobrina de su amo y no me parece extaño, pues explicaría el silencio que sobre él manifiesta el tesatamento de don Quijote. Éste, sabedor de las relaciones del mozo y sobrina, nombra heredera a su sobrina en la espera de que ambos formalicen estas relaciones y mantengan la casa.
    En cuanto al enigma de don Narciso, nada puedo decir. Leí La Cartuja de Parma y la encontré muy envejecida, muy lejana de mis inquietudes. Me gustan sus libros de viajes. Admiro sobre todo a alguien que pudo escribir en su epitafio:"Escribió, vivió y amó", quién puidera decir lo mismo. Espero que Narciso me ilustre.
    Antonio

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  4. .
    Pero qué ilustre ni ilustre... habrá leído Mme Bovary,

    Ana Karenina, Lolita, La Regenta o Ada o el ardor.

    Son todas ellas mujeres, ya ve que le doy muchas posibilidades

    de lustre... usted me dice una que haya leído y yo

    le pongo el acertijo... oléé

    D. Antonio, ya ve que uno intenta... conciliar posiciones

    y tener motivos altos para respetar al enemigo 8-)

    1 abrzo

    Gracias

    Narciso

    .

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  5. Un amigo me dice: no te equivoques Antonio, no es que todas las mujeres sean iguales, es que son la misma.
    Y, esto en confianza, para mí, en general, un enigma.
    Pero, en fin, que me dice de Halle Berry, chica bond en "Muere otro día"

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  6. .
    Es (muy) guapa, sipe, pero tiene usted que

    decirme cuál de ellas prefiere, hay muchas

    halles, casi cada día halle se cambia el pelo,

    la piel, el alma, las piernas, la piel del alma,

    incluso el color de la piel del alma...

    ¿La de los tiempos de la película bond?

    Adjunte una afoto u algo, creo que se puede

    en estos comentarios, sí, adjuntar una imagen

    de halle, mmmmm...

    Gracias

    Narciso

    .

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  7. Todas. Puestos a pedir. Sería una descortesía escoger.
    Ah¡ y con todo: quechup, mostaza, pepinillo, rodajitas de cebolla y patatas y cocacola.
    antonio

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