viernes, 20 de abril de 2012

EL ALBOROTO DE LOS BORBONES (Armando Muchabulla)

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AEM

Es curiosa la relación de España con los Borbones: llevamos doscientos años echándolos y volviéndolos a llamar. Ni contigo ni sin ti. Se les trajo para suplir la falta de descendencia de los Austria. Cien años más tarde, aprovechando la vergonzosa huida del país de Fernando VII, se reúnen en Cádiz delegados de toda España para declarar que la soberanía radica en el pueblo y que España no era propiedad de ninguna familia. Ya sabemos como agradeció el cumplido el Rey felón. A su hija se la echó del país cubierta de afrenta. Nada más hay que contemplar el procaz álbum de dibujos de los líricos hermanos Becquer: “Los Borbones en pelota”. Claro, que entre Sor Patrocinio la monja de las llagas, el padre Claret, don Francisquito de Asís, el General bonito, etc. etc. aquello debía de ser la corte de los milagros de Valle Inclán. Volvemos a llamar a su hijo, aunque prohibiéndole que trajera a su madre. Se vuelve a echar al hijo de este hijo, el polémico Alfonso XIII. Por último volvemos a llamar al nieto Juan Carlos. En fin, un culebrón que hace que la lectura de nuestra historia de los dos últimos siglos sea cualquier cosa menos monótona.

Delenda est monarchia, decía Ortega y Gasset y no resultaría extraño que, si tuviéramos otro Gasset, volviéramos a oírlo. No está en su mejor momento el prestigio de la Corona. Pero, me pregunto, porqué se ha despertado tanto interés por abolir esa institución ¿no será que más de uno se ve coronado con una corona cívica, como pomposo Presidente de la República?

Se dice, y es una de las muchas falacias que por ahí corren, que si se aboliera la monarquía la alternativa sería una república, con el consiguiente cambio de Jefe de Estado: en lugar de un monarca un presidente. Algunos añaden: el Rey ya se ha enriquecido, como tuviéramos cada seis años un presidente que tuviera que enriquecerse y colocar bien a su familia íbamos dados. ¿Dónde está dicho que una república precisa de un presidente, jefe de estado, sin apenas funciones salvo honoríficas y representativas?. Las repúblicas americanas no lo tienen y no me dirán que EE. UU. funciona políticamente muy mal. Solo las repúblicas europeas, apegadas a un jefazo desde siempre, sintieron una especie de vacío si no contaban con un señor al que se le pagase un pingüe sueldo, se le asignase un palacio y todo el mundo lo reverenciara, para que no hiciera nada. Ni siquiera todas las europeas, porque el Presidente de la república alemana es un cargo más bien modesto y a la más mínima irregularidad se le ha hecho dimitir y eso que Alemania es una federación de estados, de modo que parecería necesaria la existencia de alguien que hiciera el papel de un emperador. Algunos países han tenido la inteligencia de conseguir que el jefe de estado se lo pagaran los demás, es el caso de Canadá, cuyo jefe de estado es el monarca inglés, no les cuesta un dólar y todos tan contentos. Aunque resulte anecdótico, los andorranos no se conformas con un jefe de estado, tienen dos, el presidente francés y el obispo de Urgell ¡Cómo no les cuestan un euro, para qué se van a privar! 

Termino, si abolimos la monarquía para traer una república y tener un presidente al estilo francés, con todo su grandeur y su guardia republicana y todo su fasto, bien estamos como estamos.

 


Armando Muchabulla

3 comentarios:

  1. Más allá de República o Monarquía subyace esa recóndita idea alimentada por los duendes de la psicología de que los humanos necesitamos de unos mitos inaccesibles, inexpugnables para seguir creyendo en el Paraíso Perdido. Eso pienso. Y como dijo aquel ¿cuándo el hombre aprenderá a vivir sin los dioses?

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  2. Interesante punto de vista el de Serrano, pero no olvidemos la necesidad que sienten los pueblos, a veces, de derribar a sus ídolos, y genralmente de forma violenta (las tricoteuses de la revolución francesa y los partisanos Milaneses fusilando a Mussolini, como jemplos) Suele producirse este fenómeno en el cambio de un ciclo social, incluso puede engastarse el el mito freudiano del asesinato del padre para poder accerder a a la mayoría de edad. Ojo, pues, porque en España estamos asistiendo a un cambio de ciclo y está sociedad está alcanzando la mayoría de edad y quizá quiera sacudirse el paternalismo, incluso bajo el disfraz de estado de bienestar.

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  3. Armando,Juan

    Matar al padre (Freud) no es sufficente para construir el nuevo mundo : hoy se oyen muchos "no" y pocos "si, hacemos"...

    Temo un cambio de ciclo con solo "dar la vuelta à la tortilla"

    Bernardo el Belga

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